Magallanes & Co., de Isabel Soler, es una gran narración de la que fue la primera circunnavegación del globo terrestre, centrada sobre todo en la biografía de su impulsor, Fernando de Magallanes. Da primero todos los datos que hay sobre su vida en las Indias, antes de regresar a Portugal y España, para promover una expedición en la que pretendía probar que, por su posición geográfica, las Molucas eran españolas.
Magallanes partió, al frente de cinco naves, de Sanlúcar de Barrameda en septiembre de 1519; y a la península sólo regresó, mandada por Juan Sebastián Elcano, la nao Victoria, tres años después. En ella iban doscientos treinta y siete hombres, o doscientos cuarenta y cinco, que «parecen pocos para el viaje que iban a emprender, o muchos, si se los imagina embarcados en cuatro naos y una carabela» donde no había más de un metro y medio de espacio por tripulante. La autora informa, uno a uno, de todos los tripulantes y va detallando sus destinos conforme se desarrolla la travesía; de todos ellos regresarán 18 con la nave Victoria y 17 quedarán atrás, retenidos en otros lugares.
Por un lado, igual que el viaje de Cristóbal Colón fue «un proyecto fallido y un éxito fortuito», «lo mismo puede decirse del viaje de Fernando de Magallanes»; y, a su vez, «la vida de Juan Sebastián Elcano fue una de esas vidas dispersas que pueblan el viaje marítimo peninsular que no habría tenido espacio en la Historia si la idea de Magallanes —su negocio— hubiera salido bien, o si hubiera salido como él la había planeado».
Por otro, el Magallanes que va a Oriente fue un navegante «mucho más realista, pragmático y calculador de lo que lo fue el Almirante genovés (que lo fue poco), y mucho más consciente de las circunstancias del mundo oriental de lo que lo fue Vasco de Gama»; su proyecto «no tiene nada que ver con la redondez del mundo, ni siquiera con las ansias imperialistas y universalistas de los reyes peninsulares», sino con «el comercio y el enriquecimiento (…), con las especias y sus circuitos mercantiles».
El primer gran logro de la expedición fue, sobre todo, que cambió todos los mapas conocidos: el mundo debía volver a ser pensado y nuevamente dibujado. Luego, Magallanes descubrió el frío y el viento extremos, al viajar hacia el Sur en busca del estrecho que más adelante sería llamado estrecho de Magallanes; después hubo de hacer frente a tres meses y veinte días de navegación por el enorme océano Pacífico. Para contar muchas cosas, la autora recurre al diario que llevó Antonio Pigafetta, un autor que omite muchas cosas importantes, no se sabe bien si por admiración a Magallanes y animadversión a Elcano, o porque decidió decir o no decir debido a los intereses de aquellos a quienes entregó su relato.
De Magallanes queda claro que fue un hombre duro, valiente, irritable, ambicioso, desconfiado, vengativo, aparte de un buen navegante. Dice la autora que «su hazaña pasó primero por una gran traición y, ya en el mar, por una gran crueldad; también pasó por la fuerza de la voluntad y por el sufrimiento al límite. Obsesivo, tenaz y seguro de sí mismo, así cabe imaginar a Fernando de Magallanes; también soberbio, orgulloso, autoritario, violento, exigente e intransigente».
Otra biografía, de la que pronto hablaré, completa y define más este retrato. También aclara un poco las figuras de la expedición la novela Juan Sebastián Elcano. La mayor travesía de la historia.
Isabel Soler. Magallanes & Co. (2022). Barcelona: Acantilado, 2022; 488 pp.; ISBN: 978-8418370939 . [Vista del libro en amazon.es]