El libro de los errores da bien la medida del ingenio inteligente y del talento imaginativo de Gianni Rodari. Son 90 textos, unos en prosa y otros en verso, todos cortos y algunos de una sola página, divididos en tres partes. La primera, «Errores para un lápiz rojo», son pequeños incidentes, muchos protagonizados por el profesor Gramáticus, relativos a los problemas de cometer faltas de ortografía. La segunda, «Errores de pensar poco», contiene relatos de los que, más o menos, se obtiene alguna moraleja. Y la tercera, «A buscar el error», son también como propuestas del autor para que los lectores descubran algunas cosas. El espíritu del libro, como anuncia Rodari al comienzo es, por un lado, mostrar a los educadores una forma bienhumorada de enseñar las cosas, y, por... Leer más
Un relato tradicional, que me ha recordado esta reseña, y que no había puesto antes en la página: Háry János: las aventuras y embustes del famoso Húsar Húngaro, de Miklós Ronászegi. Trata sobre un húsar veterano que entretiene a sus oyentes, en la taberna del pueblo húngaro de Nagyabony, contándoles sus aventuras: cómo se alistó; cómo acabó siendo el hombre de confianza del emperador; cómo su caprichosa hija, María Luisa, antes de casarse con Napoleón, se enamoró de él. Personaje y relato picaresco populares en Hungría y Centroeuropa. A partir de un poema humorístico escrito el siglo XIX por János Garay, el famoso compositor húngaro Zoltán Kodály compuso una ópera en 1926, y, en 1980, el escritor Miklos Ronászegi hizo una versión juvenil. Es una historia... Leer más
Me parto total, de James Patterson y Chris Grabenstein, es el tercer y (parece que) último libro sobre Jamie Grimm (después de Me parto y Me parto más). Los autores usan el mismo esquema de libros previos: esta vez Jamie participa en un concurso nacional televisado de monologuistas, en Hollywood, en la semifinal y en la final. El argumento se centra en cómo Jamie se envanece y trata mal a sus amigos primero y cómo se arrepiente y los recupera después. Se insiste mucho en el comportamiento de periodistas acosadores, de agentes artísticos que son como buitres, de fans enloquecidas, de rivales canallas e hipócritas... Abundan las bromas y juegos de palabras, y se citan de nuevo muchos humoristas famosos norteamericanos. Los chistes gráficos me han parecido mejores que los de los... Leer más
Me parto más, de James Patterson y Chris Grabenstein continúa las aventuras de Jamie Grimm. El andamiaje argumental es el mismo: el protagonista se prepara para nuevas competiciones entre monologuistas y, con más o menos dificultades, las va superando con éxito. De nuevo cumplen un papel importante sus amigos y su tío Frankie, que le hace estudiar cuando le cuesta —«hasta cuando estás soñando tienes que atender a tus principales responsabilidades, ¿estamos?» (no sé si citando el cuento famoso de Delmore Schwartz o su versión rock de Lou Reed)—. El tono, las cualidades y los defectos, son los mismos del libro anterior. En lo positivo hay que destacar que la narración es buena, con toques descriptivos excelentes, y observaciones valiosas o, al menos, por encima de lo... Leer más
Los relatos cortos sobre tipos gallegos singulares que firmó Alvaro Cunqueiro —los contenidos en Escuela de curanderos, Xente de aquí e de acolá, Os outros feirantes— son, aparte de muy divertidos, un claro antecedente de muchos relatos posteriores infantiles y juveniles. Su tono amable y bromista, escéptico y zumbón, entre lo costumbrista y lo fantasioso, hace difícil... Leer más
Los Libros en The New Yorker es una selección de chistes de la revista norteamericana que se presentan agrupados en cuatro secciones: Autores, Editores, Lectores, Libreros. Como corresponde a su origen, aunque la calidad y la chispa de los dibujos sea mucha, lo que interesa más es la impresión de conjunto de la selección y la idea de cada chiste, que muchas veces sólo tiene sentido en el contexto adecuado. Un ejemplo de cada sección: —en una reunión social una escritora dice a sus oyentes: «Mi último libro es para niños de 3 a 5 años. Pero quiero creer que hay algo en él para todo el mundo» (Robert Weber); —en otra reunión social el editor dice a otros: «Últimamente he estado leyendo a Jane Austen, simplemente para desintoxicarme» (Lee Lorenz); —una... Leer más
Tiras cómicas, de Flannery O’Connor, es un libro que, debido a su edición cuidada y erudita, y sobre todo a su contenido singular, los dibujos cómico-satíricos que hizo la autora en sus años jóvenes para revistas escolares y universitarias, tiene mucho interés para los seguidores de la escritora pero poco, supongo, para una mayoría de lectores. La introducción es un buen comentario sobre los méritos que tienen los dibujos, que son linograbados —ilustraciones dibujadas y recortadas al revés—, rápidos y algo toscos, pero que revelan la «innata comprensión del gesto» que tenía la autora. El extenso epílogo, con multitud de notas, se titula «El hábito del arte» y, aparte de aportar la información biográfica pertinente, se centra en el interés que O’Connor... Leer más
James Patterson, un conocido autor de best-sellers (de los que no he leído ninguno) publica desde hace tiempo libros infantiles. Leí, hace unos meses, uno de la serie Los peores años de mi vida, que no me atrajo mucho. He leído ahora Me parto, escrito conjuntamente con Chris Grabenstein, que sí me ha parecido un libro interesante: por su planteamiento y porque, aunque tenga muchas referencias a la cultura popular norteamericana, tiene buenos momentos de humor sin que falten otros de tristeza y dolor genuinos. No es una novela gráfica aunque tenga muchas ilustraciones —al comienzo de los capítulos, algunas que ocupan una o dos páginas, y muchas otras pequeñas— pues las imágenes, al margen de que añadan algún chiste, no aportan nada significativo. El protagonista y... Leer más
Prohibido leer a Lewis Carroll, de Diego Arboleda, y con ilustraciones de Raúl Sagospe, es un relato bien construido y bien contado, ingenioso y divertido, en el que te preguntas continuamente qué ocurrirá luego. En 1923, Eugéne Chignon, viaja desde Francia a Nueva York para cuidar de una niña, Alice, obsesionada con las obras de Lewis Carroll. Además, sus padres piden a Eugéne que la niña no sepa que Alice Liddell, la auténtica Alicia que inspiró a Lewis Carroll, visitará la ciudad esos días. La historia es, lógicamente, muy deudora de Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo, con la doble consecuencia de que los lectores que no las conozcan puedan desanimarse, pues se les escaparán muchas referencias, mientras que los que sí las conozcan se... Leer más
En esta entrada de su blog, Adolfo Torrecilla explica el contenido de Dos gardenias para ti y otros relatos. No hay mucho que añadir, pues esos párrafos dicen todo lo que hay que saber, pero tal vez sí conviene subrayar que si todos los relatos son divertidos algunos, como el que da título al libro, son hilarantes. Habrá quien disfrute más con relatos como «Amores con colesterol» y su exhaustiva enumeración de pinchos, tapas y platos que se comen los protagonistas, pero habrá también, como es mi caso, a quienes se les salten las lágrimas de risa con «Camilo Troilo, en la distancia», la biografía de un escritor, o con el análisis narrativo de «Dos gardenias para ti». Así, para dar idea del tono, en relación a la canción «Dos gardenias para ti» se dice que la... Leer más
Hace poco más de un mes vi un titular en el que un escritor argentino se quejaba de que, dentro de los thriller actuales, «predomina la pelotudez de Dan Brown». Esto viene a cuento de que también leí una ¿novela? desengrasante, titulada El naufragio de los enigmas, de Enrique Muñiz, que pretende llevar al extremo el modo «danbrownesco» de construir tramas policiales. Esta reseña indica bien los defectos y cualidades de la historia. Los primeros se adivinan en la misma presentación elaborada por la editorial o el autor cuando dice que «la trama a veces parece coherente, pero la impresión pasa rápido» y el lector pronto se da cuenta de que todo es delirante. De las cualidades la más obvia es el buen manejo del idioma del autor y el humor que lo empapa todo: un tipo de humor... Leer más
El subtítulo de ¡Abajo el colejio!, de Geoffrey Willans y Ronald Searle, es «Un manual de instrucciones para la vida escolar destinado a alumnos y padres». Y, en la misma portadilla de presentación, bajo la palabra Contenidos, se dice: «Información privilegiada sobre colejios, empollones, chibatos, canallas, direztores, criquet, guarros, habusones, padres, profesores, hartistas del engaño, malas llerbas en jeneral, bromitas de dormitorio y desastres diversos… En realidad… EL TINGLADO AL COMPLETO». El narrador es nigel molesworth (con minúsculas) y el colegio del que habla es San Custodio, «un sitio húmedo y cutre», un «balle de lágrimas». Como corresponde a textos e imágenes publicadas, hace décadas, en la revista Punch, los destinatarios naturales del relato no... Leer más
En el postfacio a Enterrado en vida se cuenta que Arnold Bennett (1867-1931), un novelista inglés muy prolífico y popular en su tiempo, perdió relieve debido al enfrentamiento que tuvo con Virginia Woolf y el círculo de Bloomsbury. La principal razón es que a Bennett no le interesaba entrar en las interioridades de sus personajes sino, principalmente, ganar dinero y lograr buenas tramas que entretuvieran al lector: «si alguien piensa que mi objetivo es el arte por el arte siento decirle que está tremendamente equivocado», decía. No es extraño que se le acusase de «ser un mercenario de la sintaxis, un mercader del párrafo y un fariseo de la literatura». Bien, pues para comprobar su valía es una buena recomendación Enterrado en vida, que su mismo autor consideraba la mejor... Leer más
Para quien no los conozca, los Cuentos infantiles políticamente correctos y sus secuelas, de James Finn Garner, pueden ser un buen descubrimiento. También enseña lecciones útiles. Por ejemplo: aunque «para la cigarra, la existencia ideal consistía en disfrutar de la naturaleza de un modo desestructurado y lúdicamente experimental», la hormiga le advierte que «el único lugar en el que el éxito viene antes que el trabajo es el diccionario». Ese es el... Leer más
Hay relatos que vienen como anillo al dedo a determinados ambientes y modos de actuar. Es lo que ocurre con Cosas de Ramón Lamote, de Paco Martín, una historia genuinamente... Leer más
Los primeros libros de P. G. Wodehouse fueron novelas escolares. El primero y el tercero, The Pothunters y Tales of St. Austin’s, se ambientan en el mismo colegio. No son excepcionales pero tienen ya los rasgos del gran prosista y humorista que fue el autor y, por supuesto, escenas y golpes memorables. Además, tanto esos como más libros semejantes, están accesibles a todos en la red. En la página Sociedad de Fomento Los Zánganos está traducido el primer capítulo de The Pothunters, Los cazadores de cacharros, así como muchos otros textos de... Leer más
Leídos ahora, los libros sobre Don Camilo, de Giovanni Guareschi, están fuera del contexto social que los hizo tan populares, en Italia y en muchos otros países. Pero siguen siendo libros agudos y divertidos, que presentan bien la posibilidad de una amistad por encima de cualquier barrera... Leer más
José Luis Garfer y Concha Fernández, autores de recopilaciones extensas de adivinanzas y acertijos sobre distintos temas y procedentes de diversas regiones, han publicado hace poco un Acertijero antológico español donde agrupan una selección de acertijos, o chistes en muchos casos, en distintos bloques: «Preguntas lógicas», «Definiciones jocosas», «Colmos», «Definiciones sofisticadas», «Tantanes», «Queledijos», «Problemas de ingenio», «Parecidos», «Leperadas», «Telones», «Cuentos de acertijos», «Juegos de acertijos». Se pasa un buen y largo rato leyéndolos. Tal vez, en futuras ediciones, se podría añadir un capítulo de preguntas sin respuesta tales como «¿por qué “todo junto” se escribe separado y “separado” se escribe todo junto?» José... Leer más
La cara oculta de (la llegada del hombre a) la luna, con ilustraciones de Roger Elm (Roger Olmos) y texto de Lewis York (Lluís Llort), es un álbum que cuenta una historia bromista que conecta bien con algunos lectores (como yo mismo) y no tan bien con otros (por más jóvenes o por el tipo de humor). En él se nos habla del primer viaje a la Luna y se cuentan entrevistas con personajes que niegan que aquello fuera verdad o que dicen conocer cosas que se nos escamotearon. Entre ellos están el profesor Hilario García Pozos (H. G. Pozos), el director de cine Estanislao Cubric y otros incluso más raros. Esta clase de bromas y referencias más o menos cultas en el texto y en las imágenes, y otras con un toque gamberro, dan idea de que no son los niños los destinatarios de la... Leer más
Dos relatos antiguos en los que «no pasa nada»: Tres hombres en una barca, de Jerome K. Jerome, y Elizabeth y su jardín alemán, de Elizabeth von Arnim. El primero se caracteriza por su buen humor irónico que logra incluso arrancar la carcajada, y el otro por su calidez también irónica para presentar un tipo de vida familiar cotidiana. Historias costumbristas como estas, que han tenido y tienen tantos lectores de varias generaciones, encierran el secreto de la duración: muchos escritores de hoy harían bien en estudiarlas a fondo y, al menos, aprender que la estridencia no es uno de los... Leer más
Uno de los mejores relatos humorístico-irónicos contra los excesos de las novelas de aventuras y contra los lectores (o espectadores) que vibran en exceso con esa clase de ficciones fue, y es, Tartarín de Tarascón, de Alphonse... Leer más
A veces, muy pocas veces, uno tropieza con libros infantiles que, desde las primeras páginas, uno ve que se sitúan muy muy por encima de otros semejantes: es el caso de Cosmic, de Frank Cottrell Boyce. Inteligente, para lectores de cualquier edad a pesar de las apariencias e incluso más para padres que para hijos. Hacía mucho tiempo que no me reía tanto con un libro... Leer más
Me han preguntado mi opinión sobre la serie de Douglas Adams, Guía del autoestopista galáctico y sus secuelas. He leído sólo la primera novela y he hojeado un poco las otras, y he tenido suficiente. Me ha pasado lo mismo, pero mucho antes porque me han parecido inferiores, que con los libros del Mundodisco de Terry Pratchett. Me divierten y admiro el ingenio del autor pero, pasado el centenar de páginas, no veo que me aporten nada nuevo, salvo que conecto bien con bromas del estilo que un hombre grite un día «¿Tiene alguna importancia, cósmicamente hablando, si no me levanto para ir a trabajar?»; o con comentarios sabrosos como el de que «todas las civilizaciones pasan por tres etapas diferentes y reconocibles, Supervivencia, Indagación, Refinamiento, que popularmente son... Leer más
Vuelve a las librerías En las nubes, de Ian McEwan. Pero, como corresponde a la editorial y colección en la que sale, no contiene las ilustraciones de Anthony Browne que venían en la edición... Leer más
Popular (negocios): «Business is business» o «La pela es la pela» (de momento, al menos, «El euro es el euro» no suena igual). Popular (ejército): «Las órdenes son las órdenes». Frank Stella: «What you see is what you see». Gertrude Stein (y Mecano): «Una rosa es una rosa». Vujadin Boskov: «Fútbol es fútbol». Iker Casillas: «I am what I am». Joanne K. Rowling: «Human nature is human nature». Un amigo mío (que prefiere seguir en el anonimato): «Un huerto es un huerto». De todos modos, lo importante es el momento y la cara con que lo... Leer más
Sólo en el mundo de habla inglesa, en donde han proliferado hasta el infinito las aventuras fantásticas, ha podido surgir un escritor tan singular como Terry Pratchett: alguien que domina el género totalmente y que se dirige a un público igualmente conocedor y cómplice con su talante bromista. No he leído todos sus libros de la serie del MUNDODISCO, pero sí muchos, aunque reconozco que, después de los dos primeros, a los demás sólo les eché un vistazo rápido para pillar las observaciones ingeniosas que salpican las historias. Aquí se aplica en parte aquello de «visto uno, vistos todos». Me gustaron más, y revelan igualmente tanto la inteligencia de Pratchett como su estilo irónico contra todo lo que se mueve, los tres relatos de la trilogía El éxodo de los gnomos, que... Leer más
Días atrás titulé una nota como «aprender a conversar». Que la gente joven no aprenda es lógico, cuando el ejemplo de diálogo que ven a diario en tantos sitios y en los medios de comunicación continuamente les recuerda el chiste judío que cuenta Steiner en Lecciones de los maestros: «¡No me hables mientras te estoy... Leer más
Ian McEwan, uno de los mejores novelistas actuales, como conocen quienes han leído Expiación y la reciente Sábado, tiene un libro infantil, de gran calidad, titulado En las nubes. En él queda claro que McEwan también sabe meterse dentro del mundo imaginativo de un... Leer más
Cuenta Thor Heyerdahl en La expedición de la Kon Tiki, que «ni un cielo tormentoso con baja presión, ni los vientos huracanados habrían sido más amenazadores para nosotros que el peligro de una tormenta psíquica entre seis hombres encerrados juntos durante meses en una balsa a la deriva. En tales circunstancias, un buen chiste podía ser tan valioso como un chaleco salvavidas». Además, dice Chesterton, «un buen chiste es la única cosa sagrada y definitiva que no puede ser criticada. Nuestras relaciones con un buen chiste son directas y casi divinas. Hablamos de “verle la gracia” a un chiste exactamente igual que hablamos de “ver” a un fantasma o a una visión». G. K. Chesterton. «Los papeles de Pickwick», Correr tras el propio sombrero (On Lying in Bed and Other... Leer más
Calvin a Hobbes: —Toma, hazme una foto, ¿vale? Hobbes: —Vale. Calvin: —Me sentaré con este libro tan gordo en actitud pensativa. Hobbes: —¿Para qué quieres una foto así? Calvin: —En la remota posibilidad de que decida hacer algo responsable en mi vida, necesito crear una infancia... Leer más
«—Es inútil lloriquear, Nicolás —dijo papá—. Mañana te quedarás en casa haciendo ejercicios de gramática. No quiero tener un hijo ignorante que no sea nada de nada. Más adelante me lo agradecerás. —Si me das dinero, te lo agradeceré enseguida —dije yo». Al leer las nuevas aventuras de El pequeño Nicolás, de René Goscinny, he visto los parecidos que tiene con Calvin, de Bill... Leer más
Se ve que Frank Cottrell Boyce, ganador del último premio Carnegie por Lluvia de millones, es un bromista nato (quizá influya lo de ser padre de siete hijos). Cuando le preguntaron cuál es su santo favorito dijo que San Piro, a quien también cita el pequeño Damian en el libro, un santo galés al que encontraron con una borrachera de muerte en el fondo de un pozo pero al que hicieron santo por un error administrativo. Un santo así, dice, nos da esperanza a... Leer más