Mientras tanto en la Tierra..., de Oliver Jeffers, es un álbum con iguales hechuras que Estamos aquí: notas para vivir en el planeta tierra, entre otros del autor, y que tiene también el aire de ser un relato confeccionado a partir de conversaciones del autor con sus hijos. Esta vez es un padre que va con sus dos hijos en coche y, como quien no quiere la cosa, el coche despega y va, poco a poco, alejándose de la tierra. A una velocidad de unos 60 km por hora, tardarían un año en llegar a la Luna, 78 años hasta Venus, 150 años a Mercurio, etc., hasta la última etapa, de unos 11000 años, a Plutón. El narrador indica que hay que mirar por el espejo retrovisor para ver qué estaba ocurriendo en la Tierra en cada momento: siempre opta por mostrar guerras o conflictos (la segunda... Leer más
Hay álbumes que no se dirigen tanto a los niños como a los adultos como con la intención de transmitir el encanto de la infancia y de revivir los sentimientos de afecto que suscita un niño. En esa dirección va Nuestra niña, de Anthony Browne, un buen álbum precisamente por su falta de pretensiones y su sencillez argumental y compositiva (que, sin embargo, pocos podrían imitar). La cubierta sirve de anuncio de lo que aparecerá en el interior, aunque luego no se nos hablará de los sentimientos que despierta la niña en distintos miembros de su familia sino que, simplemente, se mostrarán sus cualidades y habilidades: la veremos con distintos atuendos y disfraces, casi siempre de figura completa pero, a veces, en primeros planos con gestos graciosos. Las imágenes son simpáticas y... Leer más
Si en Estamos aquí: notas para vivir en el planeta Tierra, Oliver Jeffers «habla» con su hijo recién nacido contándole cosas del mundo al que llega, en Lo que construiremos. Planes para un futuro juntos, habla con su hija de pocos años contándole sus ideas. Lo hace de modo «poético» —por ejemplo: «Construyamos una puerta donde no había ninguna», «Construyamos una casa que sea nuestro hogar», «Yo construiré tu futuro y tú construirás el mío», etc.—, e ilustra cada uno de sus comentarios, un tanto desiguales, con una imagen que intenta ir de acuerdo con el tono, más o menos bromista o tierno. Como es habitual, sus ilustraciones y figuras son simples y están llenas de colorido, y las frases están como escritas a mano con su modo desmañado característico. Es un... Leer más
El bosque, de Violeta Lópiz y Valerio Vidali, sobre un texto de Riccardo Bozzi, es un libro de gran formato que capta el interés por su atractivo visual: por la belleza de sus ilustraciones y porque todas las hojas son dobles, algo necesario para combinar acuarelas con troquelados y con golpes en seco, o relieves, que al principio van sobre páginas en blanco, y al final, a veces, forman parte de la misma ilustración. Los textos cortitos que acompañan las imágenes hablan, más o menos poéticamente, de un bosque recorrido por unos exploradores que van descubriendo en él cosas distintas; esos exploradores se representan con caras (que van en relieve y en páginas en blanco), que al principio son de niños y que, poco a poco, van siendo de adultos y, al final, de un viejo. Se... Leer más
El vendedor de felicidad, de Marco Somà y Davide Cali —los mismos autores del excelente La reina de las ranas no puede mojarse los pies—, es un buen álbum al que, como a muchos álbumes actuales, se le puede hacer un reproche que luego diré. La contracubierta presenta la historia como «una fábula contemporánea sobre la felicidad». Su protagonista es el señor Pichón, un vendedor ambulante que ofrece, de casa en casa, frascos de felicidad de tamaño pequeño, grande, o familiar. Lo que llama la atención del álbum son los personajes, todos ellos figuras de pájaros humanizados —la señora Codorniz, la señora Cucurucha, la señora Carbonero, la señora Abubilla, el señor Chorlito, el señor Estornino, el señor Faisán, la señora Petirrojo…—, y los ambientes —lugar... Leer más
Semanas atrás me refería a cómo hay grandes ilustradores que, como han publicado libros excelentes y siempre construyen ilustraciones magníficas, tienen un público fiel que les sigue, la capacidad de publicar libros singulares que a otros no se les permitiría, y la posibilidad de arriesgarse con proyectos personales que tienen difícil encaje dentro de la LIJ. Esto se puede aplicar, creo, a Cigarra, un álbum en el que Shaun Tan presenta a una Cigarra que es un trabajador muy cumplidor de una empresa, en la que lleva diecisiete años, y en la que nadie valora lo que hace, y que se acaba jubilando de modo solitario y sin agradecimientos. Todos los libros del autor son valiosos y este no es una excepción: el poderío de sus imágenes es evidente para cualquiera, la historia es... Leer más
Rosa a pintitas, de Geneviève Godbout y Amélie Callot, es un álbum que cuenta un relato romántico y que, por tanto, se dirige más bien a un público juvenil e incluso adulto (pues los protagonistas ya no son muy jóvenes). Cuenta la historia de Adèle, una chica muy amable que lleva un café de un pueblo, y de Lucas, el chico que cada miércoles pone un puesto de verduras en el mismo café. Se ve que Adéle no lleva nada bien la lluvia, pues prefiere con mucho el sol. Luego se suceden algunos detalles de atención con Adèle, que ella no sabe de quién proceden, pero cualquier lector sí. El título tiene que ver con el entusiasmo de Adèle por el rosa y porque los regalos que va recibiendo son de ese color. El gran atractivo del álbum está en la calidad de las ilustraciones,... Leer más
Tres pequeños monos, de Emma Chichester Clark y Quentin Blake, comienza presentando a Hilda Snibbs, una mujer que tenía tres pequeños monos: Tim, Sam y Lulú. Por cuatro veces ocurre algo parecido que se inicia con una doble página que contiene seis escenas: en la primera se ve a Hilda que sale de casa y advierte a los monitos que se porten bien, en las demás se ve a los monitos haciendo de las suyas; y en la siguiente doble página se ve cuando Hilda vuelve y encuentra su casa hecha un desastre. Pero la quinta vez, cuando Hilda regresa, todo está en orden y los monitos no aparecen. Álbum con una historia graciosa —en línea de otras de Blake con seres estrafalarios como protagonistas— y una realización gráfica muy eficaz, que presenta muy organizadamente a unos... Leer más
¿Te acuerdas?, una narración de Zoran Drevenkar con magníficas ilustraciones de Jutta Bauer, es de esos libros que, utilizando la estructura y muchos recursos habituales en los álbumes ilustrados infantiles, trata de sentimientos adultos. Una pareja de ancianos recuerda, y las imágenes recrean imaginativamente, sucesos de cuando eran unos chicos jóvenes. Todos los párrafos de texto, relativamente largos, comienzan con un «¿Te acuerdas de cuándo…?» y evocan algo que sucedió con motivo de las excursiones que hicieron por el campo los protagonistas cuando eran niños y jóvenes. Se supone, por los dibujos, que más bien es el anciano el que recuerda. Según avanza el libro se ve que las enfermedades llegan... Normalmente, en la página izquierda van los párrafos de texto... Leer más
Esperando, de Kevin Henkes, es un premiado álbum cuyos protagonistas son cinco juguetes instalados junto a una ventana: una lechuza jaspeada, una cerdita con un paraguas, un osito con una cometa, un cachorrito en un trineo y un conejo encima de un fuelle. Se nos cuenta qué cosa espera cada uno, cómo reaccionan ante lo que ven —las nubes, la lluvia…—, que a veces dormían, que a veces aparecían regalos, que un visitante que tuvieron se fue y ya no volvió (y vemos a un elefante primero en la ventana y luego en el suelo, roto)… El autor es un maestro de los álbumes para prelectores y primeros lectores pues, aparte del talento que tiene para la creación de personajillos atractivos y para la confección de los álbumes, sabe presentar los conflictos interiores con acierto. En... Leer más
Armando, de Fernando Pérez Hernando, es uno de esos álbumes que —por ejemplo como dije al hablar de Arquelogía—, son como una broma de revista cómica más que un libro-álbum; que —como dije a propósito de Cómo reconocer a un monstruo—, cuentan algo sencillo y deberían venir en ediciones baratas; y que, como se puede decir de no pocos álbumes, tiene un miniargumento de interés para… una escuela de padres. En él vemos que a un niño, Armando, su padre le regala su primer balón de fútbol, y luego se suceden los incidentes en los que se aprecia el forofismo del padre y el desinterés del niño. De más está decir que, sea como sea, el álbum es sólo para quienes aprecien la broma implícita en el nombre y la figura del niño. Fernando Pérez Hernando. Armando... Leer más
Dentro de la línea, tan frecuente hoy, de intentar enseñar a los niños a ser menos brutos y más sensibles, o la de intentar dejarles claro que uno puede ser muy fuerte y no tener miedo a mostrar sus sentimientos, está el álbum de Keith Negley titulado Tipos duros. En él vemos, en cada doble página, cómo lo ejemplifican algún o algunos personajes robustos: un tipo musculoso de un gimnasio, un astronauta, unos ninjas, un superhéroe, un cowboy, un pirata, un caballero medieval, un piloto de carreras, un marino, un robot, un tipo tatuado en moto, etc. Las palabras son escasas y dejan todo el peso del álbum a las ilustraciones en colores vivos muy contrastados, que están bien compuestas y presentan figuras contundentes y amables. Keith Negley. Tipos duros (también tienen... Leer más
Al final del comentario sobre La luz que no puedes ver incluí un párrafo acerca de «la simultaneidad de los instantes». De lo mismo trata el álbum El primer paso, del norteamericano-australiano Bob Graham. En él todo empieza cuando una niña, Rosie, está a punto de dibujar el último botón de plata de un pato, escena que vemos antes de los datos editoriales del álbum y de que comience la historia, y todo termina cuando lo dibuja. El acontecimiento que narra el album es que Rosie ve que su hermano pequeño Pablo, justo a las diez menos un minuto, da su primer paso, y lo anuncia a su alrededor: a continuación vemos diversas escenas de todo tipo que ocurren al mismo tiempo, de un modo parecido a cómo las veríamos si una cámara se alejase y fuese mostrándonos en ese mismo... Leer más
La protagonista de Vacío, de Anna Llenas, es Julia, una niña normal y feliz. «Pero un día, de golpe, todo eso se fue y ella se quedó con un gran vacío», que se representa como un gran agujero en su centro. A continuación vemos distintas expresiones gráficas de lo que supone y significa ese vacío, vemos que Julia prueba con tapones de distintas clases —tapones buenos, aparentemente buenos, peligrosos…—, y no resuelve nada, hasta que para de buscar… Y ahí comienza la segunda parte de la historia. Como el álbum previo de la ilustradora —cuya protagonista Rita se parece mucho gráficamente a Julia—, este también tiene un ritmo narrativo conseguido, unas ilustraciones eficaces y compuestas con talento, y un argumento más para mayores que para niños (con la... Leer más
Para terminar esta mini-serie de álbumes sobre árboles —aunque sea un tanto especial por sus rasgos argumentales y por las discusiones que ha suscitado—, hay que citar El árbol generoso, de Shel Silverstein, que llega al mercado español con una traducción diferente a la de una edición venezolana previa. Después de presentar a los dos protagonistas en las dos primeras dobles páginas —«había una vez un árbol…», «que quería mucho a un niño»»—, se cuenta cómo, según el niño va creciendo, el árbol está dispuesto a darle lo que le pide: hojas, manzanas, sombra… Y, al niño, al joven, al hombre, y al anciano, el árbol sigue dispuesto siempre a contentarle. Las ilustraciones, características del autor, son unos sencillos pero expresivos dibujos a plumilla en... Leer más
Te quiero casi siempre, de Anna Llenas, se podría poner en paralelo con Sencillamente tú: es un relato adulto (o, al menos, no de niños) contado con imágenes y recursos habituales en los álbumes infantiles. La diferencia es que Sencillamente tú es un álbum más regalable, por tamaño y tipo de imágenes; o al menos a mí se me hace más difícil pensar en que, por las mismas razones, lo sea Te quiero casi siempre… La primera página izquierda dice: «Lolo y Rita son muy diferentes», y en la derecha asoman unos pelillos diferentes, de uno y otra. En la segunda doble página se presentan a los protagonistas, en la izquierda, Lolo, un bicho bola, y en la derecha, Rita, una luciérnaga. Primero se nos indica por qué se quieren, luego por qué se distancian un poco y, por... Leer más
El libro de la suerte, un álbum de Ana Lartitegui y Sergio Lairla, está muy bien comentado en Biblioabrazo y en La coleccionista. En esas dos reseñas se da el argumento —dos viajes paralelos de dos personajes opuestos, el señor Buenaventura y el señor Malapata, cada uno de los cuales comienza en un extremo del álbum para confluir en una página central desplegable—, se hace notar que la trama resulta intrigante, que la riqueza de detalles a los que prestar atención es enorme, y que tiene una muy pensada y cuidada construcción narrativa. Sin duda, un álbum con un largo trabajo detrás, que a cualquiera le gustará conocer, pues es ingenioso y divertido, pero que los entusiastas y estudiosos del género van a mirar y analizar con calma. Ana Isabel González Lartitegui.... Leer más
Así como siempre temo que algunos relatos pueden acentuar comportamientos que no me gustan, y que a nuestro alrededor hoy son demasiado frecuentes (por ejemplo, que un álbum como el citado ayer aumente más aún el espíritu quejoso y protestón que tanto abunda en nuestra sociedad), hay otros que aplaudo también porque defienden un talante que me parece que nos hace más falta. Es el caso de Manual del buen paseante, de Raimon Juventeny, un álbum más bien adulto que se parece mucho, en su estética y en su contenido, a Ramón, de Jesús Cisneros. En veinte escenas sucesivas vemos a un paseante y, al pie, hay una frase que describe algo propio del buen paseante: empieza con «El buen paseante sale a pasear cuando le apetece» y casi termina con «El buen paseante vuelve a casa... Leer más
Arqueología, de Antonio Santos, es de esos álbumes sencillos y eficaces que son como una broma o un guiño irónicos, y que podríamos encontrar con el formato de tira de humor satírica. Un hombre tiene un sueño y construye un barco en el desierto; todos se ríen de él y le llaman loco; él espera y espera pero nada sucede y muere; pasa el tiempo y la arena del desierto cubre los restos del barco; pasan siglos… y entonces llegan los arqueólogos. Álbum con una historia certera pues desvela del mejor modo posible la inconsistencia de algunas suposiciones que dicen interpretar lo que nos ha llegado del pasado. Las ilustraciones, hechas con recortes, van de acuerdo con el relato: están bien compuestas y muestran las figuras de modo sintético sobre fondos simples que tienen... Leer más
Ramón, de Jesús Cisneros, refleja el itinerario habitual de domingo de un tal Ramón, un hombre alto y delgado con un paraguas abierto, que, de camino al parque, va encontrando a un pájaro, a otro tipo con sombrero, a la chica de la bicicleta, a un señor que cuenta hojas… Es uno de los muchos álbumes cuya estructura es la de un simple paseo y de los que reflejan o suscitan, de modo poético y nostálgico, algunas emociones propias de adulto, al modo de un relato corto chejoviano. A fin de cuentas, en él no sucede nada memorable pero, también por eso, hace pensar al lector en su propia vida o en la vida de quienes pasan a su lado. Las sugerentes ilustraciones —normalmente a doble página salvo cuando hay una ilustración en una página y otra pequeña en la página en blanco de... Leer más
Consejos para niñas pequeñas, de Mark Twain, un librito con ocho pequeños párrafos del autor norteamericano, tiene los acentos irónico-bromistas que se le suponen, acentuados por las buenas ilustraciones de Vladimir Radunsky. Es decir, que su sentido del humor, tal vez rompedor para oídos decimonónicos (si asumimos que aquella época era un poco lerda), es más para lectores un poco mayorcitos (que, orgullo cronológico aparte, seguramente están mucho más dispuestos a ooohhhs y aaahhhs admirativos que aquellos lectores antiguos). La edición está en la línea del momento de publicar relatos y relatitos de autores clásicos con ilustraciones modernas, y de convertir cualquier texto en una especie de álbum. Entiendo que se dirige a compradores con muchas posibilidades económicas... Leer más
Nueva edición de El aniversario, un álbum de Carme Solé con un texto irónicamente melancólico de Miquel Martí i Pol, acerca de un tal Señor M. que, después de diez años de casado, reflexiona y se siente un don nadie. Entonces decide ponerse sombrero y no quitárselo nunca, lo que al principio es considerado una extravagancia y, más tarde, acaba siendo una fuente de conflictos. Álbum cuyo argumento, dentro de la LIJ se podría poner en línea con, por ejemplo, El hombrecito vestido de gris, de Fernando Alonso. Tiene interés su edición, aparte de las excelentes ilustraciones y de la lograda composición como álbum, por su valor dentro de la historia particular de la LIJ: igual que se podría decir de Cepillo —aunque en ese caso el protagonista es un niño—, preparar un... Leer más
La señora Meier y el mirlo, un álbum con la firma tan reconocible de Wolf Erlbruch, tiene como protagonista a la señora Meier, una mujer preocupona con un marido tranquilo que tiene muchos pasatiempos personales. Un día que la señora Meier encuentra un mirlo recién nacido lo cuida y, para que aprenda a volar, intenta volar ella también. Relato amable más bien adulto pues, podemos suponer, refleja cómo una mujer termina por tener una vida propia al margen de su marido. También se podría entender que un cuidado bondadoso de la naturaleza, en este caso del mirlo, abre nuevas e inesperadas posibilidades vitales, superiores a las del hombre práctico y pegado a lo cotidiano. Bien, al margen de lo anterior, me ha interesado ver cómo no hay marco en las ilustraciones que... Leer más
El guardián del olvido, un relato de Joan Manuel Gisbert ilustrado por Alfonso Ruano, es un álbum con imágenes evocadoras, perfectas para una historia que habla de que hay personas a la espera de ser rescatadas por alguien que las... Leer más
Hay álbumes que no van a pasar a la historia pero que son simpáticos y están bien hechos y que, como recogen bien actitudes reconocibles —no necesariamente de un niño—, yo los regalaría, si pudiera conseguirlos en ediciones pequeñas y baratas. Es decir: creo que ni a mí ni a la mayoría de la gente se nos ocurre plantearnos tal cosa cuando los álbumes vienen en pasta dura y tamaño grande..., y precio de acuerdo con eso. Dos ejemplos recientes son ¡Tú puedes!, de Ole Könnecke, y La duda, de Pia Valentinis. El primero presenta un pájaro indeciso y temeroso que necesita un estímulo para vencer su miedo. El segundo presenta varios animales que se preguntan cosas: la serpiente que se dice ¿qué me pondré hoy?, el camaleón que piensa ¿me habrá visto?, etc. Ambos son... Leer más
¡¡Máass!!, de Peter Schössow, es un álbum sin palabras o, mejor, con aquella única palabra. En la doble página de presentación, donde van el título y los datos editoriales, vemos un hombre mayor, con abrigo, bufanda y sombrero, paseando por una playa en un día ventoso. En la segunda doble página vemos que le vuela el sombrero. En la tercera, que comienza a correr tras él. En la cuarta, que el viento lo levanta... Relato de argumento elemental, aparentemente, pero gráficamente muy bien construído pues, con las distintas ilustraciones y con su secuencia, logra transmitir los sentimientos del protagonista: de susto y de miedo en su primera parte, de gozo y asombro cuando al fin se ve volando por encima del mar y de los campos... El colorido es escaso, como corresponde a un... Leer más
El pequeño hoplita, de Arturo Pérez-Reverte y Fonchito y la luna, de Mario Vargas Llosa, inician una colección que se titula “Mi primer...”(mi primer Pérez Reverte, mi primer Vargas Llosa, etc.) Debo comenzar por reconocer que no siento ninguna simpatía por este recurso comercial, que supongo que será eficaz para quienes compran los libros a partir del prestigio previo de los autores. Además, si soy partidario, siempre, de recomendar los libros uno a uno y por sí mismos, y nunca por el nombre del autor ni por la colección o editorial en la que se publican o por cualquier otra razón, mucho más lo soy en el caso de los libros infantiles. Dejo de lado que no faltan los ejemplos que indican que escribir bien sobre algo no equivale a escribir bien sobre cualquier cosa, y que... Leer más
Tanto Estela como Inés Azul, dos álbumes con texto de Pablo Albo e ilustraciones de Miguel Ángel Díez y Pablo Auladell respectivamente, ejemplifican algo que a veces me ocurre: los textos y las imágenes tienen calidad y me gustan... pero el conjunto no tanto. Estela habla de una estrella de los deseos que se pone contenta y brilla más cuantas más cosas le piden; pero un día la pilla una lluvia de estrellas y acaba cayendo en fosas cada vez más profundas del mar, donde todo es oscuridad y habita el pez ogro. Inés Azul, una historia poética sobre la percepción que puede tener o que le hacen tener a una niña de la muerte de un amigo, está contada por la propia protagonista, que habla de su amistad con un chico que no está y del que le dicen que no volverá. Como... Leer más
Por la intensidad emocional que tienen, por el talento para el dibujo y la maestría en la composición de la historia que revelan, Un día, un perro y La pequeña marioneta, de Gabrielle Vincent, son álbumes que dejan huella... sobre todo en el lector... Leer más
Un álbum muy especial, de hace años, que trata de sentimientos adultos: Cuaderno de una espera, de Arcadio Lobato y Lourdes Huanqui. De paso aprovecho para recomendar El valle de la niebla, un álbum excelente del mismo ilustrador, actualmente descatalogado en castellano pero no en inglés, como se puede ver a la... Leer más
Del mismo modo que podríamos comparar Emigrantes o Desencuentros con novelas de texto extensas, hay álbumes como El hilo de la vida que son equiparables con relatos cortos. A este tipo de álbumes, que pretenden mostrar emociones adultas, pertenecen dos que firma Jutta Bauer. Uno es Selma, una ovejita que intenta responder, a su modo, en qué consiste la felicidad. En este mini-relato, publicado hace tiempo por Zambón Iberoamericana y recuperado ahora, lo importante es la idea y la realización gráfica se pone a su servicio: imágenes a la derecha y texto en la página en blanco de la izquierda; imágenes recuadradas para la vida ordinaria y sin marco para cuando la ovejita sueña. Otro es Sencillamente tú, con texto de Heinz Janisch, donde se muestran de modo a la vez... Leer más
El sonido de los colores y Desencuentros, de Jimmy Liao, se pueden alinear con Emigrantes, de Shaun Tan, por su solidez y consistencia tanto gráficas como argumentales, por su carácter híbrido entre los álbumes y las novelas gráficas, y porque también buscan unos destinatarios más bien jóvenes o adultos. Además, igual que Emigrantes, son relatos que merece la pena no sólo conocer sino también tener: son muy ricos de contenido y están editados con el cuidado que merecen las obras que... Leer más
Si tuviera que decir, ahora mismo, qué libro me ha impactado más de los últimos meses, no tendría dudas: Emigrantes, de Shaun Tan. Los entusiastas de las novelas gráficas, que a veces elogian en exceso productos visualmente interesantes pero de argumentos risibles, pueden recrearse aquí en la suerte: el autor hace rendir al máximo los recursos del cómic y de los álbumes ilustrados y obtiene un libro que reúne poder emocional, valor pictórico y el singular interés documental que procede, no de recoger datos históricos sino de capturar sentimientos humanos... Leer más