Son muchos los álbumes que persiguen aficionar a la lectura a los lectores pequeños. Hay un tipo de tramas, como la de El poder de las historias, del italiano Lorenzo Sangió y el parisino Didier Lévy, que lo intentan presentando unos personajes simpáticos que se ven atrapados al ponerse a leer relatos: en este caso es un gato, Mauricio, que si al principio pensó atraer a los ratones contándoles historias para luego comérselos, acabó él mismo atrapado por el poder de los relatos. La historia es previsible pero graciosa; en las ilustraciones, que combinan dobles páginas con una sola imagen y otras con muchas escenas de Mauricio, hay referencias a los relatos que se ve que le gustan en los libros que lee o en los pósteres que cubren sus paredes (SpiderCat, BatCat, Catrix, Mary... Leer más
Selva, de Marina Gibert, es un álbum sin palabras de los que intentan y consiguen fascinar al observador por la exuberancia y el colorido de los escenarios que ocupan las dobles páginas completas, pero también de los que consiguen dejarlo pensativo. En él, un niño entra en una selva oscura, donde hay ojos de muy distintos animales que lo acechan, inquietantes pero al fin amables y bondadosos; la historia termina cuando el niño atraviesa una puerta por la que, como se verá, vuelve a su ciudad. Una sugerente ilustración final, que aumenta la categoría del álbum, hará reflexionar al lector acerca del poder evocador que tiene la memoria de lo vivido, en el poso que dejan en la imaginación las experiencias (vitales o lectoras) que se han tenido, y, tal vez, en el enriquecimiento... Leer más
¡Qué libro más tonto!, de Sergio Ruzzier, trae a la cabeza otro álbum excelente titulado ¡Es un libro!, de Lane Smith. El pollito Chick descubrirá, poco a poco, a dónde le acaban llevando las palabras que lee: en la primera doble página Chick ve un libro en el suelo y exclama: «¡Anda! ¡Un libro!»; lo toma y dice «Mmmm… ¿En este libro no hay imágenes?», y después de preguntarse «¿Dónde están los dibujos?», le da una patada… Pero luego vuelve a cogerlo, mientras vemos cómo el fondo del escenario deja de ser blanco y cómo, a través de un tronco, atraviesa una zanja que le conduce a otro lugar con personajes curiosos… Va diciendo que las palabras son muy difíciles…, pero que de vez en cuando encuentra palabras que conoce…, que algunas son divertidas..., que... Leer más
Las vacaciones de Pato, el primer álbum del ilustrador israelí Gilad Soffer, es muy divertido y un buen ejemplo de relato metafictivo de los que transmite bien que cuando lees siempre pasan cosas: será su protagonista, igual que los de algunos álbumes de Hervé Tullet o de Mo Willems, quien se dirija imperiosamente al lector y le haga notar que sus acciones le afectan. Con unas eficaces ilustraciones, en lápices de colores, y figuras graciosas, en la primera doble página se nos muestra a Pato, feliz, en la playa y tomándose un helado en su hamaca y, en la segunda, vemos que el helado vuela de sus manos y a Pato exclamando, enfadado, «¿Se puede saber quién ha pasado la página?» A partir de ahí, en dobles páginas sucesivas, Pato se va indignando cada vez más pues, al pasar... Leer más
La curiosa librería, de Shinsuke Yoshitake, es un librito que se puede llamar álbum pero también cabría considerarlo cómic pues en cada página hay varias imágenes que, aunque no estén recuadradas por viñetas, presentan sucesivos momentos de la narración. En la cubierta vemos al dueño de La curiosa librería y leemos que son «especialistas en libros sobre libros», la misma información que se da en la primera doble página. La siguiente doble página, unos estantes con libros, actúa como un índice de lo que se mostrará después: «Libros peculiares» —y en los lomos leemos: Cómo cultivar un árbol escritor, Libros hechizados del mundo, etc.—, «Artilugios» —El robot de lectura, El transformador de portadas—, «Profesiones» —Cómo envolver libros, Campamento... Leer más
Los cuentos de Willy es un álbum con el propósito de aprovechar la popularidad del personaje y la gran capacidad de sugerencia que tienen las ilustraciones de Anthony Browne, para picar la curiosidad del lector y llevarle así hacia la lectura de algunos libros valiosos antiguos. En una página Willy cuenta cosas que le ocurrieron y, en la contrapuesta, le vemos en medio de una escena emocionante: algunos lectores se sentirán atraídos hacia el relato que se anuncia y los más expertos recordarán el momento que se narra y también reconocerán que las imágenes están inspiradas en las que prepararon ilustradores muy conocidos para obras como Robinson Crusoe, La isla del tesoro, Robin Hood, La caja de yesca (un cuento de Andersen), Peter Pan, Alicia en el país de las maravillas, El... Leer más
Hay relatos sobre libros o sobre palabras que nos gustan a quienes nos gustan los libros y las palabras, incluso aunque aunque no estén muy conseguidos. Además, hay ilustradores que nos gustan siempre incluso aunque no consigan su mejor libro. Es el caso de El coleccionista de palabras, de Peter H. Reynolds, y de Zampalabras, de Juan Berrio y Javier Fonseca. Ambos álbumes tratan del amor a las palabras y las ilustraciones y composición de los dos son magníficas, aunque las minitramas no tengan mucha consistencia. En el primero —un álbum animante y un poco dulzón que apoya el diseño de sus imágenes en la disposición de las palabras en las páginas, como acostumbra el autor— se habla de un chico que colecciona palabras —las que oye, las que ve, las que lee…; las que son... Leer más
El pequeño protagonista de El lector, álbum de Lauren Castillo y Amy Hest, es un niño que, acompañado por su perro, sube a un pequeño montículo nevado, arrastrando un trineo en el que lleva un misterioso maletín de color marrón. Se hace notar que subir es un trabajo duro y la gran alegría que siente cuando alcanza la cima, que comparte jugando con su perro. Y entonces se acomodan los dos y el chico abre el maletín. Álbum de argumento sencillo, tanto de descubrimiento del mundo como de amistad entre niño y perro. El relato indica que las grandes satisfacciones a veces requieren una preparación costosa y se acaba centrando en lo que anuncia el título: en lo sabrosos que son los momentos de lectura compartida. Son evocadoras las ilustraciones, con figuras contundentes de... Leer más
La perrita detective, de Sara Ogilvie y Julia Donaldson, es, como cabía esperar de las autoras, una historia simpática con imágenes excelentes. La perrita Nina es capaz de resolverlo todo y cuando roban los libros en la escuela, ella se ocupa de resolver el misterio. El problema es, como les suele ocurrir a los relatos en verso de Donaldson, que no es nada fácil que la traducción al castellano suene igual que lo hace en inglés. Esta es la versión en castellano de unos versos: «Érase una vez una perrita, de olfato muy agudo, Detective Nina, así la conocía todo el mundo. ¡Snif, snif, snif! Una y otra vez, Nina conseguía resolver los crímenes con lucidez. ¿Quién ha tirado al suelo las avellanas? ¿Y quién ha robado la miel de las abejas?», Los versos... Leer más
El Caballero que no quería luchar, de Thomas y Helen Docherty, es Leo, un joven ratoncillo y caballero medieval al que sus padres incitan a luchar aunque él prefiere dedicarse a leer. Al fin hace caso a sus padres y sale a luchar, montado en su caballo Amigo, y llevándose con él una pila de libros. Encuentra primero un grifo, luego un trol y finalmente un dragón. Al principio son amenazadores pero cuando Leo les cuenta una historia o les da un libro apropiado, todos se amansan. Al dragón, por ejemplo, le dice que tiene «un libro alucinante lleno de miles de dragones impresionantes» y lo convence a la primera. Las ilustraciones son divertidas y el texto en verso también lo es, aunque no haya forma de trasladar la sonoridad del inglés a la versión española: «Leo was a gentle... Leer más
La niña de los libros, de Oliver Jeffers y Sam Winston, es uno de esos álbumes premiadísimos y elogiadísimos. Sin duda lo merece: Jeffers es un maestro de los álbumes y Winston es un experto tipógrafo y, por tanto, de su colaboración tiene que salir algo bueno o, al menos, algo que seguro que gustará a quienes siguen el mundo de los álbumes (como yo). Además, el libro habla sobre libros y lectura para gente a la que le gustan los libros y la lectura, así que tiene los aplausos garantizados entre quienes se dedican a los libros y a la lectura (como yo también)... El relato trata sobre una niña que, «a través de un mar de palabras» llega junto a un niño solitario y le anima a vivir aventuras a través de «los bosques de cuentos de hadas», de las «montañas de... Leer más
El señor Zorro y el hilo rojo, de Franziska Biermann, es la continuación de Al señor Zorro le gustan los libros. Si en aquel libro se habla del poder adictivo de la lectura este podría decirse que se refiere al poder adictivo de la escritura. Al principio se nos explica que el señor Zorro se ha convertido en una celebridad mundial gracias al éxito que han tenido sus libros sobre las aventuras policiacas de Jacky Marrone. Conocemos a su agente, el señor López, feliz con el dinero que le hace ganar el señor Zorro. Un día que el señor Zorro decide comenzar una nueva novela —antes se nos ha contado el trabajo de documentación previo a ponerse a escribir—, descubre que han desvalijado su sótano y ha desaparecido todo el material almacenado de ideas, cuadernos, etc. Acaba... Leer más
Mi amigo Libro, de Dasha Tolstikova y Kirsten Hall, comienza presentando al personaje: «Libro era un libro. Y tenía todo lo que un libro puede soñar. Era fuerte y resistente. Contaba una historia ingeniosa y divertida». El relato cuenta que deseaba estar en manos de un niño y su vida desde que está en la librería hasta que se lo lleva una niña que tiene un perro agurruñado llamado Natillas. Álbum interesante, también por ser el primero de la escritora y de la ilustradora. Las imágenes, realizadas con pastel y lápices, a veces como esbozos, son ágiles y bien adaptadas a lo que se narra en cada momento. La historia es simpática y está bien pensada para ganarse a quienes ya les gustan los libros y a quienes tienen interés en promover la lectura entre los niños. Por otro... Leer más
Los libros que aplauden y difunden el uso de las bibliotecas, y además lo hacen de modo simpático, tienen asegurada una gran difusión. Es el caso del gracioso ¡Se busca! Lili la liebre, ladrona de libros, primer álbum de la escocesa Emily Mackenzie. Por su argumento se podría comparar con El Trincalibros. La liebre protagonista está tan obsesionada con los libros que los roba continuamente. Hasta que, un día, desaparece un libro de Arturo, que lo denuncia y, cuando la policía detiene a Lili, Arturo ha de acudir a una rueda de reconocimiento de sospechosos… La historia está bien llevada, las figuras son graciosas, las composiciones de páginas son acertadas, hay guiños bien pensados —que no siempre se pueden trasladar bien: un libro con los Bunniver's Travels, por... Leer más
Ñac-Ñac, El Monstruo Comelibros, de Emma Yarlett, es un álbum de argumento mínimo y bromista que me ha recordado a Al señor zorro le gustan los libros. Su protagonista es un monstruo regordete llamado Ñac-Ñac al que le encanta comer libros. Vemos cómo da mordiscos a Ricitos de oro, a Caperucita roja, a Jack y las habichuelas mágicas… Al final, el narrador consigue atraparlo y encerrarlo. El libro se caracteriza porque cada cuento que muerde Ñac-Ñac está confeccionado de modo diferente —incluso con hojas de tamaños y formas distintas— y con abundancia de troquelados, la mayoría con forma de mordisco. Emma Yarlett. Ñac-Ñac, El Monstruo Comelibros (Nibbles, The Book Monster, 2016). Madrid: Bruño, 2016; 20 pp.; col. Cubilete; trad. de Virtudes Tardón Sánchez; ISBN:... Leer más
La biblioteca nocturna, de Kazuno Kohara, habla de una bulliciosa biblioteca que sólo abre por la noche. La bibliotecaria es una niña que tiene tres búhos ayudantes. La historia cuenta cómo la chica resuelve varios problemas: el de unas ardillas ruidosas, el de un lobo que llora cuando lee y el de una Tortuga que no ha logrado terminar su libro cuando todos se marchan. El argumento del relato no tiene tensión pues es puramente descriptivo de algunas acciones, pero el álbum, como tal, tiene mucho encanto debido al estilo retro, tan singular, de unas ilustraciones que son grabados en linóleo. Las figuras están contorneadas con líneas gruesas y son amables, por lo que la oscuridad de fondo de todas las ilustraciones, aliviada con amarillos y naranjas para personajes y algunos... Leer más
Me he dado cuenta recientemente de que no había hablado aquí de ¿Quién teme al libro feroz?, de Lauren Child. Su protagonista, conocido de otros álbumes de la autora, es Olmo, que se duerme y, en su sueño, se mezclan Ricitos de Oro y Cenicienta. Pero, como había pintarrajeado los cuentos cuando los leyó, ahora los personajes aparecen con bigotes pintados con bolígrafo... y acaba metido en líos. El álbum, sobre temores y lecturas, hará sonreír a los lectores familiarizados con los cuentos a los que alude la narración…, y que no sean perezosos para leer el mucho texto que aparece al revés. Es interesante también, por ciertos rasgos de humor posmoderno típicos: el personaje interactúa con el medio —el propio álbum—, como cuando en el papel hay un agujero físico por... Leer más
El Trincalibros, de Helen y Thomas Docherty, es un álbum que habla con simpatía de la lectura de cuentos antes de dormir. Comienza diciendo que «Una noche oscura en Villa Madriguera / una coneja llamada Lena Madera / se sentó a leer como una noche cualquiera» y cómo un ser amenazador, al que no vemos, un Trincalibros, «El cielo surcó, y con gran sigilo / En la ciudad aterrizó» (el texto inglés dice: «One dark, dark night in Burrow Down, a rabbit named Eliza Brown found a book and settled down... when a Snatchabook flew into town»). Vemos también un bosque con distintas madrigueras y, en cada una, en el interior de un árbol, sobre sus ramas, bajo el suelo, etc., vemos a búhos, tejones, ardillas, leyendo cuentos a los pequeños. Pero entonces el espabilado Trincalibros se... Leer más
Hace años se publicó El Libro de los Libros, un libro en el que 46 escritores distintos, de todo el mundo, firmaban un pequeño relato confeccionado a partir de una imagen sugerente, más o menos surrealista, de Quint Buchholz. Muchas tenían que ver con libros: una torre de libros con una lámpara encima, un libro gigante al lado de una carretera, un tipo atravesando un libro… Reconozco que a mí me sobraban muchos de los relatos del libro anterior: aunque algunos me gustaron hubiera preferido sólo las imágenes. Por eso me gusta más el recientemente publicado En el país de los libros, que son una colección de escenas, cada una de las cuales representa, más o menos, algo que aporta la lectura, o algún significado que puede tener un libro para alguien… Esta vez, sin... Leer más
Libros, de Murray McCain y John Alcorn, se publicó en 1962 y se ha editado en español hace poco. Es interesante para nostálgicos, lo es también porque John Alcorn fue una referencia del diseño en los años cincuenta y sesenta, y lo es por lo que tiene de homenaje a los libros. Algunas de las explicaciones que da sobre los libros son divertidas —«los libros tienen parte de fuera & de dentro»—, otras se han quedado algo atrás —«¿has visto alguna vez un libro sin palabras?»—, y las referencias literarias que se dan son de libros o personajes que muchos chicos de ahora no entenderán —el oso Yogui, el viaje de Henri a París…—. Es decir, es un tipo de libro que interesará a los adultos que sepan aprovecharlo para compartirlo con lectores pequeños, y que puedan... Leer más
Palabras, de MO Gutiérrez Serna y Jesús Marchamalo, es un álbum basado en un texto, rico y agudo, que habla de las palabras que usa el autor: las que le gustan, las que no, las que se le hacen una bola, las que se deshacen en la boca, las que le suenan fatal, etc. Al leerlo y verlo se me ocurrían algunas preguntas: ¿es conveniente convertir en un álbum de formato grande un texto como este?, ¿no sería mejor dejar prácticamente todo el protagonismo a las palabras, puesto que de eso se trata?, ¿no sería preferible que fuera un librito ilustrado de formato pequeño, tapa blanda, manejable y regalable? MO Gutiérrez Serna. Palabras (2013). Texto de Jesús Marchamalo. Sevilla: Kalandraka, 2013; 35 pp.; ISBN:... Leer más
El libro rojo, de Barbara Lehman, es un álbum sin palabras que no tiene título a la vista. Externamente vemos un libro rojo en cuya cubierta está una niña que va corriendo y lleva un libro rojo; y, en la contracubierta, es un niño sentado quien está leyendo también un libro rojo. No es necesario, por tanto, que nos insistan en que el título es El libro rojo. En la primera doble página, antes de los datos editoriales, se ven los edificios altos de una ciudad en la que nieva. En la primera página del relato una niña, en la calle nevada, se dirige al colegio, según sabremos después. Pero encuentra un libro rojo en el suelo: se lo lleva y, subrepticiamente, lo lee en clase. A continuación el libro muestra un lugar soleado y un niño que ve un libro rojo en la playa; en él... Leer más
He podido leer, hace unos días, Wolves, el álbum con el que debutó Emily Gravett, un relato que, con un poco de amplitud, podemos incluir entre los que tratan sobre lecturas. En él, un conejo coge un libro sobre lobos de la biblioteca. En sucesivas dobles páginas vamos viendo cómo aprende, poco a poco, qué rasgos caracterizan a los lobos: garras, cola peluda, etc. Y el lector va sospechando cosas de las que el conejo no parece darse cuenta, de tan absorbido como está. La historia pertenece con todo derecho al grupo de las que manejan un humor algo crudo que no a todos gusta. La ilustradora sabe bien el efecto que puede causar el desenlace de su relato y, hábil pero también irónicamente, le pone otro final alternativo: una imagen compuesta con recortes (procedentes, tal vez,... Leer más
Otto, el oso de libro, de Katie Cleminson, es un álbum sobre la lectura y las bibliotecas que tiene chispa. Su protagonista es un oso de un libro que vivía en la estantería de una casa. Era feliz cuando los niños leían su libro y tenía su propia vida cuando nadie lo hacía. Pero, un día, con ocasión de una mudanza, lo pierden, por lo que Otto sale a la calle, un lugar con demasiada gente y ruido para su gusto. Echa de menos su libro y vagabundea hasta que… La simpatía del relato se apoya en su argumento, parecido al de Corduroy, y en unos dibujos expresivos, contorneados con trazos gruesos y siempre sobre fondo blanco. Tiene gracia que se respeten las proporciones de los distintos seres que aparecen en la historia: Otto es pequeñito, frente a la gente normal en la calle,... Leer más
Un álbum de los que gustan a quienes disfrutan con los libros: Dog y los libros, de Louise Yates. Su protagonista es Dog, un perro al que le encantan los libros y monta una librería, sin mucho éxito de público aunque él lee y lee sin parar. Las ilustraciones, en dibujos acuarelados, son graciosas y amables. Lo destacable de la historia es que presenta de modo simpático el entusiasmo por los libros, que recoge bien sentimientos propios de lector —de decepción cuando ve que otros no parecen desear lo que a él le atrae, de satisfacción cuando un relato atrapa por completo, etc.—, y que no exhorta sino, simplemente, pone delante del lector a un protagonista simpático. Louise Yates. Dog y los libros (Dog Loves Books, 2010). Barcelona: Flamboyant, 2012; 36 pp.; trad. de Eva... Leer más
Ya dije que que no conozco casi álbumes que hablen del uso cotidiano de una biblioteca pública, pero sí algunos sobre bibliotecas sorprendentes. De estos, uno simpático es Murciélagos en la biblioteca, de Brian Lies. Es un relato en versos (del tipo: «¡Vamos todos de aventura; hoy es noche de lectura!», «Siempre que alguien nos avisa / vamos allá, a toda prisa») acerca de una colonia de murciélagos a los que les encanta ir de noche a la biblioteca. Una vez allí, los viejos van a sus sitios predilectos y los jóvenes, más revoltosos, curiosean por distintos sitios. Otros «hacen formas con las sombras / o ruedan por las alfombras». Otros ven que «Hay libros fenomenales / que son tridimensionales». Y van entrando en distintos libros: Abran paso a los patitos, El mago de... Leer más
Y, continuando con lo de ayer, recuerdo relatos sobre vidas de bibliotecarias cuyo entusiasmo vital y profesional deja huella y queda como una gran inspiración para otras personas: La señorita Emilia y The Library. Además, he puesto una ficha extensa del último: un álbum divertido, cálido y magníficamente... Leer más
A los álbumes que tratan sobre bibliotecarias de leyenda, como La señora de los libros, se han de añadir los dos de Jeannete Winter: La bibliotecaria de Basora y, sobre todo, Biblioburro, ambos sobre personas reales. En el primero se cuenta el afán de una mujer por salvar libros, durante la guerra de Irak. En el segundo, que se sitúa en Colombia, se habla de Luis, un hombre que, montado en su burro y cargando con libros a su otro burro, comenzó a llevarlos a niños de aldeas aisladas: un reportaje al respecto se puede ver aquí. Son relatos con textos cortos e ilustraciones coloristas compuestas con imágenes como ingenuas y, a veces, pequeños detalles que sorprenden. La fuerza de los dos está en las mismas historias: en cómo hay personas cuyo esfuerzo y tenacidad logra... Leer más
Roc aprende a leer, de Tad Hills, es un álbum para prelectores acerca del descubrimiento del alfabeto y de la lectura. Los protagonistas son Roc, un perro al que le gusta jugar, y un pequeño canario (tal vez familia de Piolín) que se propone enseñarle a leer. Al principio Roc se resiste pero el canario es insistente y un día en que lee en voz alta la historia de Buster, un perro, indica que cavó «y notó algo conocido». Roc esperó pero el canario no dijo más y se marchó. Al día siguiente, Roc le dice al canario: «me gustaría oír el final de la historia»… Sin duda el autor sabe llegar al corazón de sus lectores (y no sólo al de los niños) con sus figuras supertiernas. Pero el argumento está bien y el álbum está compuesto con destreza: las guardas sintetizan la... Leer más
El pez rojo, de Taeeun Yoo, es un álbum de los que —como por ejemplo Nat y el secreto de Eleonora— presenta una biblioteca misteriosa en la que un niño descubre la fascinación de la lectura. La historia comienza diciendo que «el abuelo de Ramiro era el encargado de una biblioteca muy antigua que había en medio de un bosque». Y, cuando Ramiro va con él llevando su pecera, después de curiosear, se queda dormido y termina persiguiendo a su pececillo por dentro de los libros. Tal vez es algo raro que haya una gran biblioteca en medio de un bosque, pero la historia es simpática, consigue lo que pretende, y tiene imágenes bien compuestas. Al leer esta historia he pensado que no conozco más que un álbum que hable del uso cotidiano (y normal: sin leones ni osos ni otros seres... Leer más
Los personajes de ¡Es un libro!, de Lane Smith, son un asno hiperactivo, un pequeño ratón, y un mono grande y paciente. Cuando el mono está leyendo, el asno le pregunta «¿qué tienes ahí?», y el mono le responde «Es un libro». Pero el asno no se conforma y pregunta y repregunta pues no comprende cómo puede funcionar el libro, sin teclado, sin poder enviar mensajes, sin ajustarse a la página, sin wi-fi, sin contraseña…, etc. El mono al fin le deja el libro y el asno aprende, un poco, la fascinación de la lectura. Son graciosas las figuras del mono y el asno, y las escenas en las que dialogan los dos. El pequeño ratón asiente a lo que dice su amigo el mono y tiene una intervención final memorable. Las imágenes son graciosas, como es habitual en el autor, la narración... Leer más
Nat y el secreto de Eleonora, de Rebecca Dautremer y Anik Le Ray, cuenta una historia sobre la fascinación que ejercen los cuentos, y sobre un niño que, cuando vence las dificultades que tiene para leerlos por sí mismo, descubre la satisfacción de la lectura. La familia de Natanael pasa los veranos en una casa en Kérity, un pueblo costero de Bretaña. La propietaria de la casa, Eleonora, deja a Nat en herencia la gran biblioteca pero Nat acepta que, cuando la casa sufre grandes destrozos en un temporal, se vendan los libros a un anticuario. Pero entonces intervendrán los personajes de los cuentos clásicos, como Alicia y el Conejo Blanco, o Peter Pan y el Capitán Garfio, entre otros. Si consideramos la historia tal como se presenta en el álbum —pues el argumento es el de... Leer más
Un álbum estupendo para pequeños pero que divierte a cualquier lector: El libro sobre libros del conejo Mateo, de Frances Watts y David Legge. Su principal cualidad, aparte de la simpatía de las ilustraciones y la confección del álbum, es que habla de libros de forma que todos puedan comprender y, por supuesto, sin vuelos supuestamente poéticos que al no-lector le dejan frío. No está editado en España pero yo lo he encontrado en la librería Oletum, aquí al... Leer más
En su momento preparé un comentario a ¿Nada?, el primer álbum de Patrick McDonell y por tanto anterior al excelente Arte. Sus protagonistas son los mismos de las tiras de cómic del autor, el gato Morro y el perro Conde: el primero quiere hacer un regalo a su amigo pero ve que lo tiene todo y que «no le falta de nada». Si al final no llegué a ponerlo aquí fue porque los problemas de traducción impiden que la minianécdota tenga sentido en castellano: en inglés no hay la doble negación y la misma frase se diría «que le falta nada», lo que explica que Morro decida regalarle Nada a Conde. La historia, una especie de mensaje anticonsumista que habla de la amistad como el mejor regalo, está bien..., salvado el problema de la imposibilidad de verterla igual al castellano, y... Leer más
Lo normal en los álbumes es tensar la relación entre palabras e imágenes para que sean estas últimas las que lleven el máximo peso de la narración. Pero también se puede llamar álbum a una historia que se apoya no en la tensión entre palabras e imágenes sino en unas ilustraciones con personalidad propia. Es el caso de Al señor zorro le gustan los libros, de Franziska Biermann, un álbum original dentro de los muchos que tratan sobre libros pues, aparentemente, no se presenta con el deseo de ayudar a los niños a que aprecien los libros, o el de ayudar a los padres a que sepan inculcar ese aprecio correctamente, sino con la intención de mostrar el poder adictivo que puede tener el afán lector. Véase: al protagonista le gustaban los libros para comérselos y, cuantos... Leer más