Al reorganizar la página decidí abrir un nuevo «subgénero», el de los Álbumes informativos, y colocarlos en los grupos que hay ahora —de ciencia, de historia, de animales, del ciclo de la vida, de insectos, aves y otros, y variados—, que podrían ser más en el futuro. Es obvio que una mayoría de los álbumes transmiten conocimientos, pero creo que se comprende bien la división: he llamado informativos a los construidos con la intención primera de serlo, tanto muchos que tienen las dimensiones habituales de los álbumes, de 32 páginas o pocas más, como, en especial, los que son extensos y apuestan por ser libros de referencia sobre un tema, aún cuando muchos tengan una clara componente de diversión. Es el caso de un libro como Atlas del mundo, del que, con motivo de su... Leer más
Creo que, para los interesados en la historia de los álbumes, tienen particular interés las secciones, y sus correspondientes categorías, de álbumes históricos, agrupados según las fechas de publicación —1658-1940, 1941-1963, 1964-1975, desde 1975—, aunque la cuarta es simplemente una selección, hecha un poco al vuelo, de algunos publicados desde 1975. Cabría incluso subdividirlos más, entre los álbumes que trajeron alguna novedad argumental, o alguna innovación constructiva o gráfica, o los que supusieron la irrupción de algún autor que ya será una referencia en adelante... De todo ello hablo, más o menos, en Una breve historia. Un ejemplo posible de álbum que une las tres cosas, novedad argumental, novedad compositiva, irrupción de un autor importante, es Un... Leer más
He puesto en la página varias secciones y categorías de álbumes que se ocupan de la vida cotidiana —de la vida escolar, de aspectos varios de la vida familiar, de un aspecto concreto como las relaciones con los abuelos, de las historias para contar o compartir antes de dormir...—. En general, hablar de vida escolar o de vida familiar —igual que hablar de aprendizaje, de convivencia, de emociones…— se puede hacer no sólo de los álbumes elegidos sino de muchísimos otros. Una de las categorías en las que continuamente aparecen álbumes divertidos y eficaces, es la mencionada en último lugar más atrás: la de los que presentan relatos bedtime, o para antes de dormir; uno de ellos de hace ya tiempo, magnífico, es Buenas noches,... Leer más
La categoría de álbumes posmodernos incluye álbumes de muy distinto tipo, como es de imaginar. Hablé, con cierta extensión, de los rasgos posmodernos de los álbumes en Emociones en construcción. Así que aquí se pueden incluir relatos metafictivos, los que digamos que ponen al descubierto la naturaleza de la ficción; los que contienen multitud de referencias culturales en su interior que, a veces, son citas de citas de citas; los que dan nuevas vueltas de tuerca a historias muy conocidas, etc. Un buen ejemplo de álbumes formidables, de los que nos ayudan a ver las cosas de otra manera, o a ver la realidad que tenemos delante con más profundidad, son Zoom y... Leer más
Hay dos secciones y categorías de álbumes, dentro de las cuales podrían incluirse muchos más de los que figuran en ellas, que titulé ¿fallidos? y pedagógicos. ¿Fallidos? (con interrogaciones porque hay a quienes no se lo parecen) para los álbumes con asuntos discutibles: empecé con ella sobre todo pensando en errores argumentales, según la idea de que podemos estar de acuerdo con la moraleja pero no con la fábula, con el modo en que se alcanza la conclusión; y pensando en esos álbumes en los que veía desproporción, normalmente alardes poéticos o gráficos innecesarios, pero hubo un momento en que no seguí "alimentando" la sección, salvo algún caso aislado representativo de alguna otra cosa. Pedagógicos es una denominación genérica y tal vez inadecuada porque, al... Leer más
Dentro de los álbumes que hablan de emociones infantiles hay muchos que tratan sobre inquietudes de distinta clase. Muchos son excelentes, en especial los que intentan relativizar preocupaciones comunes en relación a la noche, a la oscuridad, a los agobios o temores de cualquier clase. Otros son elogiables porque intentan algo tan difícil como es hablarles a los niños de la muerte, pero con frecuencia son insatisfactorios o pobres en sus planteamientos. También hay álbumes que responden a sentimientos infantiles, como por ejemplo todos los vinculados a juguetes y juegos, como el de tener un lugar propio al que uno acude con satisfacción o al que uno va para refugiarse, por ejemplo La torre de Zoe, un álbum que también podría responder a un recuerdo de niñez de los... Leer más
Igual que dije que, al final, prácticamente todos los álbumes tratan de aspectos del aprendizaje o de la convivencia, la misma idea se puede aplicar a las secciones y categorías que hablan de las emociones infantiles (relacionadas con los deseos, los juegos, los temores, y otras), que los álbumes no solo reflejan sino que también fomentan en sus lectores (una cuestión que traté con cierta extensión en Emociones en construcción). Un aspecto que muchos libros infantiles y juveniles tratan de modo indirecto, es el de la educación del deseo: al poner a los lectores ante personajes que tienen distintos deseos o sueños, tantas veces difíciles o imposibles o contraproducentes, les ayudan a pensar en sus propias aspiraciones y opciones y, esperemos, a ser capaces de hacer mejores... Leer más
Los libros para un público infantil, y también juvenil, los suelen comprar los adultos. Así que, aparte de que son adultos quienes los escriben, ilustran, editan y venden, muchos editores y autores buscan, expresamente o no, tocar la fibra del adulto. Por eso, dentro de las secciones y categorías sobre emociones, hay varias que tratan del mundo adulto y contienen álbumes que hablan del mundo infantil pero evocan emociones adultas, muchas de nostalgia o de balance, o tratan de los que son (o al menos parecen) recuerdos de sucesos de la infancia, como por ejemplo, un álbum realista tan extraordinario como Owl... Leer más
A la hora de agrupar los álbumes, hay un criterio que no tiene que ver con los contenidos temáticos, como con el origen de las historias: es el caso de los álbumes basados en cuentos populares, en relatos antiguos, en relatos relacionados con la Navidad, en episodios autobiográficos, en poemas o canciones. Son álbumes a los que, lógicamente, también podríamos ponerles etiquetas de aprendizaje, convivencia, emociones, etc. Un ejemplo de gran álbum español basado en una canción: Mi... Leer más
Igual que comenté que todos los álbumes son, de una u otra forma, de aprendizaje, se podría decir también que todos acaban tratando de convivencia. Las secciones que han ido creciendo con el paso del tiempo y las categorías en las que se agrupan los álbumes —hasta quince: amistad entre dos, gobernantes, etc.— responden, simplemente, al intento de colocar los muchos álbumes que hablan del tema bajo títulos que describan un contenido básico que, más o menos, los unifique. Uno de los primeros álbumes que se me ocurrirían si tuviera que citar un álbum excelente que habla de aprender a convivir con amabilidad y cordialidad, sería Tú grande y yo... Leer más
Comienzo una serie de notas para explicar las distintas secciones en las que se que agrupan los álbumes y que, interesa tenerlo en cuenta, fueron surgiendo de modo natural al ir aumentando el número de álbumes comentados. Esto quiere decir, también, que más adelante se podrían subdividir más para dar lugar a nuevas secciones y categorías. Bien, pues varias secciones en las que hablo de álbumes, y las categorías correspondientes (alfabetos, arte, números, etc.), están dedicadas expresamente al aprendizaje, por más que, en realidad, casi todos los álbumes siempre tienen esa componente. Sin embargo, es cierto que algunos están enfocados directamente a enseñar habilidades básicas o conocimientos primeros a los lectores más pequeños. Un álbum de aprendizaje que podemos... Leer más
Además de las posibles formas de subdividir los álbumes ya mencionadas, apunto algunas más con las que yo me he entretenido algunas veces haciendo listitas. Según estilos no tanto artísticos como de confección, hay álbumes basados en el dibujo, unos deudores de la caricatura y otros no; otros que son herederos del arte pictórico; otros conceptuales o herederos del mundo publicitario; otros que cabe llamar experimentales, etc. Según contenidos se podrían: —observar los núcleos temáticos y ver si muestran principalmente sentimientos, o si reflejan actitudes, o si exponen ideas en busca de activar la reflexión; —separar álbumes según que hablen del mundo interno o del comportamiento externo de los personajes; —agruparlos al modo de los... Leer más
Otra manera de organizar los álbumes es atender a sus estilos artísticos básicos. En unos artículos publicados hace tiempo en la revista CLIJ, Fernando Zaparaín y yo propusimos que, según el tipo de dibujo y la herencia pictórica que se revela en los álbumes, se podrían preparar estos grupos: —Realistas anglosajones, como Owl Moon. —Realistas europeos, como Las plumas del dragón. —Cubistas, como La oruguita glotona. —Pop-Minimalistas, como El globito rojo. —Expresionistas, como Tú grande y yo pequeño. —Fusión posmoderna, como Noche de tormenta. En la web no hay ni habrá grupos construidos de acuerdo con esta división, útil para entender algunas cosas, pero que requiere muchas precisiones y matices. De paso... Leer más
Una fórmula estructural que resulta óptima, cuando el ilustrador cuenta con un texto que se lo permite, es la de componer una serie de ilustraciones hiladas de distintos modos pero en las que no hay un hilo narrativo que fuerce la vinculación entre ellas. Así, se da una sucesión de ilustraciones a doble página, independientes entre sí aunque tengan continuidad gráfica, en álbumes como Princesas olvidadas o desconocidas o Mi laberinto. Otro grupo es el que forman las historias —que he denominado de humor y nonsense— donde una escena enlaza con otra de un modo más o menos disparatado. Entre las diversas posibilidades, una es la un texto encadenado al modo del clásico La casa que Jack construyó; otra es cuando el relato multiplica las situaciones singulares que... Leer más
Se pueden también agrupar los álbumes observando sus estructuras de acuerdo con cómo se manifiestan y resuelven algunos rasgos específicos de los álbumes. Así, hay distintas maneras de plantear el paso de página o, más en general, el encadenamiento de unas ilustraciones con otras. Esto, a su vez, depende del tipo de historia que se cuente: unas siguen esquemas fijos, otras narran una serie de sucesos consecutivos, otras acumulan episodios parecidos, etc. Unas fáciles de identificar son las señaladas en Probada eficacia. Hay también diferentes formas de organizar el álbum apoyándose en la oposición gráfica y/o argumental entre la página derecha y la izquierda: un ejemplo de actitudes y personajes contrapuestos está en Ay no; otro tipo de contraposición, entre... Leer más
Otra forma de ordenar álbumes según contenidos es mirar a los andamiajes básicos que soportan la historia. Por un lado, como muchos álbumes están centrados en un protagonista bien definido, podrían prepararse grupos de acuerdo con eso: niños o niñas, adultos o niños, animales o humanos, individuales o colectivos, etc. De momento no he abierto secciones temáticas de esa clase. Por otro, según el tipo de argumento, se podrían separar aquellos álbumes que cuentan una historia original o que, al menos en principio, no parece depender mucho de un relato previo, de aquellos que se basan en otro ya conocido. Tampoco hay una sección temática de los primeros pues son difíciles de conocer: resulta problemático afirmar con seguridad cuáles son realmente singulares como, por... Leer más
Si ponemos el foco en que todos los álbumes, de un modo u otro, son educativos, es posible probar una clasificación de contenidos según los tipos de conocimientos y de actitudes que tratan. Dejando de lado que unos se dirigen más al niño y otros más al adulto, unos los podemos llamar informativos, como más neutros en lo que transmiten, y a otros pedagógicos, como más con el propósito de inculcar algo. En estos apartados se pueden incluir aquellos álbumes que transmiten conceptos —letras, números, colores, formas, tamaños, etc.—, y los que transmiten enseñanzas vitales, aunque lo normal es que unas informaciones se crucen con otras. De momento, entre otros posibles grupos de álbumes de aprendizaje, sí componen una sección temática los que tratan de arte y... Leer más
El intento de clasificar los álbumes según contenidos se desparrama en muchas direcciones. Una opción es la de atender a cuestiones argumentales elementales —Abuelos, Juguetes, Ositos, Gatos, Perros, Cocodrilos, Pingüinos...—, algunas de las cuales ya he mencionado en notas anteriores o se pueden ver entrando en la opción Listados-Contenidos específicos. Otra es la de atender a los núcleos argumentales básicos como aspectos de la vida familiar, o de la convivencia, o del mundo de las emociones infantiles, temas que fácilmente pueden, a su vez, dividirse mucho más. Así, de afecto familiar, y en concreto de amor entre madres e hijos, un tema muy frecuente, es un buen ejemplo Adivina cuanto te quiero, de Sam McBratney y Anita... Leer más
Lo que más atrás decía sobre autores decisivos en la historia de los álbumes se puede ver de otro modo: hay fórmulas estilísticas bien determinadas que ha difundido algún autor de prestigio y que han sido continuadas luego por otros ilustradores en su estela. No me refiero a técnicas o estilos pictóricos sino a «marcas de la casa» en las que se da una particular mezcla de técnicas artísticas con recursos gráficos y argumentales más o menos semejantes. Entre otras ya citadas, las de Eric Carle o Iela Mari, los personajes monos de Anthony Browne o la disposición de tipografía y colages de Lauren Child. Pues otro autor con una fórmula propia, no editado en España según creo, pero sí en español en Estados Unidos, es Ezra Jack Keats, un neoyorquino de padres... Leer más
Una tercera forma global de organizar los álbumes es de acuerdo con cuestiones formales. Dejando de lado rasgos externos obvios —tamaño, formato, pastas...—, otro, al que no he asignado sección propia sería el que podría llamarse, de modo general, «efectos especiales»: de sonido como El grillo silencioso, de texturas como el papel tornasolado de La estrella de Navidad, de troquelados de El pequeño rey de las flores... Luego, un grupo claro es el de los álbumes que buscan efectos teatrales como los que solemos llamar tridimensionales, de Lothar Meggendorfer, Jan Pienkovski o Robert Sabuda. Y otro es el de los que plantean juegos de pura curiosidad y observación, como Martin Handford con su famoso Wally, y como hizo mucho antes Hilary Knight con... Leer más
Siguiendo con una posible ordenación de los álbumes por edades, en las notas no hago secciones temáticas para los álbumes de primeros lectores y de lectores niños, pues esas divisiones ya figuran en los listados por edades y, además, esa separación es difícil de calibrar por más que algunos relatos toquen temas correspondientes sobre todo a esas edades. Luego, dejando de lado aquellos que requieren conocimientos que normalmente no están al alcance de una mayoría de niños —por ejemplo, históricos como Rosa Blanca o artísticos como Las plumas del dragón—, donde sí hago grupos especiales relacionados con la edad es en los álbumes que, por distintas razones, valoran especialmente los adultos. Unos son los satíricos cuyos principales destinatarios son... Leer más
Una segunda forma global de ordenar los álbumes es por edades. Aunque a muchos les parece la clasificación más neta también abundan quienes, como yo, piensan que es la menos obvia. Entre los álbumes a los que sí podemos asignar edades claras están muchos dedicados a prelectores. Ejemplos típicos son los abecedarios o los álbumes sobre números, aunque a veces sea evidente que los autores buscan otro público y, quien tenga como único propósito el de enseñar las letras y vocabulario a los niños, puede ganar tiempo y ahorrar dinero usando libros sin sofisticación gráfica e imaginativa, aunque perderá otras cosas. Otro grupo claro de álbumes para prelectores lo forman muchos tipo «bedtime», entre los que a su vez se pueden distinguir los que son de tipo... Leer más
Aunque no se refleje así en las secciones temáticas, también cabría preparar una historia de los álbumes siguiendo el hilo de los autores que consideramos decisivos, debido no a un álbum particular sino al conjunto de su trabajo en el terreno particular de los álbumes. Ya he citado a Leo Lionni, Eric Carle, John Burningham, Anthony Browne o Chris Van Allsburg, entre otros. Sin embargo, si hubiera que mencionar al autor clave casi todo el mundo estaría de acuerdo en dar un nombre: Maurice Sendak. Y ya, de paso, habría que hablar también de Ruth Krauss, esposa de Crockett Johnson y autora de álbumes históricos con su marido y con Sendak, entre otros... Leer más
Una primera forma de organizar los álbumes es atender a la cronología. Por un lado están los álbumes históricos: aquellos que, siendo anteriores a 1950 o 1960, sobreviven porque significaron un avance y porque nos siguen gustando. Por otro están los que podemos calificar de hitos por algún motivo: por su modo de tratar un argumento, porque introducen un estilo particular, por la novedad que significaron...; en definitiva, porque podemos colocarlos a la cabeza de muchos otros semejantes. Un álbum histórico y también un hito es Harold and the Purple Crayon, de Crockett... Leer más
Cuando comencé a poner Notas en esta página web me propuse dejar que la vida misma impusiera las secciones temáticas en las que agruparlas. Pero, en lo que se refiere a los álbumes, he pensado que tal vez convenga explicar algo los distintos grupos en los que voy colocándolas. Por eso, en lunes sucesivos iré señalando posibles modos de agrupar y clasificar los álbumes: según la historia, según edades, según cuestiones formales, según contenidos, según estructuras, según estilos artísticos, y según otras... Leer más