Respecto a Pum, de Claudia Rueda, y a Cómo reconocer un monstruo, de Gustavo Roldán, se podría decir lo que ya indiqué hace unos días: son álbumes simpáticos que hacen sonreír y, por tanto, uno podría plantearse regalar…, en caso de que vinieran en ediciones baratas.
En las ilustraciones de las páginas derechas de Pum se ven distintos animales con formas raras y un rótulo abajo: lagartija veloz, comadreja cazadora, etc. En las páginas izquierdas se leen, sobre fondo blanco, las letras «pum», que van en aumento a lo largo del libro. La idea es buena y la realización también pero, tal vez, los textos podrían ser o más ingeniosos o más sencillos, y la tipografía podría ser más contundente y, por ejemplo, salirse de la página cuando llega el momento cumbre…
El narrador de Cómo reconocer un monstruo es un monigote con sombrero de copa que, en la primera ilustración, afirma que «si nos encontramos ante algo que pudiera ser un monstruo, es mejor asegurarse de que realmente lo sea», y asistimos a continuación a las comprobaciones que va realizando. Diría que, más que un álbum, estamos ante un minirelato bromista de los que uno podría encontrar en unas tiras cómicas.
Claudia Rueda. Pum (2010). Barcelona: Océano Travesía, 2010; 14 pp.; ISBN: 978-84-494-4160-8.
Gustavo Roldán. Cómo reconocer un monstruo (2010). Barcelona: Thule, 2010; 26 pp.; ISBN: 978-84-92595-63-1.