Matar el rato, primera entrega de Los Muértimer, de Léa Mazé, es un cómic excelente, por su confección gráfica, porque sus héroes interesan, y porque su argumento atrapa. Ojalá mantenga el nivel en las dos entregas posteriores.
En esta primera conocemos a los hermanos gemelos Muértimer, Céline y Colin, vemos que sus compañeros de clase les tratan cruelmente, también porque son singulares y porque su casa está justo al lado del cementerio, y en ella sus padres llevan su empresa, que es una funeraria. Por otro lado, los padres están muy absorbidos por su trabajo, no les hacen caso y fácilmente pierden la paciencia con ellos, que además tampoco son unos angelitos. Acaban expulsados de clase debido a una pelea con un chico que les acosa, hablan con Pichon, el tallista del cementerio, que también es dibujante, que intenta ayudarles y les cuenta historias de miedo. Es él quien les hace pensar en un signo, una letra V, que se repite en algunas tumbas…, y quien les propone que investiguen.
La distribución de viñetas en la página es la más habitual y los enfoques de las escenas son variados. La autora recurre a técnicas tan sencillas como eficaces para reclamar la participación del lector: por ejemplo, en la página 2 varias viñetas iguales muestran la puerta de clase por fuera y aunque algunas veces entra o sale alguien, debemos adivinar lo que ocurre y de quiénes son las voces de los globos de texto. Las historias que cuenta Pichon a los gemelos van en viñetas redondeadas. Poco a poco la historia deja los acentos góticos y de relato escolar, y parece convertirse en una especie de thriller. El desenlace prepara el terreno para la entrega siguiente: en las dos inquietantes últimas páginas todo se acelera y aparece, de espaldas y con un móvil encendido, alguien que ve lo que están haciendo los gemelos…
Léa Mazé. Los Muértimer 1. Matar el rato (Les Croques: Tuer le temps, 2018). Bilbao: Astiberri, 2021; 72 pp.; col. Txikiberri; trad. de Lucía Bermúdez Carballo; ISBN: 978-8418215490. [Vista del libro en amazon.es]