Como anuncié, hago algunos comentarios generales sobre los tres últimos libros de Diana Wynne Jones acerca de Los mundos de Chrestomanci.
El orden cronológico de todos los relatos de la serie es: Christopher Chant tiene 12 años en Las vidas de Christopher Chant y tiene quince en Conrad’s Fate; está en su madurez, unos veinticinco años después, ejerciendo como Chrestomanci, en Una vida mágica —cuando su sobrino Eric Chant, Cat, tiene ocho o diez años—, y en The Pinhoe Egg —cuando Cat tiene quince—. En el tiempo que pasa entre estas dos últimas novelas tienen lugar Warlock at the Wheel, Los magos de Caprona, Stealer of Souls, Carol Oneir’s Hundredth Dream. Además, suceden en otros mundos, y Christopher Chant figura en ellos siendo un Chrestomanci joven, The Sage of Theare y Semana Bruja.
Estos últimos libros de Chrestomanci me han confirmado lo ya sabido, y que ya comenté a propósito de La Trilogía de Howl: la autora tiene un enorme talento para la creación y el desarrollo coherente de mundos fantásticos; su forma de narrar es siempre amena y en muchos momentos brillante; sus personajes no son simples y atraen. Se aprecia el interés de Wynne Jones en mostrar una realidad transformada en un mundo mágico donde se nos muestran y dicen muchas cosas sensatas sobre la vida cotidiana —temores interiores, celos o rivalidades, necesidad de madurar…—. Con todo, una observación de tipo general, que también he dicho a propósito de Neil Gaiman, es que tanto dominio del género y tanto talento narrativo a veces me parece que van en detrimento de la autenticidad (pero tal vez el fallo esté en la clase de lector que soy…).
Hay que estar dentro del mundo creado por la autora para seguir bien estos tres últimos libros. El hecho de que la magia funcione selectivamente de modos inesperados, narrativamente parece facilitar las cosas al autor pues así se pueden resolver determinados pasos. He tenido la impresión de que las dos novelas largas —Conrad’s Fate y Pinhoe’s Egg— son más complicadas y tienen muchos más personajes que las novelas primeras de la serie. Pero no sé si es verdad: tal vez, si las hubiera leído a continuación de aquellas, y no después de tanto tiempo, igual que si las hubiera leído en castellano, pensaría otra cosa. Por otro lado, los relatos más cortos de Mixed Magics —si uno sabe ya las cosas básicas de la serie— llegan muy bien al lector pues en ellos todo discurre linealmente y los conflictos son más abarcables.
El sentido común de la narradora asoma en toques argumentales: por ejemplo, cuando la madre de Conrad, una escritora preocupada por sus batallas feministas, se lamenta de que su familia se ha alejado de ella, Chrestomanci le hace ver que eso es lo que suele ocurrir a quien no se preocupa por la gente real. Se nota también en la presentación de los distintos tipos de magia —suele ocurrir que cada uno tiene la suya…—: en el caso de Irene Pinhoe se nos dice que es una «dwimmer» (no sé como traducirlo), una persona en contacto con lo vivo, incluso aunque esté oculto, de modo que, cuando limpia unos azulejos, no es sólo que les quite la suciedad que hay en ellos, sino que es como si los hiciera otra vez nuevos (una versión menor de la idea detrás del modo de actuar de los elfos que se narra en El Señor de los anillos de que «en todo lo que hacemos ponemos el pensamiento de todo lo que amamos»).
Diana Wynne Jones. Conrad’s Fate (2005). HarperCollins Children’s Books, 2008; 352 pp.; ISBN: 978-0007278190. [Vista del libro en amazon.es]
Diana Wynne Jones. Pinhoe Egg (2006). HarperCollins Children’s Books, 2007; 416 pp.; ISBN: 978-0007228553. [Vista del libro en amazon.es]
Diana Wynne Jones. Mixed Magics (2000). HarperCollins Children’s Books, 2008; 176 pp.; ISBN: 978-0006755296. [Vista del libro en amazon.es]