Igual que dije que, al final, prácticamente todos los álbumes tratan de aspectos del aprendizaje o de la convivencia, la misma idea se puede aplicar a las secciones y categorías que hablan de las emociones infantiles (relacionadas con los deseos, los juegos, los temores, y otras), que los álbumes no solo reflejan sino que también fomentan en sus lectores (una cuestión que traté con cierta extensión en Emociones en construcción). Un aspecto que muchos libros infantiles y juveniles tratan de modo indirecto, es el de la educación del deseo: al poner a los lectores ante personajes que tienen distintos deseos o sueños, tantas veces difíciles o imposibles o contraproducentes, les ayudan a pensar en sus propias aspiraciones y opciones y, esperemos, a ser capaces de hacer mejores elecciones en el futuro. Esto se puede aplicar, por ejemplo, a tantos álbumes con mensajes anticonsumistas pero también a otros que hablan de la facilidad con la que todos piensan que lo mejor es lo de al lado y no lo nuestro, como Un sueño redondo, un buen álbum español de hace tiempo.