Fuego y agua (1)

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Fuego y agua (1)

Me ha parecido un gran libro Fuego y agua. Mi viaje hacia la fe católica, del periodista iraní-norteamericano Sohrab Ahmari. En esta nota de hoy me refiero al contenido básico del libro, algunos hechos y reflexiones que condujeron al autor hasta la fe católica, y en otra, mañana, mencionaré unos aspectos del proceso de rebeldía juvenil por el que pasó el autor.

Ahmari habla primero de su familia iraní, de su entusiasmo infantil por todo lo norteamericano, de que sus padres se divorciaron cuando tenía seis años y de que, en 1998, cuando tenía 14 años, su madre se trasladó con él a los Estados Unidos. Allí estudió secundaria en un colegio de Utah, con resultados académicos brillantes pero con un comportamiento cada vez más contestario, contra el país y contra la religión. Fue un lector apasionado de Nietzsche y se acabó uniendo a una organización marxista. Se graduó en Derecho, trabajó como profesor dos años, y escribió en distintos medios, en especial como experto en Irán y Oriente Medio. En 2012 el Wall Street Journal lo contrató como director de la sección de libros; en 2014 se casó y, poco después, fue destinado como redactor de su periódico en Londres, donde pidió ser instruido y bautizado como católico, cosa que hizo en 2016.

En el prólogo dice que «el Catolicismo es el destino al que llegué tras un largo y tortuoso camino espiritual», un camino en el que, como cuenta con cierto detalle, hubo muchos momentos críticos, pasó por etapas turbulentas, y hubo situaciones y ejemplos, aparentemente pequeños, que le hicieron reflexionar y cambiar. En particular, destaca el ejemplo que le dio el comportamiento recto de un compañero judío, Iossi, profesor como él, que se negó a mentir a pesar de los inconvenientes que le causaba sostener la verdad: esto «marcó un hito en mi educación moral», dice Ahmari que, reconoce, no era una caída del caballo espectacular pero significó empezar a comprender que algunas «antiguas ideas morales de las que antes me burlaba» tenían mucho valor. Fue también el comportamiento profesional de Iossi, tan diferente al suyo, el que le hizo comprender que la buena enseñanza tiene todo que ver con el orden y con la disciplina; además, a Iossi, un tipo fiable, los chicos lo querían porque les aportaba «la estructura y estabilidad que les faltaban en casa».

El autor explica bien los descubrimientos intelectuales que le hicieron replantearse las cosas. Uno, que «la cultura y las opiniones progresistas no garantizaban contra los prejuicios, sobre todo si surgían del aire ideológico que respiraba». Otro, que surgió discutiendo con Iossi, la necesidad de rectificar su gran ignorancia en relación al mundo judío y de estudiar en serio la historia que condujo a los actuales conflictos entre árabes e israelíes. Otro más, el darse cuenta de que la superioridad de las democracias occidentales sobre otros sistemas políticos tiene sus fundamentos en la tradición judeocristiana, por muy desvaída que esté. Llega un momento en el que afirma: «Había abandonado mi radicalismo universitario. Había aprendido que el carácter y la moral están por encima del orden de las cosas materiales y las determinan, y no al revés. Había hecho las paces con la sociedad norteamericana, y había aprendido a apreciar los aspectos de ella que antes despreciaba más. Pero no estaba en paz conmigo mismo».

Tiene una gran importancia para él leer la biografía de Jesús escrita por Benedicto XVI, a la que llega cuando se da cuenta del conocimiento tan impreciso que tenía del catolicismo: dice que recordaba el bautismo mezclado con tiroteos que aparece en la película El Padrino e indica que asociaciones culturales tan superficiales como esa representaban el total del conocimiento que tenía de la fe. Es interesante su relato de cómo, al leer a Leo Strauss, entiende que el hecho de «que haya muchas opiniones sobre la verdad, y sobre el bien y el mal, no quiere decir que la verdad y el bien y el mal no existan» y que la consecuencia del relativismo, de negar la verdad y la responsabilidad moral, es la desintegración de la civilización misma. Entre otros libros que le ayudaron destacan Mero cristianismo, de C. S. Lewis, aunque hace notar también algunas de sus carencias, y Las confesiones de san Agustín, un libro que le sirvió para poner orden y coherencia en intuiciones y emociones antiguas.

Sohrab Ahmari. Fuego y agua. Mi viaje hacia la fe católica (From Fire, By Water. My Journey to the Catholic Faith, 2019). Madrid: Rialp, 2019; 238 pp.; col. Biografías y testimonios; trad. de Aurora Rice; ISBN‏: ‎ 978-8432151644. [Vista del libro en amazon.es]

 

8 octubre, 2021
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