Incorporo a la categoría de libros de ciencia-ficción la reseña sobre un libro del género, que contiene varios relatos inteligentes y bien escritos, del que hablé tiempo atrás en otra página: Exhalación, de Ted Chiang.
Incorporo a la categoría de libros de ciencia-ficción la reseña sobre un libro del género, que contiene varios relatos inteligentes y bien escritos, del que hablé tiempo atrás en otra página: Exhalación, de Ted Chiang.
Para interesados en el mundo del arte, del diseño gráfico y, por supuesto, de la confección de álbumes ilustrados, es una gran noticia la publicación en castellano de Entre mundos, la autobiografía de Leo Lionni, en una cuidada edición que incluye 32 páginas finales con fotografías y cubiertas en color de sus álbumes ilustrados. El año 2016 hablé del libro original, dentro de un conjunto de reseñas de libros de memorias de ilustradores, en dos notas: una comentando el libro y otra sobre las características de sus álbumes según él mismo.
Leo Lionni. Entre mundos. Una autobiografía (Between Worlds. The Autobiography of Leo Lionni, 1997). Pontevedra: Kalandraka, 2021; 384 pp. en b. y n. y 32 pp. con fotografías; col. Puntos cardinales; trad. de Carlos Heras Martínez; ISBN: 978-84-1343-076-8. [Vista del libro en amazon.es]
El misterio de la Salamandra es el primer relato de una serie de novelas policiacas infantiles firmadas por Jørn Lier Horst, un conocido escritor noruego de novela negra. Sus protagonistas, de doce y trece años, viven en una bahía: dos en la zona privada de una pensión —una chica es la hija del propietario, viudo, y un chico es el hijo de la gerente recién contratada—; otra más es una amiga que vive cerca, y el grupo se completa con Egon, un perro cuyo nombre se debe a ser muy egocéntrico, según se indica. Todo empieza cuando encuentran en la playa el cadáver de un hombre que tiene el tatuaje de una salamandra en un brazo; a partir de ahí se dedican a observar a los huéspedes de la pensión y a reunir pistas.
El argumento es lineal y no hay en él incidentes o personajes especialmente graciosos. Los personajes no tienen particularidades destacables, su lenguaje suena natural y las pistas que les orientan o despistan no tienen especial complicación. El libro se abre con la cita «Solo sé que no sé nada», una idea que se repetirá varias veces hasta que un viejo marinero les dice a los chicos quién fue Sócrates y les explica cómo, a base de hacer preguntas a sus interlocutores como si fuera un ignorante, les hacía pensar; el sistema les gusta y lo copian, pues harán toda clase de preguntas oportunas e inoportunas a varios huéspedes.
Hay algunas discusiones entre los protagonistas, en relación a si pueden entrar o no en las habitaciones y si deben curiosear o no en las cosas de la gente, sobre qué está bien y qué está mal: el chico dice que no todo lo malo tiene por qué estar mal, que las cosas «no tienen por qué estar mal aunque no estén permitidas» y, añade, «todo depende del resultado», «algo que no está permitido no es necesariamente malo siempre que salga algo bueno de ello». En cambio, cuando una chica le pregunta qué pasará si los descubren, la respuesta es excelente: «Eso no cambia nada. De todas maneras está igual de bien o de mal». Total, novela que puede dar pie a una interesante conversación acerca de si el fin justifica los medios.
Jørn Lier Horst. El misterio de la Salamandra (Clue. Salamandergåten, 2012). Barcelona: Duomo, 2021; 160 pp.; trad. de Bente Teigen Gundersen y Mónica Sainz Serrano; ISBN: 978-8418538223. [Vista del libro en amazon.es]