Robot salvaje, de Peter Brown, es un libro ameno y bien construido. Con motivo del hundimiento de un carguero, a una isla desierta llegan las cajas donde iban varios robots; todas menos una terminan destrozadas entre las rocas. El robot superviviente se activa cuando una nutria curiosea con la espuma del embalaje y activa un botoncito en la cabeza de la robot, Roz. Como es una robot diseñada para ir aprendiendo de su entorno, poco a poco va observando a los animales que viven en la isla y aprendiendo sus lenguajes, adopta como hijo a un gansito al que protege, y acaba siendo de gran ayuda para todos. Al final de la novela, unos robots de la empresa que fabricó a Roz llegan a la isla para rescatar a los robots naufragados pues si devuelven las piezas a la fábrica serán reutilizados.
Novela infantil atrayente. La narración es sobria y avanza en capítulos cortitos con unas magníficas ilustraciones bien integradas con el texto. Es excelente la primera parte, cuando el narrador muestra la naturaleza y los animales cuando son observados con asombro por el robot. El relato entra por cauces más habituales, más disneyanos y emotivos podríamos decir, cuando Roz cuida de la gansita y va siendo capaz de comprender y empatizar con los animales que tiene alrededor. El desenlace cambia el ritmo, convierte al libro en un thriller de acción, y aumenta las expectativas de la secuela que vendrá.
Peter Brown. Robot salvaje (Wild Robot, 2016). Barcelona: Destino, 2019; 271 pp.; col. La isla del tiempo; ilust. del autor; trad. de Roberto Morlesin; ISBN: 978-84-08-21629-2. [Vista del libro en amazon.es]