Tomi Ungerer publicó, en los años sesenta, varios álbumes sobre animales poco habituales en los libros infantiles. Uno de ellos fue Rufus, el murciélago que adoraba los colores. El protagonista, al ver los colores brillantes en una película al aire libre, se propuso quedarse despierto para ver los colores del día, pero tiene problemas e incluso le disparan. Un bondadoso coleccionista de mariposas, el doctor Tarturo, le acoge.
La intención del autor, aparte de la dar cabida en la LIJ de su tiempo a seres que con frecuencia resultan menos simpáticos, era también la de avivar la comprensión hacia quienes son diferentes. Pero estamos ante un libro infantil: no hay que sobreinterpretar ni esa cuestión ni alarmarse porque aparezcan pistolas y rifles en una imagen. Lo más sencillo, creo yo, es leer la historia sin buscarle un exceso de significados, y disfrutando del talento narrativo, gráfico y de constructor de álbumes de Ungerer, que cualquier nota ya en la deslumbrante portada.
Tomi Ungerer. Rufus (Rufus, die farbige Fledermaus, 1961). Pontevedra: Kalandraka, 2017; 32 pp.; col. Libros para soñar; trad. de Sandra Senra Gómez y Oscar Senra Gómez; ISBN: 978-84-8464-314-2. [Vista del álbum en amazon.es]
Una barrera que Tolkien quiere derribar para facilitar la comprensión de la fantasía como género —o de la fantasía tal como él la entiende— es la idea que muchas personas tienen de que los cuentos de hadas —o los relatos de fantasía en general— son relatos para niños. Estas consideraciones se comprenden mejor si primero indicamos que hay cuentos de hadas de distinta clase y que los cuentos de hadas a los que Tolkien se refiere son aquellos que representan lo mejor del género de Fantasía.
Explica que normalmente no hay ningún nexo esencial entre los niños y los cuentos de hadas. Asociar cuentos de hadas y niños es un accidente moderno: se deriva de considerar al niño como un tipo especial de criaturas que se conforman con desechos literarios (con relatos flojos a los que, genéricamente, se les denomina cuentos de hadas). Pero, como grupo, a los niños no les gustan los cuentos de hadas más que a los adultos: eso sí, están creciendo, tienen apetito, y los cuentos de hadas bajan bastante bien a sus estómagos. Pero es una afición que no aparece temprano en la niñez a no ser que haya un estímulo especial y artificial.
Hay que pensar que los niños no tienen experiencia crítica. Eso tiene como consecuencias que, por un lado, intentan que les gusten aquellas historias que se les dan y, por otro, que no logran expresar ni razonar su desagrado, con lo cual este queda oculto. Naturalmente, los niños son capaces de una «fe literaria» cuando el arte del escritor de cuentos es lo bastante bueno para producirla. A esa condición de la mente se la ha llamado «voluntaria suspensión de la incredulidad». Pero no parece que ésa sea una buena definición de lo que ocurre. Al menos, dice Tolkien, siendo niño él no tenía un especial deseo de «creer» sino que quería «saber».
Por tanto, el valor de los cuentos de hadas no se puede medir con los niños como referencia, sino que ha de ser medido con iguales criterios a los que usamos para juzgar el arte adulto. Los cuentos de hadas no se ocupan de lo posible sino de lo deseable y dan de lleno en el blanco si, al tiempo que despiertan los deseos y los estimulan, en cierto modo también los satisfacen. En ellos la Fantasía es la creación o el vislumbre de Otros Mundos: ese es el núcleo mismo del deseo de relatos como los que llamamos cuentos de hadas.
J. R. R. Tolkien. Árbol y Hoja (Tree and Leaf: incluye el cuento Hoja de Niggle y el poema “Mythopoeia”, 1988); Barcelona: Planeta-Agostini, 2002; 152 pp.; prólogo de Christopher Tolkien; trad. de Julio César Santoyo, José M. Santamaría y Luis Domènech; ISBN: 84-395-9786-X.
En Destellos en el abismo, Soma Morgenstern hace muchas indicaciones y observaciones interesantes acerca de la educación que recibían los niños judíos como él mismo fue. Así, en la tercera novela se nos cuenta que los hermanos Mohylewski tenían un pacto con su padre y recibían unas monedas cada vez que se aprendían un salmo; en la segunda, que cuando Welwel se plantea instruir a Alfred en el judaísmo y ve sus limitaciones piensa que «la insuficiencia del maestro no perjudicaría al alumno: toda la luz emanaría de la Doctrina»; varios personajes niños le dan oportunidad al narrador para señalar la «fina intuición de la dignidad espiritual que es a veces el atributo de un niño piadoso»… Abundan en la novela pequeñas historias o frases... Leer más
Se han reeditado en los últimos meses las novelas Las ruinas de Gorlan y El puente en llamas, y se anuncia para octubre La tierra del hielo, de John Flanagan, con motivo de que habrá pronto una película sobre ellas. Hace años se publicaron con el título genérico Montaraces. Ahora, siguiendo el título inglés más literalmente, la colección se llama Aprendiz de Guardián. La serie original tiene doce volúmenes y sólo los tres primeros, los que yo conozco, han sido traducidos al castellano. He ampliado un poco ahora el comentario global que puse aquí hace tiempo: en su momento hablaba de las dos primeras novelas, en la actualización me refiero a las... Leer más
Después del álbum de ayer le toca el turno a Casas: confortables, atrevidas, singulares, atractivas, sorprendentes, de los polacos Aleksandra Mizielińska y Daniel Mizieliński. El libro tiene un tono informativo, admirativo, y gracioso. Los autores al principio se dirigen al lector indicándole que el libro contiene «una selección de las treinta y cinco casas más curiosas del mundo mundial seleccionadas por un grupo de expertos independientes, que las eligieron guiándose por criterios totalmente subjetivos»; le hacen notar, entre otras cosas, que verá «las ideas de bombero que pueden tener los arquitectos»; y le presentan y explican algunos iconos que sirven para resumir los rasgos de las casas. Los autores dan un nombre inventado a casas que tienen un nombre real. Por... Leer más
Mil hogares, de Carson Ellis, es un álbum amable con algo de libro informativo y mucho de bromista. Como anuncia la portada, en él vemos unas cuantas casas de distinto tipo: una en el campo, un edificio en la ciudad, un barco, una choza, un palacio, una guarida…; pero también casas de fantasía como un zapato gigante, la casa bajo el agua de los Atlántidas, …; y casas limpias, casas desordenadas, casas altas, casas bajas, etc. Las ilustraciones, en colores terrosos con toques rojos, están bien compuestas y son atractivas. Cada casa, cuya imagen suele ocupar la página completa, o incluso la doble página, se presenta con una frase sencilla que va con tipografía manual. Hay un elemento común que recorre todo el libro y una vinculación bien armada entre la página de... Leer más
En su momento hablé de Un camino entre dos mares, un libro del historiador David McCullough. También vi tiempo atrás, y me gustó mucho, la serie televisiva basada en una biografía suya sobre John Adams. Debido a esas buenas experiencias en su momento añadí a mi lista de futuras lecturas 1776, otro de sus libros que se publicó en castellano hace años, y he podido leerlo hace unas semanas. Es una narración excelente y equilibrada que trata de lo sucedido el año que se celebra como el del nacimiento de los Estados Unidos, pues en él se firmó su Declaración de Independencia y empezó la guerra con Inglaterra, y en él surgió y se agigantó la figura de George Washington. El libro tiene mucho de historia militar pues cuenta con detalle las importantes batallas que tuvieron... Leer más
En la introducción a Sobre los cuentos de hadas, Tolkien enumera qué preguntas desea contestar: «¿qué son los cuentos de hadas?, ¿cuál es su origen?, ¿para qué sirven?». Y divide su exposición en varios apartados: «Cuentos de hadas» y «Los orígenes», que responden a las dos primeras preguntas; tres más, «Los niños», «Fantasía», «Renovación, evasión y consuelo», que abordan la tercera; y por último un epílogo y unas notas aclaratorias a varios puntos del texto. Los dos primeros apartados son un intento de Tolkien de poner al lector en la misma longitud de onda: términos y expresiones como «cuento de hadas» o «fantasía» tienen significados y resonancias variados. Por eso, primero habla de algunas definiciones que se han dado de seres como las Hadas o... Leer más
La narración de Soma Morgenstern a lo largo de las tres novelas que componen Destellos en el abismo es tan buena que detiene incluso a un lector algo acelerado (como suelo ser yo) y que hace disculpar algunas erratas o descuidos en la edición. Las descripciones son calmosas y siempre magníficas, sean de las tareas del campo, de los rezos en la sinagoga, de los platos que componen las comidas, de los comportamientos de todos en sábado, etc. Los diálogos están compuestos con gran destreza: el lector se hace cargo de las preocupaciones de unos y otros, aprende las particularidades del modo judío de afrontar la vida, y goza con los muchos choques dialécticos repletos de ingenio… Hay un buen esbozo del panorama de conflictos sociales y políticos, que forman el telón de... Leer más
Después del formidable El viaje de Shackleton, William Grill ha publicado el también sobresaliente Los lobos de Currumpaw, una nueva versión de la historia de Ernest Seton que comenté ayer. El autor cuenta la historia de Lobo y su manada en tercera persona y en ese hilo narrativo incluye la vida de Seton, pero apoya el relato en una realización gráfica sugerente. A veces las palabras van unidas a unas grandes ilustraciones a doble página y, otras veces, la narración se apoya en varias ilustraciones por página, como viñetas. El autor usa lápices de colores y suele colocar a los personajes, hombres y animales, contra el telón de fondo de grandes escenarios naturales, como para subrayar su pequeñez. Hubiera estado bien que la obra de Grill hubiese incorporado las magníficos... Leer más
Lobo: el rey de Currumpaw, fue el primero de los relatos que Ernest Seton reunió en un libro que tituló Animales salvajes que conocí (Wild Animals I Have Known, 1898). Su punto de partida fue un episodio que vivió el autor y que, dijo, significó para él un cambio de actitud (anterior a un giro muy parecido al que, pocos años más tarde, narraría James Oliver Curwood en El oso). Cuenta Seton que Lobo, un jefe de una manada de cinco lobos, llevaba entre 1889 y 1894, una «vida salvaje y romántica» en la región de Currumpaw, una finca ganadera del norte de Nuevo México. Como causaba grandes destrozos, los ganaderos recurrieron a él debido a su prestigio como cazador. Seton fue poniendo distintas trampas al gigante lobo gris, llamado el Rey, que fue librándose hábilmente de... Leer más
En Tolkien y la Gran Guerra, de John Garth, (libro del que glosé aspectos también aquí y aquí), se indica que Tolkien «hizo mucho más que simplemente preservar las tradiciones del mundo de Fantasía: las transformó e infundió en ellas un vigor renovado para la edad moderna». Al respecto Garth apunta que la obra de Tolkien puso de manifiesto las cualidades propias de la ficción fantástica, frente a lo que conocemos como realismo, cuando llega el momento de presentar la deshumanización de los totalitarismos: «El realismo adolece de una tendencia rígida a tachar los extremos como algo poco plausible, mientras que la literatura fantástica se ocupa activamente de ellos. Magnifica y aclara la condición humana. Incluso es capaz de ponerse a la altura de las calamitosas... Leer más
Una gran lectura sobre el mundo judío centroeuropeo de las primeras décadas del siglo XX: la trilogía Destellos en el abismo, de Soma Morgenstern. El autor, que la comenzó hacia 1929 y cuya primera entrega fue muy elogiada por escritores como Zweig y Roth, la terminó en 1943. Su categoría como una obra de primera magnitud fue reconocida muchos años después. Todo gira en torno a Alfred Mohylewski, un joven de 19 años al comienzo. Los personajes principales son su tío Welwel o Wolf, un bondadoso terrateniente que se toma su judaísmo muy en serio; y su competente y cascarrabias administrador Jankel Christjampoler. De fondo está el recuerdo del padre de Alfred y hermano mayor de Welwel, Josef, converso al cristianismo de rito ortodoxo griego y fallecido durante la primera... Leer más