Yo no tuve ningún amigo imaginario en la infancia y, de todos los amigos y conocidos a los que he preguntado, sólo uno me dijo que sí lo había tenido… Sin embargo, ahora son muchos los libros que hablan de los amigos imaginarios de los niños (aunque me han recordado, en mi pequeña encuesta, que personajes del pasado como Marcelino pan y vino y como Zezé los tenían). Pero, más o menos recientes, recuerdo Soy demasiado pequeña para ir al colegio, Pobby y Dingan, el hermano de Greg, y Fred, el amigo imaginario. Y en los próximos días pondré varios más de los últimos meses. ¿Tendrá esto algo que ver con que ahora muchos niños son hijos únicos, o no tienen con quién jugar, o que sus juegos son muy individualistas…?
El argumento de Las aventuras de Beekle, de Dan Santat, es que uno de los habitantes de la isla de los amigos imaginarios, «donde todos esperan impacientes que un niño los elija para jugar», uno de ellos, cansado de esperar, decide ir al mundo real en su busca. Después de un tiempo vagando por distintos lugares, y observando que «el mundo real era un sitio muy raro», lo encuentra una niña llamada Alicia.
El atractivo del álbum está en que sus ilustraciones son coloristas y graciosas, en que contienen muchos detalles simpáticos, en que la figura blanca y redondeada de Beekle contrasta con el entorno y resulta también atractiva. De la historia están bien el planteamiento y el comienzo de la búsqueda, pero me parece que luego la emoción del relato sólo la compartirán quienes sí hayan tenido el amigo imaginario…
Dan Santat. Las aventuras de Beekle. El amigo (no) imaginario (The Adventures os BEEKLE: The Unimaginary Friend, 2014). Madrid: Bruño, 2016; 40 pp.; col. Cubilete; trad. de Virtudes Tardón; ISBN: 978-84-696-0434-2. [Vista del libro en amazon.es]