Los comentarios de ayer se aplican, más todavía, a otra buena noticia editorial del año pasado: la primera edición en castellano de Más allá del Viento del Norte, de George MacDonald, uno de los libros fundacionales de la Literatura infantil como tal —entre otras cosas porque tiene uno de los personajes infantiles más conmovedores de la historia—, y, sin duda ninguna, uno de los libros más poderosos a la hora de tratar sobre la muerte de los niños.
Digan lo que digan muchos supuestos expertos, digan lo que digan esos artículos en la prensa sobre los preocupados que todos estamos al ver qué poco se lee…, los buenos lectores se construyen siempre llegando a libros antiguos o extraordinarios como este, a los libros sancionados como mejores por muchas generaciones de lectores. Me alegra poder desmentir, con notas como esta o como la de ayer, aunque sólo sea por unas semanas o unos días, lo que otras veces he dicho de que la mejor literatura nunca hay que buscarla en los escaparates, donde hay luz.