En su momento hablé de 12 reglas para vivir, de Jordan Peterson. He leído ahora Más allá del orden. 12 nuevas reglas para vivir un libro parecido al anterior, que se comenta con extensión y claridad en este artículo. En él se indica que su tono es menos impetuoso y más compasivo, pero que sigue proponiendo recetas vitales con sentido común, muchas de las cuales chocan con lo que se suele presentar como políticamente correcto. Para mi gusto se podrían desarrollar algunas cuestiones de forma más sucinta y directa como, por ejemplo, la de algunos párrafos conclusivos de los análisis que hace en cada capítulo, como este al final de la regla 6: «Ten un poco de humildad. Ordena tu cuarto. Cuida de la familia. Haz caso a lo que te dicta la conciencia. Endereza tu vida. Encuentra algo productivo e interesante que hacer y comprométete a hacerlo. Cuando tengas todo eso resuelto, busca un problema más grande y trata de solucionarlo si te atreves. Si también lo consigues, pasa a proyectos aún más ambiciosos. Y como primer paso para ello… abandona la ideología».
En esta nota y en la de mañana voy a recoger unos comentarios que Peterson hace a los libros de Harry Potter que me parecen de interés.
«Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger destacan (…) por su disposición y aptitud para seguir las reglas (indicio de su pericia como aprendices) y, al mismo tiempo, para romperlas; paradójicamente, son recompensados por ambas conductas. (…) A lo largo de la saga se respira un mensaje claro: el mero hecho de seguir inconsciente o rígidamente las normas no puede encapsular lo que está bien, al margen de la disciplina con que se cumplan o lo vitales que sean dichas normas. Lo que quiere decir todo esto es que la saga de Harry Potter no presenta la sumisión total al orden social como la mayor de las virtudes morales. Lo que desbanca esa obediencia no es algo tan obvio que se pueda articular con facilidad, pero es algo de este estilo: “Sigue las reglas, salvo que hacerlo contravenga su propósito, en cuyo caso arriésgate a actuar de forma contraria a lo que se ha acordado como moral”. Es una moraleja que parece más fácil de enseñar exhibiendo los comportamientos que la encarnan que transmitiéndola, por ejemplo, por medio de la memorización o de una regla variante. Las metarreglas (que podríamos considerar reglas sobre reglas, más que reglas en sí mismas) no se comunican necesariamente del mismo modo que las reglas simples».
De la historia de Harry Potter como de muchas otras antes —el autor pone varios ejemplos bíblicos— se puede concluir la siguiente moraleja: «cumple las reglas hasta que seas capaz de ser un ejemplo radiante de lo que representan, pero infríngelas cuando esas mismas reglas sean el mayor impedimento a la encarnación de sus virtudes primordiales». Más adelante lo expone del siguiente modo y arriesga una definición de héroe: «estas historias exponen el dilema existencial eterno de la vida humana: hay que adaptarse, ser disciplinado y cumplir las reglas. Hay que hacer con humildad lo que hacen los demás; pero también hay que recurrir a nuestro criterio, a nuestra visión y a la verdad, pues estas revelan a la conciencia lo que es correcto cuando las reglas sugieren lo contrario. Es la capacidad para gestionar esta combinación lo que caracteriza una personalidad plenamente desarrollada: la del auténtico héroe».
Jordan Peterson. Más allá del orden (Beyond Order: 12 More Rules for Life, 2021). Barcelona: Planeta, 2021; 480 pp.; trad. de Judith Sirvent Almenar; ISBN: 978-8408239048. [Vista del libro en amazon.es]