El norteamericano Wallace Stevens (1879-1955) está considerado uno de los poetas más relevantes del siglo XX. Recibió un reconocimiento crítico tardío, también porque comenzó a publicar tarde, pero hoy es considerado un clásico por muchos lectores. En su momento leí con interés una selección de sus poemas y de sus famosos aforismos entre los que cuales hay muchos ciertamente inteligentes: «Lo real es sólo la base. Pero es la base»; «El fallo esencial del surrealismo es que inventa sin descubrir»; «Un tema grandioso no es garantía de un efecto grandioso sino, más probablemente, de lo contrario», por ejemplo. Por otra parte, comprobar que una persona brillante no se libra de sostener opiniones que, a simple vista, a mí me parecen más bien patéticas, también es ilustrativo: «Cuando se ha dejado de creer en un dios, la poesía es la esencia que ocupa su lugar en la redención de la vida»; «A la larga, la verdad no importa», entre otras.
Wallace Stevens. De la simple existencia: antología poética. Barcelona: Galaxia Gutenberg: Círculo de lectores, 2003; 269 pp.; selección, traducción y prólogo de Andrés Sánchez Robayna; ISBN: 84-8109-443-9.