El bandolero de Recóndita, de Luis Ramoneda, es una novela corta, narrada en primera persona por Miguel, un chico que recuerda la estancia de su familia en una ciudad provinciana llamada Recóndita. Se suceden escenas cortas de vida familiar y vecinal en la España de los años sesenta, con salidas o excursiones a escenarios naturales propios de muchas ciudades del centro de la península. Quien conozca otros libros del autor esperará, como así es, una escritura clara y rica, y un argumento nostálgico con personajes amables y bondadosos. Luis Ramoneda. El bandolero de Recóndita (2023). Madrid: Rialp, 2023; 82 pp.; ISBN: 9788432163432.... Leer más
Después de un álbum como Flores salvajes y de un relato como La soñadora Chusita y su gata Blasita, otra historia más, bien escrita y contada, sobre una niña y su mundo imaginativo es Cornelio, Pancho, Simón y Yo, de Ramón Acín. En tres capítulos se nos cuenta lo que piensa la protagonista que, como se ha roto una pierna, debe permanecer encamada. Habla de las relaciones con su padre —«Mi papá dice que “se duerme a la hora de las gallinas”. Mi papá dice cosas así. Cosas que no comprendo, pero que yo debo aprender. Porque mi papá lo sabe todo»—; con su madre: «”Duerme, Lupe, duerme” dice mientras me arropaba con mimo y me besa en la frente. Mi mamá es así. Siempre acude en la noche, cuando me asusto»—; de su mundo imaginativo —«El porche es mi palacio.... Leer más
La vida no tiene música de fondo, un libro póstumo de Montserrat del Amo, tiene un prólogo en el que su editora habla de la calidad humana y profesional de la autora. En él comenta que muchos de sus libros nacen de sus experiencias: de un viaje que hizo por Egipto El abrazo del Nilo, y este, en concreto, de una vez que sufrió un terremoto cuando estaba en un hotel hispanoamericano, parece que con motivo de alguna feria del libro o semejante, pues el incidente lo cuenta con simpatía y admiración Jordi Sierra i Fabra, que se alojaba en el mismo hotel: «era imposible estar triste o tener miedo en presencia de Montserrat del Amo. (…) En todas las desgracias tendría que haber una Montserrat del Amo para devolvernos un poco la esperanza y darnos una sonrisa». Al leer la novela... Leer más
Hay una larga tradición de relatos que, narrados en primera o en tercera persona, intentan mostrar el mundo adulto desde la perspectiva del niño. De todos ellos los más duraderos destacan por su calidad narrativa y literaria, por sus golpes de humor y de ingenio, y porque las inevitables componentes costumbristas no lastran la historia —e incluso a veces potencian su atractivo—: es el caso de, por ejemplo, El pequeño Nicolás —tal vez el mejor de todos—, Guillermo o Papelucho. Hay libros que también son valiosos pero que hoy leemos «peor» porque los ambientes que retrataron y el lenguaje con que lo hicieron nos resultan más lejanos, y, no sorprendentemente, con más motivo cuando las historias se desarrollan aquí: véanse, por ejemplo, Celia y Antoñita. A la misma... Leer más
Como he dicho ya más veces, entre las novelas para y sobre adolescentes abundan las llamadas «novelas de profesor»: relatos contados por alguien con experiencia en el trato con jóvenes, con personajes que intentan componer el rompecabezas de sus vidas cuando pasan por momentos críticos —con frecuencia el del primer enamoramiento, a veces otros conflictos personales o familiares—, y en los que los autores pretenden como poner a los lectores enfrente de un espejo para que vean que sus inquietudes las han tenido antes otros y así ofrecerles caminos de salida esperanzadores. Como corresponde a la biografía y a la formación de sus autores, suelen ser novelas escritas con cuidado, en las que los diálogos y las consideraciones que se hacen son como destilados de horas de... Leer más
Cuando debo explicar por qué nos gustan las ficciones que nos gustan suelo comenzar por decir que hay relatos que provocan en nosotros una fuerte identificación con algún marcado rasgo personal, como, por ejemplo, que se desarrollan en la propia ciudad o que tratan de una afición que compartimos. Cuando debo explicar por qué no hay grandes novelas o películas sobre deportes, aunque haya grandes excepciones que merecen ser comentadas luego, suelo decir, precisamente, que la identificación que provocan en el lector o espectador aficionado a ese deporte nunca es del todo satisfactoria pues las emociones del deporte contado o filmado nunca pueden equivaler a las del deporte real. Dicho lo anterior, mi pasado explica en parte por qué me ha gustado Kolia, una novela de Leandro Pérez... Leer más
El niño bisiesto, de José Luis Alonso de Santos, es Daniel, un chico de diez años que nació un 29 de febrero. El mismo nos cuenta que sus amigos le llaman Bisi, que su padre es escritor y director de teatro, y que se lleva regular con su lista hermana mayor Lara. Escribe muy bien —aunque no parece saber cuándo ha de escribir Dios con mayúscula o con minúscula— y cuenta episodios familiares y colegiales con mucho sentido del humor autoirónico (normalmente propio de alguien más mayor). Por ejemplo: —«Yo, si te digo la verdad, nunca me he sentido capaz de hacerle nada malo a nadie (no tanto por pacifista como por miedo a que luego me hicieran a mí algo peor)». —«Nadie que no haya sido reserva sabe lo mal que se pasa en los partidos, esperando en el banquillo que... Leer más
El niño que no sabía jugar al fútbol, de Ernesto Rodríguez Abad, tiene como protagonista y narrador a Rodolfo, un chico que mira a su alrededor con ojos de poeta y que sufre porque todos esperan que juegue al fútbol y él no sabe. Más aún, sus padres le regalan un balón y un equipamiento de fútbol el día de su cumpleaños. Aunque cabe pensar que está un tanto forzado el comportamiento de los padres, tan torpes para entender a su hijo, lo cierto es que se transmite bien el mundo interior de Rodolfo y su frustración al no sentirse comprendido y al encontrarse fuera de lugar mientras otros practican deporte. Su talento como poeta en ciernes se apunta bien, con simpatía y sin excesos. Y dos comentarios propios de la clase de lector que soy yo (es decir, que al niño lector... Leer más
El chico de las manos azules, de Eliacer Cansino, es Franz, recién llegado a España huyendo de la guerra que tuvo lugar en Bosnia entre 1992 y 1994. En un tren que sale desde Mostar se pone de acuerdo con un músico que huye también, Ilia Batjin, y se hacen pasar por padre e hijo. Una vez en Madrid, se alojan en un barrio de chabolas y entran en contacto con una mafia que controla la mendicidad y con unos ladronzuelos. Luego, Ilia encuentra un trabajo como violinista y Franz acaba siendo escolarizado. La historia tiene poco que ver con Una habitación en Babel, aunque también trate sobre alumnos inmigrantes. El argumento atrapa y la narración no sólo es buena sino que tiene toques excelentes. Por ejemplo, cuando Franz es alojado en un piso para chicos como él, el narrador... Leer más
En Un cóndor en Madrid, de Paloma Muiña, un chico llamado Manu cuenta su amistad con Adriana, una niña ecuatoriana, vecina y compañera de clase, que está inquieta por el modo en que comporta su abuelo, desorientado en Madrid y con añoranzas de su tierra. Manu observa la situación y, aparte de ir aprendiendo cosas de Ecuador, según Adriana y su madre le van contando, va compartiendo con ellas la preocupación por el abuelo. Relato que tiene calidez pues transmite un poco el desarraigo de algunas personas que han debido emigrar y se acerca con simpatía a las costumbres de la tierra de origen. Las pequeñas intrigas o tensiones que hay —un chico que acosa un poco a Manu y algo extraño que pasa en el ático de la casa de Adriana— le dan algo de consistencia a la trama pero... Leer más
Me llamo Suleimán, escrito por Antonio Lozano, es un relato conseguido. El autor, profesor en un instituto de Gran Canaria, lo ha construido a partir de las experiencias de un chico que llegó a su isla en patera y que fue su alumno durante un tiempo. Suleimán habla, primero, de la pobreza en la que vivía en su país, Malí, y de los deseos suyos y de muchos de llegar a Europa para poder ganar dinero y vivir más dignamente. Con doce años emprende un viaje hasta Marruecos con la intención de llegar a España saltando la valla de Melilla, donde fallecen sus dos amigos. De regreso a su país, después de un viaje no menos duro que el primero, trabaja un tiempo y decide intentarlo de nuevo por mar. El tono del narrador, que se dirige a un interlocutor que conoceremos al final, es... Leer más
De un autor con un largo recorrido en la LIJ como Josep Vallverdú acabo de incluir Polvorón y El alcalde Chatarra, dos relatos con distinto... Leer más
Prohibido leer a Lewis Carroll, de Diego Arboleda, y con ilustraciones de Raúl Sagospe, es un relato bien construido y bien contado, ingenioso y divertido, en el que te preguntas continuamente qué ocurrirá luego. En 1923, Eugéne Chignon, viaja desde Francia a Nueva York para cuidar de una niña, Alice, obsesionada con las obras de Lewis Carroll. Además, sus padres piden a Eugéne que la niña no sepa que Alice Liddell, la auténtica Alicia que inspiró a Lewis Carroll, visitará la ciudad esos días. La historia es, lógicamente, muy deudora de Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo, con la doble consecuencia de que los lectores que no las conozcan puedan desanimarse, pues se les escaparán muchas referencias, mientras que los que sí las conozcan se... Leer más
El hombre que abrazaba a los árboles, de Ignacio Sanz, tiene una marisabidilla narradora llamada Felicidad, que vive en Piñares, un pueblo rodeado de bosques de pinos. Con tono coloquial, un puntito impertinente, habla de un amigo leñador, Marcial, que trabajó unos años en Canadá y lo sabe todo del bosque. El relato sirve de pretexto para dar, amablemente, mucha información sobre animales —como las urracas, el picapinos, el buey almizclero…— y sobre árboles —los olmos y su enfermedad de la grafiosis, las secuoyas…—. El enriquecimiento mutuo que se da en la relación entre la niña y el viejo se presenta bien y tiene acentos emotivos. Como esperarán quienes ya siguen al autor, el lenguaje es excelente y la narración es simpática. Las ilustraciones tienen el... Leer más
No había puesto aquí todavía El país de Manuelito, de Alfonso Barrrera, un escritor ecuatoriano fallecido hace pocos meses. El relato sigue la tradición de otros libros infantiles que desean mostrar la riqueza y variedad del propio país. Que yo sepa, no está editado en... Leer más
Sueños de diseño, de Carlos Goñi, es una novela juvenil bien escrita y pensada para revelar, a quienes no lo sepan, cómo un chico joven puede llegar a consumir drogas sin que se den cuenta las personas de su entorno. El relato comienza cuando Alfredo Morales, sorprendentemente, porque siempre había sacado bien los cursos, suspende la selectividad. El apoyo de sus padres y de sus amigos no es suficiente para levantarle el ánimo y, a partir del casual encuentro con un antiguo conocido, su vida cambia. Rompe con su novia, comienza a trabajar en el despacho de su padre de lunes a viernes, y los fines de semana se va siempre de fiesta. El argumento es sencillo. Está bien dibujada la forma en que se desarrollan los pensamientos del protagonista para dejarse llevar y terminar... Leer más
Cada país tiene sus propios representantes de los relatos humorísticos sobre un niño que habla de su vida y de su entorno. El ejemplo costarricense que conozco, que cuando lo leí me recordó a Papelucho, es Pantalones cortos, de Lara... Leer más
He leído rápido dos libros juveniles recientes y premiados: El festín de la muerte, de Jesús Díez de Palma, y El faro de la mujer ausente, de David Fernández Sifres. El primero, a partir de distintas fotografías de la segunda Guerra Mundial, presenta escenas ordenadas cronológicamente, de distintos ambientes y personajes que acaban teniendo algún tipo de relación. El segundo tiene como narrador a un chico que, al tener que pasar un tiempo en un pueblo francés junto con otros chicos de distintos países, presencia una muerte misteriosa que parece como congelada en el tiempo, pues pertenece a un momento de la segunda Guerra Mundial, e investiga qué ocurre. Ambos relatos me sirven para señalar algunas cosas. Una: que la segunda Guerra Mundial como hilo argumental, o como... Leer más
Muchos libros infantiles y juveniles presentan personajes niños que afianzan su personalidad entre adultos que no prestan atención a lo que les ocurre como, por ejemplo, Lili, libertad. Otro relato que refleja lo mismo, aunque la dificultad de la protagonista sea distinta, es Quiero ser la que seré, de Silvia Molina, sobre una niña cuyo entorno tardó tiempo en comprender sus problemas de... Leer más
Pongo en la página dos relatos chistosos, con distinto registro, de Graciela Montes: de fantasía humorística Venancio vuela bajito y de vida cotidiana bienhumorada La venganza de la... Leer más
Y, sin embargo, contento, de Javier Arcas, es una «novela de profesor»: un relato que un profesor construye a partir de sus experiencias en el trato con alumnos y con sus padres, que recoge anécdotas escolares, contenidos académicos integrados en el texto, y orientaciones vitales para chicos y chicas en momentos clave de su maduración. Tiene como particularidad que se puede descargar en la red gratuitamente y que, por lo que sé, a lo largo del verano en España ha sido la novela gratuita más descargada en iTunes (de momento, ningún editor se ha enterado del éxito, por lo que parece). La acción tiene lugar en Vigo. Su argumento comienza con una bronca entre dos chicos que tontean con la más guapa de la clase. Uno, Lucas, es el más listo; otro, Berto, no es buen estudiante... Leer más
Un personaje infantil de mucho éxito en España hace unos años, algo envejecido ya, que no había incluido todavía: Manolito Gafotas, de Elvira... Leer más
Una novela juvenil de hace ya un tiempo, de las que un profesor puede preparar para enseñar a sus alumnos la importancia y el interés de su materia, es El tesoro de Fermín Minar, de Dimas Mas.... Leer más
Uno de los libros infantiles españoles más populares, en su época y hasta hoy, fue y es Fray Perico y su borrico, de Juan Muñoz Martín. Tanto este como los demás relatos que continúan la serie, son libros bienhumorados que parecen sencillos, cuando uno los lee, pero que ya se ve que no lo son tanto, cuando uno ve cuántos intentan y qué pocos logran tanta... Leer más
Al poner días atrás Mi abuelo, que trata uno de los temas más frecuentes en los relatos para pequeños, recordé que aún no había mencionado aquí una de las historias españolas más populares y duraderas sobre la cuestión: Abuelita Opalina, de María... Leer más
Una interesante «novela de profesor» que narra un largo diálogo en la carretera de Vigo a Madrid, y que, por lo que veo, no está en el mercado ahora mismo: Anagnórisis, de María Victoria Moreno.... Leer más
A veces viene bien poner en contraste relatos escritos para entretener y para ensalzar al héroe, como El secuestro, con relatos escritos para dejar constancia de los sufrimientos de una situación real y cercana, como Paso a paso, de la colombiana Irene... Leer más
Un libro excelente, que tenía en lista para leer desde hace tiempo pero que se había ido quedando atrás: Una vaca, dos niños, trescientos ruiseñores, de Ignacio Sanz. El relato está basado en dos sucesos de la vida del poeta chileno Vicente Huidobro. Para su viaje a Europa en 1916, en el trasatlántico Tierra del Fuego, hizo embarcar a una vaca para que sus hijos pequeños tuvieran leche fresca en el trayecto. Y para su regreso a Chile, siete u ocho años después, lleva trescientos ruiseñores, pues pretende poblar con ellos Chile, y pide a sus hijos, Vicentito y Nela, que los cuiden durante la travesía. El libro atrae porque lo que se cuenta es verdaderamente singular, y porque lo hacen muy bien tanto el narrador en tercera persona que se ocupa de la primera parte, como los... Leer más
Una escritora y un libro de la España de los sesenta: Elizabeth Mulder y Las noches del gato verde. Este tipo de libros de vida ordinaria con humor, a unos lectores adultos les despiertan la nostalgia —les pueden hacer pensar aquello de que el futuro, antes, era mucho mejor—; a otros, adultos y jóvenes, les pueden ayudar a entender mejor el pasado; y a otros les pueden servir para comparar el nivel literario entre libros semejantes de antes y de... Leer más
Ha salido una nueva edición, con otra traducción, de Mi planta de naranja lima, de José Mauro de Vasconcelos. He aprovechado para releerlo y, aunque cuantos más años pasan más desconfío de la limpieza de cualquier narrador adulto que pone voz a un niño, y en especial a un niño que sufre como es este caso, me han vuelto a impresionar la fuerza emocional de la historia y el talento narrativo del... Leer más
Entre los libros infantiles españoles de más calidad literaria de hace ya medio siglo están Las hadas de Villaviciosa de Odón y Antón Retaco, de María Luisa Gefaell. Dados sus acentos, y su ambientación en la España de hace décadas, no son cómodos para muchos lectores niños de ahora pero cualquier buen lector los apreciará... Leer más
Si la fórmula de un libro funciona es lógico intentar una segunda parte, por más que algún dicho popular lo desaconseje. Es el caso de La revancha del gallo, de Beatrice Rodríguez, un álbum que continúa la historia iniciada en Ladrón de gallinas. Cuando el oso, el conejo y el gallo se despiden del zorro y la gallina, naufragan en su viaje de regreso y, entre las muchas cosas que les pasan, acaban encontrando un extraño huevo. La historia tiene menos chispa y menos «lógica» que la primera pero la ilustradora tiene gran habilidad para narrar sólo con imágenes y atrapar el interés del lector. Y es el caso de Se vende papá, de Care Santos, que tiene los mismos personajes de Se vende mamá, pero cambia de narrador: esta vez es Nora y no Óscar quien narra. El padre de... Leer más
Al preparar unas selecciones de libros he visto una cosa curiosa: el año 2003 se publicaron tres libros excelentes con protagonista discapacitado: El zorro ártico, La fórmula preferida del profesor, El curioso incidente del perro a medianoche. Y a ellos se puede sumar una buena novela juvenil española del mismo año: El síndrome de Mozart, de Gonzalo Moure.... Leer más
El narrador de Yo conocí a Muelle, de Jorge Gómez Soto, es Luis, un personaje que, años después, recuerda su actividad adolescente como grafitero y su enamoramiento de una chica. Cuando él y su amigo Hot empiezan a pintar paredes, les guía un grafitero experto llamado Spirit que les entretiene con anécdotas de un grafitero legendario, Muelle, a quien él conoció. Un día en el que acaban huyendo de la policía, Luis se refugia en un local en el que ve actuar a un cuentacuentos y allí, además de conocer a Ana, descubre un mundo que le fascina. Más tarde Hot y él se unen a una pandilla de grafiteros liderada por un tipo llamado Ghost, con lo que se distancian de Spirit, y entran en combates con otra banda. También progresa su relación con Ana y su actividad como cuentacuentos,... Leer más
Las antiparras del poeta burlón es un relato corto de José María Merino, inteligentemente construido y muy bien escrito. En su primera parte un conocido escritor redacta, como respuesta para un periodista que le preguntó por sus comienzos, unos recuerdos de juventud: su descubrimiento de quién fue Quevedo, gracias a su padre, y su actividad como autor anónimo de poemas satíricos contra compañeros de clase y profesores. En la segunda, el periodista comenta ese relato e incluye los poemas que se citan en él. En una breve tercera parte, José María Merino explica que, aunque todo se ambienta en los escenarios de su infancia, en León, eso lo hizo él para cubrir el anonimato del verdadero protagonista de la historia, un amigo suyo. Al terminar resultan evidentes los... Leer más