El príncipe Beltrán “El bicho”, es uno de los primeros libros de Arnold Lobel. Esta reedición del año 2018 está presentada por su hija Adrianne, una conocida escenógrafa, que habla de que fue uno de los primeros libros de su padre, que lo escribió e ilustró cuando ella tenía unos cinco años, y que fue uno de sus libros favoritos, «¡quizá porque fui yo quien se lo inspiró!», ya que su protagonista se parece a ella en aspecto y comportamiento... Habla de un príncipe niño cuyo nacimiento emociona a todo el reino pero cuyo comportamiento posterior pone a todos de los nervios: rompe sus juguetes, echa arañas en la sopa, destroza las flores del jardín… Hasta que un día gasta una broma pesada a una bruja y eso le atrae una maldición. Relato de lo más clásico que... Leer más
Leo y Lisa: más allá de la ciudad única, del diseñador gráfico Miguel Ángel Sáez, es un álbum muy original en su confección, y no solo porque sea uno de los pocos compuestos a partir de unos previos teatrillos montados con figuras, como por ejemplo Moncho y la mancha o La casa de los ratones. Sus protagonistas principales son Leo (de Leonardo da Vinci), un inventor que trata con materiales reciclados, y Lisa (de Mona Lisa), una amiga que actúa como su piloto de pruebas. Los curiosos escenarios en los que se mueven están en la Ciudad Única, un lugar muy abigarrado del que los héroes acaban consiguiendo escapar. Lo que atrae el interés del lector no es tanto el argumento como el mundo tan singular creado por el autor: antes de ser escenas del álbum, ambientes y figuras fueron... Leer más
Dentro de casa, de Nono Granero, es un álbum hábilmente compuesto y contado, ya desde lo que nos muestran la cubierta y la contracubierta, la puerta trasera y el frente de una furgoneta, cuyas claves están en la dedicatoria y en el excelente final que figura en las dos dobles páginas finales. Es un cuento acumulativo en el que un niño narrador nos habla de que entran en su habitación —la parte trasera de la furgoneta— primero un mosquito, luego dos arañas, tres pajarillos, cuatro liebres, cinco murciélagos, seis ovejas, siete vacas, y que, aunque intenta echarlos, no se quieren ir. Se cuenta lo anterior con unos versos sonoros y graciosos que figuran en páginas izquierdas, en dos recuadros del interior de la puerta, mientras las imágenes a las que se refieren las palabras... Leer más
Chófer de sandías, de Emilio Urberuaga y Antonio Rubio, es un relato ambientado en una gran ciudad, bulliciosa y apresurada, que comienza con un tallito verde que florece en la Gran Vía y que, ignorado por todos, crece hasta dar voluminosas sandías; que continúa luego cuando una niña descubre la planta, se fabrica un coche con una sandía, y con eso provoca que muchos otros niños la imiten y, a partir de ahí, empiecen a ser habituales los coches vegetales. Álbum que, al leerlo, me hizo pensar dos ideas contrapuestas: una, que podría ser una historia digna del Dr. Seuss —versos sonoros, mundo y seres disparatados, etc.—, aunque no tenga su contundencia cómica; otra, que aunque no haya ninguna indicación explícita ni el álbum caiga en el didactismo, se nota (o yo... Leer más
Ese robot no soy yo es otro alarde de ingenio inteligente de Shinsuke Yoshitake que muchos disfrutarán, aparte de que puede dar ideas para que algunos lectores se conozcan mejor a sí mismos... El protagonista, Kenta, decide invertir todos sus ahorros en comprar un robot que sea una copia de sí mismo tan buena que pueda encargarle todos sus deberes. Una vez comprado, el robot le pide a Kenta datos, para conocerle bien y así poder replicar su conducta. Entonces Kenta, según van andando por la calle, va respondiendo a preguntas del insistente robot, y le va diciendo cosas que le gustan y cosas que le desagradan, cosas que puede hacer y cosas que no, cuál es su árbol genealógico, etc. También le habla de los rastros que deja por donde pasa, de cómo va cambiando con el tiempo, de... Leer más
¡Demasiadas Cosas!, de Emily Gravett, recupera escenarios y, como secundario, al personaje principal de ¡Qué ordenado! Aquí las protagonistas son Ash y Meg, dos urracas que, cuando están incubando a sus pollitos, acumulan todo tipo de cosas en su nido. Esta vez el humor de la autora no es sarcástico sino hiperbólico: lleva hasta el extremo las consecuencias del afán de poseer cosas de Ash y Meg, como con deseos de decirle al lector que no sea tan insensato como ellas. La historia tiene ritmo, son muchos los golpes humorísticos en las imágenes, y son especialmente ingeniosas las guardas, en las que hay anuncios publicitarios con estilo antiguo de todo tipo de cosas. Emily Gravett. ¡Demasiadas Cosas! (Too Much Stuff, 2020). Barcelona: Picarona, 2021; 40 pp.; trad. de David... Leer más
Si vienes a la Tierra, de la ilustradora australiana Sophie Blackall —a quien muchos recordamos de su estancia en Ilustratour, Valladolid, hace ya unos años—, es un gran álbum, de los mejores de los últimos meses. Su planteamiento recuerda el de Estamos aquí, de Oliver Jeffers, pero en este caso se trata de contarle a un visitante de otro planeta cómo es la tierra: «Querido visitante del espacio, si vienes a la Tierra, esto es lo que tienes que saber»… Las primeras ilustraciones, en tinta y acuarela, empiezan con un zoom hacia la Tierra desde el espacio y muestran panoramas aéreos de distintos lugares; luego se presentan modos de vida de personas de distintos lugares y edades, mediante imágenes descriptivas, con figuras simpáticas. La ilustradora emplea puntos de vista... Leer más
Ernesto, el elefante, de Anthony Browne, trata sobre el elefante más pequeño de una manada que, cansado de ir detrás de los demás, se interna en la selva y se pierde. Ni un feroz gorila, ni un león indolente, ni un hipopótamo maleducado y somnoliento, ni un cocodrilo que parece ignorarle o despreciarle, le ayudan. De más está decir que sí habrá quien le ayude y, como en una famosa fábula de La Fontaine, no será ninguno de los poderosos. El álbum es atractivo porque las ilustraciones son magníficas, de composición y colorido, con vistosos fondos de selva que recuerdan los de Henri Rousseau, y con figuras a las que Browne comunica expresividad con detalles en los rostros y en las posturas. Anthony Browne. Ernesto, el elefante (Ernest, the Elephant, 2020). Pontevedra:... Leer más
En la cola para el Arca, de Iris Samartzi y Antonis Papatheodoulou, es un álbum bien construido. El argumento está bien pensado y las eficaces y expresivas ilustraciones, hechas a base de collages y recortes (muchos de trozos de tickets de entrada para espectáculos) y completadas con lápiz y toques de color, están bien secuenciadas para mantener la intriga. Al principio, dos ratoncitos que se colocan los últimos en una larga cola de animales diferentes, agrupados en parejas. Vamos luego viendo a los distintos animales, que se hacen preguntas sobre su situación, y comentan lo que saben acerca de Noé y su arca. Además, pasa el tiempo, comienza la lluvia, y cunde la inquietud. Las preguntas que se le ocurren al lector —no sólo las que se hacen los animales cuando charlan... Leer más
Los carpinchos, del ilustrador uruguayo Alfredo Soderguit, es una buena historia bien confeccionada. Trata de que un día llegan unos animales raros, grandes y peludos, cerca de una granja de gallinas. Estas no los quieren cerca pero ellos no pueden regresar a su pantano en temporada de caza. Llegan a un acuerdo de convivencia, carpinchos y gallinas, pero a distancia. Hasta que un día las cosas cambian. Se secuencia el relato en escenas recuadradas que o bien ocupan la doble página o páginas completas, aunque a veces la narración se acelera y presenta tres viñetas verticales en cada página. Las figuras son buenos dibujos realistas con ojos expresivos, y toques rojos en la cresta de las gallinas y marrones en los carpinchos. El argumento habla bien del temor al desconocido con... Leer más
Incompleto, de José Fragoso, es un buen álbum que, sin embargo, me ha dejado sentimientos mezclados. El título es el nombre de una aldea donde nadie es bienvenido; se presentan luego sus habitantes: Sesera, una lectora compulsiva, Zancas, una corredora, los hermanos Vigor, obsesos del gimnasio; y después se ve cómo todo cambia cuando llega Sístole, un personaje con forma de corazoncito. La mezcla de sentimientos viene de que resulta demasiado evidente que la historia ha sido construida para transmitir un mensaje y aleccionarnos; viene de que la confección gráfica indica talento pero tiene unos toques feístas que proceden de completar los dibujos con collages, con frecuencia manos y puños, preparados a partir de recortes fotográficos de gente famosa (que, al final del álbum, se... Leer más
Ya he comentado alguna vez que hay ideas que son poéticas y que funcionan cuando se presentan de modo comedido pero que dejan de ser eficaces cuando se alargan en exceso. Un ejemplo de lo último, en mi opinión, es Abrazos; un ejemplo de lo primero es Tiempo de abrazar, de Patrick McDonnell. Este es un álbum con un punto cómico cuyo protagonista, el gato Jules, se siente lleno de cordialidad hacia todo el mundo, primero a sus amigos Mooch, Noddles y Earl, y luego hacia todos los seres vivos. El texto es breve y está un poco versificado. Hay una imagen en cada página y las figuras, casi siempre pequeñas, tienen la simpatía y expresividad habituales del autor. Patrick McDonnell. Tiempo de abrazar (Hug Time, 2007). Barcelona: Océano Travesía, 2018; 44 pp.; trad. de Sandra... Leer más
Bajo el mismo cielo, de Britta Teckentrup, presenta una sucesión de escenas con animales: unos ciervos, unos gatos, unos leones, unos pingüinos, etc. Como el mismo título anuncia, se trata de mostrar que todos vivimos bajo el mismo cielo, tanto en las ciudades como en los pueblos, ya seamos grandes o pequeños... Dan variedad al relato unos troquelados, con formas distintas, que permiten que una frase sirva para dos dobles páginas consecutivas. Así, con un troquelado con forma de corazón, leemos que «sentimos el mismo amor… / … en las noches más frías. / …en nuestra pradera favorita». Las ilustraciones con collages y recortes de la autora han sido comparadas, con acierto, con las de Eric Carle: son más apagadas y no tienen su colorido pero sí tienen iguales elegancia y... Leer más
Como todos los álbumes que conozco hasta el momento de Emily Gravett, también ¡Qué ordenado! es estupendo. Su protagonista es un tejón llamado Dante que tiene la costumbre de ordenar, limpiar y dejar todo el bosque muy bien arregladito. Cuida de las flores y los animales, recoge las ramas caídas y friega las piedras… Luego da un paso más: arranca los árboles cuando se quedan sin hojas… Así que cuando hay una inundación y todo se llena de barro, Dante llama a las excavadoras y lo cementa todo. Entonces se da cuenta de que se equivocado. El argumento muestra cómo una buena idea y una buena conducta pueden desquiciarse y viene a decir que hay que pensar antes en cuáles serán los resultados de lo que hacemos. Tal como, a propósito de otra cosa, leía unos días atrás,... Leer más
Había una TRIBU, de Lane Smith, es un álbum de los que gusta contemplar aunque no tenga trama ninguna. Vemos una sucesión de sugerentes imágenes con textos parecidos que comienza con «Había un…»: rebaño de cabritos, colonia de pingüinos, resplandor de medusas, comunidad de ballenas, formación de rocas, desfile de elefantes, tropa de monos, etc. Y, en medio de todas ellas, un niño que se adapta como puede a los seres que tiene alrededor hasta que, al final, lo encontramos en medio de la tribu que anuncia el título original en inglés (pero no el título castellano). El álbum tiene, sobre todo, unas escenas bien compuestas, que avivan la imaginación del lector. Las imágenes están elaboradas de modo que se sugieren las texturas apropiadas en cada caso. Son variadas las... Leer más
El Rey Rollo es un personaje creado en 1979 por David McKee que luego protagonizó una serie de dibujos animados. El protagonista tiene atuendo de rey medieval pero es, en su comportamiento, un niño; le acompañan el Mago, que viene a ser su padre; la Cocinera, que viene a ser su madre; el espabilado gato Hamlet, y sus amigos, el rey Fermín y la reina Carlota. Los Minilibros Rey Rollo son seis relatos amables que cuentan pequeños incidentes de vida familiar o vecinal. Están compuestos del modo más clásico: con una ilustración recuadrada en cada página que lleva unas pocas líneas de texto debajo. Se pueden poner como ejemplo, una vez más, de que hay un talento particular, que no todos poseen, para componer relatos para los más pequeños, que nada tiene que ver con la... Leer más
El narrador de Domingo en el mercado, de Celeste Berlier y José Sanabria, es un niño que un domingo va, con su padre, al mercado del pueblo cercano. Allí hay un monito revoltoso que monta un pequeño escándalo y escapa. Pero luego irrumpe un toro que provoca el pánico y a él se van enfrentando, sin éxito, distintos hombres del pueblo. Historia que, tanto por su argumento como por el colorido y la vistosidad de las ilustraciones, en las que hay numerosos personajes retratados con viveza, es apropiada para los lectores niños. También es una lectura interesante para quienes desconocen por completo el modo de vida campesino de tantas personas en el mundo. Celeste Berlier. Domingo en el mercado (2016). Texto de José Sanabria. Barcelona: Ekaré, 2016; 34 pp.; ISBN:... Leer más
¿Verdad o mentira?, igual que otros libros de Jimmy Liao, no tiene casi argumento y presenta escenas consecutivas, gráficamente tan sugerentes y bien compuestas como siempre, que acompañan textos de distinto tipo, unos amables, otros bromistas, otros más o menos poéticos… Sin embargo, a diferencia de otros libros, hay muchas frases paradójicas que aparecen en distintos momentos del libro —a veces una que va con una ilustración, a veces varias en una sola página—, que provocan una enorme sensación de libro espeso que merecería ser repensado. Esto no es porque se pueda confundir el lector que, a fin de cuentas, se dará cuenta del juego que propone el autor, sino porque deja la impresión de que debería haber mayor orden y jerarquía en lo que se dice. Así, podemos... Leer más
Buscar, de Olga de Dios, presenta un personaje llamado Bu, que siempre anda cabizbajo, mirando al suelo y como buscando (la impresión que da es que a Bu nadie le ha explicado nunca que buscar es un verbo transitivo). Se va cruzando con distintos seres, al principio, uno en cada doble página —como Conejo Blanco, Osa Ramona, Rosita—, y luego varios en cada página —primero Tris y Tras, luego Naranja y Limón, después Zeta, Berenjena, la Tortuga Intrépida, Evarista la artista, Fénix y Babosilla…—. Todos le preguntan y Bu siempre responde que lo que hace es Buscar. Hasta que… Las imágenes de los personajes son simpáticas. La composición de las escenas está bien pensada para llevar la trama de menos a más. Y la conclusión nace de modo natural de lo que va ocurriendo:... Leer más
Como los demás álbumes que conozco de Peter Reynolds, Siembra un beso, con texto de Amy Krouse Rosenthal, está compuesto con dibujos atractivos sobre fondo blanco y con una perfecta dirección narrativa que, continuamente, abre los deseos de pasar a la página siguiente. La historia es, al mismo tiempo, elemental y sugerente: una niña siembra un beso y espera, espera, espera… Aunque los más pequeños tal vez no capten la idea, los que ya reconozcan bien lo simbólico y entiendan algo la necesidad de la paciencia captarán enseguida que cualquier pequeña siembra de bondad y afecto a veces tarda en notarse pero es una inversión que se acaba recuperando con creces. El autor usa el conocido recurso de representar los besos con papel brillante y reproduce los breves textos a mano para... Leer más
¿Quieres jugar conmigo?, ¡Oh! La luna, y La broma, son tres álbumes de Éric Battut con el mismo ratoncito protagonista de El secreto. En el primero un ratoncito verde está triste y busca un amigo con quien jugar: va eligiendo a varios —como el Saltamontes, la Rana, el Camaleón, el Elefante...— porque son verdes; pero luego el elefante se vuelve gris… En el segundo, ante una luna redonda blanca sobre fondo oscuro, surgen unos ojillos amarillos; en la siguiente doble página, cuatro ojillos, los amarillos y otros verdes; luego, seis, amarillos, verdes, rojos; luego ocho…; hasta que la luna cambia un poco, cuando pasan nubes por delante. En el tercero el ratoncito gris hace una broma y grita: ¡Un lobo azul!; un pájaro se asusta, el ratoncito se ríe y le anima a unirse a él... Leer más
Cierra los ojos, con texto de Victoria Pérez Escrivá e ilustraciones de Claudia Ranucci, se puede comprender como un álbum de los que tratan de alguna discapacidad o bien de los que hablan de aprender a mirar alrededor no sólo del modo más evidente. En él dos hermanos hablan entre sí: uno describe algo que ve y el otro describe lo mismo pero sin apoyo en la vista y sí en otro sentido (el oído, el tacto, el olfato, el gusto). Así: —«La bombilla es una cosa que da luz»; —«No, la bombilla es una pelotita suave y muy caliente. ¡No la toques!». Al final, ante la imposibilidad de que el segundo comprenda lo que dice el primero, la madre le dice a este último que, si quiere hacerse cargo de la mente de su hermano, cierre los ojos. La historia está compuesta con... Leer más
El soldadito Salomón, un relato de Rocío Antón y Lola Núñez ilustrado por Javier Zabala, trata sobre un soldadito sabio al que todo el mundo le va consultar sus problemas y, cuando se los exponen, siempre responde: «¡Esto sí que es un conflicto! Dejadme reflexionar, y os daré mi veredicto». Y, en efecto, a todos los que van —una bailarina, un muñeco dormilón, un coche abollado…— les da una solución que les convence. El texto es amable y la secuencia pregunta-respuesta facilita el ritmo propio de un álbum. Las ilustraciones expresionistas, con collages, son sugerentes y bien acomodadas al tono del relato. (El libro tiene también una pretensión didáctica —la de poner al niño «en contacto con actitudes y hábitos positivos, con la finalidad de conocer las emociones... Leer más
Uno de los mejores álbumes del año pasado pero que yo he leído ahora: Hilo sin fin, de Jon Klassen y Mac Barnett. Trata de que la generosidad, y la felicidad que crece alrededor de quien es generoso, no sólo no se agota nunca sino que aumenta y se expande cuanto más se... Leer más
En paralelo con La recta y el punto, de Norton Juster, por razones formales, aunque con otras intenciones en su confección, recuerdo un álbum importante (que cito en Emociones en construcción) que no había puesto aquí todavía: La línea, de Ayax Barnes y Beatriz Doumerc.... Leer más
Abrazos, de Jimmy Liao, comienza cuando a un león dormido le cae un paquete en la cabeza. Enfurecido, lo abre y dentro encuentra un libro: Abrazos. El león no se da cuenta de cuál es la portada y encuentra repugnante su contenido: escenas con abrazos entre toda clase de animales y de humanos. El juego metafictivo con el que arranca el libro es ingenioso, las ilustraciones tienen la calidad habitual del autor, la disposición de las imágenes en las dobles páginas es variada, pero el contenido resultará repetitivo para quienes conozcan los demás libros de Liao. No es una historia que da motivos para que aplaudamos la bondad, sino un libro insistente (sin necesidad de unirlo a otros del autor sobre la misma cuestión). Si otras obras suyas me han gustado también por sus... Leer más
La Pregunta del Elefante, de Kaatje Vermeire y Leen Van Den Berg, empieza diciendo que, «como cada año, todos subieron a lo alto de la colina», menos las tortugas porque la señora tortuga estaba enferma, que allí el elefante quería hacer una pregunta y que la hormiga, muy satisfecha de sí misma, era la encargada de dirigir la reunión. El elefante lanza su pregunta: ¿cómo se puede saber si se quiere a alguien? Y toda clase de seres —el ratón, Blancanieves, la piedra, la mar, las nubes, el vagabundo, el Manzano, el explorador, la abuela…— dan su respuesta. Al final, el elefante tiene ideas más que suficientes y se va corriendo mientras la hormiga se queda pensando que sólo se han dicho sandeces. La historia no es tal vez muy coherente —sobre todo porque nada tiene... Leer más
¡Todos a comer!, de Eva Armisén y Marc Parrot, contiene unos divertidos comentarios versificados, que también son canciones, a distintos tipos de comilones: el Explorador, la Lima, el Tiquismiquis, los Rápidos, el Gourmet, la Dulce. No es un catálogo, como algunos otros álbumes citados semanas atrás de abuelas y de sueños, sino un buen muestrario que podría seguir ampliándose. Las ilustraciones son composiciones planas, en colores adecuados a las comidas y al estilo de unos personajes que se presentan en figuras sencillas con contornos gruesos. En negrita y cuerpo más grande van algunas palabras más sonoras. Los textos son graciosos: «En un restaurante chino comí medusa, / parecía goma, sabía a poca cosa. / Cocodrilo frito y ancas de rana: / su sabor recuerda al pollo,... Leer más
Un álbum reciente, logradísimo, de los que causan impacto por sus troquelados de filigrana y por la finura de su argumento, es Luna Llena, de Antoine... Leer más
Si de los álbumes ilustrados por Sonja Bougaeva que conocía —El gran bostezo y Malena Ballena— se podía deducir que tenía chispa para las ilustraciones, pues los argumentos ya la tenían, de Dos hermanas reciben visita se puede concluir que también puede preparar una historia y un texto graciosos a partir de un incidente mínimo. Dos hermanas mayores viven en una isla y un día reciben visita de un primo joven. Este les organiza la vida: les arregla cosas, ordena su casa, la pinta, etc. Y las hermanas, que al principio estaban contentas, al final agradecen que su primo las deje y al fin puedan vivir como quieren. La secuencia de imágenes es buena, los personajes están bien caracterizados, la combinación de texto e ilustraciones es correcta, los tonos y el colorido se... Leer más
De momento conozco tres álbumes de Kitty Crowther: dos de hace pocos años, Mi amigo Juan y ¡Scric scrac biblib blub!, y uno reciente titulado Poka & Mina. El despertar. Los protagonistas del primero son una familia de ranas: el pequeño Jerónimo tiene miedo y va una y otra vez a la habitación de sus padres. Los del segundo son un mirlo negro y una gaviota blanca que, contra los prejuicios y temores de la comunidad de gaviotas, se hacen amigos. Los del tercero son dos insectos, una insectita, Mina, y un insectote, Poka: Mina se levanta pronto y hace que se levante Poka, y acaban yendo al estanque. La ilustradora pinta siempre unos animales graciosos. En Poka y Mina hay una escena por página; en los otros álbumes hay páginas con varias escenas en cada una; las mejores de... Leer más
El mundo entero, de Marla Frazee y Liz Garton, es un álbum de los que buscan hacer una presentación optimista del mundo a los pequeños. De forma más ordenada de lo que a primera vista puede parecer, se muestran escenas de vida cotidiana. Unas son sobre niños que juegan en la naturaleza, con y sin adultos alrededor. Otras presentan momentos de sol, de lluvia o de viento. Otras presentan la convivencia entre gente que trabaja, o que alterna en un restaurante, o que se resguarda en casa. En conjunto el álbum empieza por la mañana y termina por la noche. Después de una ilustración grande que ocupa la doble página, en la siguiente doble página hay varias escenas, a veces en un solo dibujo sintético y a veces en dos o más dibujos, todos excelentes. Las figuras humanas son... Leer más
¡Splash!, ¡Achís! y ¡Cataplof!, con textos de Victoria Pérez Escrivá e ilustraciones de Claudia Ranucci, son tres álbumes semejantes en su construcción gráfica y en su argumento, la relación de alguien con un objeto un tanto especial. ¡Splash! es sobre el señor Tomás y su manguera, que a veces cobra vida propia. ¡Achís! es sobre el señor Florencio y una escoba, que parece ser alérgica al polvo. ¡Cataplof! es sobre la señora Julia, una mujer muy gorda, y la silla en la que se sienta. Los relatos son amables y están bien contados, se leen y ven con gusto por sus aires «caseros» y cercanos, y tienen leves golpecillos graciosos, como el de la escoba que, desconcertada cuando estornuda, se pregunta: «Pero, ¿qué me pasa? No sé qué me pasa. ¿Se me pasará lo que... Leer más
Como el otro día lo mencioné como un buen ejemplo de la idea de viajar para volver a casa (en el comentario a Sin principio ni fin, de Avi), cuelgo la reseña de ¡Qué bonito es Panamá!, junto con otros libros de... Leer más
Hay álbumes que no pasarán a la historia pero que están bien hechos y cumplen sus funciones de atraer, entretener y avivar la imaginación. Un ejemplo es El gran libro de los regalos mágicos, un álbum simpático en el que tres ilustradoras combinan su imaginación y su talento para presentar distintas posibilidades (que a pesar de la sugerencia visual de la cubierta no hay por qué limitar a una época como la navideña). En la izquierda va un texto breve y en la derecha la imagen que lo ilustra. Por ejemplo: una barra de bomberos para bajar en un segundo de tu cuarto al salón, una sortija que cambia de color cuando va a cambiar el tiempo, un pasadizo secreto que se adapta a cualquier pared, un equipo de duendes cocineros para preparar la cena, una poción que da a todos los platos... Leer más