La protagonista de Los invisibles, de Tom Percival, se parece mucho, físicamente y en su aspecto a la vez decidido y desamparado, a la de El mar lo vio, aunque tanto su vestimenta como su entorno sean muy distintos. La narración habla de Isabel, una chica que vive feliz con sus padres pues, por más que pasen frío y tengan pocos recursos, hay afecto familiar y ella siempre se fija en cosas bonitas. Cuando las condiciones empeoran se han de trasladar a un barrio alejado, que a Isabel le parece frío y solitario, y en el que, reflexiona, tanto ella como muchos de sus vecinos son invisibles a los ojos de quienes sí tienen medios económicos. Pero las decisiones que toma Isabel hace que las cosas cambien. Tanto la protagonista como los personajes secundarios a los que ayuda están bien retratados. En un momento dado se ve un muro de ladrillo, en el que unos chicos pintan, que me ha recordado muros en páginas de álbumes donde Anthony Browne también presenta barrios industriales ingleses (por ejemplo, Voces en el parque). Las imágenes transmiten bien los sentimientos de los distintos momentos del relato. El álbum es interesante porque anima a no quedarse instalados en la crítica y aplaude a quienes ponen los medios a su alcance para dar calor a las vidas de los demás: es sensacional la última doble página de alegre ambiente vecinal. El autor cuenta, en una explicación al final, que construyó su álbum debido a que también él, en su infancia, vivió durante años en condiciones materiales de penuria, y que con su historia deseaba «visibilizar» a los niños que hoy viven en la pobreza.
Tom Percival. Los invisibles (The Invisible, 2020. Algemesí (Valencia): Andana; 2020; 32 pp.; col. Álbums Locomotora; trad. de Antøn Antøn; ISBN: 9788417497859. [Vista del álbum en amazon.es]