He disfrutado y he tomado muchas notas de Estilo rico, estilo pobre, un libro de Luis Magrinyà cuyo contenido se indica en las palabras del subtítulo «guía para expresarse y escribir mejor». Se habla en él de «buenos y malos usos del lenguaje» poniendo muchos ejemplos, entre los que abundan los que se refieren a experiencias de traductores como es el mismo autor. Siempre se agradecen mucho reflexiones y comentarios como estos, avalados por tantos años de trabajo, y más todavía si el texto es divertido y su ironía, siempre cordial, se dirige también contra los propios errores del autor en el pasado.
De las muchas notas que tomé, selecciono dos para poner aquí. La primera tiene que ver con uno de los objetivos del libro, el de definir en qué consiste lo que llamamos «estilo literario»; la segunda se refiere a la «mentalidad narrativa» de algunos escritores inconscientes de que las descripciones que hacen son innecesarias:
«La lengua ofrece un repertorio estupendo de posibilidades; el estilo posiblemente consiste en conocerlas, distinguir las reales de las imaginadas o supuestas y hacer, después, una elección. Y recordemos que no estamos hablando aquí de hacer filigranas, sino de explorar la variedad sin perder la naturalidad».
«Está, por supuesto, el peligro de sobreactuar: las descripciones espaciales, de exteriores e interiores, a veces se extienden con detalles, preciosismos y larguezas que parecen únicamente una deuda meritoria —pero ciega— con esa “necesidad” que ha impuesto la costumbre; y a veces, por tanto, da la impresión de que la sensibilidad del novelista al paisaje y al interiorismo (tanto como al parte del tiempo) es, por hacendosa que sea, poco sincera, puro cumplido, formulismo, imitación. Es raro ver, en la narrativa más tradicional, a un novelista diciéndose: “¿Y a mí qué más me da realmente el día que hace, el sitio donde están todos esos personajes? ¿Tengo yo realmente sensibilidad para el amanecer, la lluvia, las montañas, las mesas camilla, los damascos?”. Seguramente el estilo de muchas novelas ganaría si los novelistas se preguntaran, íntimamente, estas cosas. Muchas veces los tropiezos con la lengua son solo producto de presuposiciones de cierta mentalidad narrativa».
Luis Magrinyà. Estilo rico, estilo pobre: Guía práctica para expresarse y escribir mejor (2015). Barcelona: Debate, 2015; 272 pp.; ISBN: 978-8499925066. [Vista del libro en amazon.es]