Jonathan y el metro, de los canadienses Robert Munsch y Michael Martchenko, es un álbum que fue muy popular en su momento y que se ha publicado hace poco, por primera vez, en castellano. Es un relato que, aunque acusa el paso del tiempo, sigue siendo atractivo porque la historia es extravagante y divertida, y porque siempre gusta un pequeño héroe que se sale con la suya y, de paso, da una lección al adulto que lo ignora.
Cuando la madre de Jonathan sale de casa, le dice a su hijo que no desordene nada. Al cabo de un rato oye un ruido al otro lado de la pared y una voz anuncia «Ùltima parada, todo el mundo fuera», y asombrosamente los pasajeros de un metro atraviesan la pared y la sala de estar de Jonathan para salir a la calle. Esto se vuelve a repetir más veces y Jonathan decide ir al Ayuntamiento. El alcalde no le hace mucho caso pero un operario que trabaja con el ordenador (una computadora enorme de los años ochenta), y que se hace llamar «el ordenador» porque la máquina no funciona bien y es él quien hace sus veces, sí es capaz de resolver el problema.
Este fue uno de los primeros relatos de Munsch, un autor muy popular, y una de sus primeras y muchas colaboraciones con el ilustrador. Uno de los elementos que hacen simpática la historia es cómo los dibujos acuarelados amables y completamente realistas, que muestran el desconcierto del héroe ante lo que ocurre a su alrededor, nos introducen con toda naturalidad dentro de una historia con un argumento disparatado. Otro es el conseguido desenlace. Además, a muchos adultos ya mayores les gustará porque los atuendos de los personajes les recordarán los años ochenta del siglo pasado.
Michael Martchenko. Jonathan y el metro (Jonathan Cleaned Up – Then He Heard a Sound, 1981). Texto de Robert Munsch. Madrid: Cuatro azules, 2021; 30 pp.; trad. de Juan Ramón Azaola; ISBN: 9788494904868. [Vista del libro en amazon.es]