He actualizado enlaces, y he corregido algunas pequeñas cosas, de La propuesta de Harold Bloom, un artículo cuyo contenido sigue siendo actual, aparte de que sea valiosa la antología de relatos que se cita.
He actualizado enlaces, y he corregido algunas pequeñas cosas, de La propuesta de Harold Bloom, un artículo cuyo contenido sigue siendo actual, aparte de que sea valiosa la antología de relatos que se cita.
¡Deprisa, deprisa!, de Clotilde Perrin, es un álbum simpático, bien construido, que parcialmente vuelve a incidir en la importancia de que los niños no lleven unas vidas aceleradas y sepan pararse a mirar alrededor (como Espera o Un camino de flores). El libro se abre con una «Cita para los mayores» —«La vida es una intensidad, el tiempo una medida» (Pascal Quignard) y una «Cita para los pequeños» —«¡Deja de meterme prisa, que no he acabado de jugar!» (Hélène, mi hija). En primera persona, una niña cuenta cómo comienza el día, de modo muy apresurado, levantándose, desayunando, yendo al colegio, montándose primero en un autobús para una excursión al campo, luego en una lancha y después en un avión… que pierde pues, dice, «una vez más no he sido lo bastante rápida». El relato cambia de ritmo entonces y la misma niña dice cómo, «en esa carrera loca me olvidé de ver» multitud de cosas en las que ahora se fija. Hasta que, de regreso a su casa, el lector se llevará una sorpresa.
El formato apaisado va perfecto con el relato. En las sucesivas ilustraciones a doble página se acumulan varios momentos narrativos consecutivos. La protagonista es una chica simpática. Las guardas presentan, en contraste, un acelerado ser con patas y un tranquilo caracol. Es un acierto la última doble página sin imágenes pues todo lo que se apunta en ella no es ilustrable: saborear, pensar, calma, poco a poco, tranquilidad… La historia contrasta bien dos formas opuestas de estar en el mundo o, si se quiere, de poner a los niños en un entorno agitado o en un entorno sereno. En la narración con palabras algunos adjetivos podrían ser más sobrios o más precisos: «el silencio infinito entre los árboles», un pájaro que «cantaba pianísimo»…
Clotilde Perrin. ¡Deprisa, deprisa! (Vite vite vite!, 2019). Barcelona: Juventud, 2020; 32 pp.; trad. de Pau Joan Hernández; ISBN: 978-84-261-4681-6. [Vista del álbum en amazon.es]
He añadido al diccionario voces de Cristián Sahli y Teresa Novoa.