Lo he pasado bien leyendo Bajo los montes de Kolima, un thriller de Lionel Davidson con un elogiosísimo prólogo de Philip Pullman que, al menos en mi opinión, mejor es leerlo al final pues, en caso contrario, el lector esperará más de lo que la novela ofrece.
El héroe es un científico de origen indio-canadiense llamado Johnny Porter con un talento excepcional para los idiomas y para muchas otras cosas. Debe ir a un ultrasecreto instituto científico de Siberia donde su anciano director, que le conoció hace años, desea transmitirle algo antes de fallecer. Para eso ha de llegar hasta el pueblo más cercano e instalarse allí sin despertar sospechas. A lo largo del viaje hasta su meta ha de cambiar de identidad varias veces y ha de desempeñar distintos trabajos para borrar su rastro. Una vez en el pueblo, ha de buscarse la vida para poder entrar en las instalaciones y charlar con la persona que le ha llamado. También ha de preparar las cosas para poder huir llegado el momento.
Lo importante de la novela, la clave de su atractivo, es que se cuenta muy bien todo el proceso de acercamiento de Porter al pueblo, todos los pasos que da para trabajar allí como camionero y ganarse la confianza de las personas clave. Por supuesto, Porter tiene unas habilidades técnicas y una inventiva más que sobresalientes; no le faltan prudencia y previsión; cae muy bien a las mujeres que se cruzan en su camino; y no se inmuta si es necesario llevar las cosas al extremo. A muchos lectores no les importará que sea un héroe tan poco convincente como es habitual en el género; en cambio valorarán lo bien que se describen todos los pormenores de ambiente —como, por ejemplo, su trabajo con los bobik, unos fantásticos coches todoterreno para el hielo—, y cómo todas las piezas van encajando perfectamente.
Tienen poco interés, sin embargo, los secretos científicos (más bien de ciencia-ficción y no muy claros); es muy fácil el tramo que se supondría más difícil (la entrada en la base científica y el contacto con su director). Pero estos dos aspectos más flojos argumentalmente llegan cuando el lector está metido de lleno en el relato que, además, termina con una persecución muy tensa en la que, por fin, Porter tiene un rival a su altura. Las cualidades del relato, su estructura clásica de búsqueda tan bien organizada, explican que Pullman lo califique como «el mejor thriller que he leído en mi vida»…, a lo que habría que añadir un «si te gustan esta clase de novelas» con un héroe a lo James Bond.
Lionel Davidson. Bajo los Montes de Kolima (Kolymsky Heights, 1994). Barcelona: Salamandra, 2016; 539 pp.; col. Salamandra Black; trad. de Cristina Martín Sanz; ISBN: 978-84-16237-17-3. [Vista del libro en amazon.es]