De otro ilustrador de referencia, Gregoire Solotareff, se ha publicado no hace mucho El rey cocodrilo. El protagonista, ya desde pequeño, se come a todo el que se le pone por delante: «Nada más salir del huevo, se precipitó sobre un pollito y se lo comió», un arranque realmente fuerte. A ese ritmo el cocodrilo acaba siendo rey del pueblo pero su capricho de cuidar a la elefanta Lila desde pequeñita para engordarla y comerla cuando sea mayor acaba cambiando sus planes: el buen humor de Lila y su sentido de la amistad transforman al rey cocodrilo. Es una historia en la línea de ¡Qué más quisieras!, esta vez no con elefantito sino con elefantita simpática como héroe, y que también trata de amistad y de arrepentimiento, como muchos relatos del autor. Gregoire Solotareff. El... Leer más
Adam Zagajewski: «Frente al mundo se pueden tomar dos actitudes: uno puede declararse a favor de los silenciosos escépticos y cínicos, que, alegremente, se dedican a desdeñar los fenómenos de la vida y gustan de reducirla a sus ingredientes más menudos, evidentes y aun banales. O bien —segunda opción— puede aceptarse la posibilidad de que las cosas grandes e invisibles existan de verdad, y, sin caer en la exaltación vana ni en la retórica insufrible de los predicadores ambulantes, intentar expresarlas o, al menos, rendirles homenaje, lo que, por lo demás, no significa en absoluto que entonces vaya uno a cerrar los ojos a todo lo pequeño y bajo». Adam Zagajewski. En la belleza... Leer más
Marlon Brando decía una vez que los directores «que dan la lata son los gilipollas sin talento; creen ser el incomprendido Eisenstein, u Orson Welles, o alguien así. (...) Con esos tipos es duro trabajar». Sin embargo, de Charlie Chaplin, que le dirigió en La condesa de Hong Kong, decía que «tiene tanto talento que tienes que aguantarte. En primer lugar, él es la comedia personificada. Es un genio, un genio del cine. Un talento cómico sin igual. Ni te das cuenta de que está senil. Pero como persona es horrible. No me interesa nada». Y continúa luego: A los primeros «tienes que pararles los pies porque si no se te suben encima. Tienes que frenarles en seco. Pero has de separar esa vida personal de la vida artística. Una no tiene nada que ver con la otra. Igual que con los... Leer más
Robert Louis Stevenson hablaba de un tipo de satírico al que «le basta con saber que las cosas no son lo que parecen, y de ello deduce que no existen en absoluto. También advierte que nuestras virtudes no son lo que pretenden, y por eso nos niega la posesión de toda virtud. Ha aprendido la lección según la cual no hay hombre enteramente bueno: pero ni siquiera sospecha que existe otra igualmente verdadera, a saber, que ningún hombre es enteramente malo. (...) Posee un olfato infalible para el mal, pero tiene las fosas nasales taponadas contra la bondad». Robert Louis Stevenson. Ensayos... Leer más
A pesar de compartir paisanaje, de las obras de Camilo José Cela sólo me gustaron Viaje a la Alcarria y sus recuerdos de infancia titulados La rosa, el único de sus libros con el que... Leer más
Un gran libro infantil, del que oiremos hablar más durante una temporada porque, parece ser, está próxima la película correspondiente: Las telarañas de Carlota, de E. B.... Leer más
Además de un gran ilustrador, el norteamericano Frederick Stuart Church fue un paisajista excepcional. Obtuvo un gran éxito de crítica y público, en 1857, con su óleo Niágara, de 107 por 229 cm, «una pintura sobre la fuerza (...) no aparece ni una sola persona y las obras del hombre parecen bastante insignificantes. (...) En las cataratas, subraya la pintura, no te comunicas con los demás turistas, te ves confrontado a la creación de Dios y, a través de ella, a su mente. El arco iris sugiere una América prístina que se eleva de la catarata, una promesa de la renovación americana en marcha. La equivalencia del Niágara con el diluvio indicaba una negación de la caída, una especie de bautismo cósmico: temas poderosos y recurrentes para los americanos del XIX». Pero si la... Leer más
De John Burningham, uno de los grandes autores de álbumes ilustrados, no se han editado en España algunos importantes como Mr. Gumpy´s Outing (1970) y Come away from the water, Shirley (1977). Sí hay otros, muy buenos también, y a ellos se ha sumado ahora Eduardo, el niño más terrible del mundo. El argumento, como es característico del autor, contiene un mensaje no para niños sino para educadores: cuando todo el mundo le reprocha cosas a Eduardo se hace peor y peor, y cuando luego todos elogian algo de Eduardo, incluso equivocadamente, Eduardo se hace mejor y mejor. Hasta la mitad, en las páginas izquierdas se ve a Eduardo y en las derechas a distintos adultos que le increpan por algo; en la otra mitad es al revés: en la derecha se van viendo adultos que alaban a Eduardo. Tanto... Leer más
Cuenta Zagajewski una escena que presenció en un tren, cuando un chico hablaba a su padre de los nuevos modelos de coches «con un increíble fanatismo, con amor y conocimiento de causa». La voz del chico «dejaba entrever el doloroso deseo de esos vehículos, legendariamente bellos; hablaba de ellos como del unicornio. De cuando en cuando se volvía hacia su melancólico padre, arredrado por la euforia del chico, y le hacía la pregunta: “¿Comprarías ese coche si tuvieras dinero? Di, ¿lo comprarías?”. “Pues sí, claro que sí”, respondía el padre con fingido desdén, procurando calmar la inquietud de su hijo. Al mismo tiempo, una y otra vez intentaba —sin resultado alguno— distraer la atención del hijo de los vehículos rápidos y le señalaba los indistintos... Leer más
Dámaso Alonso: «No olvidemos una verdad de Pero Grullo: que las obras literarias no han sido escritas para comentaristas o críticos (aunque a veces críticos y comentaristas se crean otra cosa). (...) Las obras literarias no nacieron para ser estudiadas y analizadas, sino para ser leídas y directamente intuidas. Ni el Quijote se creó para los cervantistas (aunque haya algún cervantista que piense de otro modo), ni el teatro de Shakespeare para la filología alemana. El árbol está ahí para recrearnos con su sombra o para alimentarnos con su fruto, o simplemente para ser una delicia de los ojos ahora que el viento graciosamente lo cimbrea. ¿Quién pensaría que nació para que desgarremos sus partes, para que las escudriñemos, para que apliquemos a su cerne el microscopio y... Leer más
Más magníficas memorias de infancia: Chico Carlo, de la uruguaya Juana de Ibarbourou. «Fui una niña feliz. (...) (Los niños) se hallan demasiado atentos al placer nuevo de existir, para entregarse a ninguna meditación comparativa, fuente de tristeza. En el niño todo es novedad, hasta el dolor fugitivo. (...) La sensación de desdicha en el niño resulta tan efímera que es frecuente ver al que sufre una penitencia, entrar a ella en un acceso de llanto desesperado, y a los pocos minutos, con los ojos aún llenos de lágrimas, cantar como si no fuese verdad su... Leer más
En el mundo del arte «se ha dicho muchas veces que los ochenta fueron una década de hype. El hype puede definirse como la administración de la desproporción: ocupa el hueco entre el logro estético y la fantasía cultural e hincha el primero apelando a la segunda. El hype es lo que sucede cuando a un artista vivo de veintitantos o treintaitantos años se le dedica una “retrospectiva” en un museo importante, como si él o ella formara ya parte de la historia del arte. El hype ocurre cuando un marchante convence al ansioso cliente de que compre obras todavía-no-pintadas del Genio X, porque todas las que ya ha pintado han ido a parar a manos de otros clientes más despiertos o que gozan del favor del marchante. El hype es la habilidad para mantener la olla periodística en... Leer más
Otros recopiladores de cuentos, en la senda de los Grimm, fueron los noruegos Christian Asbjörsen y Jörgen Moe. En A Oriente del sol y a Occidente de la luna y otros cuentos noruegos, se puede comprobar que donde los ingleses hablan de gigantes y los alemanes de ogros, los nórdicos hablan de trols, aunque no sea una regla exacta,... Leer más
No son pocos los libros sobre libros, supuestamente para que niños reticentes descubran la maravilla de leer pero que, en realidad, los disfrutan de verdad quienes son ya lectores. Es el caso de El libro favorito de Carlitos, de Axel Scheffler y Julia Donaldson. Como se podía esperar de los autores de El Grúfalo, es inteligente y divertido, en su texto y en su composición... Leer más
Otro tramo de Causas sagradas que me pareció revelador es la descripción de los credos de la Nueva Era, que fusionan «trocitos de misticismo oriental, astrología y ocultismo, ecología y psicoterapia...», tal vez porque he notado más de una vez esas querencias en algunos libros infantiles y juveniles. Michael Burleigh afirma que «las religiones de la Nueva Era retroceden a menudo hasta culturas y épocas premodernas (o totalmente fantásticas) —los indios nativos norteamericanos y el rey Arturo figuran entre los preferidos— o se desplazan hacia afuera hasta las sociedades menos desarrolladas. (...) Esas religiones parecen (...) un encogimiento cultural postimperial que ha sustituido la supuesta arrogancia del imperialismo occidental con credulidad ilimitada como reacción a las... Leer más
Adam Zagajewski: «Uno puede imaginarse a alguien que está escribiendo una defensa de la poesía. Concienzudamente preparado, pasa años enteros sobre su libro. Cuando ya lleva escritas tres cuartas partes de la obra, se percata de que de manera inconsciente ha empezado a atacar la poesía; ha dejado de gustarle, ve sólo su artificiosidad, su pretenciosidad, su academicismo, su incapacidad de dar respuesta a las preguntas fundamentales y más difíciles. Luego, sin embargo, cuando se acerca al final, de nuevo perdona a la poesía su evidente imperfección, y piensa que es precisamente de eso de lo que se trata: no saber dar respuestas a las preguntas más difíciles y, sin embargo, seguir viviendo». Adam Zagajewski. En la belleza... Leer más
Una novela que aclara, un poco, cómo acabó llegando la guerra civil española es Los cipreses creen en Dios, de José María Gironella. Ambientada en Gerona, desde abril de 1931 hasta finales de julio de 1936, los protagonistas principales son la familia Alvear: el padre, Matías, la madre, Carmen, el mayor, Ignacio, el siguiente, César, y la pequeña, Pilar. La narración está focalizada en Ignacio, personaje que va recibiendo todas las impresiones y valorándolas: primero en los tres cursos que pasa en el seminario, luego cuando trabaja en el Banco Arús y estudia por las tardes, y se va vinculando, de uno u otro modo, a toda clase de tipos humanos. El autor procura exponer equilibradamente las cosas y construir cuidadosamente su trama, de modo que los distintos personajes conserven... Leer más
Al hablar de Boutet de Monvel mencioné Nuestros niños, de Anatole France, unos relatos con gracia pero que, sobre todo, revelan el talento del ilustrador francés para dar vida en el papel a niños normales de su... Leer más
Cuentos que no me provocan entusiasmo pero que, desde un punto de vista histórico, han de ser recordados, son los contenidos en El cuarto de las Hadas, de Madame... Leer más
Mejillas rojas, con ilustraciones de Aljoscha Blau y texto de Heinz Janisch, es un álbum excelente, uno más de los que tratan de la relación de un niño con su abuelo (como los ya recogidos aquí, Mi abuelo es pirata, El ángel del abuelo, Buenas noches abuelo...) Está bien armado, las ilustraciones tienen calidad, y la historia combina bien afecto, nostalgia e... Leer más
He leído con interés Poder terrenal y Causas sagradas, de Michael Burleigh. En algunos tramos me han parecido periodísticos en exceso, creo que el autor no es siempre preciso en los calificativos y que, a veces, acentúa innecesariamente la extravagancia de ciertos comportamientos (como hace Paul Johnson, por ejemplo, en Intelectuales)... Es también patente, como el mismo Burleigh advierte, que se deja llevar por sus simpatías y antipatías. Por ejemplo, en el malicioso comentario que formula cuando, al comentar la Francia de finales del XIX, hace referencia a que «una de las características más persistentes de la izquierda es la proyección sin inhibiciones de sus propias fantasías conspiratorias y su propio modus operandi corrupto». Pero, entre otras, para mí destaca la... Leer más
Adam Zagajewski: «Hay que imaginarse el momento en que la Divina Comedia existe como manuscrito inacabado, cuando aún no se ha convertido en el poema que despierta la admiración del mundo entero. Dante está escribiendo digamos el canto cuarto, y todo es posible; puede coger una pulmonía y morir antes, incluso, de haber acabado el Infierno. La visión de la totalidad, por supuesto, ya está latente en su cabeza, pero de ahí a su segura plasmación en el papel hay todavía un largo y peligroso camino; bacterias y virus —y también los enemigos políticos— no andan ociosos. Me gusta imaginarme ese momento, y no sólo por razones de naturaleza filológica. En cierto sentido, el mundo siempre se halla en esa misma condición —en la situación de un manuscrito inacabado—,... Leer más
Al comentario de ayer sobre la serie de Alatriste se puede añadir que un gran libro de historia sobre la época es El Conde Duque de Olivares, de John Elliott, que ya cité a propósito de Dumas. Además, los interesados disfrutarán el Discurso de mi vida. Aventura corsaria de un honorable capitán, donde un personaje real llamado Alonso de Contreras —que combatió en Flandes, Milán, Nápoles, Sicilia, Puerto Rico, Túnez...— narra treinta años de su asombrosa vida. Como se indica en la introducción de una de las ediciones citadas, Alonso de Contreras fue un hombre de acción, «duro como el pedernal» y más bruto incluso que Alatriste. Su relato está escrito entre 1630 y 1633, y, en sus propias palabras, «ello va seco y sin llover, como Dios lo crió y como a mí se me... Leer más
Cuando preparé la primera edición de Bienvenidos a la Fiesta omití una referencia a las novelas de Alatriste, de Arturo Pérez Reverte, porque, aunque había salido la primera novela se anunciaban seis, y decidí esperar. Ahora que han salido ya seis y se sabe que habrá más, se ve con claridad que la serie ha cambiado de signo y se puede afirmar que no es equiparable con ninguna serie de aventuras juveniles al uso. Aprovechando la publicación de Corsarios de Levante he vuelto a leer todas las andanzas del personaje y he preparado un comentario a las seis novelas. Un amigo mío suele decir que Pérez Reverte no es su historiador favorito pero, dejando de lado los juicios que merezca su presentación de la época, que son tarea de los historiadores, en este comentario se puede... Leer más
Una vez mencionado E. H. Shepard parece obligado introducir la reseña de Winnie the Pooh, de A. A. Milne (El mundo de Puff o Winny de Puh, se titulan las versiones en español que yo conozco), uno de los libros imprescindibles en cualquier historia de la literatura infantil. Como más de una vez he comprobado que muchos padres conocen al personaje sólo a través de los dibujos animados, conviene advertir que se trata de un libro de asombrosa categoría literaria, de los que vale la pena tener... Leer más
Un álbum inteligente y trabajado como pocos, para jugar y observar durante tiempo y tiempo, es Imagina, del inglés Norman Messenger, un maestro en atizar la curiosidad y el espíritu de observación del lector. Con textos breves, con unas ilustraciones a base de acuarelas y lápices de colores, unas veces sugiere juegos de imaginación tipo ¿qué pasaría si?, otras propone al lector que se fije bien en lo que ve y busque diferencias o seres ocultos, otras presenta rostros que pueden contemplarse de distintas maneras, otras sugiere posibilidades imposibles a lo Magritte... No faltan ilustraciones con ventanas que se abren para dar lugar a nuevas figuras. Y, además del contenido de la ilustración principal, en cada doble página se propone algún juego-acertijo. Norman Messenger.... Leer más
Cualquier progreso hacia un mayor conocimiento exige ir desprendiéndose de los modelos imaginativos que un día cumplieron su función: si alguien se atasca en la imagen del átomo como unas bolitas que dan vueltas alrededor de una bolita mayor se queda incapacitado para entender la estructura de la materia; si en la mente de un estudiante arraiga la secuencia de dibujos en los que se ve como un mono va irguiéndose progresivamente hasta llegar a ser un hombre, nunca podrá estudiar seriamente la evolución; si un niño se queda con la imagen del diablo que le transmiten algunos cuentos no comprenderá nada de la presencia del mal en el mundo cuando sea mayor... Para ilustrar esto último se puede recordar una anécdota, cuya versión original y fecha exacta no conozco, protagonizada... Leer más
Allan Bloom: «Sólo en las naciones occidentales, esto es, en las influidas por la filosofía griega, existe cierta disposición a dudar de la identificación del bien con las formas de actuar propias. Del estudio de las culturas no occidentales se desprende que es primario, e incluso natural, no sólo preferir las propias formas y estilos, sino también creer que son los mejores, superiores a todos los demás». Y no sólo eso, sino que «el estudio científico de otras culturas es un fenómeno casi exclusivamente occidental, y en su origen estuvo claramente relacionado con la búsqueda de nuevos y mejores estilos, o, al menos, con la esperanza de poder confirmar que nuestra propia cultura es realmente la forma mejor de vida, confirmación, por cierto, que otras culturas no experimentan... Leer más
Cuando en su momento leí los relatos autobiográficos de Dylan Thomas que dije días atrás, busqué una edición de su poesía para aprender un poco más sobre él. Allí leí que, según parece, pocas horas antes de caer en coma y fallecer, al volver a su hotel de Nueva York, comentó: «Me he tomado dieciocho whiskys seguidos. Todo un récord, creo yo». Si es cierta, esta anécdota última del poeta galés en su cuarto viaje a los EE.UU. para recitar públicamente sus poemas en distintas ciudades, una sucesión de triunfos y excesos clamorosos, es la que culmina su «malditismo». En cualquier caso, aunque con limitaciones, sí aprecié un poco lo que señalan los editores: que la poesía de Dylan Thomas tiene un vigor y una musicalidad fuera de lo común, en buena parte... Leer más
Otra excelente novela sobre guerra que leí hace tiempo es Las cosas que llevaban los hombres que lucharon, veintidós relatos cortos relacionados entre sí acerca de la guerra de Vietnam que firma Tim O'Brien. Aunque por entonces no pensaba en escribir una reseña, sí tomé algunas notas, como esta: «En Vietnam también teníamos nuestras maneras de hacer que los muertos no parecieran tan muertos. (...) Mediante el lenguaje que era a la vez duro y ansioso, transformábamos los cuerpos en montones descartables. (...) Aprendí que las palabras establecían una diferencia. Es más fácil enfrentarse con una estirada de pata que con un cadáver; si no es humano, no importa tanto que esté muerto. Por eso una enfermera del Vietcong, frita por el napalm, era un bocadillo crujiente. Un bebé... Leer más
Otro ilustrador extraordinariamente popular en los Estados Unidos, alumno de Howard Pyle, coetáneo de N. C. Wyeth y contemporáneo de Rockwell, fue Maxfield Parrish. Reproducciones de sus ilustraciones decoraron miles de casas durante décadas. Los mundos de fantasía pintados con suntuosidad y brillante colorido que vendrían después, en novelas y películas, le deben mucho. También puso imágenes a relatos infantiles y a «nursery rhymes»... Leer más
Otra colección de Cuentos populares ingleses, algo enriquecidos pero fieles a los contenidos originales, es la que Flora Annie Steel publicó en 1918. Se han editado en español hace unos meses, con las ilustraciones de Arthur Rackham y con una traducción que, acertadamente, incluye una sección final en la que van las Notas donde se dan las rimas originales que se mencionan en los... Leer más
Un magnífico álbum minimalista más de Iela Mari, a sumar a los anteriores, y que esta vez firma con su marido Enzo Mari, es La manzana y la mariposa. Otro ejemplo de talento puesto al servicio de los más pequeños, como debe ser, como debería ser... Leer más
Una frase de Neil Postman en Divertirse hasta morir, aplicable a tantos y tantas que aparecen en portadas y revistas (aunque también pueden vivir justo al lado): no es que se rían en lugar de pensar, sino que no saben de qué se ríen porque han dejado de... Leer más