Lord Kitchener (1850-1916), un militar con una larga carrera en Sudán, Sudáfrica e India, fue nombrado secretario de Estado para la Guerra cuando comenzó la primera Guerra Mundial. Era un hombre admirado y querido por la gente pero rechazado por la clase política, pues «nunca fue y nunca quiso ser ni más ni menos que un buen militar», algo que Chesterton apreciaba mucho. Falleció durante un viaje a Rusia cuando su barco se hundió al chocar con una mina alemana cerca de las islas Orcadas. Pocas semanas después, el 17 de junio de 1916, Chesterton publicó «The Death of Kitchener», un artículo en The Illustrated London News elogiando las cualidades que, como jefe militar, había demostrado en el pasado: la de ser un hombre de tratados y no de guerra, un hombre de mente abierta y... Leer más
En Appreciations and Criticisms of the works of Charles Dickens se recogen prólogos de Chesterton a estas obras: Sketches by Boz, Pickwick Papers, Nicholas Nickleby, Oliver Twist, Old Curiosity Shop, Barnaby Rudge, American Notes, Pictures from Italy, Martin Chuzzlewit, Christmas Books, Dombey and Son, David Copperfield, Christmas Stories, Bleak House, Child’s History of England, Hard Times, Little Dorrit, A Tale of Two Cities, Great Expectations, Our Mutual Friend, Edwin Drodd, Master Humprhey’s Clock y Reprinted Pieces. Anteriormente a este libro, Chesterton había publicado ya una biografía sobre Dickens, por lo que los comentarios que hace aquí a sus obras no son extensos y normalmente se centran en algún o algunos aspectos que le interesa resaltar. Así consigue su... Leer más
En ¿Estamos de acuerdo? se recoge un debate público que tuvieron, en 1923, Chesterton y Shaw, y que fue moderado por Hilaire Belloc. Es un libro pequeño y jugoso, no tanto por su contenido central como por lo que revela de los protagonistas, por las breves y divertidas intervenciones de Belloc, al principio y al final, y por la corta y certera introducción que firma Enrique Baltanás en esta edición. En el debate Shaw defiende las ideas socialistas acerca de la propiedad y Chesterton le rebate y habla de los principios distributistas. Shaw anima a Chesterton a estar de acuerdo con él y Chesterton le dice que ya fue socialista en su juventud y que, tal vez, si pasan unos cientos de años, será Shaw quien cambie de ideas. Hay que decir que la discusión, por escrito, aunque tenga... Leer más
Después de su conversión al catolicismo en 1922, Chesterton escribió varios libros sobre la fe católica. Primero fueron varios artículos que después de su muerte serían recogidos en Adonde todos los caminos conducen. Luego vino un relato contando el proceso intelectual de su conversión: La Iglesia Católica y la conversión, con ideas a las que volvería en su posterior Autobiografía. Unos años más tarde reuniría distintos artículos en los que se consideran sus dos libros más importantes sobre la cuestión: The Thing o Por qué soy católico, y El Pozo y los charcos o El manantial y la ciénaga (según las traducciones). A esos libros se añade un breve comentario a unos cuadros sobre las escenas del Via Crucis titulado El camino de la Cruz. Es interesante apuntar que... Leer más
A lo largo de su vida, Chesterton fue dejando por escrito comentarios a propósito de sus viajes a otros países. Habló muchas veces del espíritu del viajero, como en «La filosofía del curioseo», en Alarmas y digresiones; sobre Bélgica publicó «La balada de una extraña ciudad», en Enormes minucias; en Charlas hay artículos titulados «Sobre Polonia» y «Sobre Holanda»; de sus estancias en Francia se puede recordar, entre otros, «Un ensayo sobre dos ciudades» en All Things considered; la edición española de The Glass Walking-Stick se titula El color de España y otros ensayos porque aparecen en ella varios artículos sobre España; en las últimas recopilaciones de ensayos de su vida hay muchos también sobre los Estados Unidos; y muchos más. Pero, específicamente,... Leer más
Sidelights on New London and Newer York, Anécdotas de Londres y Nueva York en una edición española de 2019, un libro parcialmente deudor del viaje que hizo Chesterton a los Estados Unidos y Canadá en 1931, es una colección de artículos introducidos con un breve prólogo y agrupados en tres secciones. La segunda, la más importante, la componen catorce artículos acerca del modo de ser y de vivir en Norteamérica. Y la primera y la tercera, con ocho y seis artículos respectivamente, Chesterton las presenta como unos viajes en el tiempo pues en ellas comenta nuevas costumbres sociales y nuevas tendencias en la literatura. Varias veces se ve que Chesterton es bien consciente de que no gana popularidad al arremeter contra el espíritu del tiempo e intentar hacer distinciones... Leer más
En Christendom en Dublin, un librito que podría ser un capítulo más de Irish impresions, Chesterton narra una estancia en la capital irlandesa con motivo de un Congreso Eucarístico. Para empezar, no se priva de meter el dedo en el ojo a los enfadados con el proceso independentista irlandés, que se quejaban de que la Union Jack fuera retirada mientras que la bandera vaticana ondeaba por todas partes, diciéndoles que la bandera de Inglaterra debería ser la Royal Standard escocesa, una de las banderas más bonitas del mundo pues fue diseñada por gente que sabía de heráldica, y no la Union Jack, una bandera diseñada cuando la heráldica había decaído y la gente sólo sabía hacer banderas mezclando feas franjas como en una manta. Luego ironiza en otras direcciones: hacia... Leer más
Chesterton escribió The Resurrection of Rome con ocasión de un viaje que hizo a Romapara asistir a la beatificación de los English Martyrs. Es un libro poderoso pero que, como sugieren las mismas disculpas con las que comienza, se resiente de una excesiva insistencia en ciertas cuestiones. Desde un punto de vista histórico, las entrevistas que tuvo Chesterton con Pio XII y con Mussolini, son graciosas y reveladoras. Su hilo conductor es el de las sucesivas resurrecciones de Roma y del Cristianismo, un credo que «no puede ser comprendido a menos que se comprenda que comienza con el milagro asombroso de un hombre muerto que estaba vivo y que no era un fantasma»; un credo que puede ser calificado como «la religión de la Resurrección; en lo cual difiere, por ejemplo, del Budismo,... Leer más
En el libro recientemente publicado en castellano con el título Por qué soy católico, se recogen varias obras de Chesterton posteriores a su conversión al catolicismo en 1922. Ya he puesto reseñas de las tres más importantes: La Iglesia Católica y la conversión; The Thing o Por qué soy católico; y El pozo y los charcos, en este caso con el título El manantial y la ciénaga. Además, en esta edición se incluyen otros textos que también fueron escritos con una finalidad de defensa y explicación de la fe católica: Adonde todos los caminos conducen y El camino de la Cruz. Adonde todos los caminos conducen recoge siete artículos, o cuatro pues seis se agrupan de dos en dos, publicados en una revista entre 1922 y 1923, y que fueron reunidos para formar un libro con ese... Leer más
El pozo y los charcos fue el último libro que Chesterton vio publicado. Como años atrás con The Thing, los cuarenta y un artículos que se contienen aquí, si contamos la introducción, están centrados en su fe: desea mostrar el acierto de su conversión, contrastar catolicismo y protestantismo, señalar la solidez de la Iglesia católica en un mundo que ve cada vez más desquiciado. Usa un lenguaje más directo que otras veces y hay más artículos con acentos personales en los que, al responder a críticas que había recibido e intentar dejar más clara su postura, hace precisiones dirigidas a quien no le hubiera entendido antes. También usa un lenguaje mucho más contundente de lo habitual en otros como «Bebés y distributismo» y «Sexo y propiedad»: en el primero dice que... Leer más
The Thing es un libro de Chesterton que contiene treinta y cinco artículos escritos para publicaciones católicas. En ediciones posteriores fue titulado, a veces, Por qué soy católico, igual que uno de sus capítulos. El autor desea combatir los prejuicios de sus compatriotas sobre la Iglesia Católica o sobre el Papado: en unos responde a textos o afirmaciones de conocidos obispos anglicanos de su época, en otros tercia en polémicas que mantenían sus amigos Belloc y Wells, algunos son más puramente afirmativos. El espíritu periodístico de Chesterton aquí se nota en su prontitud para saltar a la pelea dialéctica pero, en estos casos, su tono suele ser más argumentativo y menos anecdótico que otras veces. Chesterton comienza por señalar que lo que le gusta es escribir y... Leer más
The Catholic Church and Conversion es un libro corto que Chesterton escribió cinco años después de su conversión. En él habla de su itinerario intelectual hacia la fe católica, comenta las diferencias que veía entre el protestantismo y el catolicismo, y da explicaciones acerca del modo en que sus razonamientos y sus amistades le acercaron a la fe. Muchas ideas las tratará en los libros posteriores The Thing, El pozo y los charcos, y su Autobiografía. En relación a la educación que recibió señala su desconfianza, cuando era joven, hacia los razonamientos contrarios a la Iglesia Católica: le sorprendían las mentiras protestantes en relación a que los católicos mentían, se daba cuenta de que había quien criticaba cosas que no conocía, que a veces un sacerdote católico... Leer más
Después de sus viajes a Irlanda y a Palestina, Chesterton fue a Estados Unidos en 1921 para dar conferencias en distintas ciudades. De su experiencia nació Lo que vi en América, un libro formado por diecinueve capítulos de los cuales hay tres en Correr tras el propio sombrero: «El ideal americano», «Meditación en un hotel neoyorquino», «Meditación en Broadway». Como en sus otros libros de viajes habla de cuál ha de ser el espíritu de un viajero que desea comprender pero, esta vez, sus reflexiones principales —algo laberínticas a veces, según él mismo reconoce— no se centran en ningún conflicto histórico sino en las características propias de Norteamérica y del modo de ser norteamericano, en comparación siempre con Inglaterra y los ingleses. En relación al... Leer más
En The New Jerusalen están los artículos que tuvieron su origen en un viaje que Chesterton hizo a Tierra Santa, en las Navidades de 1919, invitado por un grupo de judíos sionistas que lo veían como un posible aliado para su causa. Por un lado es un libro de viajes, colorista por sus descripciones de lugares y ambientes, y que respira el entusiasmo del autor ante la oportunidad de conocer los lugares donde vivió y murió Jesucristo. Chesterton saca partido a lo que le sucede y convierte los incidentes en parábolas: por ejemplo, la extraña casualidad de que nevara en Jerusalén los días que estuvo allí le llevó a «comprender la idea tras de la imagen» y a pensar en lo apropiado que es que la Navidad suceda en invierno y se represente con clima invernal pues «Cristo no es un... Leer más
Antes de ser un libro, Irish Impresions fueron artículos que Chesterton publicó en el New Witness con ocasión de un viaje que hizo a Irlanda. Con él, como con sus otros libros de viajes, Chesterton podría decir de sí mismo, con palabras de Joseph Roth, qué clase de trabajo periodístico hacía: «Yo no hago glosas chistosas. Yo dibujo el semblante de una época. (...) Yo soy un periodista, no un informador; un escritor, no un autor de artículos de fondo». Pues, en efecto, Chesterton retrata bien al pueblo irlandés —un país donde «los campesinos pueden hablar como poetas»—, explica su conflicto secular con Inglaterra con perspectiva histórica, presenta el panorama de ideas de la época, rebate argumentos que muchos dan por sentados, y señala el verdadero núcleo de los... Leer más
En uno de los textos de El pozo y los charcos, Chesterton rechazó ser considerado como ensayista y se definió a sí mismo como articulista, es decir, como un hombre pequeño «que se ocupa permanentemente de cosas mayores que él» y no como un hombre que se considera grande y que trata todas las cosas como si fueran pequeñas. Con todo, sus ocho obras más largas y con un hilo conductor claro podemos llamarlas con toda justicia ensayos aunque su estilo fuera siempre periodístico y, podríamos decir, aparentemente desenfadado. En cinco se propuso exponer sus ideas sobre modos de pensar que veía alrededor y que consideraba equivocados, y hacer notar las consecuencias que se seguirían de tales modos de afrontar las cosas. Sin ser exacto cabe afirmar que tres libros están más... Leer más
The Outline of Sanity (El perfil de la cordura, según una edición en castellano que no conozco; Los límites de la cordura según otra de 2010), es una colección de artículos que originalmente aparecieron en 1925 en el G.K.’s Weekly y que, más tarde, Chesterton presentó hilados con el fin de mostrar su pensamiento social, el Distributismo. El título se refiere a la cordura, o sensatez, entendida como una visión de la realidad que sea completa y no parcial; o, al revés, se refiere a cómo impera en muchos planteamientos actuales la insensatez, una estrechez de mente y de miras que impide ver las cosas como realmente son. Esto último, señalar que las filosofías modernas llevan a la locura y, sin embargo, llaman loco a quien sostiene las verdades sanas, lo desarrolla Chesterton... Leer más
Eugenics and Other Evils, Eugenesia y otras maldades, o La eugenesia y otras desgracias en una edición de 2012, fue un libro que Chesterton comenzó a escribir en 1910 pero que finalmente publicó en 1922. La eugenesia, la «aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana» según el DRAE, se puso de moda en las primeras décadas del siglo XX: la prensa de la época informaba positivamente al respecto e importantes figuras públicas la promovían. En aquel momento, eugenesia se identificaba con los intentos de que nacieran niños sanos y se impidiesen los nacimientos de niños enfermos, con parte de lo que luego se ha llamado planificación familiar, y estaban aún lejos las fronteras que hoy hemos dejado muy atrás. Uno de los sucesos que... Leer más
En su Autobiografía, redactada poco antes de morir y publicada póstumamente, Chesterton vuelve sobre las mismas cuestiones que trató en Ortodoxia, siguiendo esta vez un hilo más o menos cronológico, pero aportando muchas opiniones sobre distintas personas y cuestiones. Entre otras, hace observaciones de interés acerca de sus propios libros, que pueden ayudar a comprender un poco mejor su pensamiento. También se pone de manifiesto su gran sentido de la amistad y su caballerosidad alegre, aunque mantenga siempre intacta su libertad de juicio para decir lo que le parece. En este sentido, de su Autobiografía, como de los libros que recopilan artículos y ensayos, se deduce lo que siempre subrayan sus biógrafos: Chesterton sabía discutir o disentir con amabilidad y categoría... Leer más
En la conclusión de El hombre eterno, Chesterton se refiere al libro que pretende criticar y rebatir: Un esbozo de la Historia (Outline of History), de H. G. Wells. Allí señala que si un esbozo es «una especie de perfil que puede llegar a constituir una única línea, como en una caricatura donde las características que sobresalen dan forma a la simplicidad de la silueta», el libro de Wells no se puede considerar un esbozo porque no hay en él «una correcta proporción entre lo cierto y lo incierto, lo que juega un papel importante y lo que no tiene relevancia, lo normal y lo extraordinario». Más aún, sigue Chesterton, «no creo que sea el reflejo más auténtico del pasado afirmar que la Humanidad se desvanece en la naturaleza, que la civilización se diluye en la barbarie, que... Leer más
Chesterton se planteó escribir Ortodoxia como contestación al desafío que le hicieron: después de publicar Herejes hubo quien le dijo que debía dar razón de las cosas en las que creía. Compuso entonces una especie de autobiografía espiritual en la que contó su itinerario interior hacia la fe y, de paso, hizo una defensa razonada del catolicismo, religión que no abrazaría del todo hasta más de una década después. En este sentido, el de ser un libro que contiene lo nuclear del pensamiento de Chesterton, se puede considerar como el mejor para conocerle. En otro sentido, es un libro que marca un antes y un después en la vida de Chesterton: a partir de su publicación ya fue, a los ojos del público y también porque muchas veces adoptó esa postura expresamente, un... Leer más
La nueva edición de La superstición del divorcio, de Chesterton, viene con un prólogo clarificador de Enrique García Máiquez en el que se señalan algunas cosas importantes. Entre otras, a propósito del intento de algunos de considerar a Chesterton como un hombre ingenioso capaz de defender cualquier cosa, la explicación de la imposibilidad en su caso particular de separar el fondo de la forma. Otra más es el apunte, y la correspondiente aclaración, de que algunas referencias aisladas pueden sonar mal a ciertos oídos sensibles: una se refiere a los malos tratos en el matrimonio y otra es una generalización que suena despectiva hacia los judíos. El libro, compuesto a partir de una serie de artículos publicados en 1918, fue concebido como un panfleto que, como tal, debería... Leer más
En Lo que está mal en el mundo, siguiendo la línea marcada en Herejes, Chesterton expone los que consideraba errores de concepto de su tiempo acerca del hogar, el hombre, la mujer, la educación. Señala que las consecuencias de tales errores nos afectan a todos, lo queramos o no: no solo estamos en el mismo barco sino que todos estamos mareados, dice. Indica que todos ellos están basados en la que califica como la gran herejía moderna: «Alterar el alma humana para que se adapte a sus condiciones, en lugar de alterar las condiciones para que se adapten al alma humana». La diferencia con otras épocas del pasado, afirma, es que si el hombre ha perdido el rumbo muchas veces en la historia, hoy ha perdido también la meta debido a «la enorme herejía del Precedente. Es el punto... Leer más
Un año después de la biografía sobre Chaucer, Chesterton vuelve a poner de manifiesto su conocimiento de la Edad Media con su semblanza de Santo Tomás de Aquino. Al comienzo vuelve a dar la idea que preside su trabajo, invirtiendo un comentario que había realizado en The Victorian Age in Literature: «todo el cuadro tiene la finalidad de presentar la silueta de una figura en un paisaje y no un paisaje con figuras». Igual que dije a propósito de la biografía de san Francisco de Asís, esta sobre santo Tomás no me atrajo tanto como las que abordan personajes literarios. Ahora bien, estoy casi seguro de estar equivocado, pues si es significativo que las biografías de Chesterton han sido elogiadas siempre por grandes especialistas en el biografiado, en este caso es... Leer más
Del mismo modo que, años atrás, Chesterton había buscado reivindicar las figuras de Browning, Dickens, Stevenson o Cobbett, años más tarde se propuso mostrar tanto los méritos literarios como la personalidad de Chaucer. Y, como había dicho ya en la biografía de Browning pero aquí desarrolla más, Chesterton comenta que su aproximación al personaje se parece a la de los detectives porque, como ellos, también él busca cazar a su héroe, debe deducir sus conclusiones de unos documentos fragmentarios, debe no perderse con lo anecdótico para buscar y reconocer lo significativo. En lo que se refiere a la obra de Chaucer, señala Chesterton que la otra cara de que Shakespeare sea el gigante literario inglés es que su presencia bloquea toda la perspectiva de la historia inglesa.... Leer más
Después del ensayo biográfico sobre Dickens, el más conocido de Chesterton es el que preparó sobre Robert Louis Stevenson, también con el ánimo de reivindicarlo ante los críticos que no lo consideraban un gran escritor. De las citas y consideraciones de ese libro que ya he puesto en el comentario a las obras de Stevenson, unas se refieren a sus cualidades literarias: a su maestría como narrador, a su esfuerzo y su capacidad para encontrar la palabra precisa, a sus descripciones vivas y enérgicas a base de frases cortas, a su excepcional don para dibujar siempre a sus personajes, etc. Además, Chesterton indica cómo Stevenson presenta siempre a sus personajes no de modo estático sino dinámico: cuenta cómo un hombre hizo o dijo algo y no cómo era ese hombre. Y añade que... Leer más
William Cobbett (1763-1835) fue un singular escritor de crítica política y social, que también fue parlamentario, al que Chesterton manifiesta una gran simpatía por distintas razones. Una, que fue «un hombre nacido a destiempo» del que podríamos decir, «como de más de un gran hombre, que algunos de los hechos más importantes de su vida sucedieron después de su muerte». Su principal mérito «reside en que fue él, y solamente él, quien vio que en los especuladores y no en repúblicas o monarquías, en jacobinos o en antijacobinos, residía el peligro y la opresión de los tiempos por venir». Cobbett vio cómo el mundo evolucionaba desde los oficios individuales y la industria local hacia una revolución industrial que si creó riqueza también creó una nueva clase de... Leer más
La biografía que Chesterton dedicó a San Francisco de Asís, el primer libro que publicó después de su conversión al catolicismo, no me parece tan conseguida como las que tratan sobre personajes literarios. Pienso que los meandros estilísticos de Chesterton y su afición por multiplicar metáforas y ejemplos, no son los recursos más apropiados para una biografía como esta, que contiene más hechos del biografiado que otras del autor, pero que sobre todo se fija en la transición interior del personaje: de ser un soldado a ser un reformador y un trovador de Dios. Contiene, por supuesto, comentarios que perfilan a san Francisco al modo en que un dibujante genial es capaz de retratar a su modelo en dos trazos: «Nunca existió un hombre a quien asustasen menos sus propias promesas»;... Leer más
«Se habla mucho de la perspectiva histórica —dice Chesterton en la conclusión que pone a su Breve historia de Inglaterra—, pero a mí me parece que hay demasiada perspectiva en la historia, pues la perspectiva hace parecer gigantes a los pigmeos y pigmeos a los gigantes. El pasado es un gigante visto en escorzo cuyos pies miran hacia nosotros, y a menudo son pies de barro». De acuerdo con eso, Chesterton cuenta la historia de su país sin fechas, en dieciséis capítulos, procurando centrarse no en los hechos sino en «la importancia de los hechos», y advirtiendo en su introducción que «los aspectos más olvidados de la historia inglesa no son pequeñas cosas oscuramente veladas por los especialistas, sino grandes cosas que estos ignoran». Uno de sus intereses principales... Leer más
The Victorian Age in Literature, de Chesterton, es una obra de historia y crítica literaria (no editada en España que yo sepa) que resulta todo un alarde de conocimientos de los puntos débiles y los fuertes de cada escritor o poeta inglés del XIX, y un poderoso análisis de las líneas de fuerza que configuraban la sociedad inglesa de ese siglo. Chesterton comienza su libro a partir de la muerte de William Cobbett y lo termina con Stevenson, a quienes años más tarde dedicará sendas biografías. Previene al lector de su tendencia inevitable a que las figuras se le queden pequeñas dentro de un paisaje demasiado grande; y le advierte que su modelo para mostrar lo que ha sucedido no es ir dejando las cosas atrás, como en una carretera, sino revelar el despliegue de la vida, como... Leer más
Chesterton hizo verdaderos equilibrios en su biografía sobre su amigo George Bernard Shaw (1856-1950) para explicar su pensamiento y decir lo que pensaba sobre él y, al mismo tiempo, para salvar su figura intelectual y humana. En ella puso en práctica la teoría de la sátira que había expuesto en Twelve Types con ocasión de un comentario sobre Alexander Pope, a quien califica de gran poeta con un gran don para la sátira política y social, un arte perdido como la alfarería o el fabricar vidrieras porque, dice Chesterton, «para escribir gran sátira, para atacar a un hombre de modo que él sienta el ataque y reconozca su justicia, es necesario tener la magnanimidad intelectual que aprecia tanto los méritos como los defectos del oponente». Eso sí, ya desde el principio dejó... Leer más
Cuando Chesterton publicó su biografía sobre Dickens provocó una nueva consideración del escritor victoriano hasta el punto de que un editor decidió volver a publicar nuevas ediciones de todos sus libros e invitó a Chesterton a prologarlos. Con el paso del tiempo, los especialistas en Dickens consideran que la mejor obra que se ha escrito sobre él sigue siendo la de Chesterton. Para la mayoría de los lectores de Chesterton, también sigue siendo esta su biografía más conocida, algo lógico pues Dickens es un autor tan popular que se pueden contrastar las propias opiniones con las del libro y darse cuenta de qué acertados son sus juicios. Y para quien desee hacerse cargo de cómo Chesterton va siempre a la busca del núcleo de la obra y la personalidad de su biografiado, es una... Leer más
Chesterton no estudió literatura sino arte y sus primeros artículos fueron sobre crítica de arte. No es por tanto extraño que dedicara su segundo ensayo biográfico al pintor y escultor George Frederick Watts (1817-1904), tal vez el artista más apreciado en Inglaterra en las décadas finales de la época victoriana. El libro no está traducido al castellano: aunque uno de sus tramos significativos está en la recopilación de textos titulada Correr tras el propio sombrero eso no da idea de su contenido global. En su obra Chesterton hace referencias a su modo particular de abordar esta y sus otras biografías: que las pequeñeces de la vida de su héroe le importan poco pues sus virtudes públicas son más significativas que sus debilidades privadas, y que le interesa desvelar qué... Leer más
La biografía que Chesterton dedicó a Robert Browning, su primer libro importante, fue un encargo de un editor a quien le habían gustado los poemas y ensayos que había publicado antes. Fue recibida con elogios por la prensa y por los críticos, que apreciaron en ella una voz propia que habría que tomar en serio en adelante, por los conocimientos literarios que demostraba y por el atrevimiento de sus enfoques. Leída hoy, es un modo de comprender al mismo Chesterton: en su Autobiografía dijo que con este libro expuso muchos puntos de vista suyos sobre la libertad, la poesía, el optimismo, la esperanza, etc. Además, algunas cualidades que Chesterton atribuye a Browning se parecen sospechosamente a las suyas: memoria como la biblioteca del British Museum, un don particular para... Leer más
En 1902 Chesterton publicó Twelve Types, breves ensayos acerca de Charlotte Brontë, William Morris, Byron, Pope, Francisco de Asís, Rostand, Carlos II, Stevenson, Carlyle, Tolstoi, Savonarola y Scott. Amplió su obra en 1908, titulándola esta vez Varied Types, con nuevos comentarios esta vez acerca de Bret Harte, Alfredo el Grande, Maeterlinck, Ruskin, la reina Victoria, el emperador alemán, Tennyson y Elizabeth Barrett Browning. En algunos casos, los comentarios tuvieron origen en alguna biografía o estudio sobre uno de esos autores que a Chesterton le parecía desenfocado. En otros dedicaba atención al tema debido a un suceso reciente, como la muerte de la reina Victoria, o a un aniversario. Queda como permanente el talento de Chesterton para ir al núcleo de la obra de su... Leer más