Arroz con leche es un poemario en versos libres de Natali Tentori, con ilustraciones de Elizabeth Builes, todos de escenas de infancia y con mujeres como protagonistas (vinculados con una campaña argentina de concienciación sobre la violencia contra las mujeres). Esta es una excelente reseña del libro que señala sus cualidades —ecos del folclore, sonoridad, ilustraciones evocadoras que combinan dibujos con bordados… —, y sus limitaciones —ausencia de humor, y de ritmos y rimas…—. En ella también se indica, con acierto, que no es poesía para niños sino poesía sobre la infancia. Natali Tentori. Arroz con leche (2017). Pontevedra: Kalandraka, 2017; 40 pp.; col. Orihuela; ilust. de Elizabeth Builes; ISBN: 978-84-16721-10-8.... Leer más
Una vez leí a Carlos Pujol que la poesía no es una llave que abre puertas sino una luz que las hace transparentes. Sin embargo, las cosas también se pueden formular como en el poema introductorio a Palabras para viajar, de Ana Alonso, un poemario con ilustraciones de Ángeles Agrela, donde se dice que «Cada palabra no es solo una palabra / es también una llave», y que «La poesía es un entrenamiento / para aprender a usar esa llave secreta». El libro agrupa los poemas en varias secciones: palabras para andar y correr, para volar, para navegar, para partir, para llegar, para perderse, y un último poema titulado «Vida», «una palabra que a la vez sirve de pasaporte y de maleta». El conjunto pone de manifiesto el dominio de recursos poéticos que posee la autora, que pone voz... Leer más
Sigo con mis lecturas de verano de libros de poesía que se habían ido quedando atrás en mis listas. Esta vez le toca el turno a la Antología poética, de Jan Twardowski. Según se indica en la buena introducción, un contemporáneo decía que «nos sentimos orgullosos de Szymborska, admiramos a Rózewicz, nos encanta Miłosz, pero a quien amamos es a Twardowski, porque es el único poeta polaco al que se puede amar». También allí se apunta que, en su obra, aparte la influencia de otros poetas polacos como Miłosz o Herbert, se aprecia también la de escritores como Andersen, Sienkiewicz o Frances Hodgson Burnet. Su popularidad, según leí en una reseña, se debe a «su estilo directo, claro, sincero, vivo», y a la «brillantez persuasiva de comparaciones y metáforas, que... Leer más
Segundo libro de poesía pendiente que por fin he podido leer: Cosas que me has contado, de José Luis de la Cuesta. Aquí está una reseña extensa, con algunos poemas de muestra, que me ahorra cualquier comentarlo. Además, a mí me han gustado el políticamente incorrecto LO QUE MI NOVIA TIENE QUE HACER EN MI POEMA ÉPICO, el sugerente SEGUID DISIMULANDO, y otros, como los dos que siguen. NIÑA VOLVIENDO ENFADADA DEL COLEGIO CON PARAGUAS UN DÍA SOLEADO Oh, Señor, y qué dices de esa otra virgen a la que su madre cargó con muchísimo aceite en sus alcuzas, con un generador de emergencia, por si acaso, y de tanto como pesaba todo aquello tampoco llegó a tiempo. POBREZA Gracias, Pobreza, ¡me mantienes alejado de tantas vulgaridades! Gracias a ti puedo no ir... Leer más
Entre mi plan de lecturas atrasadas que estoy intentando remediar este verano, un deseado libro de poesía —debido a las citas y referencias aparecidas en Rayos y Truenos como, por ejemplo, esta entrevista—, que al fin he conseguido leer era y es Puntos suspensivos, de Mario Quintana. Es un acierto que, a modo de prólogo, el traductor y antólogo incluya una selección de aforismos de Quintana sobre la poesía y el oficio de escribir. Son excelentes en general y, en particular, muy ilustrativos, por un lado, de cómo entiende Quintana la poesía —«Envejecer sin experiencia —tal vez en eso consista uno de tantos secretos de la vida. Pero eso es, sin duda, el gran secreto de la poesía»—, y de qué clase de poemas desea escribir y escribe —«Tachar, tachar siempre, mi... Leer más
Un libro leído hace poco y con el que he aprendido mucho: Antología comentada de la poesía lírica española, de Miguel Díez R. y Paz Díez Taboada. Es una extensa selección de los mejores poemas españoles desde sus comienzos hasta bien avanzada la mitad del siglo XX. Los autores, u otros especialistas en ciertos casos, hacen un comentario a cada poema e indican sus aspectos formales más destacados y sus posibles interpretaciones. Además, algunos poemas van seguidos de textos donde se señalan precedentes poéticos, poemas posteriores que lo citan, o lo parodian, o tratan el mismo tópico, alguna crítica singular, etc. Por ejemplo, después de Retrato («Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla»), de Antonio Machado, hay un comentario general, otro en el cual el mismo... Leer más
Poesía para niños de 4 a 120 años. Antología de autores contemporáneos recoge poemas de 43 autores españoles acerca de la infancia. Unos han sido publicados antes y otros no. Los antólogos dicen al lector, en su prólogo, que «no esperes encontrar versos para los más pequeños, porque pequeños somos todos»: es decir, que todos los poemas contienen, al fin, sentimientos de adulto, unos que intentan recuperar el tono de momentos pasados —como «Sólo tu amor y el agua», de Pablo García Baena—, otros que son como evocaciones de algunos escenarios —como «Veranos», de Aquilino Duque—, otros que recuerdan personajes inolvidables —como «Los abuelos», de Miguel D’Ors—, y algunos de padre o madre sobre sus hijos, como este de Amalia Bautista, titulado «Los... Leer más
Wilfred Owen (1893-1918) fue un poeta británico que combatió en la primera Guerra Mundial y murió en ella poco antes de que terminara. Poemas de guerra reúne algunos de los poemas que escribió allí, entre 1917 y 1918, y es un libro sobrecogedor, de los que transmiten dolor auténtico e indignación justa, rechazo del patrioterismo estúpido pero que, a la vez, está muy lejos de cualquier pacifismo burgués de salón con aires de superioridad moral. La edición es bilingüe, la traducción de los poemas suena bien —incluso a un lector de poesía poco experto como yo—, y las notas aclaratorias, al final, son verdaderamente útiles. El editor y traductor hace un buen comentario aquí. Wilfred Owen. Poemas de guerra. Barcelona: El Acantilado, 2011; 102 pp.; edición, trad. y... Leer más
En el libro de Nicholson Baker que cité días atrás hay consideraciones acerca de la poesía que me han gustado. Una, cuando el narrador señala que unos versos de Edward Lear «fueron los primeros que me dieron el escalofrío, el temblor, la afligida alegría de la verdadera poesía, el sentimiento de que algo no estaba bien pero que estaba bien que no estuviera bien. En realidad era mejor que si hubiera estado bien». Otra, cuando un amigo le dice que, para la antología que debe prologar, le sugiere, no sin ironía: «Cuéntale a la gente la razón por la que existe la rima. Dales una buena e imaginativa explicación neurobiológica. La gente adora las explicaciones neurobiológicas imaginativas». Luego, cuando apunta que «el conocimiento que dan las antologías no es... Leer más
En su momento leí La interminable historia de Nory, de Nicholson Baker, un libro singular e inteligente. Ahora he leído El antólogo, otro libro más que curioso del autor que puede gustar mucho (o nada) a los entusiastas de la poesía y que, me parece, atraerá poco a lectores de otro tipo. En él hay dos comentarios de interés acerca de la enseñanza de la poesía a los niños. Ambos aparecen cuando el narrador habla de que tuvo una maestra que les explicó con entusiasmo los haikus y que les decía que la poesía «no tiene que rimar». A propósito de lo primero dice: «incluso entonces comprendí que era cuento. Niños, este es un tipo de poesía que tiene un sentido perfecto, vibrante en japonés, pero que carece por completo de sentido en inglés. Eso es lo que nos... Leer más
Hace pocas semanas cayó en mis manos una Antología de la Poesía española I (desde los inicios al siglo XIX) para uso escolar, en la que se recogen poemas que, se podría decir, cualquier alumno español de secundaria debería conocer de memoria. En ella figuran textos de ocho autores de la Edad Media, de catorce autores del Siglo de Oro, de cuatro del siglo XVIII y de cuatro del Romanticismo. La edición, simplemente, presenta los textos, conforme a lo que afirma el prologuista: «la poesía no puede enseñarse, sino sólo señalarla: ahí está». Es una edición útil para sus objetivos de facilitar el aprendizaje y, también, para quien desee recordar poemas como el «Recuerde el alma dormida», «Que por mayo era por mayo», «En fin, en fin, tras tanto andar muriendo», «Voto a... Leer más
Cuando leí Lo que ha llovido anoté este comentario: «me parece que cuando leo a Jünger lo hago en un espejo. Probablemente provocar ese espejismo es una de las pruebas del nueve de los grandes escritores». El mismo espejismo me han provocado muchos poemas de Con el tiempo —del que hay aquí una buena y amistosa reseña y aquí otra—, como por ejemplo el irónico de «Peor», que dice así: «“Si dices la verdad, te quedas solo”, suele advertir la gente muy rara vez por experiencia propia. Resulta que es peor: acabas solo sólo con pensarla». Enrique García-Máiquez. Con el tiempo (2010). Sevilla: Renacimiento, 2010; 72 pp.; ISBN:... Leer más
Yo también tenía en espera desde hace tiempo Lecturas no obligatorias y Aquí, de Wisława Szymborska. Y, en efecto, y como se podía suponer, ambos son dos libros formidables. Siguiendo los enlaces hay reseñas de los dos. Más adelante citaré otro texto de Lecturas no obligatorias. Ahora sólo quería dejar constancia de que me ha parecido extraordinario, entre otros —como el maravilloso «Ella Fitzgerald en el cielo»—, el poema titulado «Divorcio» y, en particular, su primer verso. Comienza así: «Para los niños el primer fin del mundo de su vida. Para el gato un nuevo dueño. Para el perro una dueña nueva. Para los muebles escaleras, golpes, carga, descarga. Para las paredes claros cuadrados tras los cuadros descolgados. Para los vecinos de la planta baja un... Leer más
En unas palabras finales a su poemario Baúl de sombras, dice Javier de Navascués lo que significa la poesía para él: «Pavese decía que escribía para defenderse de las ofensas de este mundo. A mí, el mundo, por suerte, no me ha producido nada grave. Si acaso, quizá yo le haya hecho más daño que él a mí. Lamento no poder sostener razones tan existenciales como prestigiosas, pero el victimismo siempre me ha parecido, en manos de los intelectuales, una trampa retórica. La escritura, para mí, no es liberación de fantasmas ni desahoga efusivo. Me parece, sí, que un poema debe nacer de una mirada directa a la propia realidad de quien lo hizo posible. Un buen poeta no debe tratar de decir nada de antemano. No ha de explicarle al lector el sentido de la vida. No ha de... Leer más
Hace más o menos un año decidí leer la Divina Comedia con calma y hasta el final, esta vez azuzado (entre otras lecturas) por un libro de Romano Guardini —citado en La representación de los ángeles y en Más sobre los ángeles—. En esas estaba cuando leí unos comentarios del prólogo que le puso Borges a una edición de Océano de 1998. En uno, que tiene que ver con citas ya colgadas aquí —Aprender a describir, Los maestros del primer plano— señala el inmenso talento de Dante para la descripción concreta: «No le basta decir que, en la oscuridad del séptimo círculo, los condenados entrecierran los ojos para mirarlo; los compara con hombres que se miran bajo la luna incierta o con el viejo sastre que enhebra la aguja (Infierno, XV, 19). No le basta decir que en el... Leer más
Intenté leer en los años ochenta la Divina Comedia pero sólo llegué a terminar el Infierno. Volví a intentarlo de nuevo en los noventa, estimulado por Lo raro es vivir, de Carmen Martín Gaite. En esa novela hay una profesora, que acaba siendo una especie de Virgilio para la protagonista, que un día sintetiza la Divina Comedia en clase: desde los infiernos «hasta llegar por fin, franqueando siete cornisas, a la ansiada cumbre de los jardines del Edén donde el poeta va a encontrar a Beatriz mirando al sol con ojos de águila y que le dice: “Te crea confusiones / tu falso imaginar, y no estás viendo / lo que verías libre de ilusiones”, un mundo transparente pero al mismo tiempo difícil de entender porque nos pilla desprevenidos, porque estamos acostumbrados al mal, un... Leer más
Desde hace algún tiempo, cuando en la conversación se habla de novelas recientes sobre la Edad Media, suelo aconsejar leer la Divina Comedia, de Dante, la obra literaria medieval por excelencia. El comentario sirve un poco para combatir el prejuicio pedante de quien piensa que la gente de aquella época era menos inteligente que la de la nuestra; para subrayar que, aunque uno no entienda ni siquiera un veinte por cien, leer una gran obra siempre compensa; para indicar lo bien que a todos nos viene para medir la propia estatura intelectual y la de otros autores de hoy... Si alguien muestra interés en la lectura le digo que una versión asequible es la de Angel Chiclana, en Austral, que contiene un prólogo explicativo excelente y es una edición en elegante castellano que se sigue... Leer más
Cuando en su momento leí los relatos autobiográficos de Dylan Thomas que dije días atrás, busqué una edición de su poesía para aprender un poco más sobre él. Allí leí que, según parece, pocas horas antes de caer en coma y fallecer, al volver a su hotel de Nueva York, comentó: «Me he tomado dieciocho whiskys seguidos. Todo un récord, creo yo». Si es cierta, esta anécdota última del poeta galés en su cuarto viaje a los EE.UU. para recitar públicamente sus poemas en distintas ciudades, una sucesión de triunfos y excesos clamorosos, es la que culmina su «malditismo». En cualquier caso, aunque con limitaciones, sí aprecié un poco lo que señalan los editores: que la poesía de Dylan Thomas tiene un vigor y una musicalidad fuera de lo común, en buena parte... Leer más
El norteamericano Wallace Stevens (1879-1955) está considerado uno de los poetas más relevantes del siglo XX. Recibió un reconocimiento crítico tardío, también porque comenzó a publicar tarde, pero hoy es considerado un clásico por muchos lectores. En su momento leí con interés una selección de sus poemas y de sus famosos aforismos entre los que cuales hay muchos ciertamente inteligentes: «Lo real es sólo la base. Pero es la base»; «El fallo esencial del surrealismo es que inventa sin descubrir»; «Un tema grandioso no es garantía de un efecto grandioso sino, más probablemente, de lo contrario», por ejemplo. Por otra parte, comprobar que una persona brillante no se libra de sostener opiniones que, a simple vista, a mí me parecen más bien patéticas, también es... Leer más