Tenía en mis listas de lecturas atrasadas, desde hace mucho, Mi infancia y juventud, de Santiago Ramón y Cajal, y pude al fin leerlas hace unas semanas en una buena edición reciente. Tienen sabor y viveza —no sabía que había sido un chico y un alumno tan activo y tan revoltoso— y, de vez en cuando, tal como me había indicado quien me las recomendó hace tiempo, están salpicadas de observaciones a las que vale la pena prestar atención. Tomé nota de varias. Una vez, con unos diez años o así, fue castigado al «cuarto oscuro», una habitación subterránea que todos los chicos veían con terror pero él no: «me procuraba la calma y recogimiento necesarios para meditar mis travesuras del día siguiente». Allí se dio cuenta de lo siguiente: «el ventanillo cerrado de mi... Leer más
Hace años leí Los grandes relatos, de José Jiménez Lozano, del que recordaba pocas cosas, aunque sí que su título aludía irónicamente a la discusión entre los filósofos posmodernos acerca de que ha pasado ya la época de los grandes relatos que intentaban dar un sentido a la historia, para enseñar una vez más la verdad que los listos olvidan de que son las vidas humildes de personas sencillas y rectas las que sostienen nuestro mundo. Tal como aquí se indica es una colección de treinta y tres cuentos breves extraídos de la infancia del autor en un pueblo castellano después de la guerra civil. Estoy de acuerdo también con esta buena reseña —que además contiene algunos textos jugosos del libro—, de que es uno de los mejores libros de cuentos de Jiménez Lozano: tal... Leer más
Me alegra la nueva edición de El río, escenas breves de recuerdos de infancia de Ana María Matute, de las temporadas que pasó en Mansilla de la Sierra, el pueblo riojano de sus abuelos. En algunas la escritora recuerda el modo de ser de aquellos niños del pueblo, unos niños que, dice, «sentían un orgullo grande y silencioso. Siempre he pensado en ese orgullo que no habla, que mira lentamente, con unos ojos que parecen dueños de la tierra». Es cierto que sentían curiosidad sobre cosas de la vida de la ciudad, dice la narradora, «cosas que nunca habían visto, y que tal vez no llegarían a ver jamás. Pero no había ansiedad en sus preguntas, ni zozobra. En cambio, ellos estaban en posesión de secretos que nosotros nunca conoceríamos y lo sabían» («Orgullo»). En... Leer más
Sucederá la flor es un pequeño libro en el que Jesús Montiel escribe sus reflexiones con motivo de la enfermedad grave de su hijo de dos años. Todo está contado con un lenguaje natural y preciso, con altura y elegancia en las consideraciones, con un lirismo sin énfasis ni poses que resulta conmovedor. Su contenido y sus méritos se detallan bien en esta reseña y en esta otra. Entre otros textos de los que tomé nota, éste: «Dios vive en los geriátricos, en los manicomios, las afueras de la ciudad. (…) En la planta de oncología infantil. Allí tiene un ejército minúsculo de soldados que no superan el metro y medio de estatura. Un ejército ridículo y sin embargo invencible. Quince niños calvos. Yo lo he visto: un hombre muy seguro de sí mismo entra en esa planta y... Leer más
El niño y el pueblo perdido, de Pere Marti i Bertran, es un relato cortito cuyo narrador es un niño llamado Cayetano que, cuando estalló la guerra civil española, vivía en La Fatarella, Tarragona. Habla de lo que notaba entonces a su alrededor, cuenta que cuando las tropas de la República recuperaron La Fatarella e instalaron cerca un pueblo camuflado, él iba con su madre allí, pues la contrataron para que lavase, zurciese y planchase la ropa de las tropas. Un último capítulo corre a cargo del mismo Cayetano pero cuando ya tiene ochenta años. Un apéndice histórico da cuenta de los hechos sucedidos en La Fatarella y su entorno, y añade algunos datos sobre varias personas que aparecen en el relato. Es un acierto el tono del narrador: claro, sereno, agradecido a quien se... Leer más
En Memoria por correspondencia, de la pintora y dibujante colombiana Emma Reyes (1919-2003), se reúnen unas cartas que, entre 1969 y 1997, le escribió a su amigo Germán Arciniegas contándole su triste infancia, con la condición de que se publicasen tras su muerte. Al principio la pequeña Emma y su hermana mayor Helena, viven con una mujer llamada María, y cambian de domicilio algunas veces; luego, cuando son abandonadas, son recogidas en un internado con unas monjas cuya forma de tratarlas es inhumana. Lo más destacable del libro es el tono distante y no dolido que usa la narradora, lo cual permite que la lectura de situaciones tan trágicas no resulte demasiado dolorosa. Hay varios apéndices, explicando el origen del libro y cosas de la vida de la autora. En esta reseña, que... Leer más
En su momento hablé de El caballo de cartón, de Abel Hernández. He leído en las últimas semanas otros libros del autor: Historias de la Alcarama, también recuerdos de la vida en Sarnago, Soria; Leyendas de la Alcarama, una historia de amor ambientada en los mismos tiempos y ambientes; y el recientemente publicado El canto del cuco: llanto por un pueblo, más recuerdos elegíacos donde se combinan sucesos y experiencias de hoy con recuerdos de la infancia y, en particular, de su madre. Vale la pena conocerlos para disfrutar del lenguaje y de las observaciones llenas de sentido común del narrador. Ambas cualidades se pueden apreciar cuando, en El canto del cuco, comenta que la perversión actual de muchas palabras es un gran desastre cultural y, para ejemplificarlo, hace notar... Leer más
Leí aquí una referencia a La novela de un novelista, de Armando Palacio Valdés, que no conocía, por lo que, aprovechando una estancia en Asturias, decidí buscarla en la biblioteca y leerla para entrar en ambiente. Son recuerdos de la infancia y adolescencia del autor, en las últimas décadas del siglo XIX. Están muy bien escritos, aparecen en sus páginas notables personajes de la zona, los sucesos de todo tipo se cuentan con acentos entusiastas, y abundan los momentos en los que el autor mira hacia atrás con nostalgia y agradecimiento. «Muchas, muchísimas veces me he preguntado después, en el curso de mi vida: ¿Cuál será el mundo verdaderamente real, aquel que yo veía en mi infancia o este otro que ahora contemplo al través del velo tejido de perfidias, traiciones,... Leer más
Mañana nunca lo hablamos, de Eduardo Halfón, son escenas de niñez del autor, un chico guatemalteco de familia muy acomodada y muy cosmopolita, que se desarrollan a finales de los años setenta y principios de los ochenta, y todas ellas antes de que cumpla diez años. Aunque queda claro que la redacción es posterior, el narrador intenta recuperar la visión del niño que va descubriendo el mundo propio de los adultos y las vidas, tan distintas a la suya, que llevan otras personas. Hay momentos de sufrimiento y dolor, que tienen intensidad, y otros de vida social o familiar, que también atraen y, en algunos casos, sorprenden o inquietan. Los textos tienen gran altura literaria y el sabor de unos localismos que, al menos a mis oídos, suenan siempre bien: así, de un profesor perspicaz... Leer más
Un libro de memorias infantiles con acentos líricos: El humo dormido, de Gabriel Miró. Se puede conseguir gratuitamente, como muchos libros antiguos ahora mismo, en... Leer más
En Nace un niño en los Andes, de Ciro Alegría, se contienen ocho evocaciones de infancia del escritor peruano. Si alguien necesita un pretexto para leerlos ahora, buscando el libro en bibliotecas pues creo que no está en el mercado, lo tiene en sus dos magníficos relatos de Navidad y fin de... Leer más
Allá lejos y tiempo atrás (1918), de William Hudson, hijo de norteamericanos y argentino de nacimiento, son unas memorias de sus diez primeros años de vida en una hacienda. Escritas con asombrosa soltura, en ellas transmite su amor entusiasta por la naturaleza y sus muchos conocimientos sobre la materia, en particular sobre pájaros. Tiempo atrás puse una nota con un texto tomado de este libro en el que Hudson señalaba las dificultades del desdichado autobiógrafo. Como decía Pedro Antonio Urbina en una reseña, «este libro de recuerdos infantiles —llamarlo memorias es como vestir un uniforme militar a un niño— ha tenido la feliz fortuna de llegar a la lengua española gracias a Miguel Temprano García. Considero admirable su trabajo de traducción porque reconstruye una... Leer más
Más memorias de infancia uruguayas: Muchachos, de Juan José Morosoli. En este caso los acentos son los propios de una novela de crecimiento: «no he escrito una obra de arte», dice el autor, «sino que he mirado hacia mi niñez natural y melancólicamente». Difícil de... Leer más
Otras memorias uruguayas de infancia, muy apoyadas también en la relación del narrador con algunos animales, son las de Julián Murguía recogidas en Cuentos del país de los gauchos. En ellos se habla, con acentos entusiastas y un lenguaje rico, de la «ignorancia de las cosas importantes» que tiene la gente de ciudad, «cosas importantes como saber los nombres de los pájaros, los nombres de los árboles, los nombres de los pescados del arroyo. Cómo saber dónde buscar lombrices para pescar, dónde encontrar isocas, cómo armar una aripuca o distinguir un nido de benteveo de uno de tijereta». De nuevo, no está en la red de bibliotecas públicas... Leer más
Así como, decía semanas atrás, hay un tipo de memorias de infancia donde abundan los personajes singulares que conoció el narrador, hay otro tipo cuyos autores recuerdan, sobre todo, su entusiasmo por los animales y la vida en la naturaleza. Un primer ejemplo es el de Buscabichos, del uruguayo Julio C. Da Rosa, un libro que habla de una infancia con muchos momentos de «alegría cosquilleante». Veo que no está en la red de bibliotecas públicas españolas así que a ver si algún editor se... Leer más
Por su interés histórico pongo información sobre un libro antiguo en el que un padre recuerda la vida y educación de su hijo: Vida de Dominguito, de Domingo Faustino... Leer más
Por su singularidad y por la fecha de su publicación, me ha interesado El barranco, de Nivaria Tejera, escritora nacida en Cuba en 1930, que pasó su infancia en Tenerife y que, años más tarde volvió a Cuba, para luego exiliarse en París en 1965. En su relato narra sus recuerdos de infancia durante la guerra civil española, marcados por el encarcelamiento de su padre, las visitas que ella y su familia le hicieron a la cárcel, su posterior liberación y su regreso a prisión. No es una novela más de las que se han apuntado a una moda reciente pues se publicó en francés en 1958. Tampoco, aunque resulte dolorosa, tiene acentos revanchistas: el principal interés de la narradora es dejar constancia de su sufrimiento y su desorientación cuando su mundo se derrumbó. Lo mejor son... Leer más
El caballo de cartón, de Abel Hernández, es una más que buena narración de memorias de niñez. El narrador, que visita su pueblo de Sarnago, Soria, hoy deshabitado, encuentra un viejo caballo de cartón que le regalaron en la infancia. Con ese motivo evoca los sucesos que ocurrieron entonces, el año 1948, cuando tenía once años y un incidente que pudo ser trágico puso fin a su vida en el pueblo. Aunque los sucesos del final tienen verdadera tensión, lo que importa en este libro es, por un lado, lo que tiene de retrato veraz de unas gentes, una época y un ambiente. Por otro, también es todo un acierto lo bien que refleja el mundo de inquietudes y preguntas de los niños, aunque sobre ellas siempre se superpongan las incertidumbres del narrador adulto y su espíritu de balance... Leer más
Un relato de recuerdos de infancia que, como el que cité tiempo atrás de Claudia Lars, leí hace años: Cuadernos de infancia, de la argentina Norah Lange, amiga de juventud de Borges y poeta vanguardista entonces. Cuando escribo esto veo que hay tres ejemplares en la red de bibliotecas públicas... Leer más
Un rico relato de memorias de infancia y adolescencia que, hace años, me mandó un amigo desde Estados Unidos, y que, por su calidad literaria y por el colorismo y la vivacidad del mundo que describe, leí como un gran descubrimiento: Tierra de infancia, de la salvadoreña Claudia Lars. Acabo de comprobar que sólo hay un ejemplar en la red de bibliotecas públicas... Leer más
La otra gente, de Pedro Antonio Urbina, es otro libro para poner en paralelo con los citados en Sentimientos encontrados, tanto por sus acentos evocadores de los años de infancia como por su calidad... Leer más
Por su calidad literaria, y por sus aires de memorias ficcionadas, El vaso de plata, de Antoni Marí, recuerda obras como las Pequeñas memorias de Tarín, de Rafael Sánchez Mazas, o Las musarañas, de José Antonio Muñoz Rojas, o, también, escenas de El Rey Mago y su elefante, de Aquilino Duque. Como ellas, evoca con elegancia el mundo de sentimientos encontrados de la infancia y la adolescencia, contra el fondo de los ambientes y las relaciones humanas propias de tiempos pasados en España. El comentario que abre la obra como prólogo, de Ignacio Martínez de Pisón, es certero pero, a mi juicio, es más respetuoso dejar que la obra llegue al lector sin presentarle ninguna interpretación... Leer más
A pesar de compartir paisanaje, de las obras de Camilo José Cela sólo me gustaron Viaje a la Alcarria y sus recuerdos de infancia titulados La rosa, el único de sus libros con el que... Leer más
Más magníficas memorias de infancia: Chico Carlo, de la uruguaya Juana de Ibarbourou. «Fui una niña feliz. (...) (Los niños) se hallan demasiado atentos al placer nuevo de existir, para entregarse a ninguna meditación comparativa, fuente de tristeza. En el niño todo es novedad, hasta el dolor fugitivo. (...) La sensación de desdicha en el niño resulta tan efímera que es frecuente ver al que sufre una penitencia, entrar a ella en un acceso de llanto desesperado, y a los pocos minutos, con los ojos aún llenos de lágrimas, cantar como si no fuese verdad su... Leer más
Unas excepcionales memorias de infancia: Las musarañas, de José Antonio Muñoz Rojas. El escritor malagueño se centra en recuperar el mundo interior del niño que... Leer más
Un extraordinario libro de memorias de infancia: El Rey Mago y su elefante, de Aquilino Duque. Con una prosa magnífica, el autor habla de sus años de niñez en Sevilla y Zufre durante los años treinta, y de cómo «los sucesos que se precipitaron entre febrero y julio del 36 me adelantaron el uso de razón; me desgarraron aquella veladura traslúcida que me envolvía por igual lo soñado y lo vivido, me disolvía el tiempo, me fundía el espacio. La realidad, que hasta entonces había sido simultánea, pasaba a ser sucesiva, y ya no eran fogonazos y escenas aisladas en un presente que era a la vez pasado y futuro, sino una secuencia, una sintaxis, un orden de cosas con su principio y su fin». De todos modos, traigo aquí hoy esta historia para reproducir este párrafo: «Mi madre me... Leer más
Tiene una gran fuerza la narración de Plácido Gil titulada Un adolescente en la retaguardia - Memorias de la Guerra Civil (1936-1939). El autor, actualmente monje benedictino en la abadía de Leyre, Navarra, tenía 15 años el 18 de julio de 1936 y entonces era novicio en el Monasterio de El Pueyo, Barbastro. Tras el asesinato de todos los monjes, él trabajó primero en los comedores de los milicianos en Barbastro; luego se trasladó a Caspe, donde también fue camarero en el casino, centro de operaciones de los anarquistas y republicanos; después vivió en Poal, un pueblo leridano, con una familia que le acogió; finalmente, al terminar la guerra, pudo regresar a su casa de Lumbier, Navarra, donde le creían muerto. El autor explica en el prólogo que sólo pretende narrar lo que... Leer más
«Los Reyes Magos con toda su leyenda, los camellos infatigables, las bolsas llenas de juguetes, casi reventando. Si mal no recuerdo, hasta los ocho años viví en aquel evangélico engaño y hasta cierta vez descubrí en la tierra húmeda la huella de los camellos, esos mismos camellos para los cuales queríamos dejar en esa noche de vísperas agua y pasto. (...) recuerdo con nostalgia aquellos días ingenuos en que escribíamos respetuosas cartas llenas de promesas, de testimonios y protestas de buena conducta y desaforados pedidos. (...) Aquellos días nos parecían el colmo de una dicha inagotable, que no nos cansaría jamás, que nunca podrían ponernos tristes, llenarnos de esa leve angustia que desde hace años nos traen las fiestas del calendario». Sirva este texto para señalar... Leer más