Barbabuela, un álbum con imágenes de Eugenia Ábalos y texto de El Hematocrítico, es un relato gracioso, tanto por la soltura de la narración como por la simpatía de las ilustraciones. El narrador nos presenta un barco pirata y sus tripulantes; luego vemos al Capitán hablar por teléfono y anunciar a sus hombres una mala noticia: pronto llegará su abuela para pasar unos días con ellos. Las cosas se complican cuando la abuela, una vez en el barco, cuenta que, para ella, el Capitán Barba Mala es Luisito; y más aún cuando hace distintas sugerencias para mejorar la limpieza, la decoración y la comida del barco… Historia con buenos golpes de humor en el modo de contarla y con chispa en las imágenes. Eugenia Ábalos. Barbabuela (2023). Texto de El Hematocrítico. Madrid:... Leer más
Lola y el monstruo, de Nadia Shireen, es un álbum dedicado a toda la gente con una gran melena. La heroína saca partido a su pelo afrocaribeño rizado y organizado en plan colmena convirtiéndolo en un escondrijo para todo tipo de cosas…, como galletas (espero que las lectoras no la imiten y, siguiendo entre paréntesis, indico que algunos autores y editores podrían darse cuenta de que este tipo de detalles argumentalmente innecesarios desaniman a muchos adultos a la hora de comprar un libro para entregarlo a un niño). Pues bien, Lola y el gato Bola, un personaje de aspecto muy gracioso, dan un paseo por el bosque y van saludando a un erizo, un zorro, unos ratones y unos adorables conejitos. Pero más adelante no los ven y comprueban, con horror, que un monstruo terrorífico está... Leer más
Wendel y los robots, de Chris Riddell, es un álbum divertido: las imágenes del autor tienen mucha chispa y el pequeño argumento, aunque suene conocido (a uno protagonizado por Frank Einstein), también es simpático. El ratón Wendel, un inventor muy desordenado, crea un robot de limpieza para que lo ayude y lo llama Clanc (en inglés Clunk). Pero Clanc comete algunos fallos así que lo desecha y crea el Wendelbot, otro robot más avanzado. El problema será que resulta ser demasiado concienzudo y al grito «¡Ordenar! ¡Ordenar!» se hace con todo el taller. Wendel huye y se reorganiza, con Clanc y todas las piezas que antes había desechado, para presentar batalla. Los ricos dibujos expanden la historia en muchas direcciones. A veces hay escenas a doble página pero casi todo... Leer más
Algunas veces he hablado de álbumes con miniargumentos que son propios de una tira cómica o de una revista satírica. Hay otros de los que se podría decir lo mismo pero cuyas tramas parecen nacer de las bromas que un padre o una madre pueden compartir con sus hijos pequeños. Es el caso de Cómo atrapar al monstruo de tu armario en 10 sencillos pasos, de Manu Callejón y Laura Gamero, un álbum que hay que recomendar de modo inmediato a quienes les ocurra lo que se cuenta en Una pesadilla en mi armario. Es un álbum bromista, con unas ilustraciones geométricas y ordenaditas, numeradas y secuenciadas como indica el título, aunque fácilmente habrá lectores a los que se les ocurran variantes. De hecho, es una historia óptima para contar, para dramatizarla un poco, e incluso para... Leer más
Cuidado con la rana, de William Bee, es uno de esos álbumes de humor sarcástico —como algunos de Jon Klassen o Emily Gravett— que a unos les gusta mucho y a otros les da un poco de repelús. Una anciana encantadora llamada Desazón Zozobra vive en una casita al lado del bosque. Para protegerse cuenta con una ranita instalada en el felpudo y un cartel a la entrada de su finca que advierte: «Cuidado con la Rana». Cada vez que alguien se acerca de modo amenazador a la casita, el narrador nos avisa: «¡Mirad!». Y vemos como, sucesivamente, un ladrón malvado, un Bicho Apestoso, y un Ogro Zampabollos intentan burlar a la Rana. La narración se cuenta en versos sencillos —para leer y compartir en alto, más sonoros en el original inglés como suele ocurrir— y con cambios en... Leer más
La granja de dinosaurios, de Frann Preston-Gannon, es un álbum que hace gracia. En la primera doble página vemos al granjero en la cama cuando suena el despertador y leemos: «el trabajo de un granjero es muy duro». Y a partir de ahí lo vemos trabajar todo el día hasta que, nos dice, «puedes regresar a casa sabiendo que tu granja está bien cuidada y tus animales contentos». La simpatía está en lo que las imágenes muestran y las palabras no dicen: los dinosaurios grandes y pequeños alrededor del granjero. Unos dinos afectuosos y agradecidos, por cierto, aunque a veces se vean como amenazantes por el tamaño. Las letras son gruesas y las ilustraciones, en las que se integran bien dibujos y collages, son contundentes como cabría esperar... Frann Preston-Gannon. La granja... Leer más
Aquí hay monstruos, de Poly Bernatene y Jonathan Emmett, es un buen álbum al que la versión castellana no le hace justicia. El capitán Feroz manda en una tripulación de malvados: al principio del álbum hay un cartel «Se Busca» de cada uno. Luego se cuenta el viaje que emprenden a una isla escondida llena de piedras preciosas: algunos temen a los monstruos que debe haber allí pero el capitán Feroz está seguro de que no hay monstruo alguno. Las ilustraciones son magníficas, vistosas y ricas en detalles. La secuencia combina imágenes que ocupan la doble página completa con otras de una o media página. El argumento es bueno pero el texto castellano no está logrado: la sonoridad de los versos originales no siempre se mantiene o no existe al traducirlos. Así, el original... Leer más
Guía de gigantes y otros seres extraordinarios, de Montse Ginesta, es una especie de prontuario que tuvo éxito en su momento pero, por lo que veo, ahora solo puede conseguirse en... Leer más
El viejo pirata, de Ingrid y Dieter Schubert, es un álbum de hace veinticinco años, de los que tratan bien la relación entre un niño y un hombre mayor, y de los que pulsa con buen humor la tecla de la querencia de los niños por las aventuras de piratas. Se puede encontrar en bibliotecas y hay una edición en euskera, de hace pocos años, de la que pongo la cubierta a la... Leer más
Hay autores de gran trayectoria cuyos nuevos libros no siempre tienen el nivel de sus obras anteriores, por más que sean buenos y que, si vinieran firmados por autores noveles, seguramente los calificaríamos mejor. Eso he pensado al leer Filbert: el diablillo bueno, escrito por Hiawyn Oram e ilustrado por Jimmy Liao. Es un álbum de formato grande cuyo protagonista es un diablito cuya bondad defrauda a sus padres, y que se encuentra con una angelita, llamada Florinda, que tiene el mismo problema pero al revés. Las ilustraciones son exuberantes. Algunos personajes secundarios —compañeros de Filbert, su maestra búho Aliento-Esperpento, etc.— son muy divertidos. Algunas escenas, como la de la pelea en la escuela, son magníficas. Sin embargo, ahora leemos como una broma que un... Leer más
Sigo con monstruos españoles: los protagonistas de ¡Ñam! y de El monstruo Malacresta, de Puño. En el primero se cuenta que un monstruo gigantesco se dirige hacia la ciudad y va comiéndose a la gente sin hacer caso ni de las exigencias del alcalde, ni del comisario de policía, ni de la gente enfurecida..., hasta que al rescate llega una niña. En el segundo se nos dice que los monstruos salen por las noches para trabajar y, a través de los armarios, llegan a las habitaciones de los niños para asustarles. El monstruo Malacresta, sin embargo, una noche se quedó fascinado por una niñita que leía y tenía un vaso de leche en su mesilla…, contrastándola con él mismo en su propia Gruta Fétida. Relatos simpáticos, que se desarrollan con ritmo rápido y que tienen... Leer más
El país de jamás lo creerás, de Norman Messenger, es un álbum enciclopédico bromista de los que causan admiración, por el trabajo enorme, y por el talento gráfico y el ingenio imaginativo del autor. Es también uno de esos libros de los que resultan inacabables para el lector, que puede pasarse horas explorando y descubriendo detalles nuevos. La primera doble página es un mapa explicativo: en él se ve una isla con forma de perro y se indican los territorios que mostrarán cada una de las doce láminas que van a continuación, todas con una solapa desplegable y algunas con dos. Por ejemplo, las primeras son: La aldea, Árboles peculiares, Insólitos árboles silvestres, El pantano y el río, etc. Aunque no todo el mundo aprecia igual este tipo de álbumes, tan «inútiles» y... Leer más
El dragón Zog, de Axel Scheffler y Julia Donaldson, es un álbum divertido en la larga tradición irónica que abrió El dragón perezoso. Zog es un pequeño dragón que asiste a su colegio y ha de aprender las habilidades características de los dragones: el primer año volar, el segundo rugir, el tercero arrojar fuego, capturar una princesa en el cuarto año y salir a combatir contra caballeros deseosos de liberar princesas en el quinto. En cada una de las primeras pruebas tiene un accidente del que sale ileso gracias a una voluntariosa chica que aparece por allí. En la cuarta, es la misma chica la que se ofrece a ser la princesa (Pearl en el original, Alelí en la traducción española). Y en la quinta… El argumento es simpático y los versos que acompañan las imágenes son... Leer más
Algunos de los álbumes de más éxito de las últimas décadas son los del tándem que forman Axel Scheffler y Julia Donaldson. El problema que a veces tienen es que los relatos van contados en verso, para ser leídos y oídos, y eso significa que una parte de su atractivo no es siempre fácil de transmitir en otros idiomas. No es así en ¡Cómo mola tu escoba!, un gran título para los lectores... Leer más
Respecto a Pum, de Claudia Rueda, y a Cómo reconocer un monstruo, de Gustavo Roldán, se podría decir lo que ya indiqué hace unos días: son álbumes simpáticos que hacen sonreír y, por tanto, uno podría plantearse regalar…, en caso de que vinieran en ediciones baratas. En las ilustraciones de las páginas derechas de Pum se ven distintos animales con formas raras y un rótulo abajo: lagartija veloz, comadreja cazadora, etc. En las páginas izquierdas se leen, sobre fondo blanco, las letras «pum», que van en aumento a lo largo del libro. La idea es buena y la realización también pero, tal vez, los textos podrían ser o más ingeniosos o más sencillos, y la tipografía podría ser más contundente y, por ejemplo, salirse de la página cuando llega el momento cumbre… El... Leer más
Un loro en mi granja, de Lucie Müllerova y Pep Bruno, es un buen ejemplo de cómo se cuenta una historia con palabras e ilustraciones inseparablemente, de cómo un álbum infantil guiña el ojo al lector adulto y de cómo un relato puede ser un puente hacia lecturas posteriores para el lector niño, en este caso si algún adulto le pone tras el rastro que deberá seguir. El narrador, poco a poco, va presentándole al lector a los distintos animales de su granja y, en particular, le habla del papel tan importante que juega en ella un mandón loro rojo. Las ilustraciones, todas a doble página, con figuras recortadas y pegadas encima del paisaje de fondo, van mostrando distintas perspectivas de la granja hasta que, al final, la vemos completa. Tampoco conocemos al narrador hasta el... Leer más
Le pasé a un amigo varios álbumes de distinta clase y cuando le pregunté cuál le había gustado más me dijo que El pirata Bob, una historia de Kathryn Lasky con ilustraciones de David Clark. En ella, Bob, el protagonista y narrador, habla de su amistad con su compañero Jack, de su vida como pirata, y cuenta el asalto y saqueo de un galeón. «¿Por qué te parece la mejor? Te he pasado álbumes de más calidad gráfica», le pregunté. «Sí, y quizá por rechazo me ha gustado más: los otros son más sofisticados pero no son relatos para niños. Esta es una historia de piratas y a los niños les gustan los piratas. El dibujo es muy bueno, el comienzo del álbum enseñando un primer plano de la cicatriz en la nariz de Bob es magnífico, las escenas de barcos en altamar tienen mucha... Leer más
Un libro verdaderamente gracioso: El monstruo peludo, de Henriette Bichonnier y Pef. Es una historia con un tipo de protagonista tan abundante durante las últimas décadas como escasa en el pasado: una niña muy... Leer más