En bienvenidosalafiesta:notas de agosto. Entre los libros publicados recientemente que he comentado este mes destacaría dos álbumes de conocimientos, El libro de los bichos yTeatro, yuna de las novelas del Oeste que vengo poniendo, como El trampero.
El campeón ha vuelto, de J. R. Moehringer, es un reportaje periodístico que hizo el autor hace años acerca de un viejo y gran boxeador llamado Bob Satterfield, «el mejor noqueador de todos los tiempos». Todo comenzó en un momento de gran insatisfacción profesional en el cual le hablaron de que Satterfield era, en aquellos momentos, un mendigo. Lo buscó, se hizo su amigo, averiguó su pasado, se documentó sobre su historia, y acabó sospechando, y al fin averiguando, que estaba tratando a un impostor. La narración sigue las investigaciones del periodista por un lado, el pasado como boxeador de Satterfield por otro, y, luego, quién era de verdad el mendigo y cómo y por qué llegó a suplantar a Satterfield.
El relato tiene apuntes literarios certeros: el narrador visita una ciudad del Medio Oeste «donde todas las calles parecen cuadros de Edward Hopper derritiéndose y el cielo es como un mar batido por la tormenta». Tiene también buenos toques característicos de la narrativa deportiva: «un viejo experto en boxeo dijo una vez: “Hasta que estás cansado no aprendes nada”». En la misma línea de algunos autores del pasado que trataron del boxeo, elogia ese ¿deporte? señalando que nos enseña «una verdad palpable sobre la masculinidad: a veces golpear a un hombre es la respuesta más satisfactoria al hecho de ser hombre. Perturbador, tal vez, pero ahí está». Yo nunca discutiría lo de «palpable» pero sí discutiría lo de «verdad»…
Diría también que Moehringer se enreda un tanto con la relación entre la práctica del boxeo y la búsqueda del padre ausente, aunque respecto a esto último escriba párrafos de interés: «Como hombre, necesitas que alguien te instruya en las verdades masculinas. Tu primera opción es tu padre, pero si éste te falla, te buscas a otro. Si no tienes cuidado, esa búsqueda se apodera de tu mente y cualquiera se convierte en candidato, desde un vagabundo hasta un boxeador muerto. Si no tienes cuidado y además tienes mala suerte, esa búsqueda te devora. El doble te devora».
J. R. Moehringer. El campeón ha vuelto (Resurrecting the Champ, 1997). Barcelona: Duomo, 2016; 112 pp.; trad. de Juanjo Estrella; ISBN: 978-84-16634-00-2. [Vista del libro en amazon.es]
Si yo fuera mayor…, es un álbum de 1965 reeditado hace poco en España y firmado por Éva Janikovszky (1926-2003) y László Réber (1920-2001), una escritora y un ilustrador húngaros muy influyentes. En la primera página se indica que «todos los niños saben, incluso los más pequeños, que ser travieso es más divertido que ser bueno»; en la segunda, que «ser siempre bueno es terriblemente aburrido, y muy cansado»... Ese tipo de afirmaciones se acompañan de varios dibujos de figuras dibujadas y coloreadas. Con la voz narrativa de un niño algo crecidito, se habla de los mandatos repetidos de los adultos —tipo «¡que te laves las manos!», «¡que no te muerdas las uñas!»— y se comenta: «¡Qué fácil es decirlo! Pero qué sentido tiene que los mayores digan ¡Qué... Leer más
La calle mayor, de Alice Melvin, es de esos álbumes amables, bien construidos, con muchos detalles para pasar un buen rato fijándose. En él seguimos a una niña llamada Sally, que al principio nos muestra la lista de cosas que necesita, y que luego recorre la Calle Mayor en su busca: entra en una tienda de golosinas, en una pastelería, en sucesivas tiendas de porcelanas, antigüedades, música, animales de compañía, juguetes, y en una verdulería, una ferretería y una floristería. (Ni Sally necesita un libro esta vez ni debía haber una librería o una biblioteca en la calle...). El esquema organizativo es sencillo: primero vemos a Sally frente a la tienda o entrando en ella y, si desplegamos la página, ya la vemos en el interior del establecimiento correspondiente, todos... Leer más
Hay relatos que atraen porque la definición del protagonista resulta todo un acierto. Es el caso de Agente Ricitos, de El Hematocrítico, e ilustrado por Alberto Vázquez. Ricitos es una niña con un moño que parece un panal de abejas. Se introduce en la casa los tres osos pero, cuando la sorprenden durmiendo en sus camas, ella les reprocha que hubieran dejado abierta la puerta abierta, que tengan unos colchones tan insanos, y muchas más cosas. No se acaban ahí sus aventuras: entra en la casa de los enanitos y Blancanieves y desenmascara a la madrastra; también salva a Hansel y Gretel, e impide que el flautista de Hamelín se lleve a los niños… En fin, dice la narración, se ve que está dispuesta a intervenir «allá donde haya una puerta entreabierta, un árbol al que subir... Leer más
Una lectura que me recomendó un amigo y que yo he recomendado a otros: Comer sin miedo, de J. M. Mulet, profesor de biotecnología. El subtítulo explica su contenido: «Mitos, falacias y mentiras sobre la alimentación en el siglo XXI». Después del prefacio explicativo y un primer capítulo acerca de para qué sirve la comida, en los siete sucesivos el autor habla de que la comida llamada «natural» es un mito; de que la «comida convencional es tan buena como la ecológica y mucho más segura», aparte de más barata; de que la comida de la abuela tenía tanta química como la de ahora; de que «la comida es segura por muchas leyendas urbanas que circulen»; de que «la mejor dieta es la del cucurucho: comer poco y correr mucho»; de que si el autor montase una religión, pues el... Leer más
Roverandom fue un relato que Tolkien concibió, el verano de 1925, cuando su hijo Michael, de cinco años, perdió en la playa un perro en miniatura, hecho de plomo y pintado de blanco y negro, llamado Rover. La historia sufrió luego algunas modificaciones, en años sucesivos, pues, aunque la intención inicial de Tolkien fue consolar a Michel y entretener a su hijo John, hizo algunas ilustraciones y volvió a contarlo a su hijo Christopher. En 1937 fue uno de los relatos que le pasó a su editor cuando este le pidió más historias después del éxito de El hobbit. Pero como el editor quería relatos en la misma línea de El hobbit y Tolkien empezó entonces El Señor de los anillos, se olvidó de Roverandom que, al fin, se publicó en 1998. Su protagonista es un perro llamado... Leer más
Aparte de las cualidades que ya mencioné de la trilogía de Howl, de Diana Wynne Jones, es importante decir que todos los relatos son en tercera persona pero la narradora tiene mucha chispa: todo se lee siempre sonriendo incluso aunque la artificiosidad sea patente por lo que, aunque pienses «pero qué hago yo leyendo esto» continúas haciéndolo con admiración y simpatía (igual que a veces me ha pasado con Neil Gaiman, pero mejor). Hay momentos humorísticos a lo Terry Pratchett: «—¡Pero estoy aquí precisamente para poner orden! —le gritó a Howl. —Pues entonces búscale un nuevo significado a tu vida —replicó Howl». Hay también sitio para el humor intelectual: Howl «cogió la calavera del lavabo y la sujetó en una mano, exclamando en tono lastimero: —¡Ay,... Leer más
Entre mi plan de lecturas atrasadas tenía la trilogía del mago Howl, una de las más populares de Diana Wynne Jones, compuesta por El castillo ambulante, El castillo en el aire y La casa de los mil pasillos. En su momento había leído rápido el primero y no le hice mucho caso porque me pareció demasiado enredado: entonces tomé nota de que era un libro posmoderno, con bromas continuas para quien estuviera ya muy familiarizado con la literatura de fantasía. Después de la lectura de los tres consecutivos mi juicio es, por un lado, igual: hay que ser un verdadero entusiasta de los relatos de fantasía en los que cualquier cosa puede suceder para disfrutarlos; pero, por otro, he apreciado más el gran talento de la autora: es necesario tener una soltura enorme para que unas narraciones... Leer más
Érase una vez un alfabeto. Una historia para cada letra, de Oliver Jeffers, es, por un lado, un álbum-abecedario y, por otro, una colección de minirelatos. Como suele ocurrir en este tipo de libros, la traducción es complicada. En algunas letras es sencillo que todo coincida: la A de astronauta no presenta grandes problemas. En otras, sin embargo, hay que hacer equilibrios: la B de Bridge se presenta como La Batalla del Barranco en la que intervienen unos personajes llamados Bernardo y Benito. Es decir, que como cada minirelato está construido con muchas aliteraciones que usan la letra correspondiente, no es fácil el traslado del original a otro idioma. Como se podría esperar, es un álbum muy personal: el humor de Jeffers a veces es algo truculento y presenta situaciones que no... Leer más
Armando, de Fernando Pérez Hernando, es uno de esos álbumes que —por ejemplo como dije al hablar de Arquelogía—, son como una broma de revista cómica más que un libro-álbum; que —como dije a propósito de Cómo reconocer a un monstruo—, cuentan algo sencillo y deberían venir en ediciones baratas; y que, como se puede decir de no pocos álbumes, tiene un miniargumento de interés para… una escuela de padres. En él vemos que a un niño, Armando, su padre le regala su primer balón de fútbol, y luego se suceden los incidentes en los que se aprecia el forofismo del padre y el desinterés del niño. De más está decir que, sea como sea, el álbum es sólo para quienes aprecien la broma implícita en el nombre y la figura del niño. Fernando Pérez Hernando. Armando... Leer más
Sigo con mis lecturas de verano de libros de poesía que se habían ido quedando atrás en mis listas. Esta vez le toca el turno a la Antología poética, de Jan Twardowski. Según se indica en la buena introducción, un contemporáneo decía que «nos sentimos orgullosos de Szymborska, admiramos a Rózewicz, nos encanta Miłosz, pero a quien amamos es a Twardowski, porque es el único poeta polaco al que se puede amar». También allí se apunta que, en su obra, aparte la influencia de otros poetas polacos como Miłosz o Herbert, se aprecia también la de escritores como Andersen, Sienkiewicz o Frances Hodgson Burnet. Su popularidad, según leí en una reseña, se debe a «su estilo directo, claro, sincero, vivo», y a la «brillantez persuasiva de comparaciones y metáforas, que... Leer más
La historia de Kullervo, de J. R. R. Tolkien, es un libro que contiene la historia que le da título —el relato breve más antiguo del autor, que lo escribió hacia el año 1914; el primero de sus intentos de componer una tragedia tomando pie de una narración antigua— y dos ensayos que Tolkien compuso en Oxford, siendo joven, acerca del Kalevala —una colección de relatos populares finlandeses, de uno de los cuales toma la figura de Kullervo—. El relato no está bien terminado y pulido, por más que sea importante, ya que es el primero de la mitología que Tolkien deseaba escribir para Inglaterra, y es un precedente de Los hijos de Húrin —pues los argumentos tienen un armazón igual aunque La historia de Kullervo es mucho más breve—. Del mismo... Leer más
El trampero es una larga novela que inspiró la película Las aventuras de Jeremiah Johnson que dirigió Sydney Pollack y protagonizó un joven Robert Redford en 1972. Su autor, Vardis Fisher, cuidó su ambientación antropológica e histórica y se recreó, tal vez en exceso, en cantar las bellezas de una naturaleza virgen y las maravillas de un estilo de vida que comenzaba a desaparecer. Al mismo tiempo, no se privó de contar con detalle numerosos comportamientos crueles de todos sus personajes: en este sentido conviene advertir que no son agradables bastantes de sus escenas. La historia tiene lugar en un territorio extenso: las Montañas rocosas y sus valles. Su protagonista es Sam Minard y tiene 27 años al comenzar el relato, aunque luego el narrador recuerda que a los diecinueve... Leer más
En su momento puse una nota titulada ¿La primera novela poliaciaca?, sobre La piedra lunar, otra novela de Wilkie Collins que acabo de releer. Los comentarios que allí hace P. D. James hablan de su importancia para el desarrollo de la novela policiaca posterior —en la voz inglesa de la novela, en Wikipedia, figuran con detalle los elementos que aparecen en la obra de Collins y que han llegado a ser típicos del género—; de que creó, con el sargento Cuff, uno de los primeros inspectores-detectives —recordemos que el primero había sido Buckett, en Casa Desolada—; el rasgo del juego limpio —que también vemos en La dama de blanco— de no darle al investigador más información que al lector; el talento de Collins para describir mentalidades y ambientes, etc. Para quien no... Leer más
Se han reeditado no hace mucho los dos primeros libros de una serie inglesa muy popular, escrita por Jill Murphy y que comenzó con La peor de las brujas, a la que la vida escolar de Harry Potter debe buena parte de su... Leer más
Un buen álbum que, como Aquel niño y aquel viejo o Guillermo Jorge Manuel José, trata bien sobre una amistad entre un niño y un anciano: La visita, de Antje... Leer más
El Bosco. La extraña historia de Hieronymus, el gorro, la mochila y la pelota, de Thé Tiong-Khing, un veterano ilustrador indonesio que estudió y vive en Holanda, es un álbum sin palabras para quien conozca ya la obra de El Bosco o para quien desee introducir a niños en ella. Pero nadie debe esperar explicaciones: el título advierte con honradez de que se trata de una historia extraña y el álbum simplemente la cuenta con imágenes sucesivas y nada más, lo cual es un modo apropiado de acercarse al pintor holandés como para probar si uno conectará o no con él. En la primera doble página un niño, Hieronymus, se cae por una especie de acantilado y se hunde en un lago o río, junto a un paisaje en el que hay todo tipo de seres propios de pinturas de El Bosco. Recorre ese mundo... Leer más
Segundo libro de poesía pendiente que por fin he podido leer: Cosas que me has contado, de José Luis de la Cuesta. Aquí está una reseña extensa, con algunos poemas de muestra, que me ahorra cualquier comentarlo. Además, a mí me han gustado el políticamente incorrecto LO QUE MI NOVIA TIENE QUE HACER EN MI POEMA ÉPICO, el sugerente SEGUID DISIMULANDO, y otros, como los dos que siguen. NIÑA VOLVIENDO ENFADADA DEL COLEGIO CON PARAGUAS UN DÍA SOLEADO Oh, Señor, y qué dices de esa otra virgen a la que su madre cargó con muchísimo aceite en sus alcuzas, con un generador de emergencia, por si acaso, y de tanto como pesaba todo aquello tampoco llegó a tiempo. POBREZA Gracias, Pobreza, ¡me mantienes alejado de tantas vulgaridades! Gracias a ti puedo no ir... Leer más