Acaba de salir la tercera edición, ampliada y mejorada, de La eficacia del optimismo. También está en Google Play, en Apple Books y en Casa del libro. En la información que se da del libro en esas plataformas se indican las diferencias con las dos ediciones anteriores. En ellas también se puede acceder al índice y a los capítulos primeros que dan idea del planteamiento, del enfoque y del contenido. Actualización en abril de 2024: con el recurso de Togetherwin se puede comprar el libro más barato pidiéndolo directamente a la... Leer más
Otro libro leído para la segunda edición de La eficacia del optimismo, publicado hace poco fue El universo de Dickens. Una lección de humanidad, de Mariano Fazio. El autor se apoya en los contenidos de las obras de Dickens con la intención de poner en claro algunas de sus creencias de fondo (algo que, por cierto, deja ver la inexactitud de observaciones como las que indiqué al final del comentario de la biografía de Claire Tomalin). El autor, después de una breve biografía de Dickens, habla de dieciocho novelas o relatos suyos. En cada capítulo da el argumento de la obra en la que se fija y, con numerosas citas, suele centrarse luego en los rasgos principales de algún personaje seleccionado. En la introducción se indica que si a Dickens se le ha acusado a veces de moralista,... Leer más
Otro de los libros leídos para la segunda edición de La eficacia del optimismo fue Dickens enamorado, de Amelia Pérez de Villar, un buen ensayo biográfico que cuenta bien y resumidamente la vida de Dickens, pero que pone toda su atención en sus amores. Primero, con Maria Beadnell, la primera chica a la que pretendió y que le rechazó; luego, con Catherine Hogarth, su esposa durante más de veinte años; y, por último, con Nelly Ternan. El libro, útil para entender mejor a Dickens, se apoya en las biografías de Chesterton, Ackroyd, Tomalin, y otros; pero, sobre todo, recurre a la correspondencia que Dickens intercambió con unos y otros. Se reproducen algunas de las muchas cartas entre Dickens y Beadnell, que dan idea de cómo fue su relación y, también, cuánto pudo... Leer más
Para preparar la nueva edición de La eficacia del optimismo, uno de los libros que he leído y utilizado, y que comento en el interior, es la biografía de Dickens que firmó Claire Tomalin. En la portada de la edición en castellano se anuncia que esta «vida del mejor escritor inglés, doscientos años después de su nacimiento, se lee como una de sus novelas». Y, en efecto, es una biografía muy amena porque la narración es excelente y, al seguir los pasos de la interesante vida de Dickens, se pone bien de manifiesto su fascinante personalidad. Al contar pormenorizadamente los hechos conocidos de la vida de Dickens, Tomalin sigue dos líneas con especial interés. Una es la de la enorme generosidad de Dickens al implicarse personalmente y sin regatear medios —dinero, tiempo,... Leer más
Los papeles de Mudfog contiene siete textos que Charles Dickens escribió para la revista Bentley’s Miscellany, cuando firmaba todavía como Boz, que fueron publicados juntos como libro diez años después de su muerte. Los primeros, titulados «Los papeles de Mudfog», son una descripción satírica del señor Tulrumble, un nuevo rico al que nombran alcalde de Mudfog, y dos «informes completos» de la primera y la segunda reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo, parodia de las sociedades científicas de moda en la Inglaterra victoriana. Los otros relatos son «La pantomima de la vida», unos paralelismos entre los personajes propios de la pantomima y otros de la vida ordinaria; «Detalles referentes a un león», una crítica de los comportamientos de un escritor... Leer más
En La eficacia del optimismo cito con alguna frecuencia un largo ensayo que George Orwell dedicó la vida y la obra de Dickens. En él Orwell subraya cómo las obras de Dickens contenían una crítica moral a la sociedad en la que vivía, que se basaba, sobre todo, en su odio profundo a cualquier clase de tiranía; y que la imprecisión de su descontento, el hecho de que sus diatribas puedan ir en cualquier dirección donde se dé un comportamiento abusivo, es algo que le asegura su permanencia. También, en una de las notas al pie, Orwell hace una referencia que para mí era desconocida sobre la religiosidad de Dickens: en una carta al menor de sus hijos cerca del final de su vida, en 1868, Dickens le dice que nunca le atosigó en el pasado con formalismos religiosos y que, por eso,... Leer más
Edward Caswall, un clérigo anglicano que más tarde se convertiría al catolicismo, publicó en 1837, bajo el seudónimo Quiz, una serie de retratos satíricos de «señoritas» típicas de su época y, al año siguiente, con el mismo tono y de modo anónimo, Charles Dickens le opuso retratos de «caballeretes» no menos típicos. Luego, estimulado por la boda de la reina Victoria en el año 1840, y de nuevo sin darse a conocer, Dickens prolongó su colección de retratos con «estampas de parejitas». Las tres colecciones fueron ilustradas por el conocido Phiz y fueron un gran éxito. En 1843 se publicaron juntas en el mismo libro. Y en 1870, después de su muerte, se supo que Dickens había sido el autor de las Estampas de caballeretes y de parejitas. En conjunto presentan un buen... Leer más
Quien esté interesado en conocer más cosas de Dickens, los hechos de su vida y las posibles vinculaciones entre ellos y los incidentes que aparecen en sus novelas, puede leer la ordenada biografía escrita tiempo atrás por Peter Ackroyd y que se ha publicado en castellano no hace mucho. Aparte de las cuestiones personales, en ella se tratan con amplitud los pormenores de la confección de sus obras, de sus relaciones con editores e ilustradores, de las aventuras editoriales a las que se lanzó, de sus viajes y sus giras para leer teatralmente algunos tramos de sus obras. Ackroyd habla de aquellos asuntos en los que Dickens abrió camino: así, con Las aventuras de Pickwick revolucionó la forma de vender y presentar la ficción narrativa, no porque la fórmula fuera desconocida sino... Leer más
En Appreciations and Criticisms of the works of Charles Dickens se recogen prólogos de Chesterton a estas obras: Sketches by Boz, Pickwick Papers, Nicholas Nickleby, Oliver Twist, Old Curiosity Shop, Barnaby Rudge, American Notes, Pictures from Italy, Martin Chuzzlewit, Christmas Books, Dombey and Son, David Copperfield, Christmas Stories, Bleak House, Child’s History of England, Hard Times, Little Dorrit, A Tale of Two Cities, Great Expectations, Our Mutual Friend, Edwin Drodd, Master Humprhey’s Clock y Reprinted Pieces. Anteriormente a este libro, Chesterton había publicado ya una biografía sobre Dickens, por lo que los comentarios que hace aquí a sus obras no son extensos y normalmente se centran en algún o algunos aspectos que le interesa resaltar. Así consigue su... Leer más
En sus comentarios a las obras de Dickens, Chesterton se refiere también a Master Humphrey’s Clock, a Child’s History of England y a otro libro titulado Reprinted Pieces, al que concede menos valor. Master Humphrey’s Clock fue un semanario editado y escrito por Dickens en el que aparecieron relatos cortos y, también, las entregas sucesivas de Almacén de Antigüedades y Barnaby Rudge. Con ese mismo título se preparó una antología de relatos que, sin duda, tiene interés para los entusiastas del autor pues, aparte de que vienen a poner como un marco a varias novelas, revelan cuáles eran las cosas que ocupaban su cabeza. Además, y como no son textos de los Dickens habría presumido, el hecho de que se publicaran en su momento también dice algo propio del mundo editorial: a... Leer más
Dice Chesterton que «Pickwick fue una obra concebida en parte por otros, pero en último extremo completada por Dickens. El misterio de Edwin Drood, su último libro, lo concibió Dickens, pero lo completaron otros. Los papeles póstumos del club Pickwick demostró lo mucho que podía hacer Dickens con las sugerencias ajenas; El misterio de Edwin Drood demuestra lo poco que pueden hacer unas personas ajenas con las sugerencias de Dickens». En esa novela se describe la desaparición del joven arquitecto Edwin Drood después de una noche de fiesta en la que celebraba la reconciliación con su enemigo Neville Landless, en la casa de su tío John Jasper. De los enigmas que se plantean, enseguida resulta evidente que Drood no ha desaparecido por maquinaciones de su rival sino por las de... Leer más
Nuestro común amigo fue la última novela que Dickens completó y fue una especie de regreso a sus primeras tramas, pero si en La pequeña Dorrit volvió a la forma de los primeros libros, pero no a su espíritu, aquí volvió tanto a su espíritu como a su forma. También se puede decir que si el mundo que Dickens presenta es cada vez más sucio y polvoriento según avanzan sus novelas, alcanza la cumbre al llegar a las montañas de basura donde se desarrolla esta historia. En ella todo comienza cuando un hombre llamado Gaffer Hexam, cuya ocupación es recoger cadáveres del Támesis para robarlos y luego entregarlos a las autoridades, encuentra el cuerpo de John Harmon, un joven que volvía a Inglaterra para heredar la fortuna que su padre había hecho recogiendo basuras. A partir... Leer más
Dice Chesterton que Grandes esperanzas fue la mejor de las últimas novelas de Dickens. Los especialistas señalan que es la menos sentimental de sus novelas; que es la que tiene una estructura narrativa más cuidada —no hay detalles innecesarios, están empleados con habilidad los contrastes y las repeticiones como pautas narrativas—; que está reconstruido con especial coherencia el ambiente de la época, las primeras décadas del siglo XIX; que es también la que más episodios de violencia contiene; y que, junto con David Copperfield, es la única novela que Dickens escribió en primera persona. Sin embargo, dice Chesterton, si todos los libros de Dickens podrían haberse titulado Grandes Esperanzas, el único al que dio ese nombre fue justo el único en el que las esperanzas... Leer más
En contraste con otras novelas de Dickens, Historia de dos ciudades tiene un argumento más lineal, sin derivaciones de su hilo principal, y tiene acentos más sombríos, casi sin rasgos de humor. Su estilo es más retórico, algo que, suponen los especialistas, tuvo su origen en la costumbre que había ido adquiriendo Dickens de realizar lecturas en voz alta de sus obras. Acción que se desarrolla entre 1775 y 1789. Comienza cuando el enviado de un banco inglés viaja a París para traerse con él de regreso a Londres al doctor Manette, un hombre que ha estado en prisión casi veinte años y está en un estado de salud lamentable. Pasan los años y, cuando ya se ha recuperado y su hija se ha casado con un joven de origen francés, todos deben acabar volviendo a París en el momento en... Leer más
Dice Chesterton que La pequeña Dorrit representa lo más lejos que Dickens fue por el camino del realismo aunque, de sus últimas novelas, no es la que trata mejor algunos problemas sociales inmediatos, pues esa fue Tiempos Difíciles; ni es la mejor construida, que probablemente sea la inacabada El misterio de Edwin Drood. El protagonista es Arthur Clenam, un hombre que vuelve a Londres después de haberse pasado veinte años en China. La pequeña Dorrit trabaja en casa de su madre, la señora Clenam, una mujer inválida y de trato difícil con Arthur. Arthur se siente intrigado por la chica y descubre que cuida de su padre, un hombre arruinado, en la prisión para deudores de Marshalsea. Arthur la ayuda y, para eso, ha de hacer frente a la Oficina del Circunloquio, un cuerpo... Leer más
Decía Chesterton que, con sus obras, Dickens recordó que, del lema revolucionario, los ingleses habían dejado solo Libertad pero habían borrado Igualdad y Fraternidad. Y si en todos sus libros fue un campeón de la fraternidad, en Tiempos difíciles salió a combatir por la Igualdad. Es una novela más corta y más intensa que otras del autor: puede ser amarga, pero fue una protesta contra la amargura; puede ser oscura, pero eso es debido a la oscuridad del tema y no a la del autor; y es, quizás, el único lugar donde, queriendo defender la felicidad, Dickens olvida, en algunos momentos, ser feliz. Ciudad industrial de Coketown, inspirada en Manchester, y no Londres o alrededores, como es habitual en Dickens. Hay cuatro ambientes: la clase alta representada por Josías Bounderby,... Leer más
Dice Chesterton que Casa desolada no es el mejor libro de Dickens pero sí es su mejor novela: una distinción que no es una trampa verbal y que ha de ser recordada continuamente al hablar de sus obras. Por un lado, es una novela escrita en el punto más alto de su madurez intelectual, lo que no quiere decir perfección: una patata madura es perfecta pero alguna gente prefiere las patatas jóvenes o, dicho de otro modo, los niños son más agradables que los adultos y cuando Dickens escribió Casa Desolada había crecido ya. Esther Summerson es una joven de orígenes misteriosos cuya bondad y desinterés hacia los demás la convierten en una persona querida por todos: es como si a su alrededor hubiera una «conspiración habitual» para hacerla feliz. Esther y un narrador externo se... Leer más
A partir de Dombey e Hijo, una novela que se publicó en veinte entregas mensuales, Dickens planificó más sus libros: los hizo más serios y en ellos intentó que todo tuviera más sentido, de forma que hasta los ramalazos más absurdos fueran en la misma dirección de los propósitos que tenía la novela. Esta historia comienza cuando fallece la señora Dombey al dar a luz a su hijo Pablo. El padre, Mr. Dombey, un rico mercader, pone todas sus esperanzas en ese hijo y no hace caso alguno a su hija Florencia, que tiene unos cinco o seis años. Sin embargo, el vínculo afectivo entre Florencia y Pablo se hace muy fuerte. Florencia encuentra apoyo y afecto en Walter Gay, un joven empleado de su padre. La salud de Pablo no es buena y fallece. Mr. Dombey se casa de nuevo con la joven... Leer más
Vida y aventuras de Martin Chuzzlewit fue la última de las novelas de Dickens con aire picaresco y una de las menos populares: incluso para el entusiasta de Dickens resulta poco satisfactoria porque predomina en ella un humor hostil, un poco semejante al de Oliver Twist. Su protagonista, Martin Chuzzlewit, es un aprendiz de arquitecto al que contrata Seth Pecksniff, una especie de profesor, y que es desheredado por su excéntrico y rico abuelo. Martin viaja entonces a los Estados Unidos, donde es estafado y tiene malas pero cómicas experiencias. Cuando vuelve a Inglaterra, desilusionado, acaba reconciliándose con su abuelo, que da su aprobación a su futuro matrimonio con Mary Graham. El comentario que hace Chesterton a esta historia contiene una larga comparación entre Thackeray y... Leer más
Dickens fue a Norteamérica en 1842 y a Italia cuatro años después. De ambas estancias dejó constancia en sus libros American Notes y Pictures from Italy. Son libros para los entusiastas del autor y para quienes disfruten especialmente con esta clase de relatos viajeros. En Viaje a América Dickens criticó los aspectos de la sociedad norteamericana que no le gustaron —desde la esclavitud a la falta de cortesía en el trato—, igual que hizo, mucho mejor, en algunos pasajes de su novela Martin Chuzzlewit. En Italia, un país raro para Dickens, se dedicó a observar lo que le chocaba, como hace quien va de vacaciones, y, a veces, narra las cosas como si le hubieran ocurrido a otro; quizás lo más atractivo sea la descripción de una sesión de marionetas, en Génova, acerca de la... Leer más
En un comentario a varios relatos cortos de Dickens, Chesterton apunta cómo algunos de sus mejores textos están, dentro de sus historias, en tramos que son narraciones ligeras con rasgos que podrían llamarse periodísticos. Un ejemplo está en Somebody’s Luggage, cuyo narrador, que orgullosamente comienza indicando que viene de una familia de camareros y que actualmente tiene cinco hermanos y una hermana, todos ellos camareros, nos habla de las obligaciones y de la dignidad de un camarero en el capítulo inicial. Este soliloquio acerca de los verdaderos principios del «camarerismo» es una sátira verdaderamente magnífica comparable, por ejemplo, con la descripción que hace Mr. Bumble (Oliver Twist) de los cuidados que dan en el orfanato cuando afirma que allí dan a los pobres... Leer más
En un comentario a varios relatos navideños de Dickens, como Canción de Navidad, Las campanadas o El Grillo del Hogar, dice Chesterton que el mejor de todos es Canción de Navidad, un caso en el que se puede afirmar que han coincidido la mayor calidad y la mayor popularidad. Y al preguntarse por qué Dickens ha quedado asociado a la Navidad cuando, según su mentalidad, en principio podríamos pensar que calificaría de la Navidad de antigua superstición llamada a desaparecer, Chesterton da, entre otras razones, la de que Dickens dedicó su genio, de modo especial, a la descripción de la felicidad, y hay tres cualidades de la Navidad que lo son también de la felicidad humana, cualidades que con frecuencia ignoran u olvidan los paganos y los amantes de las utopías. La primera es... Leer más
Dice Chesterton que, sin duda, es cierto que a las novelas de Dickens les falta unidad de construcción, pues es como si estuvieran compuestas a retazos, pero, a cambio, tienen una unidad de tono y de atmósfera: como la unidad de color de un cuadro. Así, si Nicholas Nickleby tiene la frescura que corresponde a un protagonista joven que se pasa la vida en las carreteras y en la calle, y si la historia central de Oliver Twist es sombría, Almacén de antigüedades tiene un aire siniestro e incluso su principal malvado, Quilp, es tan grotesco como una gárgola. La protagonista es Nell Trent, una chica de catorce años, que vive con su abuelo en Londres en una tienda de antigüedades. Lleva una existencia solitaria con casi ningún amigo de su edad, salvo Kit, un chico joven y honrado,... Leer más
Si Aventuras de Pickwick viene a ser una prolongación de los Sketches más luminosos y Oliver Twist de los más oscuros, Dickens abandonó esa fórmula con Nicholas Nickleby, una novela sobre un héroe joven y valiente, irreprochable y triunfante. Nicholas Nickleby es un chico joven que, a la muerte de su padre, ha de sostener a su madre y a su hermana: el narrador dice que eran una familia «absolutamente desconocedora de lo que se da en llamar el mundo —frase convencional que significa todos los bribones que en él existen—». Su rico tío Ralph, que tiene una baja opinión de Nicholas, le manda primero como tutor a una escuela de Yorkshire, Dotheboys Hall, dirigida por un personaje siniestro, Wackford Squeers —admirado por la odiosa profesora de Matilda—, contra el que... Leer más
Tal vez la obra de Dickens que Chesterton menciona más veces en sus artículos sea la de Los papeles de Pickwick (o Aventuras de Pickwick en la edición que tradujo Galdós) y tal vez sea su personaje Sam Weller el que más veces cita. Hay que decir que no es una novela conseguida, no sólo porque su origen fue un poco accidentado y su estructura sea episódica, sino porque su desarrollo es muy desigual, pero sí que deja ver lo mejor de Dickens y sí que anunció a los lectores todas sus posibilidades como novelista. En ella se narran las aventuras de un conjunto de personajes liderados por Mr. Samuel Pickwick, un caballero rico y mayor, fundador y presidente del Club Pickwick, cuyos miembros hacen viajes por Inglaterra e informan a los demás de lo que averiguan. Pickwick cambia de... Leer más
Los primeros escritos de Dickens, que firmó como Boz, se reunieron, en su momento, en Sketches by Boz, en cuatro secciones: «Nuestra parroquia», «Escenas», «Personajes» y «Cuentos». Por ellos desfilan personajes y escenarios de distinto tipo: aprendices, oficinistas, juzgados, periódicos, teatros, jardines públicos, licorerías… Es como un montón de material narrativo —en el que hay sátiras, pinturas, escenas, etc.—, a caballo entre la crónica periodística y el ensayo literario, donde quedan de manifiesto su energía y su poder creativo, pero también la torpeza y la ignorancia propias de su bisoñez. Es el único libro de Dickens, decía Chesterton, cuya fecha es esencial: resulta necesario decir que es su primer libro pues, igual que El misterio de Edwin Drood fue... Leer más
Antes de poner una reseña de Appreciations and Criticisms of the works of Charles Dickens, una obra de Chesterton, en sábados sucesivos voy a ir poniendo comentarios a las obras de Dickens. En el último año he leído algunas que no conocía, he repasado rápido varias que había leído hace mucho tiempo, y he buscado algunas escenas destacadas de otras. No he pretendido hacer un estudio y unas reseñas completas —pues eso requeriría leerlos de otra manera—, sino sólo, en cada caso, señalar algún aspecto de los que subraya Chesterton o de los que a mí me interesan más. No empecé con esto porque, en febrero de 2012, se cumpliesen doscientos años del nacimiento de Dickens, cosa que ni miré, sino porque Dickens me gusta y porque buscaba entender mejor las observaciones... Leer más
No había leído antes un comentario como este: «¿Cuál es la esencia de la obra de Dickens? ¿Por qué es tan grande este novelista que a primera vista es un simple narrador de melodramas? El secreto está en que en su obra ni los malos son tan malos. Más bien hacen de malos, así se lo marca el guión. Dickens es el Orígenes del mundo moderno. En su obra reconocemos fácilmente a un adepto de la apocatástasis origenista. El lector entiende que en Dickens todos se redimen al final porque todos se van a arrepentir previamente. Todo acabará bien. Lo malo y los malos sólo han sido apariencias pasajeras. La apocatástasis —el secreto de la obra de Dickens y de su inmenso y sorprendente éxito— no es ortodoxa. La Iglesia la condenó hace mucho. Por su culpa Orígenes no se... Leer más
Historia de dos ciudades y Barnaby Rudge, la quinta novela de Dickens y la menos conocida de sus novelas largas, son sus únicas obras que no se ambientan en su propia época y que pretenden reflejar acontecimientos históricos. Señala Chesterton que ambas se ambientan en revoluciones del siglo XVIII que fueron completamente distintas: la francesa fue una revolución que ahora llamamos ilustrada y liberadora; la segunda, los Gordons Riots, fue una revuelta que ahora llamamos ignorante y oscurantista. Sin embargo, Dickens dibuja en las dos un mismo tipo de aristócrata dieciochesco, suponiendo que aristócratas así realmente existieron en el XVIII. La primera parte se desarrolla el año 1775 y tiene lugar sobre todo en Chigwell, un pueblo cercano a Londres. Uno de los hilos... Leer más