La escocesa Dorothy Emily Stevenson, hija de un primo de R. L. Stevenson, fue autora de casi cincuenta novelas, muchas muy populares, de las que se han traducido al castellano las tres protagonizadas por la señorita Buncle (aquí comenté dos: El libro de la señorita Buncle y El matrimonio de la señorita Buncle). Se ha publicado hace poco Amberwell, la primera de las dos novelas sobre la familia Ayrton, compuesta por los padres y cinco hermanos, dos chicos del primer matrimonio del padre y tres chicas de su segundo matrimonio. La novela se centra, al principio, en la gran casa de campo de los Ayrton, Amberwell, situada en la costa occidental escocesa: se nos indica que cada generación de la familia le había ido añadiendo algún nuevo atractivo, y que los actuales Ayrton, a principios del siglo XX, siguen la tradición al añadir al jardín un estanque con una vistosa fuente.
Se describe a los padres como personas distantes de sus hijos, quienes se sienten más cercanos a varias personas que trabajan en la casa, y que están muy unidos entre sí. La mayor de las chicas, Connie, se casa muy joven y tiene pronto dos hijos. La intermedia, Nell, es bondadosa y aparentemente anodina. La pequeña, Anne, cuando es invitada por una tía suya a pasar una temporada en Londres, siendo poco más que una adolescente, se casa por sorpresa sin decir nada a nadie, razón por la que se le prohíbe todo contacto con la familia en el futuro. Poco antes de la segunda Guerra Mundial muere el padre. El mayor, Roger, se casa y tiene un hijo, poco antes de ir al frente, pero su mujer muere debido a un bombardeo y debe dejar a su hijo en manos de su hermana Nell, quien, a pesar de sus inseguridades y de su desolación por no tener contacto con su hermana Anne, se va haciendo poco a poco con las riendas de Amberwell.
Aunque Amberwell, la casa, al comienzo se presenta como un personaje más, la trama se acaba enfocando sobre todo en el crecimiento y maduración de Nell, una chica cuyas cualidades y defectos se presentan de modo convincente y cuya transformación acaba ganándose a los lectores. También se va dando información sobre los otros miembros de la familia: Connie tiene dos hijos que procura educar de modo muy moderno que disgusta a los demás hermanos; Tom se alistó y combatió en la Marina y, al terminar la guerra, se presenta en casa con su amigo Dennis; el pastor de la parroquia cercana, el señor Orme, interviene para localizar a Anne, que había publicado con éxito un cuento infantil basado en la infancia suya y de Nell (un cuento para gente «que estaba harta de historietas de cerditos, de gatitos y de ratoncitos adorables» y que querían «un libro con pies y cabeza sobre niños de verdad para leérselo a sus hijos»).
La novela discurre con fluidez, retrata con simpatía los modos de ser de los personajes, también los de los empleados de la gran casa, y atrapa el interés del lector. El abrupto final anuncia un libro posterior en el que, seguramente, tendrán más protagonismo los otros hermanos Ayrton y los que aquí son sus todavía pequeños descendientes.
D. E. Stevenson. Amberwell (1955). Barcelona: Alba, 2024; 384 pp.; col. Rara Avis; trad. de Concha Cardeñoso; ISBN: 978-8411781114. [Vista del libro en amazon.es]
























