Dos hijas del gran terremoto (al que me referí en la nota de ayer), es una novela de Cristián Sahli que comienza presentando a sus dos protagonistas: dos amigas jóvenes de familias acomodadas de Valdivia, Chile, a comienzos de 1960. Sus vidas cambian por completo, y se separan, cuando se produce el gran terremoto del 22 de mayo de 1960. Toda la familia de Amelia fallece y su casa se viene abajo: ella se intenta rehacer empezando a trabajar como enfermera y, poco a poco, reorienta su vida. Erika, en cambio, decide huir de sus padres y de Chile junto con un joven español del que se ha enamorado: después de un accidentado viaje, donde comprueba que su novio no es quien ni cómo suponía, ha de acceder a instalarse con él en Almería. La narración sigue las vidas de cada una, en capítulos alternos, hasta que, ya en el tramo final de la novela, las trayectorias de las dos vuelven a confluir.
El relato está bien contado y transmite curiosidad e interés por el destino, tan distinto, de las dos heroínas: el que nace de las decisiones acertadas que, con titubeos, va tomando Amelia, y el que van modelando las elecciones insensatas de Erika. Por otro lado, y como sucede con las novelas bien ambientadas en otros lugares y hace tantas décadas, la historia sirve para comparar aquellos modos de afrontar la vida con los actuales.
Cristián Sahli. Dos hijas del gran terremoto (2021). Madrid: Didaskalos, 2021; 440 pp.; col. Didaskalos Literatura; ISBN: 978-8417185718. [Vista del libro en amazon.es]