Para el capítulo sobre Cervantes de El deseo de comprender las obras principales que manejé fueron: varias biografías de las que hablé aquí ya tiempo atrás (la de Canavaggio, la de Jordi Gracia, los tres volúmenes de la de Lucía Megías, la juvenil de María Teresa León); obras también comentadas en la página como Leer el Quijote en imágenes (Lucía Megías) y Mímesis conflictiva (Cesáreo Bandera); otras biografías como Las vidas de Miguel de Cervantes (Andrés Trapiello) y Cervantes (Santiago Muñoz Machado); el libro de ensayos Don Quijote ¿muere cuerdo? y otras cuestiones cervantinas (Margit Frank), y el magnífico, y no traducido al castellano que yo sepa, O segredo do humor (Celestino Fernández de la... Leer más
Para preparar el capítulo sobre Shakespeare de El deseo de comprender manejé una edición de una selección de sus obras traducidas por Angel Luis Pujante, y también repasé los volúmenes de una edición de Obras completas prologadas y editadas por Andreu Jaume. Conocía ya la biografía de Peter Ackroyd y la de Joseph Pearce, pero, en especial, me sirvieron mucho la de Stephen Greenblatt y la obra que también Greenblatt tituló El tirano, sobre algunos personajes shakespearianos; en esta línea me atrajo, y me pareció un gran libro, La mentalidad trágica, de Robert Kaplan. Saqué provecho de leer, y luego comparar, La invención de lo humano, de Harold Bloom, y Por los ojos de Shakespeare, de Joseph Pearce (de quien también busqué y leí sus prólogos a varias obras de... Leer más
Tal vez el capítulo de El deseo de comprender con cuya preparación aprendí más fue el dedicado a Dante y la Divina Comedia. De las varias biografías que leí la que más me gustó fue la de Marco Santagata titulada La novela de su vida. Leí distintas ediciones: completa, la que manejé desde que comencé con este plan, la edición de Austral, en prosa; prácticamente completas, y cito a veces, las excelentes, y bilingües, edición y traducción de José María Micó (Acantilado) y de Jorge Gimeno (Penguin); y al final, ya con el libro casi terminado, me insistieron en que leyera, y me pareció muy buena, la edición de Alianza traducida por Abilio Echeverría. Me ayudaron mucho los tres volúmenes de Franco Nembrini sobre Dante: Poeta del deseo (Paraíso) Poeta del deseo... Leer más
El deseo de comprender, un libro que comencé con cierta intención de cerrar mi dedicación a la LIJ y abrir otra etapa, al final se ha quedado justo en el medio, pues también he terminado dirigiéndolo a lectores jóvenes y a todos los interesados en llevar a los niños y los jóvenes a la mejor literatura. Igual que hice hace unos días a propósito de Libros como amigos, voy a recordar, en la entrada de hoy y en otras posteriores, los mejores libros relacionados con cada capítulo: pienso que es una manera de ayudar a recorrer el mismo camino lector que yo hice, pero más ordenadamente. Hoy empiezo por libros que cito varias veces, que tratan sobre varios autores o sobre cuestiones generales, y que me parecen excelentes. Aunque podrían ser más, los que destacaría son:... Leer más
Una de mis mejores lecturas del año: Desempolvando a los clásicos: Homero, Virgilio, Dante, de Gerardo Vidal. Es un libro que presenta muy bien la Ilíada y la Odisea (cinco capítulos), la Eneida (tres capítulos) y la Divina Comedia (cuatro capítulos). Es una gran introducción a esas obras, que presenta con explicaciones cuidadas y amenas, que no sólo dan buena idea de la importancia y los méritos y de cada una, sino que también hacen ver al lector su actualidad e interés permanentes. Este buen comentario resume bien el contenido y el atractivo del libro. Gerardo Vidal Guzmán. Desempolvando a los clásicos: Homero, Virgilio, Dante (2022). Madrid: Rialp, 2022; 343 pp.; ISBN: 978-84-321-6251-0.... Leer más
En la introducción a Libertad para amar (a través de los Clásicos), Mariano Fazio explicita la idea que preside su libro: «Dios, al crearnos, nos regala el don de la libertad. La vida humana sale de Dios, y a Dios retorna porque nos ha invitado a compartir la plenitud de su vida, donde encontramos la felicidad. En consecuencia, podemos comparar nuestra existencia a un camino de retorno a Dios, que hemos de recorrer libremente, y que tiene como meta su amor. Dios invita, no constriñe. La libertad más radical —es decir, la que está en las raíces de nuestro propio ser— es una libertad que tiene una orientación. Con otras palabras, es una libertad “para”. En concreto, “para” el amor de Dios». Su propósito es ayudar a descifrar el sentido profundo del concepto de... Leer más
En De Homero a Kafka: 75 clásicos para una geografía del alma, Rafael Gómez Pérez presenta setenta y cinco textos de otros tantos autores y autoras con algún breve comentario que subraya algún punto. Su objetivo es, dice, «apuntar los principales trazos de una geografía del alma con relieves insólitos, y expresados con una inteligente belleza», y hablar de temas como «la creación literaria, el trabajo, la vida y la muerte, la guerra y la paz, diversos tipos de amores, la amistad, la libertad, el exilio, la corrupción, la decadencia, los rasgos de carácter, la bondad y la maldad, los sentimientos y las pasiones, la belleza, el silencio, la infancia, la inocencia…». Desde que lo leí he recomendado con frecuencia porque sus muchas sugerencias como flashes que atraen el... Leer más
Un excelente primer acercamiento a los Ensayos de Michel de Montaigne es leerse la selección de la colección Doce uvas. El traductor y prologuista da unos breves datos biográficos del autor, resume bien su pensamiento, y explica que la selección de textos está pensada para intentar dar sus principales "tesis" «en el ámbito de la ética y las costumbres, además del testimonio sobre sí mismo, que es lo más llamativo de los Ensayos», y por eso no se incluyen las historias que cuenta en ellos acerca de autores clásicos o de personajes históricos. Unos párrafos son estos: «Estimo que la nodriza de las más falsas opiniones públicas y particulares es la exagerada buena opinión que el hombre tiene de sí mismo». «Las cosas no son dolorosas y difíciles por sí mismas:... Leer más
Más lecturas sobre Cervantes y el Quijote de los últimos meses: El Quijote y su idea de virtud y Cervantes todavía, de Ángel Pérez Martínez. El primer libro, que fue antes la tesis doctoral del autor, aborda el Quijote como una obra que sirve para comprender la perspectiva moral de una época, y que hace notar el asombro y desconcierto que provoca un personaje que a la vez es «un loco prudente, un soldado que intenta ser justo, un anciano fuerte y un amante templado». El segundo reúne varios artículos académicos en los que se hacen reflexiones de tipo narrativo sobre la obra de Cervantes que se pueden aplicar hoy a temas como la lectura digital, la importancia de los viajes, la educación de los jóvenes, etc. Ambos ponen de manifiesto, una vez más, como la lectura... Leer más
Dos comentarios de Borges acerca de los clásicos o, en general, acerca de los buenos libros: —Uno: al comentario de un entrevistador, sobre que se dice de él que es un clásico viviente, Borges replica: «Bueno… es un generoso error. Pero, en todo caso, he transmitido el amor por los clásicos a otros. (…) Y de algún clásico reciente, un poco olvidado ya. Porque se olvidan clásicos recientes: por ejemplo, yo he difundido en diversos continentes el amor por Stevenson, el amor por Shaw, el amor por Chesterton, el amor por Mark Twain, el amor por Emerson; y, bueno, quizás eso sea lo esencial de lo que se ha dado en llamar mi obra: el haber difundido ese amor». —Otro: «Los buenos libros han de venir al fin de las literaturas: son la destilación de muchos libros... Leer más
Unos párrafos de Cosas que nadie sabe, a propósito de la lectura de grandes libros. Hay un momento de la historia en el que la protagonista se ve retratada cuando leen en alto, en clase, La Odisea: «¿Es que la Odisea podía ser su historia? (...) En el hijo de Ulises, Margherita encontró un amigo capaz de escuchar su dolor. (…) Sintió el miedo de Telémaco y su esperanza. Sintió que el chico le entraba en la piel. Él también sin padre, él también niño llamado a convertirse en adulto. Nada había cambiado a lo largo de los siglos. El mayor poema jamás escrito empezaba con un chiquillo que debe buscar a su padre». Más adelante, cuando su profesor lee un fragmento sobre un padre y una hija de una obra de Shakespeare, el narrador indica que «Margherita se preguntó si... Leer más
Umberto Eco: «En cada libro se incrustan, con el tiempo, todas las interpretaciones que hemos dado de él. No leemos a Shakespeare tal como escribió él. Nuestro Shakespeare es mucho más rico que el que se leía en sus tiempos. Para que una obra maestra lo sea, debe ser conocida, es decir, debe hacer absorbido todas las interpretaciones que ha estimulado, que ha contribuido a hacer de ella lo que es. Una obra maestra desconocida no ha tenido bastantes lectores, lecturas, interpretaciones». Umberto Eco y Jean-Claude Carrière. Nadie acabará con los libros (N’espérez pas vous débarrasser des libres, 2009). Entrevistas realizadas por Jean-Philippe de Tonnac. Barcelona: Lumen, 2010; 265 pp.; ilust. de André Kertész; trad. de Helena Lozano Miralles; ISBN:... Leer más
Umberto Eco: «Un escritor italiano, Leo Longanesi, escribió una vez que no puede haber un gran poeta búlgaro. La idea en sí parece un poco racista. Quizá quería decir una de estas dos cosas, o las dos juntas (y, en lugar de Bulgaria, habría podido elegir cualquier otro país pequeño): primero, que aunque haya habido algún gran poeta, su lengua no es bastante conocida y, por lo tanto, nunca tendremos la ocasión de leerlo. En este caso “grande” quiere decir famoso, pues se puede ser un buen poeta y no ser famoso. Una vez estuve en Georgia y me dijeron que su poema nacional El caballero de la piel de tigre, de Rustaveli, era una gran obra maestra. Es posible que sea verdad, ¡pero no ha tenido la resonancia de Shakespeare! Y segundo, que un país debe haber vivido los grandes... Leer más
Uno de los excelentes artículos de crítica literaria que contiene La aventura sin fin, de T. S. Eliot, es «¿Qué es un clásico?». En él, después de explicar que la palabra «clásico» tiene significados distintos según el contexto, y de señalar que no piensa pedir perdón por haber usado o por usar en el futuro esa palabra con otros sentidos, precisa que, hablando estrictamente, el clásico «sólo puede ser obra de una mentalidad madura»: la importancia de una civilización y de una lengua, junto con la amplitud de la mente del poeta, es lo que le otorga la universalidad. Esa mentalidad madura necesita de la historia y de la conciencia histórica, por lo que «servirse de una literatura extranjera indica un grado de civilización... Leer más
Dos citas de Borges sobre la lectura de los libros que llamamos «clásicos»: —«Eliot pensó que sólo puede darse un clásico cuando un lenguaje ha llegado a una cierta perfección; cuando una época ha llegado a una cierta perfección. Pero yo creo que no: creo que un libro clásico es un libro que leemos de cierto modo. Es decir, no es un libro escrito de cierto modo, sino leído de cierto modo; cuando leemos un libro como si nada en ese libro fuera azaroso, como si todo tuviera una intención y pudiera justificarse, entonces, ese libro es un libro clásico». (…) «Es decir, que un clásico es un libro leído con respeto. Por eso yo creo que, el mismo texto, cambia de valor según el lugar en que está: si leemos un texto en un diario, lo leemos en algo que está hecho para... Leer más
Añado un asunto al comentario del otro día. Primero debo decir que la biografía que firma Ackroyd está bien hecha y bien narrada, pero también comprendo más que bien a Pearce cuando se indigna con algunas de las cosas que dice para no sacar las conclusiones naturales de los hechos que cuenta. Da toda la impresión de que Ackroyd desea protegerse a sí mismo de algunas críticas de sus propios colegas pero, en realidad, crea desconfianza hacia su propio trabajo. Obsérvese: —«En resumen, Stratford albergaba una numerosa circunscripción católica de la que los Shakespeare formaban parte. Lo antedicho no supone, necesariamente, que Shakespeare profesase dicha religión, en el supuesto de que practicara alguna, sino sólo que estaba familiarizado con los... Leer más
Dos libros sobre Shakespeare: el de Peter Ackroyd, Shakespeare: la biografía, y el de Joseph Pearce, Shakespeare. Una investigación. El primero es una extensa biografía con atención a muchos detalles sobre la vida del dramaturgo inglés: da idea de su contenido y de su orientación sociológica, esta entrevista con su autor. Su fuerza está en la claridad de su redacción y en la información que aporta sobre la vida de la época, sobre Londres y el mundo teatral. No así en los comentarios directamente literarios: en mi opinión es una barbaridad (entre otras) decir que «en las cumbres más sublimes del arte de Shakespeare, la moral no existe, sólo está la voluntad humana que se encumbra en consonancia con la imaginación». El segundo libro es una discusión detallada de... Leer más
Habla Chateaubriand en sus Memorias de que hay «cinco o seis escritores que son suficientes para las necesidades y el alimento del pensamiento», genios nutricios que «parecen haber alumbrado y amamantado a los demás». De Homero dice que fecundó la antigüedad; de Dante que engendró la Italia moderna; de Rabelais que creó las letras francesas; e Inglaterra es enteramente Shakespeare... (Y por nuestra cuenta podemos añadir a Cervantes). Y continúa: «A menudo se reniega de estos maestros supremos; se rebela uno contra ellos; se enumeran sus defectos; se los acusa de ser aburridos, de una obra demasiado extensa, de extravagancia, de mal gusto, al tiempo que se los saquea, engalanándose con plumas ajenas; pero en vano nos debatimos bajo su yugo. Todo se tiñe de sus colores; por... Leer más
Samuel Johnson: «El respeto por las obras que han perdurado en el tiempo no obedece, por tanto, a una crédula confianza en la superior sabiduría de tiempos pretéritos, ni a la sombría certidumbre de la inevitable decadencia de la humanidad, sino que es consecuencia de opiniones reconocidas e incontestables: lo que se conoce desde hace más tiempo ha sido examinado en más ocasiones, y lo que se ha examinado más se entiende mejor». Samuel Johnson. Prefacio a Shakespeare (Preface to Shakespeare, 1765). Barcelona: Acantilado, 2003; 103 pp.; col. Cuadernos del Acantilado; trad. de Carmen Toledano; ISBN:... Leer más
Flaubert: «¿Sabes lo que deberías hacer? Adquirir el hábito piadoso de leer todos los días un clásico durante al menos una hora». «Hay una cosa a la que es necesario que te acostumbres, y es a leer todos los días (como un breviario) alguna cosa buena. A la larga penetra. (...) El talento, como la vida, se transmite por infusión, y hay que vivir en un ambiente noble, adoptar el espíritu de sociedad de los maestros». Gustave Flaubert. En cartas de 1853 a Louise Colet, Sobre la creación literaria: extractos de la correspondencia de Gustave Flaubert. Madrid: Ediciones y Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja, 1998; 243 pp.; col. El oficio de escritor; selección, prólogo y traducción de Cecilia Yepes; ISBN:... Leer más
Borges: «Clásico no es un libro que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad». Jorge Luis Borges. «Sobre los clásicos», en Otras inquisiciones (primera ed. en 1952, ed. revisada por el autor en 1974). Madrid: Alianza, 1999, 296 pp.; col. El libro de bolsillo. Biblioteca Borges; ISBN:... Leer más
«Un frecuente lugar común consiste en afirmar que los Clásicos son eternos. Lo son, pero no por la razón que se supone, esto es, no por haber encontrado la verdad, como sobre todo por haberla dicho bien, es decir, incompletamente; pues este es un hábil medio de respetarla. No hay que confundir ser claro con ser completo. La fuerza clásica descansa en esa distinción; los Clásicos fueron claros, de una claridad terrible, pero tan clara que, en esa transparencia, presentimos vacíos inquietantes; de los que no sabemos, debido a su habilidad, si los han puesto o simplemente los han dejado. Un clásico no lo dice todo, ni mucho menos (dejando aparte el caso en que nos imaginamos que lo encontramos todo en él); dice un poco más de lo evidente, e incluso el suplemento de... Leer más
Al inicio de su ensayo biográfico sobre Dickens, Chesterton dice que, con frecuencia, en sus años se podían escuchar o leer frases imprecisas del estilo «¿por qué no tenemos hoy grandes hombres como (...) Dickens?». Y comenta: «Aunque estas expresiones parezcan, como digo, arbitrarias y vagas, no debemos pasar de largo ante ellas. “Grande”, por supuesto, significa algo, y la prueba de la efectividad de su significado la ofrece, mejor que cosa alguna, el modo instintivo y resuelto con que aplicamos la calificación a unos determinados hombres y no a otros (...). El término encaja, sin duda, en un objeto definido: Dickens es lo que quiere decir ese término. Hasta los exquisitos y desventurados pedantes que no pueden leer sus libros sin exasperación, le colgarán el predicado... Leer más
En un texto breve que da título a una colección de artículos, Italo Calvino ensaya distintas definiciones de clásicos. A mí me gusta, sobre todas, esta: «Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir». En consecuencia, «los clásicos son libros que cuando más cree uno conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad». También me parece muy certera la afirmación de que «es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a la categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo». O, al revés, de que «es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone». Italo Calvino. Por qué leer los clásicos... Leer más
«¿Qué es un “clásico”? ¿Por qué pervive a lo largo del tiempo, en distintas lenguas y en sociedades cambiantes?», se pregunta George Steiner. Y se responde: Detrás de «un “clásico” de la literatura, de la música, de las artes, de la filosofía» no hay alguien a quien leemos o escuchamos sino alguien que nos lee o nos escucha. «El clásico nos interroga cada vez que lo abordamos. Desafía nuestros recursos de conciencia e intelecto, de mente y de cuerpo (gran parte de la respuesta primaria de tipo estético, e incluso intelectual, es corporal). El clásico nos preguntará: ¿has comprendido? ¿has re-imaginado con seriedad?, ¿estás preparado para abordar las cuestiones, las potencialidades del ser transformado y enriquecido que he planteado?». George Steiner.... Leer más
Hablando de Bach, dice Coetzee que, «en un primer sentido, el clásico es aquel que supera los límites del tiempo, que retiene un significado para las épocas venideras, que vive. En un segundo sentido, una buena parte de la música de Bach pertenece a lo que vagamente se denomina “los clásicos”, la parte del canon de la música europea que aún se interpreta con relativa frecuencia en todo el mundo, aunque no demasiado a menudo ni ante auditorios particularmente masivos. El tercer sentido de “clásico”, el sentido que Bach no cumple, es que no pertenece al renacimiento de los denominados “valores clásicos” que dominó el arte europeo a partir del segundo cuarto del siglo XVIII». Continuando con Bach, se pregunta luego que, como «la historia de la oscuridad y del... Leer más
En su conferencia ¿Qué es un clásico?, J. M. Coetzee analiza distintos significados de la expresión «clásico». Indica que, clásico, en términos horacianos, es un libro que ha perdurado a lo largo del tiempo. Que, en opinión de Eliot, es «un libro que soportará la responsabilidad de ser leído en una clave que tiene significado para la propia época». Que, para Zbigniew Herbert, «clásico es lo que sobrevive a la peor barbarie, lo que sobrevive porque hay generaciones de personas que no se pueden permitir ignorarlo y, por tanto, se agarran a ello a cualquier precio». Luego explica Coetzee que la interrogación al clásico, «por hostil que sea, forma parte de la historia del clásico, porque mientras un clásico necesite ser protegido del ataque no podrá probar que es un... Leer más
Acerca de la dificultad de algunos jóvenes para leer clásicos dice Allan Bloom: «El afecto condicional o limitado de un joven a sus padres divorciados no hace sino corresponder a lo que necesariamente él ve como afecto condicional de ellos hacia él, y es por completo diferente del clásico problema de lealtad para con las familias, u otras instituciones, que se hallaban claramente dedicadas a sus miembros. En el pasado esa ruptura era a veces necesaria, pero siempre moralmente problemática. Hoy es normal, y ésta es otra razón por la que la literatura clásica les resulta ajena a tantos de nuestros jóvenes, pues versa principalmente sobre la liberación de vínculos reales —como la familia, la fe o la patria—, mientras que ahora el movimiento avanza, en dirección contraria,... Leer más
A quienes me preguntan por libros recientes... con frecuencia les doy una respuesta que no les atrae. Y es esta, el mismo comentario que hace Kafka a un interlocutor: «Se lastra usted demasiado con cosas efímeras. La mayoría de estos libros modernos no son más que trémulos reflejos del hoy que se apagarán enseguida. Debería leer libros más antiguos. A los clásicos. (...) Lo antiguo vuelve hacia el exterior su valor más íntimo: perdura. Lo únicamente nuevo es la caducidad misma, que hoy se presenta hermosa para mañana parecer ridícula. Es el camino de la literatura». Gustav Janouch. Conversaciones con Kafka (Gesprache mit Kafka, 1968). Barcelona: Destino, 1999, 2ª impr.; 348 pp.; col. Áncora y Delfín; trad. de Rosa Sala; ISBN:... Leer más