El debut de André François en la literatura infantil tuvo lugar en 1949 cuando puso imágenes en todas las páginas impares de El pequeño Brown, también el primer relato de la norteamericana Isobel Harris. Es una recuperación editorial que merece ser aplaudida.
Por su comienzo, que no por el estilo de vida de los protagonistas ni por las ilustraciones, se podría poner en paralelo con Eloise, un relato de la misma época, pues su protagonista, el pequeño Brown, vive en un hotel de Nueva York con sus padres y, como a ellos, le gustan los ascensores, los túneles, el metro y demás. Hasta que un día, Hilda, la encargada de la limpieza, se lo lleva con ella junto a su familia, en el campo, lo que significa un montón de descubrimientos para él.
El libro es ameno y tiene varios aspectos de interés. Uno, la situación propia de algunos niños que viven encerrados en un mundo propio y necesitan abrirse y conocer a gentes de otras clases sociales e incluso, si se quiere, aprender que hay modos de vivir más humanos. Otro, apreciar el gran talento de un ilustrador que sabe cómo enriquecer mucho la narración que le dan y añadirle nuevas capas de significados. Un tercero, el descubrimiento de algunos aspectos de un antiguo Nueva York tal como lo veía François.
Isobel Harris. El pequeño Brown (Little Boy Brown, 1949). Niño editor, 2016; 46 pp.; ilust. de André François; trad. de Rafael Spregelburd; ISBN: 978-9569569012. [Vista del libro en amazon.es]