¿Te acuerdas?, una narración de Zoran Drevenkar con magníficas ilustraciones de Jutta Bauer, es de esos libros que, utilizando la estructura y muchos recursos habituales en los álbumes ilustrados infantiles, trata de sentimientos adultos. Una pareja de ancianos recuerda, y las imágenes recrean imaginativamente, sucesos de cuando eran unos chicos jóvenes. Todos los párrafos de texto, relativamente largos, comienzan con un «¿Te acuerdas de cuándo…?» y evocan algo que sucedió con motivo de las excursiones que hicieron por el campo los protagonistas cuando eran niños y jóvenes. Se supone, por los dibujos, que más bien es el anciano el que recuerda. Según avanza el libro se ve que las enfermedades llegan... Normalmente, en la página izquierda van los párrafos de texto... Leer más
El pequeño Gran Bubú, de Beatrice Alemagna, se puede leer como una continuación de ¡Buen viaje, bebé! pues su protagonista es algo mayor... En este caso, el pequeño Gran Bubú es un ser (no reconocible) que se presenta a sí mismo como un niño GRANDE, ya con ojos grandes, nariz grande, cuatro dientes…, y que presume, por ejemplo, de que cuando va a un restaurante ya solo necesita un cojín. Al final, incluso da una prueba externa de que sí es un niño GRANDE. El relato, bienhumorado en el planteamiento y en las imágenes, muchas mostrando primeros planos del protagonista, es un pretexto más para una lectura compartida y teatralizada con el niño. Beatrice Alemagna. El pequeño Gran Bubú (Little Big Boubou, 2014). Barcelona: Corimbo, 2017; 36 pp.; trad. de Ana Galán; ISBN:... Leer más
Joseph Fipps, de Geneviève Godbout y Nadine Robert, se puede poner como ejemplo de buen álbum —por la calidad de sus ilustraciones y porque refleja bien algunas reacciones de un niño y su madre—, que no está conseguido del todo: su argumento se parece al de Donde viven los monstruos pero no tiene su elegante concisión y resulta menos concluyente y satisfactorio. Joseph, de cinco años, hace una pequeña trastada, que vemos en varias ilustraciones consecutivas, y luego leemos este comentario suyo: «Esta mañana, mamá ha vuelto a llamarme “monstruito”. Cada vez que hago una trastada, grita: “¡Menudo monstruito!”. Papá, el abuelito y Nana también me llaman así. Pero yo no me llamo “monstruito” de verdad. Me llamo Joseph Fipps”». Así que Joseph, igual que... Leer más
Espera, de Antoinette Portis, es un álbum con la misma estructura de un paseo y la misma idea de fondo de Un camino de flores y de los que, al modo de Tú y yo, yo y tú, pone de manifiesto cómo la mirada fresca de los niños puede renovar la de los adultos. Vemos sucesivas escenas de un niño que va siendo arrastrado por su madre, suponemos que de camino al colegio por la mañana. En la primera escena la madre mira el reloj y díce al niño «¡Rápido!» mientras el niño se queda mirando a un perro que le sigue. En la segunda el niño se agacha y se pone al nivel del perro y se ve que la madre se ha parado. En la tercera, en una calle vemos a la madre con el móvil en la mano que dice «¡Rápido!» mientras el niño mira hacia atrás no sabemos a qué. En la cuarta el niño... Leer más
Entrega especial, de Matthew Cordell y Philip C. Stead es un álbum con argumento y dibujos chispeantes. En la primera página leemos un grandísimo «¡Oye Sandi!», un grito de un chico a una niña que se marcha con un hilo en la mano, y cuando llegamos a la portadilla vemos que la niña va detrás de un elefante al que lleva sujeto por la cola... Resulta que Sandi va a enviar un elefante por correo a su abuela. Descubre, sin embargo, que necesitaría demasiados sellos por lo que busca otra opción: pide a un amigo su avión y allí sube al elefante. Pero se estrellan cerca de un río por lo que Sandi le pide a un cocodrilo que los conduzca… Historia loca muy divertida. Uno de sus motivos, el envío del elefante, se podría comparar con Lágrimas de cocodrilo; las situaciones que... Leer más
El atajo, de David Macaulay, es un extraordinario álbum: por la calidad de sus ilustraciones, que cambian de perspectiva con total naturalidad; por la fluidez con la que se suceden las imágenes, sin ningún alarde innecesario; porque tiene un argumento divertido, nada sofisticado, que además hace pensar en cómo nuestras pequeñas acciones influyen en otros, lo queramos o no; porque su estructura narrativa es muy hábil —el autor entrecruza bien lo que les ocurre a distintos personajes y obliga al lector a volver atrás para descubrir detalles que no había captado en la primera o segunda lecturas—. Los nueve personajes se presentan en la primera página: Albert y su yegua June, Paty y su cerda Perla, el profesor Tweet, una loca conductora llamada Sybil, la desconsolada... Leer más
El Caballero que no quería luchar, de Thomas y Helen Docherty, es Leo, un joven ratoncillo y caballero medieval al que sus padres incitan a luchar aunque él prefiere dedicarse a leer. Al fin hace caso a sus padres y sale a luchar, montado en su caballo Amigo, y llevándose con él una pila de libros. Encuentra primero un grifo, luego un trol y finalmente un dragón. Al principio son amenazadores pero cuando Leo les cuenta una historia o les da un libro apropiado, todos se amansan. Al dragón, por ejemplo, le dice que tiene «un libro alucinante lleno de miles de dragones impresionantes» y lo convence a la primera. Las ilustraciones son divertidas y el texto en verso también lo es, aunque no haya forma de trasladar la sonoridad del inglés a la versión española: «Leo was a gentle... Leer más
Dos ratones, de Sergio Ruzzier, es un álbum amable para los más pequeños y de construcción más compleja de lo que parece. La narración se apoya en la sucesión de las imágenes que van acompañadas, simplemente, de algunas palabras sin enlazar unas con otras: «Dos ratones / tres pastas / tres barcas, dos remos / un barquero / un nido, dos huevos / tres patitos…». Son simpáticas las figuras de los personajes, atraen sus andanzas y sus pequeñas reacciones de pillería, comodidad o enfado, y el pequeño argumento tiene tensión. En este comentario al libro hay una explicación del autor de por qué los números se limitan del uno al tres: podrían ser más sin dificultad pero la idea es repetirlos una y otra vez dejándose llevar por el ritmo de las palabras. Como suele ocurrir... Leer más
Me ha interesado Jane, el zorro y yo, de Isabelle Arsenault y Fanny Britt, porque su narrativa gráfica tiene atractivo y porque trata con serenidad algunos problemas propios de adolescentes. La protagonista, Hélène, es una chica de unos once años que piensa que está gorda por más que su comprensiva y amable madre, desbordada, intenta decirle que no lo está. Sus compañeras se meten cruelmente con ella por ese motivo y hace una vida un tanto aislada. Su evasión es la lectura de Jane Eyre, con cuyos problemas se identifica un poco, momentos en los que la narración gráfica tiene color y los perfiles de las figuras adquieren nitidez. Con motivo de un campamento colegial, en el que Hélène y otras chicas también al margen del grupo principal ocupan una tienda, Hélène ve a un... Leer más
La niña de los libros, de Oliver Jeffers y Sam Winston, es uno de esos álbumes premiadísimos y elogiadísimos. Sin duda lo merece: Jeffers es un maestro de los álbumes y Winston es un experto tipógrafo y, por tanto, de su colaboración tiene que salir algo bueno o, al menos, algo que seguro que gustará a quienes siguen el mundo de los álbumes (como yo). Además, el libro habla sobre libros y lectura para gente a la que le gustan los libros y la lectura, así que tiene los aplausos garantizados entre quienes se dedican a los libros y a la lectura (como yo también)... El relato trata sobre una niña que, «a través de un mar de palabras» llega junto a un niño solitario y le anima a vivir aventuras a través de «los bosques de cuentos de hadas», de las «montañas de... Leer más
En Un lobito muy educado, de Matthieu Maudet y Jean Leroy, el protagonista sale a cazar al bosque por primera vez (nada menos que con un cazamariposas gigante). Como sus padres le enseñaron que «la última voluntad debe respetarse siempre», hace caso a lo que le piden sus dos primeras víctimas, un conejo y un pollo, pero comprueba con disgusto que ellos no cumplen su palabra, pues son unos mentirosos y huyen. Las cosas serán diferentes con su tercera víctima: un niño. Relato cuyo argumento recuerda un poco, al menos al principio, al de Voy a comedte, y que, como él, arranca la risa debido a los buenos golpes y a la simpatía de los personajes. Funciona como una tira cómica también porque los diálogos entre los personajes se presentan en globos. Contra los fondos de las... Leer más
¡Qué aburrimiento!, de la ilustradora alemana Henrike Wilson, trata sobre un oso pequeño al que, durante siete dobles páginas consecutivas, lo vemos en el bosque, en distintas situaciones, manifestando con palabras y con sus gestos y posturas que se aburre. Hasta que, finalmente, hay cosas a su alrededor que le llaman la atención. Las imágenes son pictóricas y atractivas: el oso, que puede recordar un poco a Winnie the Pooh, es amable a pesar de su tono quejoso. No sé hasta qué punto el álbum servirá para transmitir, a los lectores pequeños, la idea tan aprovechable que hay detrás de la historia: que los momentos de «aburrimiento» son propicios para poner en marcha la imaginación, la reflexión, la observación y el descubrimiento del mundo… Desde un punto de vista... Leer más
Historium, de Richard Wilkinson y Jo Nelson, es un álbum construido con los mismos criterios organizativos y compositivos que Animalium y Botanicum, y tiene igual buen aspecto externo e igual buena presentación —con textos escuetos e ilustraciones con aires antiguos—, pero, por lo que diré, me ha parecido un libro menos atractivo. Los autores presentan bien cuál es el trabajo propio de los arqueólogos y una «línea del tiempo» para poner en paralelo la información que van a presentar. A continuación muestran 160 objetos divididos en seis «salas»: África, América, Asia, Europa, Oriente Medio, y Oceanía. Al tener el libro entre las manos surge la pregunta de si no hubiera sido mejor que, puesto que se trata de mostrar objetos —ánforas, figuras, estatuas…—, no... Leer más
Célebres casos del detective John Chatterton, de Yvan Pommaux, es un libro que reúne tres historias del mismo protagonista que se habían publicado por separado. Chatterton es un gato detective que resuelve unos casos que se parecen mucho a Caperucita Roja —la madre de Caperucita pide a Chatterton que la busque, pues ha desaparecido—; a Blancanieves —aquí a Chatterton la madrastra le dice que descubra el paradero de su hijastra Lilia—; y a La bella durmiente —cuyos padres le dicen a Chatterton la maldición que recae sobre su hija, justo cuando está a punto de cumplir quince años, y lo contratan para que la proteja—. En su momento leí estos relatos y me parecieron brillantes desde un punto de vista gráfico: todo se cuenta con una sucesión de escenas compuestas de... Leer más
Pregúntame, de Bernard Waber y Suzy Lee, es uno de esos grandes álbumes que dan seguridad al niño y que presentan de modo genial su descubrimiento del mundo. En él vemos a un padre y a su hija pequeña —muy parecida a la niña de otros álbumes de la ilustradora— dar un paseo y atravesar un parque mientras la niña le pide a su padre que le pregunte qué cosas le gustan, qué cosas le gustan más, por qué le gustan, etc. La conversación, que viene y va entre la niña y su padre de un modo sobrio, sin blandura ni falsa poesía, atrapa bien los modos de decir insistentes de la chica y la paciencia del padre que se pliega sin más a los requerimientos de su hija. Es una forma de animar al niño lector a preguntar cosas y a preguntarse cosas; es una forma también de mostrar... Leer más
Hablé hace tiempo de Zdeněk Miler y veo que se han publicado ahora dos álbumes más, en formato pequeño y en cartoné, del mismo personaje: Topito y la sorpresa y Topito y las galletas, con relatos de Kateřina Miler. En el primero, Topito y su amigo Pinzón encierran a tres gusanos que se han comido una flor pero cuando van a liberarlos tienen una sopresa. En el segundo hacen galletas con mermelada de ciruelas e invitan a los amigos. Como es lógico en libritos para prelectores, el ilustrador se ha propuesto que sean amables, que sus héroes sean tipos activos de aspecto gracioso y que desprendan simpatía —pues no dejan de sonreír—. Topito, un personaje negro y con ojos grandes, destaca contra el fondo de una rica vegetación, y lo mismo cabe decir de su amigo Pinzón, de cara... Leer más
Es tu turno, Adrián, de las autoras suecas Kristin Lidström y Helena Öberg, es una buena novela gráfica que vale la pena conocer. Trata sobre un chico que tiene problemas para hablar en público hasta que encuentra una perra, llamada Niebla, cuya presencia y contacto le serenan y le hacen capaz de vencer sus miedos; pero Niebla un día desaparece. El relato tiene lugar tiempo atrás, como se deduce de los escenarios y de que Adrián es un entusiasta del mundo del circo y de personajes como Houdini. La historia está bien contada. Las palabras del relato son del mismo Adrián. Sus dificultades no tienen origen en las personas que le rodean pues sus padres y los adultos que le rodean son atentos y amables. En la primera parte, «Antes de conocer a Niebla», vemos el mundo imaginativo... Leer más
Búscame, de Ana Palmero Cáceres, es un álbum de los que juegan a estimular el espíritu de observación del lector, confeccionado con los mismos patrones que Cuéntame. Esta vez las dobles páginas están compuestas a base de repetir muchas veces la figura de un animal —un armadillo, un pez volador, una pata, un mono sin cola y un mono de cola larga, una iguana, un escorpión, etc.—, formando diseños geométricos que bien podríamos ver en telas o alfombras, y en cada una se le propone al lector que busque alguno que no encaja bien, porque tiene otra forma, o está en otra posición, o tiene otros colores. Ana Palmero Cáceres. Búscame (2017). Barcelona: Ekaré, 2017; 28 pp.; ISBN: 978-980-257-383-7.... Leer más
Si las manzanas tuvieran dientes, de Milton y Shirley Glaser, es un álbum de 1960 que se acaba de publicar ahora. Los autores buscan expandir la imaginación de los lectores de un modo sencillo y eficaz: se ven una serie de imágenes que ilustran, con la claridad y buen diseño que uno espera de los autores, unos textos que podría firmar Edward Lear. Por ejemplo: «Si las manzanas tuvieran dientes / te devolverían los mordiscos», «Si le pones sal a una serpiente, / parecerá una rosquilla crujiente», «Si al colegio te acompañara un canguro, / llevar los libros no sería tan duro». A veces el humor descansa en la posibilidad que se plantea; otras, en la simpatía de la ilustración; y otras, en que el mismo pareado es gracioso. Milton y Shirley Glaser. Si las manzanas tuvieran... Leer más
Los cuentos entre bambalinas, de Gilles Bachelet, es un álbum homenaje a muchas obras de LIJ. En cada doble página vemos un título en la izquierda y una imagen en la derecha. Supuestamente representan todos los pasos de alguien para representar un papel en una película: «El casting», «La firma del contrato», «El vestuario», «El maquillaje», «El chequeo médico», etc. Las figuras que vemos en las ilustraciones pertenecen, todas, a cuentos, álbumes, o libros infantiles muy conocidos, como, entre muchos otros: Pinocho, Caperucita Roja, Babar, Perro azul, Gerónimo Stilton, Wally… En un apéndice final se dice quiénes son y su origen, para quienes no los reconozcan. Por su contenido y por su simpatía, ha sido un álbum acogido con entusiasmo por quienes ya conocen muchos... Leer más
Ojo con los números, de Aleksandra Mizielińska y Daniel Mizieliński es un álbum en cartoné sin palabras para que jueguen niños curiosos, pacientes y perseverantes. En él se suceden dobles páginas repletas de figuras de todo tipo. En cada una hay un número, del 1 al 10, en la parte superior izquierda. En cada una son muchas las figuras que la pueblan y, según se indica y el lector puede ir comprobando, hay siempre diez grupos de tantos elementos como indica el número, del 1 al 10, que hay en la parte superior izquierda. Hay también otros grupos, como a simple vista se aprecia, que pueden despistar. Aleksandra Mizielińska y Daniel Mizieliński. Ojo con los números (Mam oko na liczby, 2013). Barcelona: Ekaré, 2017; 22 pp. en cartoné; ISBN: 978-84-944959-5-5.... Leer más
Entre los álbumes excelentes que tienen como hilo conductor un paseo en el que van ocurriendo cosas recuerdo ahora La sorpresa de Nandi y Letras robadas. A ellos ha de sumarse otro reciente, argumentalmente muy distinto de los citados, que es magnífico: Un camino de flores, de Sydney Smith y JonArno Lawson. Es un relato sin palabras en el que vemos a una niña y a su padre paseando por la ciudad. Mientras el padre habla por teléfono su hija va recogiendo florecillas de colores que ve brotar en distintos sitios: junto a un poste, en un muro, entre las baldosas del suelo, al pasar un puente y un túnel… Al principio todo lo vemos en blanco y negro salvo el abrigo rojo de la niña. Luego el color llega con las flores y, poco a poco, va surgiendo en más sitios: en un puesto de... Leer más
Después de Abeja y Abejas llega El abejoso, de Nadia Shireen. A su protagonista, un joven oso llamado Norman, lo que más le gusta es la miel; así que decide disfrazarse de abeja y asistir a la escuela con las demás abejas; todo es un poco raro pero Norman es amable y acaba siendo aceptado por todas. Lógicamente, llega un momento en el que su trampa se descubre. La historia es simpática, el protagonista cae bien por más que sea tan glotón, las imágenes son graciosas, y el argumento tira del lector hacia delante según las cosas van complicándose para las abejas y para Norman. Pero, eso sí, en un mundo como el nuestro no falta quien interpreta el relato como una parábola que nos enseña que todos podemos escoger nuestra identidad y ser lo que deseamos ser y no lo que otros... Leer más
Los relatos que presentan a personas que han de dejar su tierra suelen hacer notar el dolor que sienten y la dureza de las situaciones por las que pasan. El mapa de los buenos momentos, de Zuzanna Celej y Fran Nuño, elige un planteamiento más suave que, sin embargo, puede ayudar a sus lectores a plantearse cuáles serían sus sentimientos si tuvieran que dejar atrás su ciudad, su país o sus amigos. Zoe, una niña que debe marcharse de su ciudad, recorre y recuerda los lugares donde ha disfrutado: su casa, la casa de sus abuelos, la escuela, la estación de tren, etc. Las imágenes muestran esos lugares, con unas acuarelas evocadoras, en tonos cálidos y como velados, y la narración con palabras acentúa el dolor de la despedida y el deseo esperanzado de poder regresar un... Leer más
Comer un lobo, de Vincent Bourgeau y Cédric Ramadier, no es tan genial como ¡Que viene el lobo!, pero es un álbum excelente por su inteligente sencillez, tanto argumental como compositiva. Es, en principio, un relato para prelectores, pero es, en realidad, una historia para quienes hayan oído ya unas cuantas sobre cerditos y lobos. En la primera doble página el cerdito protagonista se pone frente al lector y le dice que «siempre es la misma historia: al final, es el lobo el que se come al cerdito»; y en la segunda el héroe sonriente nos dice que «¡hoy soy yo el que va a comerse al lobo!». Así que nos acabaremos encontrando con un relato que cierra un círculo: hubo un tiempo que se contaron relatos con cerditos ingenuos y lobos astutos; vino luego la moda de contar relatos... Leer más
Una de las pequeñas mejoras en las nuevas ediciones de los «apuntes para unas clases de álbumes ilustrados» son las referencias a un libro ilustrado al que se suele llamar precursor de otros y que se ha publicado hace muy poco en castellano: Animales animados, preparado con fotografías de Aleksandr Ródchenko y Várvara Stepánova para ilustrar unos poemas de Serguëi Tretiakov. En realidad, no fue precursor de nada pues el libro como tal no se publicó y ni siquiera lo hicieron las imágenes en la revista en la que se anunció (El nuevo frente de izquierda de las artes, se llamaba). Su edición como libro tuvo lugar, por primera vez, en Alemania en 1980. Sin embargo, tiene mucho interés (al menos para gente como yo), el hecho de que fuera un primer intento de preparar... Leer más
Otro álbum con un protagonista que es y se siente pequeño frente al mundo y a los demás: Pequeña en la jungla, de Marta Altés. Pequeña es una monita a la que gusta vivir en la jungla pero a la que se le hace un problema ser tan pequeña en una selva tan grande. Hasta que «un día tomó una GRAN decisión. Una decisión muy valiente»: trepar hasta la copa del árbol más alto. Las figuras son simpáticas y los escenarios tienen la exuberancia que cualquiera imagina de la selva. Pero el álbum es claro y legible al presentar la vegetación y los personajes sobre fondo blanco, al colocar adecuadamente los párrafos de texto, y al poner el foco en la heroína. Además, la narración tiene una estructura, semejante a la de El paseo de Rosalía, que comunica tensión al relato: un... Leer más
Otro ejemplo de cómo sacarle partido a un filón: el nuevo álbum de Emily Gravett titulado ¡Mío! y protagonizado por el oso y la liebre. Esta última encuenta una flor y no quiere compartirla con el oso, «pero al oso no le importó»; y lo mismo con otras cosas hasta que, cuando el oso no está presente, la liebre se abalanza sobre la miel de una colmena… La autora sabe dar la lección con talento gráfico y con simpatía, que es lo que hay que pedir a este tipo de minirelatos para que los lectores pequeños piensen en su comportamiento. Emily Gravett. ¡Mío! (Bear and Hare – Mine!, 2014). Barcelona: Picarona, 2017; 28 pp.; trad. de Joana Delgado; ISBN: 978-84-16648-80-1.... Leer más
Matilde, de Sozapato (firma de la ilustradora ecuatoriana Sofía Zapata Ochoa), es una excelente narración gráfica sin palabras compuesta con unas ilustraciones basadas en dibujos de gran calidad y secuenciadas con gran destreza. La protagonista es una niña que se asoma, desde la calle, a la ventana del estudio de un pintor y le roba un pincel mágico con el que huye y dibuja un dragón al que no logra controlar. Si en un álbum de hace días, un niño descubría el poder de su imaginación, en este Matilde da un paso más pues averigua el poder del arte para poner en pie la imaginación y para enriquecer la vida. La narración avanza estimulando al lector a que se pregunte qué hay más allá de cada imagen y con eficaces juegos plano-contraplano. Se contrastan la monotonía de los... Leer más
Última parada de la calle Market, de Christian Robinson y Matt de la Peña, es un álbum de ambiente muy propio de ciertos barrios de algunas grandes ciudades de Norteamérica. Su protagonista es Jackson, un chico negro que, al salir de la iglesia, vuelve a su casa con su abuela Nana. Se suceden incidentes que provocan preguntas del chico y respuestas de su abuela: cuando su amigo Colby, blanco, se va en coche, «¿por qué nosotros no tenemos coche?», «¿para qué lo queremos? Tenemos un autobús lanzallamas y al señor Dennis, que siempre te enseña un nuevo truco de magia»; y a continuación los vemos subirse al autobús… En las siguientes escenas la abuela va enseñando buena educación al chico —se asegura que salude a todos y dé las gracias— y le hace ver el lado... Leer más
Cuentos de osos, de Gustavo Roldán, no es tanto un álbum como un pequeño y chispeante relato gráfico equiparable a una larga tira de cómic. Presenta la relación entre un padre oso y su hijo, un osito decidido y enérgico como se adivina ya en la figura de la portada. El padre es escritor y en las cosas que escribe se ve que no entiende los gustos de su hijo en absoluto. El hijo sí entiende a su padre pero está un poco harto de sus párrafos poéticos, por lo que un día le hace unas correcciones en su relato sin que se dé cuenta. Sorprendentemente, por primera vez, un editor responde a su padre diciéndole que está dispuesto a publicar su historia. La tipografía cambia y aumenta cuando el narrador, el oso pequeño, se enfada, o cuando el padre habla en voz alta. Los dibujos,... Leer más
Lucy Goosey, de las australianas Ann James y Margaret Wild, es otro álbum más con una fórmula que nunca falla si se hace bien: la de reafirmar, al lector pequeño, el amor incondicional que les tienen sus madres. Es un relato que bien podría estar inspirado en el de la vieja Okka: la pequeña Lucy no se atreve a unirse a las demás ocas cuando emprenden su migración y se oculta. Pero su madre la espera y le da confianza… Las ilustraciones pictóricas transmiten bien los sentimientos de los personajes. La narración con palabras es sobria pero con los toques poéticos justos. Tal vez se podrían haber evitado los párrafos que van en negro sobre fondos oscuros para mejorar la legibilidad. Ann James. Lucy Goosey (2014). Texto de Margaret Wild. Salamanca: Lóguez, 2016; 36 pp.;... Leer más
Son escasos los buenos libros ilustrados informativos preparados en España... Por eso también merece ser aplaudida la edición de Peregrinar a Compostela en la Edad Media, de Chema Román y Jaime Nuño, un libro que, como Una aldea en tiempos del románico, es también un gran libro de conocimientos, bien documentado, bien estructurado, y con magníficas ilustraciones. En treinta capítulos los autores hablan de distintos aspectos del camino de Santiago entonces: otros lugares a los que se peregrinaba, motivaciones religiosas y no culturales de quienes lo emprendían, ritos, comidas, peligros y amenazas, cómo se organizaban los viajeros en una época en la que los mapas no eran fiables, etc. A la izquierda disponen las explicaciones, acompañadas de ilustraciones pequeñas de detalle,... Leer más
José Fragoso, un ilustrador español afincado en Estados Unidos, debuta en los álbumes con La increíblemente alucinante historia de Marcial, el niño normal. Hasta la mitad del álbum se nos explica la normalidad de Marcial. En cada página vemos un dibujo de él solo, o de él con alguien más —su perro, su profesor…—, en el que le vemos haciendo algo habitual —jugar con el perro, en clase, comiendo…—, y sabemos que tiene el pelo revuelto, qué cosas le gustan y qué no, cómo se comporta… Todo muy normal. Hasta que, se nos dice, un día empezó a darse cuenta de que las cosas que miraba ya no eran las mismas: su imaginación lo empieza a cambiar todo. Gran álbum: por sus excelentes dibujos económicos sobre fondo blanco; por la buena secuencia de ilustraciones... Leer más
Yo no tuve ningún amigo imaginario en la infancia y, de todos los amigos y conocidos a los que he preguntado, sólo uno me dijo que sí lo había tenido... Sin embargo, ahora son muchos los libros que hablan de los amigos imaginarios de los niños (aunque me han recordado, en mi pequeña encuesta, que personajes del pasado como Marcelino pan y vino y como Zezé los tenían). Pero, más o menos recientes, recuerdo Soy demasiado pequeña para ir al colegio, Pobby y Dingan, el hermano de Greg, y Fred, el amigo imaginario. Y en los próximos días pondré varios más de los últimos meses. ¿Tendrá esto algo que ver con que ahora muchos niños son hijos únicos, o no tienen con quién jugar, o que sus juegos son muy individualistas...? El argumento de Las aventuras de Beekle, de Dan... Leer más