Hay álbumes como Siempre pienso en ti o Siempre te querré que son como declaraciones de amor de las madres hacia los hijos, y que subrayan cómo siempre estarán ahí, pase lo que pase, a lo largo de toda una vida. Uno formidable que habla de lo mismo pero recorriendo toda la vida de la protagonista, desde que nace hasta que ella misma tiene otra hija, es Algún día, de Peter Reynolds y Alison Meghee. Esta misma idea, formulada de un modo más general, es la del álbum también titulado Algún día y firmado por Mónica Gutiérrez Serna. El texto que acompaña las ilustraciones —imágenes estilizadas y coloristas de barcos, puertos y mares, que se presentan reducidas a sus formas y colores básicos— es el de una madre que habla a su hijo, que mira el mar con él, y que, por... Leer más
Desde 1880, de Pietro Gottuso, muestra, en todas sus dobles páginas, el mismo escenario de una calle italiana: en la página izquierda se ve la fachada de una librería, en medio un portal, y en la página derecha el escaparate de un comercio. A lo largo del álbum apreciamos el paso del tiempo: la librería cambia de dueños, de abuelos a padres y de padres a hijos, y el local de al lado cambia de usos —café, galería de arte, vacío con el escaparate roto cuando pasan por delante unos soldados que parecen nazis, tienda de electrodomésticos, internet point, cafetería…—. Así se muestra bien el paso del tiempo, con acentos de lamento ante la desaparición final de la librería tradicional, aspecto que valorarán sobre todo quienes puedan apreciar lo que se ha perdido en el... Leer más
Un tercer ejemplo de algo apuntado ayer y anteayer: un álbum de gran formato de Rébecca Dautremer titulado Las ricas horas de Jacominus Gainsborough. En él se cuenta la vida de un conejo, en un mundo de animales humanizados, en sucesivas dobles páginas alternas: unas, con retratos del protagonista a distintas edades en la página izquierda y narración en la derecha; unas pocas con retratos variados como galerías de cuadros; y, sobre todo, doce ilustraciones grandes que ocupan toda la superficie y que llevan un texto breve en la parte inferior. Estas ilustraciones grandes contienen, casi todas, muchos personajes distintos —el protagonista, sus amigos y otros— y son escenas variadas: de una gran ciudad, del interior de una casa, de un parque nevado donde juegan niños, de un... Leer más
Un día perfecto, de Freya Blackwood y Danny Parker, presenta una sucesión de escenas en las que vemos a una niña de unos seis o siete años, un niño algo menor, una niña más pequeña todavía, y un gato que participa en sus juegos y observa lo que ocurre. Los vemos desayunar, dibujar, hacer mejunjes, jugar en el campo, explorar, subirse a un árbol, jugar con el viento y volar una cometa..., hasta que se van a dormir. Es como si el álbum tratase de presentar una serie de momentos bonitos de la infancia, tal como los podría idealizar un adulto en sus recuerdos. Todo está contado con estupendos dibujos realistas realizados con lápiz y acrílicos. Freya Blackwood. Un día perfecto (Perfect, 2015). Texto de Danny Parker. Barcelona: Patio, 2017; 32 pp.; trad. de Isabel de Miquel;... Leer más
Los relatos que presentan a personas que han de dejar su tierra suelen hacer notar el dolor que sienten y la dureza de las situaciones por las que pasan. El mapa de los buenos momentos, de Zuzanna Celej y Fran Nuño, elige un planteamiento más suave que, sin embargo, puede ayudar a sus lectores a plantearse cuáles serían sus sentimientos si tuvieran que dejar atrás su ciudad, su país o sus amigos. Zoe, una niña que debe marcharse de su ciudad, recorre y recuerda los lugares donde ha disfrutado: su casa, la casa de sus abuelos, la escuela, la estación de tren, etc. Las imágenes muestran esos lugares, con unas acuarelas evocadoras, en tonos cálidos y como velados, y la narración con palabras acentúa el dolor de la despedida y el deseo esperanzado de poder regresar un... Leer más
Hay álbumes apropiados para enseñar los modos de vivir de otras gentes y otros tiempos. No a todos los lectores pequeños les atraen, pues no siempre les resulta fácil entender las cosas, aunque todo depende mucho de quienes tengan al lado. Por ejemplo, que recuerde ahora, El diario de las cajas de fósforos. Otro buen álbum en esa línea es Una última carta, de Iris Samartzi y Antonis Papatheodoulou. Su protagonista es el señor Costas, el único cartero en una isla cuando no había ni teléfonos. Se cuenta su último día de trabajo y, de paso, se habla de que ha tenido que llevar noticias malas, noticias buenas, fotos…; de que ha tenido que ir a sitios lejanos, y leerles las cartas en alto a personas que no sabían leer. Al fin, cuando termina el día, le queda una última... Leer más
El diario de las cajas de fósforos, de Bagram Ibatoulline y Paul Fleischman, es uno de esos álbumes de recuerdos de adulto que resultan fascinantes: porque la historia es buena y porque las ilustraciones, de un hiperrealismo que asusta sólo de pensar en el trabajo que llevan, tienen mucho encanto. Un bisabuelo cuenta cosas del pasado a su bisnieta cuando ella abre una caja que, a su vez, contiene muchas cajas de cerillas. Cada una contiene un objeto que recuerda un episodio de la vida del narrador. Un hueso de aceituna de cuando era un niño muy pobre y vivía en Italia; semillas de girasol que representan los días del viaje en barco que hizo, con sus hermanas y su madre, hasta los Estados Unidos, donde los esperaba su padre; el ticket de entrada al primer partido de béisbol al... Leer más
Ha fallecido hace unos días Juan Farias, un autor que ha dejado una profunda huella en la LIJ española. En este enlace hay comentarios con ese motivo. En mi archivo tenía un comentario a una obra suya que no había puesto en su momento aquí: Gallego. O Rapaciño, un anciano de 90 años que fue marinero, espera la muerte mientras recuerda su noviazgo y rumia su añoranza de la que fue su mujer durante muchos años. La narración habla también de su vida con su hija y su yerno, de su relación con su nieto, de sus escapadas al mar para salir con su vieja barca. El texto es rico y evocador, al mismo tiempo que sencillo. La historia tiene una fuerte componente de amor al mar y al oficio propio de las gentes del mar. Debido a los acentos fuertemente nostálgicos tal vez conecte... Leer más
Si en el caso de Mi primer coche rojo el narrador fingía o reacomodaba un recuerdo infantil, en El mar y otras cosas de las que también me acuerdo, Mónica Gutiérrez Serna transforma en un álbum algunos recuerdos nostálgicos y agradecidos. En este caso los acentos, tanto en el texto como en la composición de las ilustraciones, son poéticos y afectivos. La narradora habla de sus paseos de niña con su abuelo, de las enseñanzas de todo tipo que le transmitió con naturalidad, y, entre ellas, su afición a dibujar y pintar. El álbum combina dibujos realistas con ilustraciones pictóricas. Para el tipo de historia, que habla de cómo recordamos el pasado —que no intenta tanto recoger los sentimientos del pasado tal como fueron sino que los reconstruye y los presenta tal como los... Leer más
A diferencia del citado ayer, un estupendo álbum de sentimientos adultos para el que no veo claro que su destinatario pueda ser un niño: Algún día, de Peter Reynolds. En él se reflejan los sentimientos de una madre que acaba de tener a su hija y que piensa en las etapas de su crecimiento hasta que, a su vez, su hija tenga también una niña. Gráficamente la historia está muy bien contada. Las ilustraciones van en tinta y acuarela y, cada una, que a veces ocupa la doble página y a veces una sola, muestra una etapa del crecimiento de la niña. Los pensamientos de la madre son textos breves cuyo diseño, a veces, va de acuerdo con el contenido de la ilustración prolongando el movimiento de las figuras —por ejemplo, al trazar el arco del movimiento del columpio o de la chica que... Leer más
Como es lógico, la mayoría de los álbumes cuentan historias o tratan sobre acontecimientos que pueden comprender los destinatarios niños y, por tanto, son pocos los que abarcan periodos de tiempo largos que desbordan la comprensión del lector pequeño. Si, además, un álbum habla de sentimientos que no son inmediatos sino que son de los que van acumulándose con el paso del tiempo, parece que sus destinatarios naturales son más bien adultos. Si, además, el estilo artístico con el que se cuenta la historia tiene sus raíces en el arte románico, en principio se puede tender a pensar que pocos niños conectarán con él. Lo gracioso es que razones como estas a unos les valdrán para no dar un álbum así a los niños y otros, mi caso, las considerarán óptimas precisamente para... Leer más
El hilo de la vida, de Davide Cali y Serge Bloch, es una obra magnífica, que se puede llamar álbum por su extensión o novela gráfica en cuanto relato en imágenes que abarca todo el arco de una vida y que intenta convocar emociones de... Leer más