El Caballero que no quería luchar, de Thomas y Helen Docherty, es Leo, un joven ratoncillo y caballero medieval al que sus padres incitan a luchar aunque él prefiere dedicarse a leer. Al fin hace caso a sus padres y sale a luchar, montado en su caballo Amigo, y llevándose con él una pila de libros. Encuentra primero un grifo, luego un trol y finalmente un dragón. Al principio son amenazadores pero cuando Leo les cuenta una historia o les da un libro apropiado, todos se amansan. Al dragón, por ejemplo, le dice que tiene «un libro alucinante lleno de miles de dragones impresionantes» y lo convence a la primera.
Las ilustraciones son divertidas y el texto en verso también lo es, aunque no haya forma de trasladar la sonoridad del inglés a la versión española: «Leo was a gentle knight (Leo era un gentil caballero) / in thought and word and deed (de la cabeza a los pies). / While other knights liked fighting (Mientras a otros caballeros les gustaba luchar) / Leo liked to sit and read (él prefería sentarse con un libro a disfrutar)».
Los entusiastas de los libros lo apreciarán más; los más escépticos al respecto tendrán problemas para creerse que los libros tengan tantas bondades inmediatas; y habrá quien piense si el pequeño Leo, con tanto interés de que le dejen en paz para leer a gusto, no es un poco cómodo… En fin, el libro está compuesto con destreza, y es simpático y amable, pero los elogios de los lectores a sí mismos y a sus propios intereses a veces pueden chirriar o cansar un poco (al menos a mí).
Thomas Docherty. El Caballero que no quería luchar (The Knigth Who Wouldn’t Fight, 2016). Texto de Helen Docherty. Madrid: Maeva Young, 2017; 34 pp.; trad. de Rocío de Isasa; ISBN: 978-84-16690-29-9. [Vista del álbum en amazon.es]