He actualizado la voz de Henry Brock, donde también menciono a su hermano Charles Brock, incluyendo un enlace a un video sobre la vida y obra de ambos.
He actualizado la voz de Henry Brock, donde también menciono a su hermano Charles Brock, incluyendo un enlace a un video sobre la vida y obra de ambos.
Toni o cómo conseguir las Ronaldo Flash, de Philip Waechter, es una novelita gráfica simpática con un protagonista incombustible y animoso. Éste es un chico que vive con su madre, que un martes de noviembre ve un anuncio de unas botas de fútbol de su jugador favorito, y piensa que, con ellas, jugará mucho mejor al fútbol; se las pide a su madre pero ella no lo ve claro y, entonces, Toni comienza distintos trabajos para conseguir dinero. Cada uno será un capítulo: repartir folletos, músico callejero, pasear perros, vender en el mercadillo, encontrar dinero por la calle, un interludio (en el que da una limosna a un mendigo), hacerse modelo publicitario, y, finalmente, Navidad. La historia es amable, habla bien de superación y tenacidad, se apoya en un héroe bondadoso e ingenuo que, gráficamente, resulta simpático, y está bien construida. Cabe señalar que si las escenas urbanas y de vida familiar están muy bien, las de fútbol de los chicos, en campos antiguos, parecen de hace ya décadas.
Philip Waechter. Toni o cómo conseguir las Ronaldo Flash (Toni un alles nur wegen Renato Flash, 2018). Madrid: Maeva Young, 2020; 64 pp.; trad. de Marta Armengol; ISBN: 978-8417708689. [Vista del libro en amazon.es]
Al comienzo de cada capítulo de El deseo de comprender explico mi trayectoria de lecturas relacionadas con cada uno de los autores y libros que comentaré. Allí hablo de que los que menos conocía cuando empecé a preparar el libro eran Virgilio y la Eneida. Había leído tiempo atrás la biografía de Virgilio (Grimal), pero volví a echarle un vistazo, leí El siglo de Augusto (también de Grimal) y una parte de la obra de Horacio. Utilicé la edición de Gredos de la Eneida para la comprensión de los méritos poéticos de Virgilio —tan bien explicados, por otra parte, por T. S. Eliot en varios ensayos—, y recuperé mis notas de dos novelas excelentes: El silbido del arquero (Irene Vallejo) sobre la primera parte, y Lavinia (Ursula Le Guin), sobre la segunda.