Lo que más me ha interesado de Trece casos para Philip Trent, de E. C. Bentley, es el breve prefacio titulado «Les presento a Trent». El autor elogia en él los relatos detectivescos de Conan Doyle: «dentro de unos años, probablemente nada de lo escrito en la misma época se leerá tanto como las aventuras de Sherlock Holmes, porque son grandes historias, obra de una imaginación poderosa y vívida». Señala que los posteriores dependen de Holmes pero que él, igual que otros, intentó alejarse de su tradición y definir a su detective Trent a la contra de Holmes: Trent no se toma nada en serio, no es un experto científico ni un investigador profesional; es artista, pintor, y ha llegado al periodismo de sucesos por casualidad; siente el mayor de los respetos por los inspectores de... Leer más
El misterio de la casa roja es el único relato policiaco que firmó A. A. Milne. Comienza con un prólogo bienhumorado del autor en el que da idea de cuál era su mente al escribirlo: afrontar el desafío de construir una novela del género que, además, es un caso del tipo de «cuarto cerrado» —cómo pudo suceder algo que físicamente parece imposible, al modo de El misterio del Cuarto amarillo—. En una casa de campo inglesa hay una reunión de amigos. Varios se han ido de excursión unas horas mientras el propietario, Mark Ablett, espera la visita de un hermano suyo, que vivió muchos años en Australia y hace unos días anunció su llegada por sorpresa, parece que con motivos turbios. Justo cuando acaban de ocurrir, a la vez, el asesinato del visitante y la desaparición de su... Leer más
Ernest Bramah (1868-1942) fue un escritor inglés que creó al detective aficionado ciego Max Carrados en 1914. La colección con el título Los mejores casos de Max Carrados comienza con el primero de sus relatos, La moneda de Dionisos (The Coin of Dionysius, 1914), en el que vuelve a entrar en contacto con Louis Carlyle, un amigo de juventud que resulta ser detecive privado y con quien colaborará en más ocasiones. En otros casos su interlocutor, que servirá para poner de manifiesto la gran agudeza de Carrados, será el prosaico inspector Beedel, de Scotland Yard. Carrados es aficionado a la numismática y coleccionista de antigüedades, y tiene un mayordomo llamado Parkinson cuya capacidad de observación fuera de lo común le sirve a su jefe para confirmar lo que casi siempre... Leer más
Al hablar y al escribir he confundido más de una vez los nombres de Auguste Dupin, el detective creado por Poe, y de Arsenio Lupin, el folletinesco «caballero ladrón» creado unas décadas más tarde por Maurice Leblanc. Además, pensaba que lo había mencionado ya en la página y no era... Leer más
En su momento puse una nota titulada ¿La primera novela poliaciaca?, sobre La piedra lunar, otra novela de Wilkie Collins que acabo de releer. Los comentarios que allí hace P. D. James hablan de su importancia para el desarrollo de la novela policiaca posterior —en la voz inglesa de la novela, en Wikipedia, figuran con detalle los elementos que aparecen en la obra de Collins y que han llegado a ser típicos del género—; de que creó, con el sargento Cuff, uno de los primeros inspectores-detectives —recordemos que el primero había sido Buckett, en Casa Desolada—; el rasgo del juego limpio —que también vemos en La dama de blanco— de no darle al investigador más información que al lector; el talento de Collins para describir mentalidades y ambientes, etc. Para quien no... Leer más
Una relectura de las últimas semanas: La dama de blanco, de Wilkie Collins. Un motivo: hacía mucho que la había leído y deseaba refrescar en mi memoria el perfil de algunos personajes. Otro: no la había comentado aquí cuando, sin duda, es un relato absorbente como pocos, debido a su hábil construcción, al enorme atractivo de la heroína y del malvado, y, por supuesto, a las intrigas que se suceden. Además, Collins afirma, en su prólogo, que se asesoró bien para presentar correctamente los pormenores legales de su relato, dirigido por otro lado a mostrar que la ley de su tiempo y su país era injustamente favorable a los maridos frente a sus esposas. Que el autor pidiese que, en su epitafio, se pusiese «autor de La dama de blanco y de otras obras de ficción», da idea de que... Leer más
Las nuevas mil y una noches fue el primer libro de ficción publicado por Stevenson. En él reunió varios relatos cortos que habían salido en revistas entre 1877 y 1880. La primera parte está formada por El Club de los Suicidas (The Suicide Club, 1878) y El diamante del rajá (The Rajah´s Diamond, 1878) que, a su vez, contienen varios incidentes protagonizados por el príncipe Florizel que van enlazados como si todos procedieran de un único autor árabe. No se puede decir que Florizel sea un primer Sherlock Holmes pero, aparte de que lo preceda, si hay un cierto parecido entre la ciudad de Londres en la que se mueve Florizel y el Londres de Holmes. El Club de los Suicidas contiene «Historia del joven de los pasteles de crema» (Story of the Young Man with the Cream Tarts),... Leer más
No recordaba bien Un asunto tenebroso, de Honoré de Balzac, pero, como tropecé con una buena edición con un prólogo de Carlos Pujol, he vuelto a leerla de nuevo. Es sabido, como recuerda el prologuista, que tiene fama de ser la primera novela policiaca. Mientras Los asesinatos de la calle Morgue, de Poe, que se publicó a la vez, fijó la forma propia del relato policial breve y la figura del investigador que resuelve un caso, la novela de Balzac es extensa y tiene carácter de novela política —en la que «el enigma llega a adquirir secretas resonancias casi inconfesables»—, e histórica —la narración «invade la Historia con mayúscula para servirse de ella, pero también para explicarla»—. Entre 1804 y 1806, cuando Napoleón pasa de ser cónsul a ser emperador, a... Leer más
Veo una nueva edición de la La piedra lunar, de Wilkie Collins, una novela detectivesca en torno al enigmático robo de un diamante no menos enigmático. Dejo su comentario a P. D. James que, en sus interesantes memorias La hora de la verdad, dice que La piedra lunar está en el origen de la novela policiaca: «En mi opinión, ninguna otra novela unitaria esboza con mayor claridad el desarrollo posterior del género . Wilkie Collins crea uno de los primeros detectives de ficción, el sargento Cuff, excéntrico pero profesional, sagaz conocedor de la naturaleza humana . Collins plasma con exactitud los detalles médicos y forenses, hace hincapié en las pistas materiales y se ocupa de que todas ellas (un camisón manchado de pintura, una puerta pringada, una cadena metálica) estén al... Leer más
Ya que mencioné, hace unos días, El misterio del Cuarto Amarillo, la segunda mejor novela policiaca de su época según decía Chesterton en «The Domesticity of Detectives» (The Uses of Diversity), pongo ahora una reseña de la que calificaba como la mejor: El último caso de Trent, de Edmund C. Bentley, libro del que no conozco edición en castellano, aunque he visto que la hubo hace tiempo. También Agatha Christie y Dorothy Sayers la consideraban una de las mejores novelas policiacas. Una de las razones: por primera vez el detective protagonista no era un ser infalible como lo habían sido Dupin, Holmes y los... Leer más
Una clásica y antigua novela policiaca: El misterio del cuarto amarillo, de Gaston Leroux. La historia está bien narrada y el héroe tiene por delante resolver un caso policial más difícil todavía que Los crímenes de la calle Morgue y que «La banda de lunares» (Las aventuras de Sherlock Holmes), de Conan Doyle. Un caso posterior que plantea un mismo tipo de misterio fue «La sombra del tiburón», un relato de 1929 de Chesterton en El poeta y los... Leer más
Un indicador de calidad en una novela infantil del pasado, no el único, está en que ahora la podamos leer con gusto. Es el caso de Nuestras hazañas en la cueva, de Thomas Hardy, una novelita de cierta intriga con protagonistas chicos, inusual en su época y que no tuvo mucho eco, por lo que sé. No la he encontrado disponible en inglés en la red a pesar de su antigüedad y en España sólo está disponible en... Leer más
A estas alturas habrá quedado claro que Dostoievski es uno de mis autores favoritos. Entre otras cosas, como explica Joseph Frank, porque fue un maestro en la creación de personajes que actuaban como encarnaciones de ideas y actitudes socioculturales, en tomar incidentes reales y ampliarlos y magnificarlos de acuerdo con la técnica de su realismo fantástico hasta convertirlos en los núcleos de sus historias. Quizá, para un lector joven, el primer libro a recomendar sea Crimen y... Leer más
Conozco algunos escépticos que sostienen que la verdad absoluta no existe, excepto la verdad contenida en ese mismo juicio. La causa de pensar eso, creo, puede deberse al hecho de vivir en medio de un bombardeo incesante de hechos y opiniones. He comprobado también que tal actitud es más acentuada en quienes trabajan en algunas profesiones. Eso no es nuevo, claro, como puede deducirse de la lectura de El expediente 113, una novela policiaca decimonónica de Emil Gaboriau, en la cual el narrador afirma con la graciosa contundencia característica del género: «Si existe un hombre al que ningún acontecimiento puede ya sorprende o impresionar, que no se deja engañar por las apariencias, capaz de admitirlo todo y de explicárselo todo, ése es sin género de duda un comisario de... Leer más