Una vez leí a Carlos Pujol que la poesía no es una llave que abre puertas sino una luz que las hace transparentes. Sin embargo, las cosas también se pueden formular como en el poema introductorio a Palabras para viajar, de Ana Alonso, un poemario con ilustraciones de Ángeles Agrela, donde se dice que «Cada palabra no es solo una palabra / es también una llave», y que «La poesía es un entrenamiento / para aprender a usar esa llave secreta».
El libro agrupa los poemas en varias secciones: palabras para andar y correr, para volar, para navegar, para partir, para llegar, para perderse, y un último poema titulado «Vida», «una palabra que a la vez sirve de pasaporte y de maleta». El conjunto pone de manifiesto el dominio de recursos poéticos que posee la autora, que pone voz a sentimientos y pensamientos muy variados. Así, momentos de infancia recordados: «Me gustaba sentirme bajita como un duende / entre un bosque de piernas larguísimas / de personas mayores…» O escenas que avivan la imaginación: «Las nubes son / islas soñadas, / barcos de espuma en mares de calma…». O reflexiones sabias: «De las heridas / salen caminos / que van muy lejos. / Las heridas nos vuelven peregrinos / que escapan de sus cárceles de espejos».
Ana Alonso. Palabras para viajar (2017). Granada: Diputación de Granada, 2017; 80 pp.; col. El príncipe preguntón; ilust. de Ángeles Agrela; ISBN: 978-84-7807-583-6. [Vista del libro en amazon.es]