Nicky, la aprendiz de bruja fue un libro de la escritora japonesa Eiko Kadono, Premio Andersen del año 2018, antes de ser una de las grandes películas de Hayao Miyazaki.
El relato empieza presentando a Nicky y a su familia, y dando las explicaciones necesarias para entender la situación: al cumplir 13 años Nicky, hija de bruja, tiene que irse de su casa para comenzar a vivir en otra ciudad de modo independiente. Así que, acompañada de su gato negro Jiji —todas las brujas han de tener un gato negro, según parece—, se marcha y acaba instalándose en la ciudad costera de Korico, donde abre una oficina de mensajería y se dedica a resolver problemas a los vecinos.
La novela está bien estructurada y contada. Los personajes de Nicky y de su gato, así como los de sus amigos y vecinos, resultan amables. Los episodios que protagonizan son variados: en algunos hacen favores sencillos y en otros salvan vidas o emprenden persecuciones dignas del thriller más acelerado. La narración desprende mensajes de cordialidad, a veces explícitos —cuando Nicky se queja de que la ropa de una bruja haya de ser siempre negra su madre le replica que «lo importante no es el color de tu ropa, sino el de tu corazón»—, y a veces implícitos pero evidentes: la magia brota cuando se deja la comodidad propia para abrirse camino y para ayudar a los demás alegremente.
Eiko Kadono. Nicky, la aprendiz de bruja (Kiki’s Delivery Service, 1985). Madrid: Nocturna, 2019; 205 pp.; ilust. de Akiko Hayashi; trad. de Rumi Sato; ISBN: 978-84-17834-33-3. [Vista del libro en amazon.es]
