El increíble barco del Capitán Marco, de Cecilia Moreno y Alicia Acosta, es un álbum sobre el mundo imaginativo de un niño llamado Marco, a quien se nos presenta como viviendo en el desierto y que un día, «cansado de tanta arena y sequedad», decide ponerse al mando de un barco, con una tripulación formada por sus amigos, en busca de aventuras y un gran tesoro. El álbum propone al lector que construya su propio barco de papel y en él replique lo que les va sucediendo a Marco y sus marineros. Las excelentes y sugerentes ilustraciones de los escenarios y de las figuras de los personajes, representados como piratas característicos, así como de los distintos seres con los que van encontrándose, están confeccionadas a base de bloques de color con técnicas digitales: en el vistazo... Leer más
Después de El globo rojo en la lluvia y de Buenas noches, Planeta, Liniers publica Flores salvajes, un tercer cómic inspirado en el mundo imaginativo y de juegos de sus hijas. Esta vez las tres niñas juegan en el bosque e imaginan historias que comienzan cuando las vemos primero como si fueran supervivientes de un avión recién estrellado en el suelo, luego cuando las amenazan un gorila y un dragón... Al final todas las explicaciones llegan y todo se recoloca en su sitio cuando son convocadas por un grito lejano, «¡la comida está lista!», que las devuelve a la realidad. Es un detalle típico de muchas historias, como del mismo Donde viven los monstruos, al que también este álbum homenajea, o, que recuerde ahora, de Sombras, que hablan bien de que lo que permite jugar con... Leer más
El mar lo vio, de Tom Percival, es un buen relato sobre un tema muy tratado en la LIJ: la vinculación afectiva entre un niño y sus juguetes. La protagonista es Sofía, una niña muy apegada a su osito, que antes había sido de su abuelo y de su madre. Un día de playa, ella y su padre tienen que salir corriendo debido a una tormenta y, con las prisas, el osito se cae de la mochila en la que iba: «y nadie lo vio, solo el Mar». A pesar de los intentos de su padre, el osito no aparece y Sofía, con gran dolor, tiene que resignarse. A partir de ahí, el relato sigue las andanzas del osito por el mar. Buena historia, imágenes atractivas, figuras afectuosas, escenarios y ropas algo antiguas al principio que preparan al lector para un desenlace muy satisfactorio: «nada se pierde para... Leer más
Dentro de los álbumes que hablan de emociones infantiles hay muchos que tratan sobre inquietudes de distinta clase. Muchos son excelentes, en especial los que intentan relativizar preocupaciones comunes en relación a la noche, a la oscuridad, a los agobios o temores de cualquier clase. Otros son elogiables porque intentan algo tan difícil como es hablarles a los niños de la muerte, pero con frecuencia son insatisfactorios o pobres en sus planteamientos. También hay álbumes que responden a sentimientos infantiles, como por ejemplo todos los vinculados a juguetes y juegos, como el de tener un lugar propio al que uno acude con satisfacción o al que uno va para refugiarse, por ejemplo La torre de Zoe, un álbum que también podría responder a un recuerdo de niñez de los... Leer más
La mejor jugada de Madani, de Raquel Catalina y Fran Pintadera, es un álbum de vida cotidiana que conecta bien con las emociones de quienes disfrutan con el fútbol de competiciones infantiles. Su protagonista es Madani, un chico que juega descalzo y es el gran ídolo del equipo del barrio. Después de presentarlo, y de hablar del trabajo continuo de su madre como costurera, la narración avanza hacia el enfrentamiento de su equipo con su rival histórico y presenta la pequeña intriga de cuál será el destino de los ahorros que viene haciendo Madani, que todos piensan que usará para comprarse unas botas de fútbol. Tienen encanto las escenas de los partidos, que atrapan el ambiente de un partido de fútbol y el colorido local de un barrio popular. Las figuras son expresivas y se... Leer más
Pájaros, de la ilustradora uruguaya Lucía Franco y de la escritora argentina y afincada en Uruguay Natacha Ortega, es un álbum que respira simpatía y está basado en una canción sobre niños que actúan como una bandada de pájaros cuando juegan en plazas y calles. En cada doble página figuran cuatro líneas de la canción y se ve una ilustración de niños y niñas que juegan llevando disfraces caseros. Es un álbum alegre y poético, tanto por los acentos del texto como por la luminosidad y espíritu festivo de las imágenes, compuestas en azules y rojos sobre blanco, sencillas y eficaces para dirigir la mirada del lector. Esta es una versión animada y cantada del texto. Lucía Franco. Pájaros (2021). Textos de Natacha Ortega. Pontevedra: Kalandraka, 2021; 36 pp.; ISBN:... Leer más
Otra historia bedtime del mismo grupo que la de ayer, aunque también se puede incluir entre las de relaciones de los niños con sus juguetes, es Buenas noches, Planeta, un álbum que, igual que otro cómic de Liniers del que hablé tiempo atrás, está inspirado en juegos de sus hijas. En él se cuentan las andanzas nocturnas de un peluche que, cuando su dueña se acuesta, se junta con Elliot, el perro-cachorro de la casa, para ir en busca de una galletita. Pero aparece un ratón que les propone ver la galletita más grande del mundo: y cuando salen afuera, el ratón les señala la luna. El encanto del relato no está tanto en el argumento como en algunas escenas graciosas concretas, y en que son magníficos los dibujos a tinta y acuarela y el desarrollo del relato, como podemos esperar... Leer más
Al ver El arte de pasarlo bien, de Ximena Maier, me han venido a la cabeza dos frases. Una, esta evocación de de infancia de Max Jacob: «“Mamá, me aburro”, “Hijo mío, sólo los imbéciles se aburren”». Otra, la de C. S. Lewis en La abolición del hombre cuando, a la vista de las distintas teorías educativas que han existido a lo largo de la historia, dice que «podemos agradecer la benéfica obstinación de las verdaderas madres, las verdaderas niñeras y sobre todo de los verdaderos niños por conservar en la raza humana la cordura que aún le queda». Pensé también cómo Shirley Hughes cuenta, en sus memorias, que los modelos y la inspiración para sus libros fueron sus hijos, algo que se ve que ha ocurrido también con la autora. El libro es una sucesión de juegos... Leer más
Una idea que gana fuerza en los álbumes es la de ¡Qué aburrimiento!: la necesidad de tiempo para descubrir las cosas que nos rodean y asombrarnos con ellas. De lo mismo trata, tal vez de una manera más cercana para muchos lectores pequeños porque pueden verse más reflejados en los personajes, Un gran día de nada, de Beatrice Alemagna. Una niña y su madre pasan unos días de vacaciones y mientras la madre trabaja, la niña no para de matar marcianos en su tableta mientras piensa en todo lo que le habría enseñado su padre si estuviera con ella. Cuando, empujada por su madre, sale a dar un paseo por el bosque, durante un tiempo que parece otoñal, se le cae al agua la tableta... Cuenta la historia, en primera persona, la niña. Se conduce bien la narración hacia los momentos en... Leer más
El globo rojo en la lluvia, de Liniers, es una pequeña historia de vida cotidiana presentada con los dibujos característicos del autor. Las protagonistas son dos hermanas (se ve que inspiradas en sus hijas): Clemi, la pequeña, y Matilde, la mayor. Esta despierta a Clemi un sábado y le propone cosas. Pero es un día de lluvia y Clemi no responde bien al entusiasmo de Matilde por salir y mojarse. Pero se acaban poniendo botas, sacando un paraguas, dando gritos, viendo un arco iris, haciendo volar un globo rojo —«tienes que probar cosas nuevas», Clemi, le anima Matilde...—. Relato lleno de simpatía que denota espíritu de observación de los juegos infantiles y de cómo la mayor intenta dirigir a la pequeña. La historia se cuenta, al modo de los cómics, con cuatro, cinco o seis... Leer más
Botoncito, de Chiaki Okada y Yoko Ogawa, es un relato más acerca del afecto entre un niño y sus juguetes o, mejor, en este caso, del afecto que los juguetes toman al niño. Pero el protagonista no es juguete: se llama Botoncito y está en la mejor blusa de la niña, Ana. Un día Botoncito se cae, rueda por el suelo, acaba detrás del cajón de los juguetes, y allí encuentra, llorando, a Sonajero, a Babero, al oso de peluche… El relato es, en sí mismo, algo dulzón, pero tiene un buen planteamiento, distinto a otros: el del afecto de unos juguetes que tienen claro, o acaban teniendo claro, los para qués de sus vidas, como el sabio Botoncito les explica. Otro mérito del álbum son las imágenes realistas, en lápices de colores y carboncillo, parece, que transmiten calidez y... Leer más
Tiempo libre, de Lizi Boyd, es un álbum sin palabras, inteligentemente construido, con muchos detalles para observar. En él vemos a un niño, o niña, con aires orientales, moverse y hacer cosas en algunas habitaciones de su casa y en el jardín. Los escenarios, tanto en el exterior y en el interior de casa, se repiten y, por medio de algunas ventanas troqueladas van descubriéndose cada vez nuevas cosas, a veces del interior de la casa y a veces del exterior. El tiempo atmosférico cambia y el protagonista, fuera o dentro de casa, está siempre activo: prepara un lugar en su casa para la tortuga, dibuja cosas, construye un pequeño barco, planta semillas, lee cuentos… Y, a su alrededor, le secundan o hacen cosas el perro, el gato, un ratón, aves variadas… Eso sí, si nos guiamos... Leer más
En Mi mono y yo, de Emily Gravett, una niña —tal vez la misma protagonista en El gato de Matilda—, junto con su mono de peluche, van a ver, y juegan a imitar, a distintos animales: pingüinos, canguros, murciélagos, elefantes… y monos. Una doble página presenta primero a la niña y a su mono, y en la siguiente se ven a los otros animales. La secuencia de imágenes y las palabras que las acompañan tienen ritmo y sonoridad. El álbum desea propiciar la lectura en voz alta y, a través del lenguaje y del humor, un juego de aprendizaje compartido.No falta un final con sorpresa marca de la casa. Emily Gravett. Mi mono y yo (Monkey and Me, 2008). Barcelona: Picarona, 2016; 28 pp.; trad. de Joana Delgado; ISBN: 978-84-16117-78-9.... Leer más
Monky, de Dieter Schubert, es un magnífico álbum sin palabras en el que todo se cuenta mediante una sucesión de formidables dibujos acuarelados. A un niño que viaja en la parte trasera de la bici de su madre, se le cae un monito de peluche cuando pasan por un parque, o un bosque, y empieza la lluvia. Lo buscan, pero no lo encuentran, por lo que regresan a casa. Entretanto, vemos lo que le ha ocurrido al monito: unos ratones lo encuentran y lo destrozan; un erizo se lo arrebata y los erizitos juegan con el muñeco; una urraca se lo quita a los erizos y, más adelante, se le cae al río; luego un pescador lo pesca… En cada cada doble página hay tres, cuatro, cinco, seis o siete imágenes distintas, cada una en un recuadro. Los personajes, animales y humanos, están bien... Leer más
Una pelota para Daisy, de Chris Raschka, es un álbum sin palabras. Se suceden imágenes, varias en cada doble página, en las que vemos a una perrita que juega con una pelota roja. Luego, Daisy sale a la calle y al parque con su dueña, que es quien, al principio, lleva la pelota. Cuando Daisy vuelve a jugar con la pelota entra en escena otro perro, que se hace con ella, lo que a Daisy no le gusta nada. El autor presenta unas características figuras como sin delinear y compuestas con trazos muy gruesos. Los contornos de Daisy son grises y son negras las orejas, la cola, el hocico, los ojos, el collar… La historia está bien secuenciada y se sigue con interés: al principio a la dueña no se la ve completa y todo se observa como a la altura de Daisy, con lo que al lector le resultan... Leer más
El gato de Matilda, de Emily Gravett, nos muestra, en sucesivas dobles páginas, a una niña que, con un disfraz de gato, hace toda clase de travesuras mientras juega. En todas las imágenes vemos a un gato, atemorizado, que contempla las hazañas de su dueña (como, por ejemplo, lo hace muchas veces Hobbes cuando ve a Calvin en acción). Como es habitual en la ilustradora, los dibujos son magníficos y respiran simpatía. En cambio, para lo que podrían esperar quienes conozcan sus otros álbumes, tiene un estupendo desenlace que romperá sus expectativas. Emily Gravett. El gato de Matilda (Matilda’s Cat, 2012). Barcelona: Picarona, 2014; 32 pp.; trad. de Joana Delgado; ISBN: 978-84-16117-10-9.... Leer más
Con toda clase de materiales reciclados, la holandesa Karina Schaapman dedicó años a construir y decorar «La casa de los ratones», una especie de casa de muñecas para ratones, con más de cien habitaciones, que hoy se encuentra en el interior de la Biblioteca Pública de Amsterdam. En esos escenarios se ambientan las historias que se cuentan en el libro, también titulado La casa de los ratones, cuyos protagonistas son dos ratones-muñecos, fabricados con telas, llamados Sam y Julia. Sabemos cuál es su lugar secreto, sus relaciones con el trapero, sus aventuras en la cocina, el temor que sienten a una rata, cosas que hacen sus vecinos, y muchas más. Todo esto se cuenta por medio de fotografías de gran calidad, algunas que captan primeros planos de Sam, Julia u otros... Leer más
¿Sales a jugar?, de María Pascual, es un álbum que resultará entrañable para muchos adultos, que podrán hablar con sus hijos de los juegos infantiles de un tiempo sin aparatos electrónicos. En él vemos a once niños y niñas, junto a un perro y un gato, jugando al escondite inglés, el pañuelo, la sogatira, el balón prisionero, policías y ladrones, y el churro-va (que yo conocí como «el burro» o «huevo, pico, araña»). Hay un breve comentario introductorio a cada juego —que no es descriptivo sino que apunta brevemente cómo se juega y las tensiones entre quienes lo practican— y luego, sin palabras, sucesivas escenas que muestran lo que pasa y la distinta forma de actuar, no siempre limpia, de cada uno de los niños. Las figuras, niñas y niños cabezones de pies... Leer más
Señor Minino es un álbum sin palabras que demuestra, una vez más, la capacidad imaginativa y la maestría compositiva de David Wiesner. Un gato negro pasa por delante de un pequeño juguete que tiene forma de nave espacial. Hay un zoom luego al interior de la nave y vemos a sus tripulantes, unos seres con túnicas que bien podrían estar en un cómic de Flash Gordon, que se ve que han tenido problemas: están como mareados y algo pasa con su nave. Esos personajillos salen de su nave y se refugian del gato en un hueco, detrás del radiador, junto a unos insectos que, en las paredes de donde viven, han pintado las aventuras de sus enfrentamientos anteriores con el gato. Uniéndose a ellos intentan arreglar la nave y eludir el acecho del gato. Relato de los que habla de que a... Leer más
Un excelente álbum: Este conejo pertenece a Emily Brown, con texto de Cressida Cowell e ilustraciones de Neal Layton. Emily Brown es una niña con un gran afecto a su viejo conejo gris, Stanley. A lo largo del relato vemos a varios enviados de la reina Gloriana Tercera que hacen ofertas cada vez mejores a Emiliy para que le venda a su conejito. Emily siempre contesta señalando, primero, que no se llama Conejito sino que se llama Stanley, y, segundo, que no está en venta. Su irritación ante la insistencia e inoportunidad de los enviados va en aumento. Relato divertido. Emily es un personaje conseguido: independiente, activa, educada, directa, enérgica. El hecho de que a Emily y a Stanley siempre los sorprendan a punto de comenzar, o en medio de, una gran aventura, cada vez... Leer más
Cuando se quiere contar una historia que oscila entre la vida real y la vida imaginativa de un niño, los ilustradores suelen emplear los marcos, de distintas maneras, para mostrar las transiciones entre ambas. Ejemplos paradigmáticos son Donde viven los monstruos o En el desván, entre otros. Pero no siempre tiene que ser así. En Un hipopótamo en la bañera, de Akiko Hayashi y Kyoko Matsuoka, un álbum japonés con unos dibujos extraordinarios, no hay un criterio gráfico distintivo para separar la vida ordinaria de la vida del niño en medio de sus creaciones fantásticas. En él vemos a un chico que se baña y todo a su alrededor se transforma: empiezan a surgir de su bañera todo tipo de animales —una tortuga, dos pingüinos, una foca...— que, además, le piden que los lave... Leer más
Dos álbumes más, publicados hace algún tiempo, de Mo Willems: Knuffle Bunny y Knuffle Bunny Too. No están editados en España, aunque sé que hay edición en castellano. Tienen argumentos divertidos y realistas, y su realización gráfica es sobresaliente y poco habitual: dibujos graciosos de los personajes sobre fotografías en blanco y negro de los escenarios donde suceden las cosas, que son calles y lugares de Nueva... Leer más
Los relatos protagonizados por El Pequeño Rey, de Javier Sáez Castán, son un acercamiento perspicaz y singular al mundo imaginativo del niño. En el primero, el protagonista se da cuenta de que tiene tres soldados rotos y sale a buscar bichitos para su ejército, gorgojos, cochinillas y cucarachos. En el segundo piensa que el sonajero no es suficiente y sale también a formar una orquesta más rica con grillos, cigarras y chicharrones. En el tercero, harto de compota, sale a buscar ayudantes en los gorgojos, cochinillas y gusarapos, para fabricar platos más variados. Los tres álbumes cuentan las historias con ilustraciones circulares, tal vez como si estuviéramos contemplando lo que ocurre por un agujero. Los tres tienen la misma estructura: un contratiempo inicial, una... Leer más
Un regalo muy especial y Entre monstruos, de Vanessa Cabrera y Amaia Cia, son dos álbumes con dos protagonistas: Sara, una niña, y Ulises, su oso de peluche. Al comenzar la lectura por uno de los lados, en Un regalo muy especial, Sara cuenta que le regalan un oso de peluche y su decepción; pero, si se comienza la lectura por el otro, es Ulises quien cuenta, horrorizado, su decepción cuando ve que lo regalan a una niña. El segundo álbum repite la fórmula y, por un lado, se cuenta que a Sara le dan miedo los monstruos pero que a Ulises le aterra el agua mientras que los monstruos le parecen tipos cultos y divertidos. Son dos relatos simpáticos, con listas típicas de lo que a Sara y a Ulises les gusta o no les gusta, y con catálogos también típicos de monstruos. Y si las... Leer más
No es una caja, de Antoinette Portis, es un álbum que muestra bien el mundo imaginativo de un niño, cómo su cabeza va por caminos impensables para los adultos, o para ciertos adultos. La dedicatoria dice: «Para todos los niños que juegan con cajas de cartón». Luego, en cada par de dobles páginas se repiten diálogos semejantes: en la página de la izquierda va una pregunta de adulto: «¿qué haces sentado en esa caja?», y en la derecha se ve al protagonista, digamos que un conejo, con la caja en la mano; en la siguiente página izquierda el conejo dice: «no es una caja», y en la derecha se ve al conejo y a la caja silueteados en negro casi en la misma postura que en la ilustración anterior pero, encima, silueteado en rojo, sobre la caja y envolviendo al protagonista, un... Leer más
He podido ver recientemente dos álbumes antiguos que conocía por referencias y por ilustraciones aisladas: Clever Bill y The Pirate Twins, de William Nicholson. Del segundo decía Maurice Sendak que tal vez era el mejor y el más original de los primerísimos álbumes de la... Leer más
Entre los álbumes sobre juguetes que cobran vida y sobre relaciones afectivas entre un niño y su juguete, Corduroy, de Don Freeman, fue y sigue siendo uno de los más populares ya desde finales de los años... Leer más
Se acaba de publicar en España uno de los álbumes más populares en Inglaterra en las últimas décadas, Peluche (Dogger), de Shirley Hugues, una gran ilustradora que se caracteriza, entre otras cosas, porque sus personajes infantiles son siempre muy... Leer más
El pequeño inventor, con texto de Hyun Duk e ilustraciones de Cho Mi-ae, de quienes sólo sé que son coreanos (o coreanas), es un estupendo relato sobre cómo nace una vocación profesional, al modo de, por ejemplo, I want to be an astronaut, de Byron Barton. Un chico llamado Noma disfruta construyendo un tren a base de recortes de cartón. Pide consejo a su madre cuando no sabe algo y, las veces que ella no tiene respuesta, la busca en un libro. Cuando termina se siente satisfecho y el narrador nos dice que tal vez en el futuro pueda construir un tren real y recordar entonces su alegría de hoy. Casi todas las ilustraciones, muchas tomadas desde arriba, son las que prepararía un observador fascinado al ver a un chico tan ordenadito y absorbido por el trabajo que se ha propuesto... Leer más
Después de debutar en el mundo de los álbumes con una maravilla como El canto de las ballenas, los álbumes de Gary Blythe que han venido después y que conozco, como El mejor de los secretos y El regalo perfecto, son más flojos, aunque sin duda en el juicio influye que aquel primer álbum fuera tan espectacular. Esos dos últimos álbumes tienen como protagonistas a muñecos —una especie de muñeca raída en el primero, un osito de peluche deteriorado en el segundo—, y ambos tratan de cómo el niño y la niña propietarios emprenden su búsqueda cuando los pierden. El primero tiene acentos más oníricos, el segundo se alinea claramente con un relato como El conejo de terciopelo. Tal vez debido a que las historias en sí mismas no son muy originales y a que tienen una deriva... Leer más