Mi nombre en el viento, de Alessandro Rivali, es un relato inspirado en la historia de la familia del autor. El narrador es Gutín, el hijo pequeño, nacido en 1930 en Barcelona, donde su padre poseía una tienda de ultramarinos. La novela comienza cuando, con 92 años, Gutín, médico, después de fallecer su hermana Giulia, con la que siempre ha estado muy unido, decide escribir su vida de infancia y adolescencia, desde la noche del 18 al 19 de julio de 1936, cuando estalla la Guerra Civil española, y cuando su familia debe abandonar la ciudad, sin nada, para marcharse a Génova. Tiempo después se trasladarán a una casa cercana en Rovereto di Gavi, desde donde vivirán la segunda Guerra Mundial. La narración es una sucesión de episodios de distinta entidad. Algunos darían para... Leer más
Tar: Una infancia en el Medio Oeste es un libro en el que Sherwood Anderson rememora episodios de su infancia y adolescencia, más o menos cronológicamente, que se desarrollan en ciudades o pueblos del medio Oeste norteamericano. En el primero indica que hablará de sí mismo pero que cambiará su nombre y se llamará Tar, apodo que tenía su padre, un hombre del sur que combatió la guerra de Secesión con el ejército del Norte, que tuvo distintos oficios y se debió trasladar de lugar varias veces pues, sin ser mala persona, era poco fiable. Tar era el tercero de siete hijos y de su madre dice que sobrellevó los muchos inconvenientes de su vida en silencio: en una ocasión escribe que entonces «las mujeres eran las fuertes. A veces mandaban por medio de gritos, a veces por medio de... Leer más
Las visitas de Nani es una narración ilustrada de Karishma Chugani sobre la rica vida de su abuela, una mujer que nació en 1924, en la provincia de Sindh, entonces al noroeste de la India, y que luego siguió a su marido cuando se fue a trabajar a Ghana primero y a Marruecos después. En el relato la autora cuenta cómo fue conversando con su abuela para que le contara episodios de su vida y le fuera pasando las muchas recetas de cocina que sabía. La historia se despliega en diez capítulos y, al terminar el relato, hay un árbol de familia, una doble página con los trajes que usaba Nani, un glosario con algunas palabras, y un índice con todas las recetas que han ido apareciendo. En cada página hay tres o cuatro pequeños párrafos, cada uno de los cuales tiene, a su lado, un... Leer más
Trevor Noah es un cómico sudafricano que, actualmente, al ser el presentador del programa estadounidense The Daily Show, es una persona muy conocida en todo el mundo. En Prohibido nacer habla de su infancia y adolescencia en Sudáfrica, de las dificultades propias del ambiente en el que creció y, como podemos esperar de un libro así, de sus talentos y habilidades particulares. Es un relato en el que abundan las situaciones trágicas que, sin embargo, se cuentan de modo divertido: el lector puede reírse a gusto porque, al fin, sabe que todo terminará con el éxito social del narrador. El personaje principal es su madre, una mujer shosha con una singular fe, sobre la que se bromea en muchos momentos, pero a la que se rinde homenaje con un extraordinario golpe final. Una parte de los... Leer más
Con más de cien años, hace unos meses falleció Jean Fritz, una importante autora norteamericana de novelas históricas de la que no conozco nada publicado en castellano pero de la que sí he leído su extraordinario Homesick. Ese libro contiene sus memorias de infancia en China, que comienzan hacia 1925, cuando tenía diez años y vivía en Hankow, donde sus padres eran misioneros presbiterianos y su padre director de Y.M.C.A. Su narración termina con el viaje de regreso, primero desde Shangai a San Francisco, y luego en coche atravesando los Estados Unidos, desde la costa Oeste hasta Washington. El relato comienza con un incidente en la escuela inglesa a la que iba en Hankow —se niega a cantar el God Save the King y un compañero inglés la toma con ella— y se acaba con otro... Leer más
Un tercer aspecto de Yo no, de Joachim Fest, en el que me he fijado es el de su propia formación. En primer lugar como lector. Habla de la biblioteca de su casa, cuenta que «mi padre amaba los libros», y rememora la importancia que, durante su niñez, tenían «las lecturas y las “historias contadas”, como decíamos nosotros», que «pasaron muy pronto a ser lo mejor de cada noche». Indica cuáles fueron sus lecturas infantiles y juveniles: «ya antes de ir al colegio nos habían leído el Struwwelpeter y sabíamos recitar de memoria sus versos moralmente intimidatorios»; más tarde llegó Wilhelm Busch con relatos como, sobre todos, Max y Moritz, que le producían una satisfacción literaria con la que no podían equipararse «ni el Dr. Dolittle, ni las leyendas germánicas... Leer más
Un segundo punto de interés de Yo no está en los comentarios de Joachim Fest en relación a cómo fue posible la complicidad de tantos en las barbaridades del régimen nazi. Hace notar que, en aquella situación, «cada cual buscaba una justificación para hacer la vista gorda ante los delitos que había por todas partes». Explica que «una creciente indiferencia empezó a extenderse incluso entre los que se oponían claramente a Hitler. En buena parte podía atribuirse al vocabulario minimizador que empleaba el régimen. Mi padre había sido “dado de baja”, como decían; otros habían sido jubilados “provisionalmente”; a las detenciones las llamaban “arrestos de seguridad”, ¿qué es lo que había de horrible en todo esto?». Señala que también «surgieron enemistades... Leer más
Joachim Fest, una importante figura de la vida cultural alemana —llegó a ser editor del Frankfurter Allgemeine Zeitung, escribió varios libros de historia sobre la época nazi—, publicó sus memorias de infancia y juventud pocos meses antes de su muerte y, por evidentes motivos, las tituló Yo no. Al comienzo él mismo explica que no pretende, con ellas, «hacer una historia de la época de Hitler, sino plasmar su reflejo en un entorno familiar». Recuerda su infancia y juventud, su estancia en dos colegios, el crecimiento de su vida intelectual y de sus aficiones artísticas, su reclutamiento para el ejército, su internamiento en campos de prisioneros francés y norteamericano al terminar la guerra, y los reencuentros con su familia e inicios de una nueva etapa en los años... Leer más
J. R. Moehringer, un periodista norteamericano que obtuvo un Premio Pulitzer en el año 2000 y que dio forma literaria a Open, de André Agassi, es el autor de El bar de las grandes esperanzas, un relato autobiográfico que, aunque podría ser más corto, tiene muchos aciertos. Su narración empieza, en 1972, cuando el pequeño JR (sic) tiene unos siete años. Vive con su madre y sus tíos, en casa de sus abuelos, en Manhasset, Nueva York. Su padre es un conocido locutor musical de radio a quien nunca vio pero cuya voz aprende a buscar y reconocer en los aparatos de radio: «la vida consiste en escoger qué voces sintonizar y qué voces no, lección que yo aprendí mucho antes que la mayoría de la gente, pero que me costó más que a muchos otros aplicar correctamente». Su madre, una... Leer más
Correr para vivir. De los campos de exterminio de Sudán a las olimpiadas, de Joseph Lopez Lomong, ha sido una lectura desengrasante y animante, aparte de ser jugosa para quienes nos gusta correr y el atletismo. Sudán, 1985. Cuando el autor tiene seis años es capturado por unos soldados que se lo llevan, junto a otros niños, para incorporarlo a su ejército. Más adelante huye, junto con otros tres chicos, y acaban en el campo de refugiados de Kakuma, en Kenia. Después de diez años allí un matrimonio estadounidense lo adopta. En 2007 se hace atleta profesional y en 2008 acude a las Olimpiadas de Beijing, en las que le piden que sea el abanderado de los Estados Unidos. Historia poderosa, bien contada y bien traducida. En la primera parte predomina la tensión y el dolor debido... Leer más
Sidra con Rosie, de Laurie Lee, son unas nostálgicas y cálidas memorias de infancia del autor. Comienzan cuando termina la primera guerra Mundial, él tiene unos tres años, y su familia se instala en Cotswold, un pueblo situado en Gloucestershire. Describe su entorno, un valle: «vivir allí abajo era como vivir en la vaina de una habichuela. Sólo podías ver el lecho en el que estabas metido. Nuestro horizonte de bosques era el límite de nuestro mundo». Presenta su vida familiar, con su madre —una mujer con una alegría indestructible—, sus tres hermanastras mayores y sus dos hermanos, uno mayor y otro menor que él. Describe con afecto a distintos personajes excéntricos o, simplemente, mayores y con algunas manías. Habla del humor bruto pero alegre y nada traumático de... Leer más
Los flamboyanes de Thika: memorias de una infancia africana, de Elspeth Huxley, son los recuerdos de la escritora de su infancia en Kenia, en los años previos a la primera Guerra Mundial. Empiezan cuando sus animosos padres, Robin y Tilly, se instalaron en una granja situada en Thika, unos kilómetros al norte de Nairobi. Su objetivo era convertirla en una floreciente plantación, una tarea que resultaría mucho más difícil, pero también más rica y variada, de lo que suponían. La narración tiene calidad y unos acentos cordiales que, sin embargo, no impiden que se ponga de relieve la dureza de muchos sucesos. El objetivo de la escritora no es tanto hablar del mundo interior de la niña que era entonces, aunque sí dé pinceladas de su mundo interior y de sus reacciones, como... Leer más
Crónica personal, de Joseph Conrad, es una especie de autorretrato fragmentario en el que habla de su infancia en Polonia, de sus primeros contactos con el mar, de su ingreso en la Marina mercante británica, de su despedida del trabajo en el mar, de cómo empezó a escribir su primera novela y de las dificultades que tuvo para redactar la segunda. Esa obra tiene dos introducciones, un prólogo que le puso en 1919 y otra, titulada Prefacio familiar, en la que habla de la forma en que comprende su trabajo literario. Dice así: «A mí me gustaría empuñar esa varita mágica que gobierna las risas y las lágrimas y a la cual se tiene por logro más elevado de la literatura de ficción. Sólo que para ser un gran mago es menester rendirse a poderes ocultos y responsables, sean... Leer más
El vino de juventud, de John Fante, es un conjunto de veinte relatos del autor, todos ellos en primera persona y con los mismos protagonistas, menos los dos últimos. Los doce primeros, publicados en 1940, cuentan incidentes de infancia y de juventud —de vida familiar, de vida parroquial, del ambiente entre los amigos del protagonista, de sus primeras rebeliones, etc.— del hijo mayor de dos emigrantes italianos, Guido Toscana y Maria Scarpi, que viven en Denver, Colorado. Los que narran las travesuras o malentendidos son realmente graciosos. Están ordenados de acuerdo con el crecimiento del héroe, por lo que, aparte de componer un buen cuadro ambiental, se pueden leer como una novela. Los interesados en Fante pueden acudir además a otra novela, Llenos de vida, que también tiene... Leer más
Wenguang Huang, un escritor y periodista chino que vive desde hace años en Estados Unidos, recuerda su infancia y juventud en la ciudad china de Xi’an, en El pequeño guardia rojo: unas memorias familiares. Habla de sus padres, comunistas convencidos, y de su abuela, una mujer analfabeta obsesionada con su enterramiento: no quiere ser incinerada, como manda el Partido, sino un entierro tradicional. El relato se centra en cómo puede organizar las cosas el padre de Huang para que actuar como quiere su madre no les cause problemas, y en cómo la obligación moral del respeto a los padres se acaba imponiendo a cualquier otra consideración, incluidas algunas que a otros les parecerán de sentido común. Contra el telón de fondo de los acontecimientos históricos, el autor señala que... Leer más
Después de haberlo incluido en El cielo a medio hacer, Nórdica ha vuelto a publicar Visión de la memoria, de Tomas Tranströmer, esta vez como libro independiente. En la nota previa señalé un comentario que hacía sobre abusos en la escuela. Pero, quizá, lo más destacado del libro sea lo bien que se recogen algunos sentimientos infantiles del autor. Por ejemplo, está muy bien descrita su atracción por el Museo de Historia Natural y cómo allí encontraba una magia especial que le ayudó a ver la naturaleza de otro modo: «tuve muchas vivencias de la belleza sin enterarme de ello. Me movía en el gran misterio. Aprendí que el suelo estaba vivo, que hay un interminable mundo reptante y volador que vivía su propia, rica vida, sin preocuparse en lo más mínimo de nosotros». Hay... Leer más
La lectura de El cielo a medio hacer me ha sugerido poner aquí unos libros que leí y anoté, aunque de modo incompleto, años atrás: las autobiografías noveladas de infancia y juventud de los dos autores suecos que recibieron el Nobel conjuntamente el año 1974: Las ortigas florecen, de Harry Martinson, y Era el año 1914. Aquí tienes tu vida, de Eyvind Johnson. Las ortigas florecen son unas memorias de la desgraciada niñez del autor. Cuando tiene siete años, después de que su madre lo abandona y su hermana mayor muere, es recogido por la parroquia que, a su vez, lo va entregando a distintas familias, cada cual peor que la anterior, hasta que, al asistir a la escuela, empieza a ver algo de luz. El tono poético en que se narran todos los sucesos suaviza bastante la narración y... Leer más
El cielo a medio hacer, del último premio Nobel, el sueco Tomas Tranströmer, contiene una antología de poemas y, al final, un texto autobiográfico, con escenas de infancia y juventud, titulado Visión de la memoria (1996). El cielo a medio hacer es un poema y el título del libro de poemas que lo contiene, de 1962. Personalmente me han gustado algunos versos reflexivos, como, por ejemplo, estos de «Tábano dorado»: «El mayor fanático es el mayor escéptico. Él no lo sabe. Él es un pacto entre dos según el cual el uno tiene que ser visible al cien por ciento y el otro invisible», (que me recordaron El Napoleón de Notting Hill). Pero, sobre todo, me ha interesado el texto en el que recoge momentos interiores de su niñez y juventud. Un momento intenso es el que... Leer más
Otras memorias infantiles que anteceden a, y que se podrían poner en paralelo con Miguel Street, son las recogidas en Chiquinho, del caboverdiano Bastasar Lopes. Es un libro que deja un buen sabor de boca porque, al hablar de otras gentes y otros ambientes, lo hace con calor pero sin énfasis innecesarios, con veracidad pero sin el rencor infantiloide que a veces asoma en obras semejantes. La consecuencia es que así amplía los horizontes mentales y la capacidad de comprensión del... Leer más
Algunos libros de recuerdos infantiles contienen una memorable colección de personajes singulares que tal vez lo eran porque así los veía el narrador. Un ejemplo es Miguel Street, de V. S. Naipaul, que carga mucho el acento en las peculiaridades de unos tipos que, en el fondo, son unas personas excelentes, unos «románticos... Leer más
Dos libros poco conocidos que, cuando los leí hace años, me interesaron y me gustaron: El demonio y Cuentos de la niñez, del griego Yorgos Zeotokás. Tienen mucho de memorias ficcionadas de infancia y juventud, llenas de añoranza, que se distinguen de obras semejantes de otros lugares por su dolorosa conciencia de vivir a la sombra de una historia gloriosa: «En la antigüedad —piensa el narrador— pasaban por estas mismas calles nuestros emperadores, y ahora pasa hasta el último... Leer más
Rojo país, río amarillo, de Ange Zhang, se puede colocar en línea con relatos como Mao y yo, La chica del pañuelo rojo, o Nieve en primavera, y es un ejemplo más del aumento de relatos autobiográficos que, poco a poco, van dando cuenta de cómo fue la vida en la China comunista de Mao. Más adelante llegarán los que hablen de la China dictatorial posterior. Ange Zhang (Pekín, 1953), escenógrafo en la Ópera Nacional de Pekín antes de emigrar a Canadá en 1989, cuenta su infancia y juventud en China. Comienza su narración cuando, en 1966, tiene trece años y vivía con su familia en el centro de Pekín. Habla de las penalidades que sufrieron sus padres y del adoctrinamiento al que le sometieron, y al que se sometió, durante la Revolución Cultural. Y termina su relato... Leer más
Un relato con acentos autobiográficos: La infancia de Nikita, de Alexei Tolstoi. Es como un retrato de la educación de un niño ruso de clase alta casi un siglo después de la que León Tolstoi (ningún parentesco con el anterior) cuenta en la primera parte de Infancia, adolescencia y... Leer más
Otro libro más sobre lo que significó crecer en un mundo comunista: Nieve en primavera, una narración autobiográfica de Moying Li, que puede unirse a historias como La chica del pañuelo rojo, de Jili Jiang, o Mao y yo, de Chen Jiang. La autora, hoy en Estados Unidos, cuenta su infancia y adolescencia en China y, en especial, todo lo que supuso, para ella y su familia, la Revolución Cultural que ocurrió cuando ella tenía doce años. Habla de sus estudios de idiomas, de su refugio en la literatura, del cambio que significó en su vida encontrar al señor Hu, un antiguo editor y traductor. Tiene gran peso la figura de la abuela, Lao Lao, cuyo nombre de pila, Zhen, significa Lealtad. El libro está bien narrado, con calma y con viveza. Al emplear un tono sereno, cumple bien su... Leer más
Lorenza Mazzetti fue directora de cine en los años cincuenta y realizadora de la RAI posteriormente. También escribió algunos libros, entre los que destaca El cielo se cae, una novela basada en sus recuerdos de infancia, tal como ella misma cuenta en un pequeño apéndice. Durante los años de la segunda Guerra Mundial, las pequeñas Penny y Baby viven con sus tíos y primos en una villa italiana. Penny es la narradora y habla de sus juegos de niños y de todo lo que ocurre a su alrededor. Su tío, un personaje distante y serio, pero amable, era Robert Einstein, primo de Albert Einstein. Aunque la tragedia se vea venir, el relato tiene gracia porque se recoge bien el punto de vista de quien habla de lo que ve sin comprenderlo bien: sus interpretaciones de la vida de Jesucristo y... Leer más
Dos libros alemanes que pueden llamarse de memorias infantiles: La Casa de la Infancia, de Marie Luise Kaschnitz, y Venganza tardía, de Ernst Jünger. Son relatos reflexivos, que hablan de la huella que dejaron los sucesos de la infancia en los autores y que se reconoce como tal muchos años después. El primero tiene como protagonista y narradora a una mujer racional y sensata, de unos cincuenta años, que no tiene un especial interés en recordar su niñez. Pero un día le preguntan por la calle por el Museo de la Infancia, que a ella no le suena de nada y, a partir de ahí, comienza un vaivén de recuerdos y reflexiones. El segundo es una novela póstuma en la que su autor narra sobre todo recuerdos colegiales. Su protagonista, Wolfram, es un chico muy soñador que vive con sus... Leer más
Chico de barrio es la única novela de Ermanno Olmi, un conocido guionista y director de cine perteneciente a la tradición del neorrealismo italiano. La compuso con ocasión de una enfermedad, que le obligó a dejar el cine por un tiempo, y en ella dejó constancia de sus recuerdos de infancia y adolescencia durante la segunda Guerra Mundial, cuando vivía con sus padres en Bovisa, un barrio obrero de las afueras de Milán. La historia es sencilla pero está bien contada y respira veracidad. Se narran sucesivas escenas cortas en las que se presentan a los padres del narrador, a su hermano y a sus vecinos; en ellas se contienen anécdotas, normalmente pequeñas, que reflejan las inquietudes y curiosidades propias del crecimiento del protagonista, contra el telón de fondo de la guerra y... Leer más
Veo una nueva reedición de Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell, un buen pretexto para poner aquí un comentario de ese libro, unas fascinantes memorias de infancia llenas de gente rara —como dice la madre del autor—, y otro de El paquete parlante, para mí el mejor de los libros infantiles del autor entre los que conozco, que por otra parte son todos ellos divertidos y de buen... Leer más
No recomendaría Un chiquillo y otros más que a quienes ya son buenos conocedores de Henry James. El libro, iniciado con la intención de componer un recuerdo de su hermano William James, se transformó en unas memorias de infancia del propio Henry en busca de mostrar cómo nacieron y se desarrollaron sus intereses literarios y artísticos. Lo cierto es que acaba resultando arduo y que muchas digresiones tienen poco atractivo salvo, para la clase de lector que soy yo, algunas consideraciones acerca de la influencia que tuvieron en él autores como Dickens o acerca del entusiasmo que le provoca Töpffer, algunas observaciones al paso como la de que para él Londres le recordaba más a William Hogarth que a George Cruikshank, y, sobre todo, las referencias que hace a la educación que les... Leer más
Leí hace poco las memorias de James Graham Ballard, un autor singular. No me atrajeron mucho, debo decir, aunque sí me interesó conocer su infancia en Shanghai, durante la segunda Guerra Mundial, y las diferencias que señala entre lo que vivió en realidad y lo que contó en su novela El imperio del Sol. J. G. Ballard. Milagros de vida (Miracles of Life, 2008). Barcelona: Mondadori, 2008; 236 pp.; col. Literatura Mondadori; trad. de Ignacio Gómez Calvo; ISBN:... Leer más
Acabo de leer Mis recuerdos, memorias de infancia y juventud de Rabindranath Tagore, un autor al que se puede incluir en la literatura infantil por su obra teatral El cartero del Rey. De Mis recuerdos me ha interesado lo que tiene de acercamiento al mundo hindú, que tan poco conozco, y lo que cuenta del itinerario formativo del autor; y me han parecido destacables algunas observaciones al paso acerca de la infancia y de cuestiones educativas, como estas dos: «Veo con claridad que el error está en juzgar a los chicos por el baremo de los adultos, olvidando que un niño es rápido y móvil como una corriente de agua y que no es necesario que cualquier impureza cause gran alarma, porque la velocidad de la corriente es en sí misma el mejor correctivo. Cuando aparece el... Leer más
Hace unas semanas cogí para leer Tragedia de la infancia, de Alberto Savinio, guiado por el comentario de la solapa de que Leonardo Sciascia lo consideraba «el mayor escritor italiano de entreguerras. Sin embargo no atendí como debía al texto de la contracubierta en el que se decía que fue un escritor que «predicaba la profundidad de la superficialidad». Total, no me ha interesado ninguna de las escenas de infancia que se narran, ni por su contenido ni por su estilo engolado. Se pueden dominar muchos recursos de un idioma y tener poco que decir. Me interesó un poco más El castillo alto, las memorias de infancia de Stanisław Lem, que cogí porque Lem fue un escritor especialmente culto y listo, a pesar de que las novelas suyas que conozco me parecen plúmbeas. De todos modos,... Leer más
Otros magníficos relatos más o menos autobiográficos de infancia y juventud, esta vez en ambientes muy distintos a los ya citados de Aquilino Duque y Muñoz Rojas, y también de un poeta excepcional, son los que firma el galés Dylan Thomas: En casa del abuelo y otros relatos, Retrato del artista... Leer más
Hace unos días citaba, de paso, La muerte de Ivan Ilich, de León Tolstoi. Del autor ruso, en la línea de los relatos que hablen de padres e hijos, se puede recordar Infancia, adolescencia y juventud, donde también se revela el dolor de un hijo al ver el comportamiento inmoral de su... Leer más