James Marshall escribió el texto de El lago de los Chanchos con la intención de ilustrarlo él mismo pero, cuando falleció en 1992, su amigo Maurice Sendak fue quien se ocupó de ponerle las imágenes. El relato cuenta que un lobo flaco, hambriento y sin dinero, atraído por el olor, acude al Nuevo Teatro Hamsterdam, donde el Ballet Boarshoi está representando «El lago de los cerdos» en una sesión matinal. Tiene la suerte de que le ceden una entrada para un palco, una buena situación para, llegado el momento, saltar al escenario. Pero el lobo se deja llevar por la emoción de la obra y no actúa como había pensado. Regresa esa noche, compra una entrada, y esta vez se deja llevar tanto por la música que salta él en vez del monstruo que lo había hecho por la mañana…
Los autores juegan con la baza de que los lobos y los cerdos son un buen material para los relatos infantiles, y vuelven a tratar el tema del poder de la música y el teatro para calmar a las bestias más hambrientas y feroces. No es necesario conocer El lago de los cisnes para seguir esta versión porcina que parodia con buen humor el ballet. El relato se apoya en ilustraciones de distinto tamaño, unas en recuadros y otros no, acentúa el humor en textos intraicónicos —como el cartel anunciando el ballet del Covent Guarren, el rótulo de un comercio en la calle llamado Deliguarresen, el anuncio de bailarinas llamadas Cochonette y Otilia Michelines, etc.—, y tiene un buen e inesperado desenlace. He visto que hay quien opina que la tipografía cuadrada no encaja del todo con los remolinos y curvas de las ilustraciones, pero es una cuestión menor que no apreciarán mucho los lectores naturales del relato.
Maurice Sendak. El lago de los Chanchos (Swine Lake, 1999). Texto de James Marshall. Pontevedra: Kalandraka, 2023; 44 pp.; col. Libros para soñar; trad. de Miguel Azaola; ISBN: 978-84-1343-145-1. [Vista del álbum en amazon.es]