El guardián del árbol, de Anja Klauss y Myriam Ouyessad cuenta una leyenda inspirada en unas pinturas de Gustav Klimt.
A Minoa, una mujer anciana y sabia, o loca según algunos, la visita un chico llamado Khalil y ella le habla de las semillas de distintos árboles. El álbum comienza cuando Minoa le da una caja especial que le dice que ha de guardar con cuidado pues contiene una semilla única; luego ha de plantarla cuando llegue el momento y proteger su crecimiento. Así lo hace Khalil con ayuda de un halcón al que adiestra para que cace a los animales que amenacen el árbol. Cuando lo planta, crece de modo extraordinario y luego da un fruto que Khalil come; tiene entonces un sueño y ve que una gran amenaza se cierne sobre la ciudad de Ganhar.
La historia es atractiva y el álbum es tan colorista como se puede suponer. Al final hay unas explicaciones sobre Gustav Klimt, sobre Viena en su época, y sobre las pinturas de Klimt en las que se han inspirado las autoras —los bocetos de un árbol de la vida, para un mural, que están expuestos en Viena; y dos imágenes más, de una joven que representa la espera y de una pareja que se abraza—. También se explica cómo los elementos del álbum están inspirados en esas pinturas —los motivos de la ropa de Kahlil recuerdan los del árbol, las espirales del árbol son también los cabellos rizados, los rectángulos del abrigo de Khalil son los de las cajas de semillas o las casas de la ciudad, etc.—.
Anja Klauss. El guardián del árbol (Le gardien de l’arbre, 2015). Texto de Myriam Ouyessad. Barcelona: Juventud, 2016; 28 pp.; col. La Puerta del Arte; trad. de Susana Tornero; ISBN: 978-84-261-4395-2. [Vista del álbum en amazon.es]