La rosa de mi jardín, de Anita y Arnold Lobel, se puede poner como ejemplo de álbum sencillo y magistral. Comienza mostrando una rosa, encima de la que duerme una abeja, en una imagen en la página derecha; y se pone un breve texto explicativo en la izquierda. En páginas sucesivas, con igual estructura, se van mostrando en primer plano las flores que rodean la rosa —malvarrosas, caléndulas, girasoles, etc.—, y el texto va engrosándose. Cuando este ya es largo, un pequeño cambio propicia un desenlace que será inesperado para el lector pequeño. Por la calidad de sus imágenes, por lo bien secuenciadas que se presentan, por lo apropiado del texto para la lectura en voz alta, por lo ameno del mini-argumento, por sus rasgos de cuento acumulativo, por la discreta combinación de... Leer más
Fuera de pista, de Tom Haugomat y Maylis de Kerangal, cuenta la historia de Bruno, un chico al que un amigo mayor, que reaparece después de unos años fuera, le lleva con él a la montaña; allí sufren un accidente y Bruno debe ir a pedir ayuda. Según cuenta ella misma, la escritora escribió el relato a partir de algunas imágenes que había compuesto el ilustrador: tal vez esto explica que la narración tenga más huecos de los acostumbrados. En cualquier caso, lo importante del álbum, el segundo del ilustrador, son sus imágenes, que llaman mucho la atención por su composición y su confección. En un apartado final, titulado «en el estudio de Tom Haugomat», se habla de la forma en que han sido elaboradas: empezando con ordenador, utilizando la técnica de la serigrafía, con el... Leer más
En la selva todos cuentan, de Alfonso Lourido, es un relato construido a partir de relatos populares latinoamericanos y protagonizado, sucesivamente, por las luciérnagas, el colibrí, el sapo, los buitres, el zorro, la anaconda, el jaguar, el tapir, el caimán, el delfín rosado, y el armadillo. En las páginas impares se cuentan algunas cosas de cada uno de los animales citados, a quienes vemos en coloristas y exuberantes ilustraciones recuadradas en las páginas opuestas; cada uno de los textos termina en un pareado que introduce al siguiente animal y, al final, se termina diciendo que «en la selva todos tienen una historia», que cada uno de sus habitantes «tiene algo que decir» y que «¡en la selva todos cuentan!». En una primera y última doble página de la selva vemos a todos... Leer más
La casa de los pájaros, de Carmen Queralt y Estrella Ortiz, es uno más de los muchos álbumes que son como un canto a los árboles. En cada doble página vemos ilustraciones compuestas con collages, todas ellas con un árbol en el centro y distintos pájaros alrededor. Cada una se presenta con cinco versos, como pronunciados por el árbol, que nos hablan de su vida en cada estación y en distintos momentos del día o de la noche. Las escenas están bien compuestas y atraen; son más vistosas las que tienen fondos claros —como una otoñal en amarillo—, o muy oscuros —como la que muestra una gran luna llena blanca en invierno—; lo son menos algunas más monocromáticas —una nube azul sobre fondo azul— pero, bueno, así es la vida también. Carmen Queralt. La casa de los... Leer más
Últimamente se han publicado nuevas ediciones de los relatos que componen El seto de las zarzas, un rico y detallado mundo ratonil creado hace unas décadas por Jill Barklem y que merece ser... Leer más
Son muchos los libros infantiles que hablan del amor a los árboles. Así, álbumes relativamente recientes acerca del tema, sin buscar mucho, son Árboles, El árbol de la escuela, Las cuatro estaciones desde el gran árbol. A ellos hay que sumar El despertar del árbol, de Dídac P. Lagarriga y Albert Asensio, un álbum con una pequeña guía de lectura al final. No es tanto una historia como unas escenas para hacer notar la vitalidad y la belleza de los árboles en un bosque, desde que acaba el invierno hasta que vuelve de nuevo. Son magníficas las ilustraciones realistas, cálidas y sugerentes, con niños que juegan entre y con los árboles, como para inducir a los lectores a comportarse igual. Y otro más, sensacional y muy diferente de cualquiera de los álbumes mencionados,... Leer más
La merienda del parque, de Cecilia Moreno y Pablo Albo, es un álbum brillante, tanto su parte gráfica como la hilarante narración con palabras. Se nos cuenta que Alberto va al parque con una buena merienda: zumo, melocotón, manzana, rosquilla, bocadillo de chorizo. El parque despierta entonces y muchos pequeños seres vivos entran en acción mientras Alberto les facilita las cosas y mira con atención todo lo que sucede a su alrededor. La rica narración apuesta con frecuencia por un humor inesperado —los 75 gorriones que se acercan al zumo de Alberto cada uno con su correspondiente pajita para beberlo— y, a veces, desmadrado —Alberto ve pasar, entre muchos otros seres a una salamandra viuda, un fontanero aburrido, una ola despistada, varios bichos caracoleros…—. Parece... Leer más
El árbol de la escuela, de Emilio Urberuaga y Antonio Sandoval, tiene un tono didáctico explícito —igual que dije días atrás de otro álbum—. Su protagonista es un niño, Pedro que, al ver un árbol en el patio de su escuela, decide cuidarlo y, gracias a su ejemplo, sus compañeros e incluso su profesora también lo hacen. Y todo se transforma. La intención del álbum es animar a pensar mejor los patios escolares y a incluir en los proyectos educativos más actividades de cuidado de la naturaleza y de los árboles. La historia se cuenta con amenidad y las imágenes presentan bien, como es habitual en el ilustrador, a los niños «frente al mundo». Para quienes se fijen en esas cosas, es obvio que lo que se cuenta está condensado y el árbol crece demasiado rápido. Esta es una... Leer más
Mi gran árbol, del canadiense Jacques Goldstyn, es un álbum largo cuyo protagonista y narrador, un niño al que vemos en todas las páginas, habla de sí mismo —es un chico solitario al que no le importa, e incluso desea, serlo—, y cuenta que, de todas las cosas que le gustan, la que más es trepar a un gran árbol, al que llama Titán. La narración es una sucesión de cosas que ocurren y que, desde arriba de Titán, el narrador observa —comportamiento de los vecinos, animales que viven en el árbol, otros árboles, los fabulosos días de tormenta, etc.— hasta que, al final, después de que ha llegado la primavera, el chico se da cuenta de que todo florece pero Titán no. Habla de un viejo roble cortado, al que le contó los 172 anillos, y calcula que Titán debe tener, al... Leer más
Linterna mágica, de la norteamericana Lizi Boyd, es un álbum sin palabras de concepción tan brillante como sencilla. En sucesivas ilustraciones a doble página vemos el paseo nocturno de un niño que sale de su tienda de campaña y va descubriendo el bosque con su linterna. Luego tropieza y la linterna cae en manos de distintos animales que, a su vez, proyectan el haz de luz en otros rincones. Hasta que, en la última doble página, vemos al chico ya de regreso en su tienda. Todas las ilustraciones son dibujos de línea sobre un fondo negro excepto cuando presentan los seres y lugares que ilumina la linterna: murciélagos, búhos, un zorro, un ciervo…, y plantas, árboles, etc. Unos pequeños troquelados, en algunas páginas, dan más profundidad a las imágenes y subrayan la... Leer más
El pequeño jardinero, de la hawaiana Emily Hughes, es un niño que cuida de un jardín con una vegetación exuberante, con tantas ganas como poco éxito. Hasta que un día se queda dormido y alguien, ¿un hermano mayor?, cuida el jardín por él. Por un lado, parece difícil comprender parte de la historia: en concreto, que se diga que el pequeño jardinero «pasó todo el día, toda la semana, todo el mes durmiendo», y que no se sepa quién es y de dónde sale y por qué actúa como lo hace el misterioso ayudante. Lo anterior es menos comprensible si, tal como he leído en algunos sitios, la historia se presenta como un canto a la perseverancia, o a la esperanza, o al trabajo en equipo, o al cuidado del medio ambiente. Por otro, la historia como tal puede tener su sentido si la... Leer más
Después de asombrar con su primer álbum, Torben Kuhlmann ha conseguido un relato con ilustraciones igual de brillantes pero con una trama más consistente: Moletown. La ciudad de los topos.... Leer más
Entre las recuperaciones de álbumes del pasado llega Soy un conejo, un libro de 1963 ilustrado por Richard Scarry, y con texto de Ole Risom, el que fue muchos años su editor. Al principio el mismo protagonista se presenta: «Soy un conejo. Me llamo Nicolás. Vivo en un árbol hueco». Y, a partir de ahí, lo vemos en el bosque, primero y durante varias páginas en primavera —rodeado de mariposas, pájaros, insectos, ranas, setas, dientes de león, etc.—, y luego, brevemente, en verano, otoño e invierno. Las ilustraciones, que se basan en un dibujo detallista de calidad, están bien compuestas, tienen mucho colorido y un tono dulce que se puede llamar disneyano. Todo resulta simpático y tranquilizador pues nada inquieta lo más mínimo a Nicolás. Richard Scarry. Soy un conejo =... Leer más
Árboles, de Lemniscates, no es un álbum de conocimientos sino, más bien, un álbum que podríamos llamar poético. En él vemos una sucesión de ilustraciones a doble página —compuestas con estarcidos y recortes sobre los que hay a veces figuras de pájaros, de un niño, de edificios y coches—, que primero presentan varios árboles en las distintas estaciones —duermen en invierno, se despiertan en primavera, dan sus frutos en verano, en otoño pierden sus hojas—, luego hacen notar sus ramas, sus raíces, que dan sombra, etc., para terminar con un «los árboles son seres maravillosos». Lemniscates. Árboles (2015). Barcelona: Ekaré, 2015; 32 pp.; ISBN: 978-84-944050-4-4.... Leer más
Con poca diferencia entre uno y otro se han editado últimamente varios valiosos álbumes sobre árboles. Uno es Los árboles son hermosos, una edición en castellano de un álbum estadounidense de 1956, ilustrado por Marc Simont y con texto de Janice May Udry. Con dobles páginas alternas, unas en color y otras en blanco y negro, como era obligado en la época, el texto es un canto a la belleza y al valor de los árboles, pero redactado como si la voz narrativa fuera la de unos niños que viven entre árboles y hablan sobre ellos. Así, dicen: «en otoño las hojas caen y nosotros jugamos con ellas. Caminamos entre las hojas y nos revolcamos. Con las hojas hacemos casitas para jugar. Después amontonamos las hojas con los rastrillos y hacemos una hoguera». O, por ejemplo: «Un árbol... Leer más
Si quieres ver una ballena, de Erin E. Stead y Julie Fogliano, es un álbum que presenta varias escenas hiladas por el deseo de un niño de ver una ballena. Al principio lo vemos mirando una ventana blanca y las palabras que acompañan la imagen nos dicen que «si quieres ver una ballena necesitarás una ventana» (o no, pueden pensar algunos lectores). Y, a continuación, se nos dan algunas instrucciones para llegar a ver la ballena. No hay un verdadero relato y, por tanto, el álbum es para quienes aprecien la calidad y la calidez de las ilustraciones, que se apoya en unos excelentes dibujos de personajes y se presentan con una reducida paleta de colores. La idea que se subraya es la de la paciencia… para saber esperar sabiendo que al final hay una gran recompensa: es la misma... Leer más
De El viaje de Pipo, un álbum poético de la coreana Satoe Tone compuesto con unas ilustraciones vistosas y elegantes, hay una reseña aquí. El hilo del relato es que una ranita triste llamada Pipo hace un viaje acompañado por una ovejita. Esto se cuenta por medio de dobles páginas, cada una con un tono predominante, las tres primeras en colores azules neblinosos, que luego van cambiando según la ovejita y Pipo pasan por distintos escenarios: un prado florecido en mayo, un estanque en junio, un prado lleno de campanillas en julio, un fondo marino, un trigal en septiembre, etc. Pipo va encontrando seres que también tienen deseos y sueños incumplidos, y se da cuenta de que la ovejita le ha enseñado lo más importante al ofrecerle su amistad. Algunos lectores encontrarán, con... Leer más
Años atrás puse una nota sobre La montaña más bella, de Teo Puebla y Alfredo Gómez Cerdá, y, ahora, en la revisión que vengo haciendo de buenos álbumes españoles, lo he pasado al diccionario y he incluido los dos álbumes previos de la misma serie, La sombra del gran árbol y Dos plumas de... Leer más
No eres más que una pequeña hormiga, de Judit Morales y Adrià Godià, es un álbum de hace ya unos años que sorprende por sus pictóricas ilustraciones sobre madera y que cuenta una bonita historia de amor a la... Leer más
Un álbum español, de hace ya unos años, singular por su confección con pinturas sobre madera y con ilustraciones que son fotografías de maquetas, es: La memoria de los árboles, de Kiko Da Silva y Xosé Antonio... Leer más
Un álbum de hace tiempo: Érase una vez un bosque de Wayne Anderson y Helen Ward. Se le puede poner en la misma familia de El jardín curioso o El jardín subterráneo: álbumes que hablan de lo que puede hacer, cada uno, por hacer más acogedor el lugar donde... Leer más
La invisible brisa y El árbol generoso, textos de Pedro de la Osa con ilustraciones de Xavier Salomó, son relatos amables que pueden ser llamados álbumes porque se cuentan por medio de una sucesión de ilustraciones a doble página, pero que también podríamos llamar cuentos ilustrados porque el texto es largo y parece independiente de las imágenes que lo acompañan. El primero habla de un día en el que el sol calienta demasiado, y ni los animales pueden aguantar el calor ni los Vientos pueden arreglarlo, hasta que la Luna tiene una idea. El segundo tiene como protagonista a Don Fresno, un árbol muy viejo que se siente inútil, hasta que tanto Gorrión como la gente del pueblo deciden demostrarle que no es verdad. La composición gráfica de los dos libros es notable: tienen... Leer más
Los pájaros, de la ilustradora suiza Albertine y del también suizo Germano Zullo, tiene un cierto parecido argumental a La señora Meier y el mirlo. En varias dobles páginas casi sin texto vemos un camión rojo sobre paisajes naranjas y amarillos que, cuando llega cerca de un cortado, se para. Entonces el conductor abre la puerta del camión y deja salir pájaros. Sólo un pequeño pájaro negro no quiere. El hombre le da de comer, le anima y, al fin, sale y se marcha con los demás. Pero, cuando el hombre regresa... La narración se sigue sólo con las esquemáticas y equilibradas ilustraciones, que son claras y luminosas. Se podría pensar que hay más imágenes de las que serían necesarias para contar la historia, pero también así se crea un clima de expectación mayor y, por... Leer más
Ya que vengo citando álbumes compuestos con la intención educativa de hacer que los niños amen la naturaleza, y con la intención crítica de hacerlos conscientes de algunos abusos, uno importante de hace tiempo es, o fue, Hey! Get Off Our Train, de John Burningham, un autor que aquí, como hace también en otros álbumes, narra ordenadamente alternando ilustraciones como dibujos —cuando presenta escenas de vida real— con otras pictóricas —para los momentos «imaginativos»—. Al principio vemos a un niño que se acuesta con su perro de peluche y, a los pies de la cama, deja un tren de juguete. A continuación presenciamos su sueño: viaja con el perro en el tren y van haciendo sucesivas paradas —con buen tiempo para un picnic, con niebla para jugar a fantasmas, con sol... Leer más
Ya que hablé hace unos días de Animales amenazados, pongo un buen álbum sobre cuidado de la tierra que se publicó hace tiempo, y que creo que no está disponible ahora en castellano: ¡Maravillosa Tierra!, de Nick Butterworth y Mick... Leer más
Salvemos a los animales, de Frances Barry, es un álbum que comienza mostrando un elefante y diciendo: «Me gustaría salvar a todos los animales en peligro de extinción. Salvaría al Elefante Africano, que vive en la sabana» y, al mover la solapa, se ve al elefante duchándose con un texto que añade: «y se ducha en los pantanos» y otro, en tipografía distinta y más pequeña, que añade datos y dice que hay cazadores que buscan sus colmillos de marfil. A continuación el narrador dice que «salvaría al rinoceronte negro», al que cazan por sus cuernos; al Tigre de Amur, buscado por su piel; al Oso polar, en peligro por el calentamiento global; al delfín Héctor, amenazado por las redes de pesca, y así hasta diez especies. Álbum muy bien hecho: las ilustraciones, compuestas... Leer más
El Elefante y el árbol, de la ilustradora de Singapur Jin Pyn Lee, es un álbum notable. Cuenta la historia de un elefante cuyo mejor amigo en el bosque es un árbol, cómo ambos crecen juntos y pasan los años hasta que, un día, sus vidas cambian. Es un relato, sencillo y narrado con talento, sobre amistad y recuerdos compartidos. La historia progresa bien y la realización gráfica es minimalista y elegante. Sobre fondo negro, al principio las letras van en verde y las ilustraciones son líneas que sugieren las formas de los protagonistas y de los otros seres que se mencionan —obsérvese aquí—. Luego, con la intervención humana, las letras pasan al blanco y algunas figuras y acciones se representan con nerviosos trazos como de tiza. La dedicatoria, «para los sin voz»,... Leer más
Hay álbumes pensados para satisfacer los intereses de los niños y otros pensados para reflejar los sentimientos de los niños. Tal vez esta segunda línea, cuando se hace bien, sea la que da lugar a los más perdurables, a los que nos siguen gustando cuando pasa el tiempo por más que les veamos deficiencias. Un ejemplo antiguo: Play with Me, de Marie Hall... Leer más
El jardín curioso, de Peter Brown, es un álbum simpático y bien hecho, que ha recibido muchos elogios, me parece que por encima de sus méritos reales como álbum y más bien debidos a su argumento. La imagen inicial, casi sin colorido, es la de una ciudad industrial vista desde arriba, sin jardines, con chimeneas que arrojan humo, con vías de tren elevadas. La segunda doble página presenta, en la parte superior, a Liam, un chico al que le gusta pasear por la ciudad incluso los días más grises y lluviosos, y, en la parte inferior, una antigua vía de tren. En ella Liam ve unas flores silvestres y se da cuenta de que necesitan un jardinero. Después de que la nieve lo tape todo, cuando vuelve la primavera no sólo aparecen plantas nuevas sino, también, nuevos jardineros. La... Leer más
El pez que sonreía, de Jimmy Liao, es un álbum de hace más de diez años que se transformó en un estupendo corto de animación en el 2005. Su protagonista, un tipo llamado Jimmy, se queda prendado de un pez al que ve en un comercio. Lo compra e instala la pecera en su habitación. Esa noche sueña con que el pez, dentro de la pecera, sale de la habitación y él lo sigue: recorren la ciudad, el pez conduce a Jimmy al mar y, allí, cuando se baña, descubre algo importante que lo hace despertarse. Gráficamente la narración es tan clara que podría no tener las frases de texto que acompañan las imágenes. De hecho, el corto de animación no tiene ningún texto: sólo imágenes y música. La historia —de planteamiento y resolución semejantes a un álbum como Tom y el... Leer más
Tom y el pájaro, de Patrick Lenz, es un álbum sin palabras que cuenta bien una historia simpática en la que la bondad del niño protagonista tiene premio. Me gusta eso. Tal vez porque coincide con lo que pienso: que aunque aparentemente la bondad a veces no tenga premio, interiormente siempre lo tiene, al margen de que después de la vida lo tenga, cosa que también... Leer más
El jardín subterráneo, del coreano Cho Sunkyung, trata un tema poco habitual en los álbumes, la vida cotidiana de un trabajador, y lo hace tocando una idea con la que simpatizo. Su argumento es que un concienzudo empleado del metro de una gran ciudad limpia un hueco muy sucio que había en un túnel, y luego siembra en él un jardín que florece y alcanza la superficie. Las ilustraciones están bien compuestas y transmiten tanto la bondad del protagonista, como el ambiente sucio de la ciudad, y el progresivo cambio que se produce. De un álbum así se puede decir, por eso, que es de los que nos hace mirar alrededor y ver el trabajo de la gente, valorar la importancia de un trabajo bien hecho allí donde uno está, cosas así. Cho Sunkyung. El jardín subterráneo (2005). Barcelona:... Leer más