Estampas de caballeretes y de parejitas con Estampas de señoritas de Edward Caswall (1837-1840)

Autores de referencia: Charles DickensAutores de referencia: Charles Dickens
 
Estampas de caballeretes y de parejitas con Estampas de señoritas de Edward Caswall (1837-1840)

Edward Caswall, un clérigo anglicano que más tarde se convertiría al catolicismo, publicó en 1837, bajo el seudónimo Quiz, una serie de retratos satíricos de «señoritas» típicas de su época y, al año siguiente, con el mismo tono y de modo anónimo, Charles Dickens le opuso retratos de «caballeretes» no menos típicos. Luego, estimulado por la boda de la reina Victoria en el año 1840, y de nuevo sin darse a conocer, Dickens prolongó su colección de retratos con «estampas de parejitas». Las tres colecciones fueron ilustradas por el conocido Phiz y fueron un gran éxito. En 1843 se publicaron juntas en el mismo libro. Y en 1870, después de su muerte, se supo que Dickens había sido el autor de las Estampas de caballeretes y de parejitas.

En conjunto presentan un buen retrato de muchos tipos humanos propios de la sociedad victoriana media y alta. Las casi treinta figuras que pinta Caswall tienen chispa y, como se podría esperar, en ellas no faltan algunos ramalazos que hoy calificaríamos de políticamente incorrectos. Su planteamiento es satírico pero su intención es sobre todo descriptiva. Por ejemplo, al hablar de «La señorita afirmativa» dice que «le gusta ver contenta a la gente y considera su deber hacer que todos sean lo más felices posibles, por esa razón nunca dice nada desagradable que pueda herir los sentimientos ajenos».

En cambio, la parte de Dickens tiene un tono más incisivo. En la «Conclusión» que pone al libro llama «ensayos morales» a sus textos y, en efecto, sus retratos con frecuencia suelen terminar con una especie de moraleja o un consejo directo al lector. Asi, dirá que «a los caballeretes apocados hay que curarlos o evitarlos. Nunca son casos incurables, y no lo serán mientras la belleza y el atractivo femeninos conserven su influencia». O bien, «¡Señoritas, señoritas! Los caballeretes presuntuosos son a menudo unos sinvergüenzas y siempre son idiotas. Así que os rogamos que procuréis evitarlos». Pero, donde consigue los mejores retratos, con diálogos de gran comicidad que podríamos oír ahora mismo a nuestro alrededor, es en la serie final cuando habla, por ejemplo, de «La pareja que se lleva la contraria» o «La parejita plausible». Es el mejor Dickens el que firma que «no hay mejor ilustración práctica del dicho de que hasta de lo bueno llega uno a hartarse que la que nos ofrece la pareja de tortolitos». O, el que termina «La pareja egocéntrica» señalando que «la vanidad huera nos causa lástima, pero la ostentación hipócrita despierta nuestra repulsa».

Edward Caswall y Charles Dickens. Estampas de caballeretes y de parejitas con Estampas de señoritas de Edward Caswall (Sketches of young gentlemen and young couples – with sketches of young ladies, 1837-1840). Barcelona: Alba, 2014; 246 pp.; trad. de Miguel Temprano García; ilustraciones de Phiz; ISBN: 978-84-8428-970-8. [
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17 octubre, 2014
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