La escuela no es un parque de atracciones: una defensa del conocimiento poderoso, de Gregorio Luri, es un libro extenso, bien reseñado en Nueva Revista, y Sobre el arte de leer. 10 tesis sobre la educación y la lectura es un librito corto que contiene una conferencia en la que se mencionan ideas y anécdotas que también aparecen en el primer libro. Entre otras estupendas entrevistas con el autor, que resumen los contenidos de estas obras, se pueden leer esta en El Cultural y esta otra en The Objective.
La primera está dividida en tres partes: en la primera se habla de la singularidad de la racionalidad pedagógica y, más específicamente, de la racionalidad de la ortodoxia pedagógica en boga; en la segunda se hace hincapié en la importancia de poner en valor el conocimiento y la experiencia educativa; y en la tercera se proporciona un modelo educativo alternativo al de la ortodoxia. Dos rasgos que vale la pena resaltar son que está llena de sentido común —«la escuela es una causa tozudamente imperfecta», «las evidencias aconsejan cautela y prudencia con la introducción de las nuevas tecnologías»—, y que ofrece una visión equilibrada de las cosas —al final se insistirá en lo absurdo de enfrentar métodos conservadores y progresistas en vez de buscar cuáles son los buenos y cuáles los malos métodos según la mucha experiencia que acumulamos—.
El autor subraya la importancia de que la escuela transmita conocimientos: «Es evidente que se necesita conocimiento tanto para buscar conocimiento como para juzgar el valor del conocimiento encontrado. Y, sobre todo, se necesita conocimiento de calidad para producir conocimiento de calidad». No hay forma de hacer lo anterior sin acentuar el valor de la memoria: «Sin memoria no hay creatividad, pues esta consiste, básicamente, en ofrecer una respuesta nueva a un problema y, para ello, es imprescindible conocer bien tanto el problema como las respuestas que se le han venido dando». Ni tampoco es posible llegar a conocimientos bien asentados si en la escuela no se da valor a la lectura y no hay en ella una comunicación oral de calidad: «Todo profesor es un profesor de lengua. Un maestro no tiene ningún derecho a hablar mal ni a ser aburrrido. Nada lo obliga a ser un showman, pero es imperdonable que ofrezca una imagen aburrida del conocimiento».
Otros dos aspectos de particular interés son:
Uno, que la exigencia en la escuela es un gran nivelador social pues los niños con menos recursos no tienen el capital social de los niños de clases más altas: al respecto cita a Michael Young, quien defiende que «la escuela no está para que los niños construyan conocimientos, sino para que los niños pobres aprendan lo que no pueden aprender en ningún otro lugar: el conocimiento poderoso. Cuando le preguntan que le hizo cambiar de opinión responde siempre lo mismo: “Convertirme en padre”».
Otro, que «el pensamiento crítico no existe como una competencia independiente» (y aquí se puede recordar este texto de Michael Ende) y que tiene graves consecuencias, personales y sociales, educar a los escolares en el miedo y dedicarse en la escuela a fomentar la indignación, pues «toda nuestra cultura depende de nuestra capacidad para diferenciar los campos emotivos de los racionales» (al respecto hice comentarios en esta nota).
Se puede añadir que son libros amenos en los que se cuentan anécdotas jugosas de las que, algunas, habían ido apareciendo antes en el blog del autor. Por ejemplo, Deseo que lo paséis mal y Una historia de guerra, que es con la que termina su libro-conferencia sobre la lectura.
Gregorio Luri. La escuela no es un parque de atracciones: una defensa del conocimiento poderoso (2019). Barcelona: Ariel, 2020; 410 pp.; ISBN: 978-84-344-3183-6. [Vista del libro en amazon.es]
Gregorio Luri. Sobre el arte de leer: 10 tesis sobre la educación y la lectura: conferencia el 5 de julio de 1919 en el marco del IV Fórum Edita. Barcelona: Plataforma, 2020; 104 pp.; ISBN: 978-84-17886-42-4. [Vista del libro en amazon.es]