Abram y su gente, de José Jiménez Lozano, son veintisiete relatos inspirados en escenas o personajes bíblicos. El primero presenta el escenario donde los demás se van a contar: un pueblo que podría ser del Este de Europa en el que conviven cristianos, judíos, musulmanes, ortodoxos y ateos. Los sucesivos relatos se narran en la barbería, o en la sinagoga, o en los juzgados…, y, aparte del episodio bíblico que alguien narra o evoca, hay también comentarios de los oyentes que apuntan alguna conclusión que sacan o señalan el poso que les ha dejado la historia. Es un libro que se ha de sumar a otros del autor con la misma base bíblica: Sara de Ur, El viaje de Jonás, Libro de visitantes, Parábolas y circunloquios de Rabí Isaac Ben Yehuda (1325-1402), Un dedo en los labios.... Leer más
Abraham Skorka: «El libro de Job nos da una gran enseñanza, porque —en síntesis— dice que no podemos entender cómo se manifiesta exactamente Dios en las acciones individuales. Job, que era un hombre de justicia, de rectitud, quiere saber por qué perdió todo, hasta su salud. Sus amigos le dicen que Dios lo castigó porque ha pecado. Él les contesta que aun si hubiera pecado, no era para tanto. Recién cuando aparece Dios, Job se queda tranquilo. No obtiene una respuesta, lo único que existe es un sentir del Señor. De este relato se pueden deducir varias cosas que marcan mi personal percepción de Dios. Primero: que los amigos de Job —que defendieron una tesis que decía “has pecado, por ende, Dios te ha castigado”, transformando a Dios en una especie de computadora que... Leer más
Abraham Skorka: «En la literatura rabínica se pregunta qué es lo que no le gustó a Dios en la torre de Babel. ¿Por qué frenó la construcción confundiendo las lenguas? La explicación más simple de la lectura del texto es porque esas construcciones que trataban de llegar a los cielos eran parte de un culto pagano. Implicaba un acto de arrogancia con respecto a Dios. El midrash dice que a Dios le molestó que a los constructores de la torre les importara más perder un ladrillo que si desde semejante altura se cayera un hombre. Eso es lo que pasa hoy, es el juego entre el don y la tarea. El equilibrio tiene que ser exacto, el hombre tiene que progresar pero para volver a ser hombre. Si bien el que sembró y generó todo es Dios, el centro de lo material y de la gran obra divina es... Leer más
T. S. Eliot: «Podría despotricar en contra de esos hombres de letras que dicen extasiarse ante “la Biblia como literatura”, la Biblia como “el monumento más noble de la prosa inglesa”. Aquellos que hablan de la Biblia como un “monumento de la prosa inglesa” están admirándola, meramente, como el monumento que corona la tumba del cristianismo. Sin embargo, debería evitar las digresiones: basta con sugerir que, tal vez como la obra de Clarendon, Gibbon, Buffon o Bradley, tendría un valor menor si fuese insignificante en tanto historia, ciencia o filosofía, respectivamente, así la Biblia debe su influencia literaria sobre la literatura inglesa no al hecho de que se la haya considerado literatura, sino a que se la ha considerado Palabra de Dios. Que los hombres de letras... Leer más
Cuenta Claudio Magris que, a finales de los años veinte, una revista berlinesa le preguntó a Bertold Brecht qué libro le había producido una impresión más fuerte, y él respondió: «Se reirá usted: la Biblia». Y sigue Magris: «Brecht encontraba en la Biblia un alfabeto para leer el mundo; la grandeza de un texto que dice, brutalmente y sin dorar la píldora, la desnuda verdad sobre la vida y la muerte, el eros y la violencia, lo maravilloso y el sabor a ceniza, la altura a la que pueden llegar los hombres elevándose por encima de sí mismos hasta concebir un absoluto que los trasciende, los sostiene o los anula, y la infame bajeza en la que pueden caer los mismos hombres. La Biblia es el gran código de la civilización —ha escrito Northrop Frye— no sólo por el... Leer más
Ernst Jünger: «Después de los Salmos son pocos los pasajes de la literatura mundial en los que el ser humano, desligado de todas las ataduras temporales y locales, levante su voz como si en ella se concentrase el destino de todos los que fueron, son y serán. Lo que hay ahí no es ya la Tierra con sus montañas y sus mares, no es ya el Cielo con el sol y las estrellas, no son ya los pueblos con sus héroes y sus dioses — sólo él mismo, el hombre, es para sí el enigma, a solas con su destino. Tal vez haya sido ahí tocada la cuerda, encontrado el sonido que penetra más hondo en el Universo que todos los rayos de luz». Ernst Jünger. Pasados los setenta I (1965-1970) - Radiaciones (Siebzig Verweht I Strahlungen III, 1982). Barcelona: Tusquets, 1995; 591 pp.; col. Andanzas;... Leer más
Joachim Jeremias: «En ningún sitio se descubre tan claramente como en la oración el estado de descomposición y de malestar interior en que se encontraba el mundo helenista —sobre todo el próximo Oriente— en la época del Nuevo Testamento. La oración del mundo griego, incluso antes del periodo helenista, no conoce todo ese carácter de seriedad, de temor lleno de respeto que se comprueba en la oración bíblica. Nos lo demuestra un ejemplo: en la época de la comedia antigua las parodias de la oración constituyen uno de los tópicos del género: las encontramos particularmente en Aristófanes (446-385 a.C.): bufonescas, inmorales, ridículas y hasta obscenas, estas oraciones se insertan en la trama de la acción para suscitar las carcajadas del público. (...) Más tarde, en... Leer más
Wisława Szymborska: «Sueño algunas veces con situaciones imposibles. Me imagino, por ejemplo, en mi impertinencia, que tengo la posibilidad de hablar con el Eclesiastés, autor de tan conmovedor lamento frente a la vanidad de toda actividad humana. Le haría una profunda reverencia porque no cabe la menor duda de que es uno de los más importantes poetas, por lo menos para mí. Pero después lo cogería de la mano. “Nada nuevo bajo el sol”, dijiste, Eclesiastés. Pero si tú mismo naciste nuevo bajo el sol. Y el poema del cual eres autor también es nuevo bajo el sol porque nadie lo escribió antes que tú. Y nuevos bajo el sol son todos tus lectores, porque quienes vivieron antes que tú está claro que no pudieron leerlo. Tampoco el ciprés bajo cuya sombra te sentaste crece... Leer más
Otro comentario literario de Gerhard von Rad, a propósito del texto bíblico donde se cuenta la destrucción de Sodoma (Lot 19, 26-28), es este: «El arte narrativo del Antiguo Testamento está muy al corriente de las dificultades que envuelve una exposición sugestiva de acontecimientos globales y, por eso, siempre que puede bosqueja de modo indirecto el conjunto mediante detalles; con ello el relato gana viveza. Así pues, nuestro relato se cierra con la descripción de dos hechos aislados que procuran al lector una perspectiva más sobre el horror de lo ocurrido. Son estos hechos la mujer de Lot mirando hacia atrás, y Abraham sumido en la contemplación del país devastado». Gerhard von Rad. El libro del Génesis (Das erste Buch Mose. Genesis, 1972). Salamanca: Sígueme, 1988,... Leer más
En su pormenorizado análisis del libro del Génesis, después de comentar el relato del Paraíso y la Caída, Gerhard von Rad indica: «Nada tan sorprendente como la reserva, la sobriedad, la frialdad de la historia bíblica si se la compara con los exuberantes y chillones colores de los mitos de otros pueblos. Todo este relato apunta a la vida postparadisíaca —la mujer, el padre, la madre, los animales, la labranza, la fatiga, el parir—, y no a cosas remotas y pasadas. En ningún pasaje se permite el narrador descripciones de corte mitológico». Gerhard von Rad. El libro del Génesis (Das erste Buch Mose. Genesis, 1972). Salamanca: Sígueme, 1988, 3ª ed.; Col. Biblioteca de Estudios Bíblicos; trad. de Santiago Romero; ISBN:... Leer más
Comentando la escena del Génesis en la que Adán pone nombre a los animales (2, 19-20), Gerhard von Rad dice: «El centro de gravedad del pasaje no está en la invención de vocablos sino en esa íntima apropiación cognoscente e interpretadora que se produce en el lenguaje. Resulta muy interesante ver cómo aquí el lenguaje no es considerado un medio de comunicación sino una capacidad de orden espiritual con cuya ayuda ordena el hombre conceptualmente el ámbito de su vivir. Hablando concretamente: si el hombre dice “buey” no sólo ha inventado la palabra “buey”, sino que además ha entendido como “buey” tal o cual criatura y la ha insertado como su auxiliar en el mundo de sus nociones y en el marco de su existencia». Gerhard von Rad. El libro del Génesis (Das erste... Leer más
Gerhard von Rad: «“El necio se irrita contra Dios” (Proverbios 19, 3). posteriormente esta misma idea se formula con mayor profundidad teológica: “Piensa el necio: ‘No hay Dios’” (Salmos 14, 1). El ateísmo práctico se ve como una necedad. Esta valoración moral, e incluso teológica, de un conocimiento imperfecto, más aún, de un conocimiento rechazado, refleja una de las concepciones antropológicas más interesantes de todo el Antiguo Testamento». Gerhard von Rad. Sabiduría en Israel (Weisheit in Israel, 1982). Madrid: Cristiandad, 1985; 408 pp.; trad. de D. Mínguez Fernández; ISBN:... Leer más
Dice Eric Auerbach que Homero «no conoce ningún segundo plano. Lo que él nos relata es siempre presente, y llena por completo la escena y la conciencia». En su obra no hay ningún procedimiento subjetivo-perspectivista, «creador de primeros y segundos planos» como sí lo hay, por el contrario, en las narraciones bíblicas. Esos dos estilos contradictorios, el homérico y el bíblico, pueden sintetizarse así: «Por un lado, figuras totalmente plasmadas, uniformemente iluminadas, definidas en tiempo y lugar, juntas unas con otras en un primer plano y sin huecos entre ellas; ideas y sentimientos puestos de manifiesto, peripecias reposadamente descritas y pobres en tensión. Por el otro, las figuras están trabajadas sólo en aquellos aspectos de importancia para la finalidad de la... Leer más
Otro poema de José Miguel Ibáñez Langlois, esta vez tomado de El libro de la Pasión: «Jesús es el más siervo de los siervos 13 Jesús está lavando los 24 polvorientos pies esos pies del oriente llevan mugre auténtica del oriente no son los pies hermosos de Adán y Eva por el paraíso son los pies de la historia son las extremidades del animal caído que camina pecando por el polvo que peca de los pies a la cabeza con el mundo al revés entre sus párpados a sus pies está Dios lavando sus pies con las propias lágrimas oh vosotros que pasáis por el camino decid si hay una flor un ángel una mosca más humilde que Dios no es humilde el pequeño que se inclina ante el grande sino el viceversa el Eterno se ha puesto de rodillas tiene manos de madre para los pies... Leer más
Hay libros que son como la espuma y libros que son como las grandes corrientes marinas. Uno de los últimos, para mí el libro más poderoso del año, es Jesús de Nazaret, de Benedicto XVI. Al final, en él se dice que Jesucristo se describe a sí mismo con siete imágenes, «y el que sean precisamente siete no puede considerarse una casualidad: Yo soy el pan de vida, la luz del mundo, la puerta, el buen pastor, la resurrección y la vida, el camino la verdad y la vida, la vid verdadera». (...) «Detrás de todas (ellas) se encuentra en definitiva esto: Jesús nos da la “vida”, porque nos da a Dios. Puede dárnoslo, porque Él es uno con Dios. Porque es el Hijo. Él mismo es el don, Él es la “vida”». Benedicto XVI. Jesús de Nazaret – Del Bautismo a la Transfiguración... Leer más
Gerhard von Rad: «El único modo de entender correctamente las respuestas de los maestros antiguos consiste en interpretarlas desde una perspectiva que se ajuste lo más posible a los presupuestos de su propia comprensión de la realidad, sin los cuales toda respuesta resulta arbitraria. Cualquier manifestación de la realidad es, en sí misma, una magnitud insondable. Sólo una mentalidad ingenua puede apreciarla de manera tan evidente que la lleve a la convicción de que puede medir, sin más, el bagaje cultural y religioso de los demás pueblos con la medida de sus concepciones personales. La visión que tenía Israel de su realidad circundante era totalmente distinta de la de Sófocles. Las doctrinas con las que Israel daba respuesta a las cuestiones más acuciantes de la vida... Leer más
He aprendido mucho al leer Sabiduría en Israel, un denso estudio de Gerhard von Rad sobre los libros sapienciales del Antiguo Testamento: Proverbios, Job, Eclesiastés, Eclesiástico y Sabiduría. Explica el autor que los antiguos maestros de Israel llevaron a cabo su actividad intelectual con una gran «amplitud de miras, para la cual era imprescindible (...) un “corazón franco”, una “mente abierta como las playas junto al mar” (1 Re 5, 9). Es ésta una expresión espléndida de lo que constituía la tarea y, al mismo tiempo, el presupuesto del humanismo israelita». Habla también de cómo «un amplio sector de conocimientos fundamentales sobre la constitución del mundo y la esencia de la vida no se podían expresar entonces más que en forma poética; de modo que la... Leer más
«Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: Sé nuestro rey. Pero dijo el olivo: ¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? Entonces dijeron a la higuera: Ven a ser nuestro rey. Pero dijo la higuera: ¿Y voy a dejar mi fruto sabroso para ir a mecerme sobre los árboles? Entonces dijeron a la vid: Ven a ser nuestro rey. Pero dijo la vid: ¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles? Entonces dijeron todos a la zarza: Ven a ser nuestro rey. Y les dijo la zarza: Si de veras queréis ungirme rey vuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra, y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano» (Jueces 9, 8-15). Dice Gerhard von Rad que esta... Leer más
Una cita de José Jiménez Lozano que enlaza con una nota de hace unos días: «Gilbert Murray ha escrito en alguna parte que la lectura de los evangelios, ya sea en griego o en nuestra lengua, o la lectura de Homero, en el original o traducido, deja en nuestras mentes algo estéticamente valioso; es decir, una especie de cuadro del mundo homérico, o del Reino de Dios, aunque no podamos citar ningún pasaje. Por esto mismo la necedad que afirma que lo que importa es que los niños lean cualquier cosa, y que el caso es que lean, adquiere unos tintes verdaderamente siniestros, porque esas banales lecturas constituirán también la textura de la banalidad de la vida futura de esos pequeños lectores o escuchadores. La verdad es que, si uno no se acerca a algo serio y hermoso muy... Leer más
La Biblia es también una llave de entrada en el arte occidental. Y aunque su conocimiento no es «el único medio de amueblar una mente», dice Allan Bloom, «sin un libro de similar gravedad, leído con la gravedad del creyente potencial, permanecerá desamueblada, es decir, vacía». Allan Bloom. El cierre de la mente moderna (The Closing of the American Mind, 1987). Barcelona: Plaza & Janés, 1989; 395 pp.; col. Hombre y Sociedad; prólogos de Saul Bellow y Salvador Giner; trad. de Adolfo Martín; ISBN:... Leer más
También en el mismo libro citado ayer, de Chesterton, hay un sensacional artículo titulado «El libro de Job», en el que comenta con cierta extensión la respuesta que da Dios a los comentarios de Job y sus amigos. Pero ahora traigo aquí un texto del entonces sacerdote Joseph Ratzinger, donde se indica que «la respuesta a Job no es más que un comienzo, un precavido anticipo de la respuesta que da Dios en la cruz y en la resurrección comprometiendo a su propio Hijo. (...) La respuesta de Dios no es explicación sino hecho. Responde padeciendo con nosotros, no con un mero sentimiento, sino en realidad. La compasión de Dios tiene carne. Se llama flagelación, coronación de espinas, crucifixión, tumba. Ha penetrado en nuestro sufrimiento personalmente. Lo que eso significa, lo que... Leer más